Esta es la historia de cómo descubrí los placeres del sexo.
Relato
Todo comenzó como un juego de niños… O al menos, eso era lo que yo pensaba por aquel entonces que todo aquello era simplemente un juego…
Esta es la historia de cómo descubrí los placeres del sexo.
Mi familia estaba formada por mi padre, mi madre y mi único hermano, 5 años mayor que yo. Desde siempre, mi casa fue refugio de todos los niños del pueblo, de primos, de hijos de amigos de mis padres, etc.… Siempre había niños de distintas edades correteando por mi casa, pasando veranos, fines de semana, etc. A mis padres les encantan los críos y no dudaban en cuidar de los hijos de los demás siempre que se lo pedían o que lo necesitaban.
El caso es que había uno en especial, su madre, amiga y compañera de trabajo de mi padre, había sido madre soltera. En aquella época (Estoy hablando de hace más de 40 años) era muy difícil para una mujer sola sacar a un hijo a delante, y el muchacho en cuestión estaba internado en un colegio de continuo. Cuando tenía permisos, en vacaciones, fines de semana o festivos y su madre tenía que trabajar, siempre se venía a mi casa, mi madre era la que se ocupaba de él, y en mi casa, ese muchacho era uno más, para mí, era como mi propio hermano y mis padres no hacían distinción alguna entre él y nosotros, sus propios hijos…
Mi hermano y yo nos llevábamos como perro y gato, desde siempre, somos dos personas completamente distintas y no hacíamos nada juntos, también he de decir que la diferencia de edad, esos 5 años que nos separaban eran un abismo entre nosotros siendo niños. No teníamos ningún interés en común, y claro está, él pasaba de “jugar” con su hermana pequeña que solo hacía que molestarle cuando estaba con sus amigos… Sin embargo, con este muchacho todo era distinto… Era aún más mayor que mi hermano, me saca 9 años, pero aun así la relación con el era completamente diferente… Siempre que venía, se pasaba todo el tiempo pendiente de mí, me llevaba a todas partes subida en su espalda y fuera donde fuera, la piscina, el parque… me llevaba con él y me cuidaba y me mimaba…
Yo era la niña de la casa, la pequeña y todos los mimos de mi padre recaían sobre mí… Me encantaba quedarme dormida en la tarde oche recostada sobre el pecho de mi padre jugueteando con los pelitos de su pecho y cuando mi padre no estaba porque tenía turno de tarde o de noche y estaba este chico, era él quien hacía las veces de “papi” y era sobre su pecho sobre el que yo me dormía mientras él acariciaba mi pelo, mi espalda, con las yemas de sus dedos… Esas caricias las recuerdo desde siempre, siendo solamente una niña de apenas unos 4 u 5 años…
Fueron pasando los años, todos fuimos creciendo y mi vida era la de cualquier niña, con sus tareas escolares, sus juegos, etc.… Era una niña feliz y completamente normal… Aquel muchacho seguía viniendo a mi casa todos los veranos y los fines de semana… Yo le adoraba, sin saberlo, estaba completamente enamorada de él, ese amor infantil y puro, él me decía que yo era su princesa y seguía llevándome con él a todas partes… El estaba ya estudiando electricidad. En mi casa había un desván muy grande que solo se usaba para trastos viejos, y no tenía instalación eléctrica, así que a mis padres se les ocurrió que podían habilitarlo y hacer en él una habitación para invitados, por lo que él se ofreció a hacerlo en verano cuando viniera en las vacaciones…
Y así fue, ese verano, yo contaba con 8 años, él vino dispuesto a trabajar todo el verano para dejar acomodado el desván como pretendían mis padres, que ya habían hecho las obras de albañilería, solo faltaba la instalación eléctrica, que era lo que él debía hacer… Y así pues, en cuanto llegó se puso manos a la obra… Como mi hermano solo pensaba en pasarse todo el día por ahí con sus amigos, le dijo a mi padre que yo podía ayudarle, que entre los dos nos apañaríamos, y así lo hice, yo estaba encantada, era feliz a su lado y la verdad que el trabajo q tenía que realizar no era para nada complicado, solo darle las herramientas cuando me las pedía y sujetarle los cables… poca cosa… A sí pues, nos subíamos al desván y así terminamos de hacer la instalación eléctrica…
