Hace unos cuantos años atrás, nos visitaba mi prima Zoraida, la hija mayor de mis tíos, la que por culpa de mi padre, me caía como una tonelada de plomo, bien pesada, porque constantemente él la mencionaba, como el vivo ejemplo de lo que es ser una buena hija, estudiosa, hacendosa, trabajadora, casi una Santa. Pero en el fondo resultó ser una tremenda puta.
Relato
Lo que a mí me reventaba los cojones, además como Zoraida, es unos cuantos años mayor que yo, se daba ínfulas de importante, casi no compartía hablaba conmigo, a no ser que fuera para llamarme la atención, o repetirme la cantaleta de siempre, diciéndome. Tus padres se esfuerzan tanto y tú no pones de tu parte.
Mi prima tenía un novio, pero mis tíos la enviaron a casa, para que se alejase del él, al cual metieron preso a los pocos días por caerle a golpes y violar a la mejor amiga de mi prima, lo que a Zoraida le produjo un desconsuelo tremendo, culpando a mis tíos y a ella misma, por lo que le había pasado a su novio y a su amiga. Ya que según ella de haber estado acompañándolo, eso no hubiera pasado.
En medio de su despecho, y desconsuelo Zoraida comenzó a beber. Un viernes en la noche, que mis padres habían salido de viaje, Zoraida llegó ya bastante bebida a casa, y apenas eran las seis de la tarde, yo la ayudé a llegar a su cama, donde a duras penas y sin fijarse que yo estaba presente, comenzó a desnudarse, en medio de su borrachera, no dejaba de llorar, y como pudo se quitó el vestido, quedando únicamente en pantis y sostén, para finalmente caer como un tronco sobre su cama.
Al principio por lo mal que me caía, ni tan siquiera me fije en ella, pero al poco rato, pasé frente a la puerta de su habitación, y me asomé por para ver cómo se encontraba, la Santa de mi prima. Fue cuando caí en cuenta de que estaba prácticamente desnuda, y bien dormida.
Así que por curiosidad entré en su habitación, y Zoraida permanecía acostada boca abajo, con sus paradas nalgas apuntando hacia mí. Así que pensé que si le bajaba las pantis un poco ella no se daría cuenta, y al fin y al cabo como estaba tan borracha ni se acordaría que si ella misma se las bajó o no. Suavemente me senté a su lado, y con toda la calma que pude, comencé a bajárselas, realmente pesé que sería algo más difícil, pero no la pequeña prenda la fui deslizando lentamente por sus piernas, sin que Zoraida se enterase de nada.
Al principio se las dejé a la altura de sus rodillas, pero me entró una mayor curiosidad por ver su coño, así que antes de separar lentamente sus piernas, entendí que debía bajar por completo las pantis. Cosa que hice hasta que se las dejé a la altura de su tobillo derecho, y retirándola por completo de la pierna izquierda. Sin mucho esfuerzo separé sus piernas, y fácilmente pude tener la agradable vista trasera de su culo y su coño.
Después de eso me dieron ganas de quitarle el sostén, por lo que soltar los tres broches que lo ajustaban a su cuerpo fue algo sumamente fácil, además en el estado en que ella se encontraba, hasta pensé que le estaba haciendo un favor. Ya me había levantado de su cama, sin dejar de ver sus entrepiernas, cuando me provocó hacerme una paja en su nombre.
Así que con toda mi calma abrí la cremallera de mi pantalón, y extraje mi verga, y parado al pie de la cama de ella, sin dejar de ver el culo y el coño de mi prima comencé a suavemente a masturbarme. Pero a medida que lo fui haciendo me acerqué un poco más a ella, volviéndome a sentar a su lado, fue cuando me provocó, tocar su coño suavemente con los dedos de mi mano izquierda, mientras continuaba manoseando mi verga con mi mano derecha.
Al principio únicamente me conformé con medio rozar su piel, no fuera a ser que se despertase, pero a medida que continué tocando sus labios vaginales, lentamente también tuve el valor de comenzar a ir penetrándola con mis dedos. Ocasionalmente me los llevaba a mi nariz, para olerlos, y el aroma a su peludo y rubio coño, me excitaba mucho más. Al punto que dejé de masturbarme y comencé a desabotonar mi camisa, y quitarme los pantalones y los interiores, para estar mucho más cómodo.
