Mis padres y mis tíos habían salido de viaje, y por aquello de que yo no fuera a pasar todo ese tiempo de sus vacaciones solo en casa, me dejaron en casa de mis tíos, acompañando a mi primo Edmundo, que tiene mi misma edad, y con mi prima Ana, que es la mayor de nosotros tres, de la que yo vivía eternamente enamorado, pero sin atreverme a decirle nada, debido a su fuerte carácter.
Relato
La primera noche la tv estaba tan y tan mala, que cuando Ana mi prima propuso que nos pusiéramos a jugar una partida de cartas, tanto Edmundo como yo aceptamos. Ignorando yo lo que me esperaba
Bueno al principio, tuve la impresión de que yo era el que más suerte tenía, hasta que de momento comencé a perder, incluso mi primo y yo perdimos toda la ropa que teníamos puesta, quedándonos en interiores, mientras que mi prima, por lo visto, estaba disfrutando de la mala suerte de su hermano y de la mía. Yo pensé retirarme del juego, por no tener más nada que apostar, cuando se lo dije a mis primos, mi prima, me dijo. Si quieres puedes seguir, solo que en lugar de apostar lo que ya no tienes, puedes hacer otras cosas, como respaldar tus apuestas con acciones.
Yo realmente no tenía claro, lo que ella me estaba diciendo, con eso de acciones, sé que debí dar por terminado el juego, pero aparte de que entre mi primo y ella me convencieron para que continuase, algo muy dentro de mi me hizo continuar, y desde luego perdí hasta los interiores. Por lo que al principio me sentí sumamente incomodo, quedándome completamente desnudo frente a ellos, y con mis manos trataba de ocultar mi miembro, pero cuando Edmundo perdió los suyos, se los quitó de lo más tranquilo y despreocupado, sin ocultar su miembro todo lo contrario que hacía yo. Lo que llamó mucho la atención al principio fue, ya que a pesar de éramos de la misma edad y tamaño, su miembro definitivamente era mucho más desarrollado, grande y grueso que el mío.
Seguimos jugando y yo seguí perdiendo. Aparte de que Ana ordenó que no me tapase mi miembro con mis manos, pero al dejarlo al descubierto ella se me acercó, lo agarró al mismo tiempo que agarró el de su hermano, y por unos segundos los estuvo comparando, luego los soltó diciéndome mira que cosita tan linda tienes, para luego ordenarme que le buscase unas cervezas en la cocina, prepararse sándwiches, y hasta darle un masaje en los pies a ella pero con mi lengua, en ese momento me di cuenta que lo del juego era tan solo una excusa, que las intenciones de mi prima, aunque no las tenía muy claras, entendí que eran otras.
Al rato mientras jugábamos y yo volví a perder, me pidió que me acercase a ella, y nuevamente agarrando mi pene, comenzó a manosearlo, hasta que comencé a sentir una tremenda erección, al suceder eso, se me quedó viendo a los ojos, y riendo me dijo. Quizás hoy puedas llegar a darle otro uso, aparte de orinar. Lo cierto es que me sentía tan y tan abochornado por lo que Ana dijo con relación a mí erección, que la misma me duró bien poco. Pero al poco rato y mientras continuábamos jugando, Ana a diferencia nuestra, que nos quitamos la ropa al perder, ella diciendo que sentía mucho calor, también se quitó toda su ropa, incluso hasta sus pantis y sostén, frente a su hermano y yo, como si fuera la cosa más normal del mundo para ella. De hecho fue la primera vez que veía a una mujer desnuda de carne y hueso, y tan cerca de mí.
Ana siguió con el juego de cartas, de manera bien desvergonzada, frente a mí, comenzó acariciar su coño, el primero que veía yo realmente, por lo que cuando yo no estaba viendo la verga de mi primo, no podía apartar la vista del coño de mi prima, o de sus hermosas y paradas tetas, las que ella seductoramente acariciaba una y otra vez mientras que yo permanecía mirándola con la boca abierta.