Una vez estuvo terminada se colocó en el desván una habitación que algún amigo de mis padres había cambiado en su casa, para lo que la querían estaba muy bien, y mi padre le dijo a Alfonso (que así se llamaba) que podía instalarse allí, que la habitación era para él si quería (hasta entonces compartía cuarto con mi hermano)El aceptó encantado y la acomodó a su gusto, incluso puso un televisor en blanco y negro que alguien había tirado a la basura y que él mismo había reparado… A sí pues, yo me pasaba muchas horas con él en el cuarto, en el desván, viendo la tele y charlando… Era normal que yo me recostara sobre su pecho y que él me acariciara mi espalda, como siempre lo había hecho… pero entonces, aquel verano, esas caricias inocentes, empezaron a tomar otro color… ya no solo se limitaba a acariciar mi espalda, si no que de cuando en cuando, me volteaba y acariciaba mi vientre, mi cuello, incluso se recreaba acariciando suavemente mis minúsculos pechos, haciendo que mis pezones se pusieran tan duros q hasta llegaba a dolerme… A mí, aquellas caricias me volvían loca… Cada día que pasaba iban a más… hasta que empezaron a llegar a mi sexo… Él lo hacía de forma totalmente natural y yo me dejaba que hiciera cuando quisiera, me agradaba muchísimo el tacto de sus manos en mi cuerpo y sin saber que era lo que me estaba sucediendo, me excitaba muchísimo… Así pasó el verano, y de nuevo llegó septiembre y él tuvo nuevamente que regresar a su colegio…
Como ya era lo suficientemente mayor, los fines de semana ya no venía por mi casa, se quedaba solo en la suya y luego, imagino que saldría con sus amigos y esas cosas… de cuando en cuando venía por mi casa, pero solo un ratito, a comer o simplemente a saludar, pero ya no había oportunidad ninguna de quedarnos a solas… Yo había pasado todo el invierno ya soñando con sus caricias… Yo misma empecé a acariciar mi coñito como él lo hacía imaginando q mis dedos eran sus dedos, no sabía muy bien lo que me estaba pasando, pero lo cierto es que me estaba volviendo loca…
Y llegó la primavera, y el día de mi primera comunión… El, como no, estaba invitado a la comida que se había organizado en mi casa por ese motivo y claro está no podía hacernos ese feo, vino con su madre, fue un día muy especial para mí en todos los aspectos… Mi vestidito blanco de princesa, ese día él, cuando me vio me dijo, siempre has sido mi princesa, pero hoy te ves más princesa aún que de costumbre… Cuando salíamos para la iglesia vino y me dio un beso en la mejilla y me susurró al oído, luego, en la tarde te daré mi regalo, pero shssss… es un secreto, no vayas a decir nada…
La verdad q no podía ni imaginarme el regalo que me habría comprado, tenía de todo, había recibido cuantas cosas se regalaban entonces por las comuniones, y no hice demasiado caso a lo que me había dicho…
Así pues, trascurrió el día, la comida, la fiesta de los niños por la tarde, etc.… Al caer la noche, todos los invitados se fueron a sus casas, menos él… Había decidido quedarse a dormir esa noche en mi casa, y claro está, mis padres aceptaron sin sospechar nada de nada…
Habían venido unos tíos míos q Vivian a 150km con sus dos hijos, y también iban a pasar la noche en mi casa, por lo que había que repartir las habitaciones… Mi dormitorio era un dormitorio de matrimonio muy amplio, por lo que siempre que venían se quedaban en mi cuarto, pues ellos dormían en mi cama y se colocaba un colchón en la alfombra para mis primos, y aquel día no iba a ser menos… En el cuarto con mi hermano dormiría mi abuelo, q también había venido desde otra provincia para la fiesta, así que, la única habitación que quedaba libre, era la del desván, la de Fonsi (así era como le llamábamos cariñosamente)