Yo continué acariciando su coño, cuando escuché un suave y placentero gemido, que se escapaba de la boca de mi prima. Lo que lejos de asustarme me excitó mucho más, haciendo que mis dedos penetrasen mucho más adentro de su ya húmedo coño. A medida que continué tocando a Zoraida internamente, ella aunque dormida, comenzó a mover sus caderas lentamente y sus piernas se abrieron más, ofreciéndome una mejor vista y posición de su coño.
Entre el estar viendo el coño de Zoraida oliéndolo y tocándoselo profundamente, decidí que bien podía aunque fuera por un corto instante, meter mi verga dentro de ella. Por lo que sin importarme que se fuera a despertar, me fui colocando tras Zoraida, y sin sacar mis dedos de su coño, con mi otra mano dirigí mi verga dentro del cuerpo de ella, eso se sentía divino, su caliente coño se chupó hasta dentro toda mi parada verga, y ya completamente montado sobre ella, comencé a meterlo y sacarlo.
Si se despertaba o no ya no me importaba realmente, me estaba clavando a mi prima, y era la cosa más rica que en el mundo yo hubiera hecho hasta esos momentos. Ella continuaba como reaccionando pero sin despertarse, gemía y en ocasiones como si hablase dormida, la escuché decir el nombre de su novio, pidiéndole que le diera más duro. Cosa que a mi realmente no me importó, yo continuaba metiendo y sacando mi verga de su coño, agarrando sus paradas tetas, y hasta besándola y mordisqueando su cuello y orejas. Zoraida de momento comenzó a mover con mayor fuerza sus caderas, estaba entre despierta y dormida, o mejor dicho bien borracha, pidiendo que le diera más y más duro.
Yo cuando la escuche gemir profundamente, y quedarse como paralizada, me vine, por lo que más rápido que inmediatamente, saqué mi verga y derramé toda mi leche sobre sus blancas nalgas. Así que cuando terminé, agarré mis propios interiores y con ellos retiré toda la leche que pude. Ya me pensaba retirar, cuando Zoraida en medio de su borrachera, dio media vuelta y se quedo acostada boca arriba, de inmediato la escuche, como si le preguntase su novio, si quería que se lo mamase. Nada más de escucharla, y viendo que me veía pero de una manera que dudo que supiera que se trataba de mí, acerqué mi verga a su boca, y casi de inmediato, ella la tomó entre sus dedos, y la dirigió a su boca, y como una desesperada se dedicó a chupármela hasta que toda mi verga se volvió a poner tan dura como momentos antes lo había estado.
Zoraida me mamó mi verga, casi tragándosela del todo, sin que le produjera ansias ni vomito, mientras ella continuaba mama que mama, yo permanecía con mis piernas abiertas colocada sobre ella, disfrutando todo lo que mi borracha prima me hacía con su boca, mientras que con sus dedos, acariciaba mis bolas y nalgas. Hasta que nuevamente me vine, mientras que ella continuaba chupándose toda mi verga, era tanto el placer que sentía que casi me muero de la risa que me provocó.
Cuando terminé de acabar por segunda vez, y Zoraida se tragó todo, nuevamente se quedo rendida. Me retiré sin hacer ruido de su habitación, me bañe y vestí, pero me quedo la preocupación de que pasaría cuando mi prima se despertase y se diera cuenta de que seguro había pasado algo.
Al día siguiente después de que me levanté, me encontré a mi prima ya vestida, y lo único que me dijo fue, voy a pasar el día con unas amigas, nos vemos a la noche. Pero al decírmelo, en su tono de voz y manera de verme, noté algo raro como cierta picardía. Yo quería contárselo a todos mis amigos, pero decidí no hacerlo, no fuera a ser que mis padres se enterasen y mi prima me acusara de violación.
La noche del sábado yo llegue a casa de jugar futbol, y me encontraba saliendo de la ducha, cuando, sentí que tocaban la puerta de la calle. Únicamente con la toalla alrededor de mi cintura, decidí ver de quien se trataba. Zoraida nuevamente bien borracha, prácticamente se me tiró encima, apenas atravesó la puerta. A duras penas la volví a llevar a su dormitorio, pero en el camino se me cayó la toalla, y ella al verme del todo desnudo, sin vergüenza alguna me agarró la verga diciéndome, primito como has crecido. Después de eso aunque despierta pero bien borracha se puede decir que fue Zoraida quien se aprovechó de mí, y que mucho lo disfrutamos.
Durante los restantes meses que mi prima se quedó en casa, ocasionalmente yo sin que mis padres se enterasen, me metía en la habitación de mi prima. Hasta que finalmente conoció a su actual esposo, y como comprenderán no pudimos seguir viéndonos, de la manera que lo hacíamos.