Edmundo y yo seguimos perdiendo, pero Ana nos ordenó como parte de las penitencias, que entre los dos deberíamos beber de manera corrida varias cervezas. AL rato me volvió a ordenar que me parase a su lado, y agarrando mi pene, jugueteó con él entre sus dedos, pero luego me indicó que me pusiera de espaldas a ella, y de manera bien brusca, comenzó agarrar mis nalgas. El juego continuó y luego al rato fue mi prima quien de momento me ordenó que me pusiera la misma ropa, que ella había tenido puesta momentos antes, para de esa manera pagar parte de las muchas manos que yo había perdido.
Al principio me negué, pero ella pegando su cuerpo al mío, y hablándome al oído me dijo que si yo le obedecía íbamos a pasar una noche inolvidable. Bueno eso más las cervezas que me había tomado, hicieron que le obedeciera ciegamente, con la lejana esperanza de que yo llegase acostarme con ella. Y al principio agarré su corta falda, pero antes de ponérmela, mi prima me entregó sus pantis, las que aunque algo avergonzado me las puse, para luego seguir poniéndome el resto de su ropa incluso hasta su ajustado sostén.
Al terminar de vestirme, ella buscó una peluquita de mi tía, también me maquillo, me arregló la ropa y el cabello, y al terminar tanto ella como Edmundo me dijeron que me veía preciosa así vestida. Después seguimos jugando, y yo como de costumbre seguí perdiendo, y obedeciendo sobre todo lo que mi prima me ordenaba, por ejemplo hablar, moverme y actuar como una chica, cosa que hice sin esforzarme mucho.
Luego por sugerencia de mi prima, su hermano me invitó que bailase con él, lo que sumisamente hice, pero cuando él me tenía bien sujeto por la cintura Ana se colocó tras de mí, y al tiempo que su hermano bailaba conmigo, ella lentamente abrazándome por la espalda, comenzó acariciar mis nalgas nuevamente, primero por encima de la falda, pero al poco rato fue introduciendo sus manos por debajo de la corta falda, además besándome en la nuca y la oreja hizo que sintiera una rara sensación por todo mi cuerpo, al grado que hasta tuve una erección sin proponérmelo.
Yo me sentía algo avergonzado, pero al mismo tiempo deseaba que ella me siguiera tocando. Pero de momento, por orden de Ana los dos cambiaron de lugar, colocándose mi prima frente a mi mientras que mi primo se colocó tras de mí, y de la misma manera que su hermana estaba haciendo, él continuó agarrándome las nalgas, al tiempo que mi prima levantó la falda que yo usaba y metiendo su mano por entre la pantis de ella, que yo estaba usando me agarró los testículos y ocasionalmente mi parada verga. Yo la verdad es que no tenía la menor idea de que hacer o no hacer, por lo que me quedé quieto, mientras mi prima acariciaba mi verga, y mi primo continuaba acariciando mis nalgas.
Por un largo rato disfruté de la atención de ambos primos míos, no me opuse a que mi primo continuase acariciando mis nalgas, además que ocasionalmente sentía sus dedos presionando sobre mi esfínter, y su boca sobre mi nuca, porque temía que mi prima dejase de agarrar mi verga. Yo estaba que para donde me tirasen para haya me iba, así que cuando mis primos me condujeron a la habitación, yo obedientemente les obedecí. Ya en la cama, mi prima se acostó con sus piernas bien abiertas, y agarrando mi cabeza, la condujo directamente a su depilado coño. Yo que ni idea tenía de lo que debía hacer, al tener su coño a pocos centímetros de mi cara me ordenó que le besara y chupase su coño.