En un principio, mi madre dijo que durmiera mi hermano con Fonsi en el desván y yo dormiría en su cuarto con mi abuelo, pero como siempre, mi hermano protestó (lo hacía por todo, jeje) y yo enseguida me apresuré a decir q a mí no me importaba dormir en el desván, si a Fonsi no le molestaba, claro… El dijo que por supuesto, q no le molestaba para nada, que por él perfecto. Mi madre no sé el por qué, pero en un primer momento frunció el ceño, como si la idea no le agradara mucho, como si su intuición le dijera lo que iba a suceder esa noche, pero fue solo cosa de unos segundos, al momento estaba ya dándome mi pijama para que subiera a acostarme y diciéndome que no molestara a Fonsi, que él debía madrugar para ir al colegio el lunes…
Y así pues… subí al desván, me puse mi pijama y me metí en la cama, Fonsi se había quedado abajo charlando con mis padres, entonces yo no sabía de qué, lo supe días más tarde…
Al rato, yo ya estaba dormida, llegó él, y se metió muy despacito en la cama, como para no despertarme, pero acercó su boca a mi oído, y besándome en el cuello me dijo en un susurro “no me has pedido aun mi regalo” . Como si tuviera un muelle en el culo, salté hacia arriba y le dije, “Si, dame me regalo, que me has comprado???” Entonces él puso su dedo en mis labios, con el gesto de hacerme callar y me dijo nuevamente susurrándome al oído, shssss… túmbate calladita y cierra los ojos… Yo obedecí sin rechistar, estaba deseosa de ver que me iba a regalar… en ese instante, noté como sus manos comenzaban a despojarme de mi pijama, me lo quitó con total suavidad, yo estaba completamente inmóvil, apenas si respiraba… comenzó a acariciarme, como siempre lo había hecho (como yo recordaba del verano anterior y como yo deseaba que lo hiciera) y me besó en los labios (nunca hasta entonces lo había hecho) fue un beso muy muy dulce, en la comisura de los labios, pero q a mí me hizo estremecer… Nuevamente acercó su boca a mi oído y me dijo, “lo que te voy a regalar ahora mismo, no has de contárselo nunca a nadie, y nunca más, hasta que seas ya muy mayor debes permitir que te lo hagan, me entendiste??” Yo, sin abrir los ojos, solo pude que asentir con la cabeza… Nuevamente me besó, pero esta vez, el beso era distinto, era, como los de las películas, su lengua se abría paso en mi boca y buscaba mi lengua, q pronto, como por instinto le respondió a la caricia… A sí estuvimos un ratito, hasta que su lengua empezó a desplazarse por mi cuerpo… Bajó por mi cuello y se recreó en mis diminutos pechos durante un buen rato, mientras con sus manos acariciaba mi vientre y mi vulva… Siguió descendiendo con sus labios y con su lengua por mi cuerpo q se retorcía de placer con su solo contacto, mi respiración se agitaba más y más, hasta el punto de que estaba casi mareada, pero no decía ni mu… seguía allí, inerte, disfrutando como una loca de todas aquellas caricias y del placer que me proporcionaban, y así, poco a poco su boca llegó a mi coño, sabiamente lo abrió con sus dedos para que su lengua pudiera pasearse a su antojo por mis labios, por mis clítoris… Jamás había sentido nada igual, estaba exhausta, unos escalofríos recorrían mi cuerpo, me estaba matando de placer… Ahí estuvo un largo rato, hasta que vio q yo ya no podía mas, ve venía un orgasmo tras otro (sin saber siquiera lo que me estaba pasando) hasta el punto de que creo que en algún momento llegue a perder el conocimiento, y entonces, cuando me tuvo totalmente agotada, rendida, solo entonces se detuvo. Me besó nuevamente en la boca, dándome a probar mis propios jugos vaginales y me dijo, “te lo has pasado bien? Este era mi regalo, quería que tu primer orgasmo fuera conmigo y fuera en mi boca, ahora duerme, y recuerda, nunca nadie ha de saberlo y no vuelvas a hacer esto con nadie hasta que no seas una chica mayor”
A la mañana siguiente, cuando me desperté, él ya no estaba en la cama, imaginé que se habría levantado temprano pues él aun no estábamos de vacaciones en el colegio, solo que yo, ese día no iba porque era costumbre que el lunes después de la comunión “hiciéramos pellas”
