Estabamos en la playa con mi familia y mi prima, en Brasil hacía ya quince días.
Yo como soy menor, permanentemente tengo que dar explicaciones adonde voy y con quién, a que hora vuelvo, etc.
Relato
Mi prima, que está con nosotros, tiene dos años más que Yo, unos pechitos que caben en una mano, pero puntiagudos, y bien duritos. Los pezones pretenciosos por debajo de las remeras ajustadas que acostumbra a usar.
Yo en mi pubertad,parecía bebe mañoso, andaba todo el día alzado atrás de esta yeguita, que se ponía minifaldas tan cortas que se le veía la bulba por debajo de la bombacha.
Llegó ese domingo en que nos dieron permiso para ir a bailar, pero yo tenía que cuidarla.ya que Ella era la debil de la pareja. Qué errados que estaban.
Salimos del hotel caminando porque el bolichge quedaba cinco cuadras.
A la tercer cuadra había una casa en construcción, tenía las paredes pero no tenía ventanas, y la muy guacha me dice que está que se hace pis, que ya no aguanta.
Y sin decir mas se mete en esta obra, yo con un cagaso que ni te cuento la sigo desconfiando de que haya alguien y nos saque a tiros.
Pero también, la juventud hace su parte porque al sentir a mi prima Giselle que hacía pis agachada, mi pinga pegó un estirón y se presentó por debajo de la tela del pantalón finito de verano en todo su esplendor, Veintitres centimetros de pura carne en barra, no muuuuyyyy gruesa pero con una cabeza importante, parece un hongo champignon.
Y sin pensar que estaba haciendo la saqué y me puse a mear al lado de mi prima.
La vió y se le escapo la siguiente frase: Primito, que lindo pedazo tenes!
Y yo ni lerdo ni perezoso se la mostre en todo su esplendor.
La verdad ahora que me acuerdo, esa noche mi amigo parecía un salame de campo, grueso, largo y venoso. Cada latido del corazon hacía pegar un salto a la cabeza, ya me dolía de tan duro que lo tenía.
Ella sin decir palabra viendo mi calentura, se me acercó, me desabrocho el cinto, me bajó el pantalón y el slip. Y sin mediar palabra se la metió hasta donde pudo, digamos la mitad en la boca, y me la empezó a chupar, no era una maestra en el arte, pero como yo todavía era virgen, y solo conocía el sexo o en películas o a pura paja no tenía como comparar. De hecho me pajeaba en ese entonces todas las noches cuando me bañaba.
Para mi era genial, y creo que a la quinta o sexta chupada a fondo, no aguanté y le llené la boca de leche. Lo impresionante es que ella aguantó a pié firme la andanada de semen sin tirar ni una gota.
Luego de que me la lamió bién y la limpió todita, me mira a los ojos y me dice la muy cachonda ahora te toca a vos, yo no entendí bien de entrada pero viendo que ella se ponía de cara a la pared en posición como cuando la poli te cachea, me di cuenta que quería que se la pusiera. Y yo no me hice rogar, pero al no tener cancha, y aparte yo soy como 15 cms más alto, asi que se imaginan las rodillas y lo forzado de la posición.
Le pegué tres o cuatro encaradas hasta que Ella con su mano tomó mi picha y con la otra se abrió
los labios y así le mostró el camino de la lujuria a mi pobre miembro en su primer polvo verdadero.
Cuando se la puse toda hasta el tronco pegó un gritito, pero no me permitió que se la sacara.
Y la guacha se empezó a calentar tanto que lo único que pedía era que pechara más, estuvimos así como 5 minutos, yo sentía como con su conchita, apretaba esa cabezota, y que la tenía estaqueada a más no poder.
De golpe se empezó a quejar y reventó en un orgasmo tan potente que parecía que a mi pija le habían hechado agua caliente.
Ni bién terminó de acabar, me hizo sacársela y se prendió a la tripa. Mamita que mamada, en dos minutos ya estaba otra vez erecto y parecía mas gruesa que antes.
Mi primita se arrodilló en el piso y presentándome su culito, me pidió que se lo desvirgara, que ya que Ella se había quedado con mi virgo, que yo me quedara con el de su culito.
Sin más preámbulos se la quise poner pero al ser tan cabezona, no entraba, así es que se puso mucha saliba y agarró su lapiz de manteca de cacao que llevaba en la cartera, se enbadurnó el agujerito y le pasó mucho lapiz a mi falo.
Dijo, probá ahora, pero apoyala que yo empujo, si no me vas a romper toda.
Alla fui, apoye mi cipote en eje agujerito ya caliente y humedo por los jugos y lapiz de labios, y con suavidad se la apoye, y empecé a moverme despacito hacia a delante y atras, para mientras ella se habría las nalgas con las dos manos, de repente se dilató el agujerito y el glande empezó a entrar, pero para eso yo ya estaba recaliente, y no aguanté y peché de golpe, y la pija le entró tres cuartas partes, pegó un grito que seguro se escuchó en la calle, yo desaforado seguí con el vaivén y cada vez entraba más, hasta que hizo tope sus nalgas contra mis huevos, ya para ese entonces, mi prima solo gemía suavemente y se tocaba pajeandose el clítoris.
Yo la bombee como 10 minutos, ella se hechmó dos polvos más tocándose, de repente mi pija se puso dura como una estaca, el glande se hinchó tanto que ya no corrió por el canal de su culo, ellá pegó un alarido, quedé como abotonado y la quemé con un río de leche.
Por Dios, qué placer, nunca una paja me había permitido acabar así.
Mi prima también acabó con un gemido largo y lastimoso.
El problema era sacarla porque la pija no se moría y a ella se le estaba pasando la calentura y ya no la aguantaba. Tuvimos que esperar como 20 minutos hasta que tironeando de ha poquito se la saqué, ella lloraba.
Pero con algunos hipitos, me confesó que podíamos hacerlo mañana, pero que ella traía la vaselina-
No se imaginan que vacaciones pasamos a partir de esa noche en la obra.