Lo que yo obedientemente me dediqué hacer. Mientras que mi primo continuaba acariciando mis nalgas, ya que se encontraba tras de mi me bajó las pantis, y subió la parte trasera de la falda, dejando por completo mis nalga al aire. Seguí sintiendo sus dedos presionando sobre mi esfínter, pero como embadurnados en aceite o algo parecido, luego uno a uno me los fue introduciendo, y por un largo rato continuó haciéndolo. Hasta que de momento, Ana le ordenó que me enculara, y sin más ni más sentí como su gruesa y larga verga atravesó mi culo.
Pero mientras tanto yo seguía mama que mama, el coño de mi prima. Por lo que aunque me dolió al principio, lo que mi primo me estaba haciendo, no me detuve, y con más fuerza seguí chupando y lamiendo el clítoris a mí prima. Pero a medida que mi primo continuaba metiendo y sacando su verga de entre mis nalgas, el dolor y la incomodidad dieron paso a algo muy placentero para mí.
Por lo que yo comencé también a restregar mis nalgas contra su cuerpo, apretando mi esfínter cuando me lo sacaba un poco, y relajándolo cuando sentía que su verga me la estaba enterrando. Sin dejar de mamar el coño a mi prima, la que en cierto momento disfrutó de un profundo y salvaje orgasmo, agarrándome por las orejas casi me asfixia, al enterrar con fuerza mi cara dentro de su sabroso coño. A todas estas, mi primo al tiempo que me daba salvajemente por el culo, me agarró mi pene, y yo sin poder evitarlo me vine.
Mi primo por su parte continuó clavándome su verga por el culo, hasta que evidentemente se vino dentro de mí, dejándome con el culo bien abierto tirado sobre la cama, mientras que mi prima, después de disfrutar de ese salvaje orgasmo se levantó de la cama, y se retiró de la habitación.
Al rato cuando yo comencé a recuperar mis fuerzas, mi primo tras lavar su miembro salió del baño, secándose su verga. Pero al ver que yo continuaba recostado sobre la cama, con mis piernas bien abiertas, mis nalgas totalmente expuestas y por ala manera seductora que me le quedé viendo, le dijo a su hermana, la nena al parecer quiere más, y sin ni tan siquiera decirme nada colocó su verga frente a mi boca. Nada más vi su miembro frente a mi cara, me dedique primero a lamer todo el largo y grueso tallo de su verga, para luego poco a poco comenzar a mamársela.
De repente siento que mi prima colocándose tras de mi me dice, ahora vas a ver lo que es bueno, y al terminar de decir esas palabras, sentí que otra verga atravesaba mi culo. Pensé que habían hecho entrar a otro chico para que me diera por el culo, pero al voltear asustado sobre mi hombro a quien vi trepada sobre mi fue a mi prima, se había puesto lo que después me dijo era su juguete favorito, una cosa con forma de verga, que parte de eso lo introducía dentro de su coño, y el pedazo restante ella misma me lo ha introducido a mí por el culo, cosa que al principio yo mismo no podía creer.
Así que mientras le mamaba su verga a mi primo, mi prima como una salvaje me enterraba su juguete entre mis nalgas, tras un largo rato de ella estar metiendo y sacando esa cosa de entre mis nalgas, Ana disfrutó de otro tremendo orgasmo, mientras que yo seguía mama que mama la verga de mi primo, hasta que él también se vino por completo dentro de mi boca, obligándome en parte a que me tragase todo su semen.
Yo estaba desbaratado, pero sumamente satisfecho, me recosté boca arriba, y de momento que mi prima se dedicó a mamar mi verga, la cual cuando se puso dura, ella misma se la enterró dentro de su mojado coño. Pero lo mejor de todo fue que comencé a disfrutar todo lo que mi prima quería hacerme en compañía ya fuera de mi primo o de sus amigos, al grado que durante el resto del tiempo que me quedé en su casa, anduve vestido de nena, y como ya les mencioné, dejando que mis primos e incluso algunos de sus amigos, me usaran como les viniera en gana…
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 783538 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:32) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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