Me levante, bajé a la cocina y efectivamente ya no estaba. Nada pregunté, y nadie me dijo nada, ya estaban todos despiertos, así que, mi madre me puso el desayuno y yo salí al patio a jugar con mis primitos pequeños que aun estaban en la casa…
Esa noche, y las sucesivas, no dejé de pensar en aquello que me había hecho, en aquel maravilloso regalo que había producido en mí tal placer… Todas las noches, al acostarme en mi cama, cerraba los ojos y podía hasta sentirlo nuevamente, como su lengua acariciaba mi coñito, como me volvía loca aquella sensación y me tocaba, me masturbaba pensando en él…
Días más tarde, llegué a casa del colegio y me encontré en la cocina a su madre charlando con la mía… Lloraba y mi madre trataba de consolarla. Entonces pregunté que que estaba pasando, me temí lo peor, que le hubiera ocurrido algo malo, no sé, miles de cosas pasaron por mi cabeza en ese instante, y mi madre, al ver lo alterada que me puse me dijo, tranquilízate, no ha pasado nada, simplemente es que Fonsi se va, se ha apuntado voluntario para hacer la mili y se va la semana que viene… (Eso era de lo que hablaba con mis padres aquella noche en la cocina) Yo no entendía nada, por que lloraba por que se fuera a la mili? Si total, estaba todo el año interno en el colegio, que importancia tenía que ahora, en vez de en el colegio estuviera en el cuartel, seguiría viniendo a casa los fines de semana, en vacaciones, etc. Yo no le di mayor importancia y tras dejar mi maleta dl cole y coger mi merienda, me salí a jugar con mis amigos al patio…
Pero sí que tenía importancia, estar en la mili por aquel entonces no era como estar en el colegio…
A la semana siguiente vino a despedirse de mis padres, yo no estaba en casa, por lo que me disgusté mucho cuando mi madre me lo dijo, pero enseguida se me pasó y alegremente le contesté a mi madre, bueno, estamos en junio, en unos días vendrá para pasar el verano… Y entonces, fue cuando mi madre me explicó que eso no era así, que por lo menos en tres meses, hasta que no hiciera la instrucción, o como se llame no podría venir, y que luego a ver a donde le destinaban, porque al estar de voluntario e ir como “soldado profesional” no tendría tantos permisos…
Y así fue… Yo no sé si cuando terminó la instrucción se vino a su casa o no, no sé cuánto tiempo estuvo sin tener un permiso, lo único que sé, es que yo tardé mucho tiempo en volver a verle…
Sabía de él por mis padres, yo no preguntaba, pero oía a mi padre contarle a mi madre lo que su madre le decía en el trabajo, que si estaba de policía militar que si estaba en la otra punta dl país que si esto que si lo otro…
Pasaron los años, cuatro largos años en los que yo me masturbaba cada noche soñando con él, en los que lloraba noche tras noche por lo mucho que lo extrañaba, en los que, todas mis amigas empezaban a decir que si les gustaba fulanito o menganito y yo solo podía pensar en él…
Terminé la E.G.B. con muy buenas notas, por lo que mis padres, como premio, me dejaron pasar ese verano sin hacer nada y me permitieron irme con mis primas a la costa… Mi madre decía que el bachillerato sería muy duro y que ese sería mi último verano totalmente libre, por lo que, según ella debía aprovecharlo y disfrutarlo… A sí fue, pasé todo el verano en la playa con mis primas, lo pasé genial, conocí chicos, tonteé con ellos, pero mi mente seguía siempre pensando en Fonsi, se había convertido en una obsesión, ningún chico era lo suficientemente guapo, ningún chico era lo suficientemente amable, nada, a todos los comparaba en secreto con él y ninguno daba la talla… Y cuando regresé a mi casa, cuál sería mi sorpresa, cuando nada más entrar por la cocina dando gritos de “ya estoy aquí!!!” (era muy alocada, jajaja) me lo encuentro sentado en la cocina, charlando muy serio con mis padres…
