cuando comenzamos el regreso a la cabaña, me tomé de su mano, necesitaba tocarlo, me había excitado el sacarle las fotos. –Me preguntaba en silencio, no soy yo, no me puede estar ocurriendo a mí, mi respiración comenzó a acelerarse.
Cuando entramos a la cabaña, me tomó de las dos manos y me trajo hacia él. El contacto con la piel de su pecho desnudo me excitó tanto que empecé a temblar como una colegiala. Me preguntó ¿tienes miedo?,… no podía hablar, la cabeza me daba vueltas. Metió la mano debajo de la blusa y me soltó el corpiño. Me sacó la blusa, quise decir no y me salió un suspiro. Se sentó al borde de la cama y yo me senté a su lado.
Relato
El año pasado estaba sumida en una gran depresión, conocí una pareja y me prometieron que a través de reuniones de terapia, yo podía volver a recuperar mi autoestima. Las reuniones se realizaban en una vez por semana en una hermosa cabaña que está en la cordillera a unos 200 metros del rio. Él se llama Javier y ella Rosa.
Dichas reuniones consistían en una enseñanza que leía Rosa, un té de yuyos, unos masajes relajantes que realizaba Javier, mientras me hacía una serie de preguntas, luego un descanso de 30 minutos
A la cuarta reunión, me sentía mejor, me llamó por teléfono Javier y me preguntó si la próxima sesión la podía hacer con él solo, porque la chica no podría ir. Le dije que no tenía ningún problema. Cuando corte me sentí un poco temerosa de reunirme a solas con un hombre tan joven y tan buen mozo.
Llegamos y me pidió que yo leyera en voz alta la enseñanza mientras el preparaba el té. Al tomar el té lo sentí demasiado fuerte. Le comuniqué a Javier que sentía un calor por todo mi cuerpo. Me dijo que no me preocupara, que eran mis nervios, que saliéramos a caminar hasta el rio y se me iba a pasar. Efectivamente la caminata me calmó un poco la sofocación. Llegamos al rio y él se sacó la remera se quedo en short tomando sol. Me dio su cámara y me pidió que le sacara unas fotos. Se sacó el short y se quedo con una maya muy diminuta. Le saqué fotos en varias poses, algunas bastante atrevidas, cuando comenzamos el regreso a la cabaña, me tomé de su mano, necesitaba tocarlo, me había excitado un poco el sacarle las fotos. –Me preguntaba en silencio, no soy yo, no me puede estar ocurriendo a mí, mi respiración comenzó a acelerarse.
Cuando entramos a la cabaña, me tomó de las dos manos y me trajo hacia él. El contacto con la piel de su pecho desnudo me excitó tanto que empecé a temblar como una colegiala. Me preguntó ¿tienes miedo?,… no podía hablar, la cabeza me daba vueltas. Metió la mano debajo de la blusa y me soltó el corpiño. Me sacó la blusa, quise decir no y me salió un suspiro. Se sentó al borde de la cama y con un ademán me indicó que me sentara al lado de él. Comenzó a besarme los pechos mientras metía sus manos debajo de mi falda sacando mi tanga. No podía respirar por la nariz, comencé a jadear. Se arrodilló frente a mí y sacándome el vestido comenzó a besar mis muslos, mientras con las manos acariciaba mis pechos, yo ardía toda, no podía creer lo que me estaba pasando. Tomé su cabeza y la llevé a mi concha, cuando comenzó a chuparla, sentí como un triángulo de fuego, entre mis pezones y mi vagina acariciada por su lengua. No podía dejar de gemir y gritar malas palabras de tanto gozo, entre gemidos le pedí que me penetrara, se levantó y me la metió profundamente, luego comenzó a bombear suavemente, me sentía morir de gozo, y terminé con el mejor orgasmo de toda mi vida. Descansé un rato, suspiré profundamente y pensé, ha sido la mejor terapia. Me tomo de la mano y me dijo, parece que el cornudo de tu marido te tiene muy hambrienta, ¿él es consciente de lo reputa que eres? - Es la primera vez que soy infiel le contesté. Hecho una carcajada y me dijo no te creo. He conocido muchas putas, pero tú eres la puta más reputa que he conocido. Serás mi putita preferida,
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513566 veces
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 299805 veces
Si te ha gustado Mi primera infidelidad a los 20 años de matrimonio vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Mi primera infidelidad a los 20 años de matrimonio .
nelidamaldonado
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
Chaparritogdl
(30 de July de 2016 a las 18:12) dice:
Que rico relato katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:57) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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