Se me iba a salir el corazón por la boca, no podía creerlo, ahí estaba, mucho más guapo de lo que yo le recordaba, mas fuerte, más hombre… no se… estaba increíble… Me abalancé sobre él como una loca, me subí a horcajadas encima suyo y le abracé tan fuerte q yo apenas si podía respirar, entonces mi madre me agarró del brazo con brusquedad y me dijo “vale, ya estamos tratando un tema muy serio, deja tus cosas y ve a ver a Ana (Ana era mi mejor amiga, mi vecina) que no deja de preguntar cuando regresas”
Yo no quería irme, pero la voz seca y cortante de mi madre me hizo pensar que algo extraño y nada bueno estaba sucediendo, así que obedecí sin rechistar. Me fui corriendo a casa de mi vecina a decirle que ya había llegado y a contarle todo lo que había hecho ese verano, pero sin poder quitarme de la cabeza la cara de mis padres y la cara de Fonsi y deseando volver a mi casa para poder estar con él… Diosss…. Como le deseaba…
Enseguida empezó a oscurecer, por lo que me despedí de mi amiga y me fui nuevamente a mi casa. Allí seguía Fonsi, pero esta vez, estaba ya a solas con mi madre, pues mi padre ya se había ido a trabajar y mi hermano estaba precisamente haciendo la mili. Sus caras estaban muy serias y yo no alcanzaba a entender que pudiera estar pasando, era una alegría muy grande, volver a verle después de tanto tiempo, por que entonces no estaban todos alegres??
Mientras yo seguía dando vueltas en mi cabeza mi madre me notificó que Fonsi se iba a quedar unos días con nosotros, que subiera a prepararle su cuarto (Había que ponerle sabanas en la cama, pues cuando no se usaba mi madre dejaba la cama solo con la colcha y quitar un poco el polvo, pues no se hacía a diario) y sin rechistar, nuevamente obedecí.
Baje al rato, en cuanto terminé de hacer lo que mi madre me había pedido y me senté a cenar, pues ya estaban poniendo la mesa para eso…
La cena trascurrió en silencio, nadie decía nada, hasta que me harté y pregunté “se puede saber quien se ha muerto?? Esto parece un funeral” Mi madre miró a Fonsi y este a ella, y luego a mí, yo no entendí a nada, y mi madre dijo “a ver María, son cosas de mayores, vale?? No es nada de importancia” e hizo un gesto como de empezar a explicarme las cosas, a lo cual, Fonsi dijo, “déjalo” haciendo callar a mi madre, “ya te lo explico yo luego”. Yo subí los hombros en un gesto de decir, vale, y seguí cenando como si nada, pero soñando con pasar esa noche con él, por fin le tenia de nuevo conmigo, por fin volvería a sentir sus manos en mi cuerpecito, sus labios en los míos… El simple hecho de pensar en eso me hacía estremecerme y sonrojarme…
Terminamos de cenar y nos sentamos los tres en el sofá a ver la tele, en silencio, entonces, al rato mi madre dijo que ella se iba a acostar, que le dolía mucho la cabeza y a mí me dijo que hiciera lo mismo, pero yo le suplique que me dejara un ratito más… Ella consintió y me dijo, “vale, pero no te acuestes muy tarde, Fonsi, encárgate de que se acueste pronto” a lo que él dijo, “tranquila, ya me ocupo yo”. Mi intención no era otra más que quedarme a solas con él y repetir lo de la última noche que habíamos pasado juntos, hacía ya cuatro largos años… Mi cuerpo había cambiado mucho desde entonces, y aunque aun no era “una mujer” ya empezaba a tener formas, unas caderas curvadas y unos pechos un poco más abultados, y eso él tenía que haberlo visto, debía haberlo notado, pero nada dijo, no hizo alusión alguna a mis cambios físicos… A sí que, me senté a su lado en el sofá y me recosté en su pecho como cuando era niña, esperando recibir sus caricias… Y así fue, comenzó a acariciarme el pelo y la espalda muy suavemente, como lo hacía cuando era una niña pequeñita y empezó a hablar… Empezó a contarme que durante este tiempo había conocido a una chica, que eran novios y que ahora la chica estaba embarazada y que iba a casarse (esa era la cara de funeral que tenían todos) y que pasaría unos días en mi casa hasta que se fuera nuevamente, pues su madre se había enfadado mucho con él y habían tenido una bronca descomunal.
Casarse??? Con otra??? Pero que me estaba contando?? Eso no podía ser, él era mío, yo era su princesa y él no podría estar con nadie más que no fuera yo… Me levanté como un resorte del sofá y sin mediar palabra me fui a mi cama, me tapé con la colcha, vestida como estaba y me harté de llorar… No podía ser cierto, no podía hacerme eso, como era posible?? Esperé toda la noche a que viniera a consolarme, pero no lo hizo, oía como ya de madrugada subía las escaleras para irse a su cuarto, ese cuarto donde me había hecho tan feliz…
A la mañana siguiente, cuando me levanté, mis padres ya estaban los dos en la cocina, pero Fonsi aun no había bajado, ellos charlaban sobre el tema y no se callaron cuando yo entré, siguieron como si nada, después de todo, yo ya no era una niña y aquello tampoco era un drama tan grande, pues no se habían casado ya “de penalti” unos cuantos de mis primos, jajaja… Apenas si me había sentado a desayunar cuando sonó el teléfono. Atendió mi madre y su semblante se tornó muy serio, mucho más de lo que ya lo estaba. Hacía preguntas, como “como fue” “donde esta” “pero…” MI padre y yo nos miramos preguntándonos que sería lo que pasaba… Enseguida mi madre colgó con un “vale, ahora te llamo y te digo como lo hacemos” Nada más colgar se acercó a la cocina donde yo aun desayunaba y mi padre leía el periódico los dos levantamos la mirada y le preguntamos “que pasa??” Mi madre le dijo a mi padre que era mi tía, (su hermana) que llamaba para decirle que María había muerto (María era una prima de ellas, del pueblo, pero era como una hermana, se habían criado juntas y mi madre y mi tía estaban muy muy unidas a ella) En ese instante mi madre se echó a llorar (Yo nunca había visto a mi madre llorar) y mi padre la abrazó con fuerza sin decir ni palabra… Así estuvieron un rato y luego, mi padre se apartó de ella, le secó las lágrimas con su mano y le dijo, voy a llamar al trabajo para que me den unos días, prepara las cosas que nos salimos ahora mismo… (Mi madre era de otra provincia y mi tía y María seguían viviendo en el pueblo donde ellas se habían criado) Automáticamente mi madre le dijo a mi padre, y que hacemos con la cría (Se referían a mí, claro está) y mi padre se quedó sin saber muy bien que contestar, en ese momento, como caído del cielo, Fonsi hizo aparición en la cocina y pregunto “que pasa?” y mi padre, al verle, contestó, que se quede aquí con Fonsi, sabrán apañarse un par de días, no?? Mi madre me miró a mí y a Fonsi casi al tiempo y yo, que estaba tramando algo, le dije, claro mamá, no te preocupes, un par de días nos apañamos sin problema. YO ya tenía casi 14 años y no es q supiera hacer muchas cosas, pero un arroz y unos macarrones podía hacerme, jajajajaja… Y si no, siempre podíamos hacernos unos bocatas, ese no era el problema, Fonsi dijo que sin problema, pero volvió a preguntar que estaba pasando, mi madre entre sollozos se lo contó y él, la abrazó y le dijo, “ve tranquila, ya me encargo yo de la nena”
Y así fue, en cuestión de poco más de una hora, mi padre y mi madre estaban saliendo por la puerta en dirección al pueblo de mi madre e iban a estar fuera dos días con sus dos noches, y yo… Yo estaba a solas con Fonsi, y debía hacerle entender que él no podía ser de otra q no fuera yo… Ese era mi plan, no sabía muy bien cómo hacerlo, pero… debía intentarlo…
En cuanto ellos salieron por la puerta me fui corriendo a mi cuarto a vestirme (aun estaba en pijama) pasé un buen rato mirando mi armario y pensando que podía ponerme para lucir bien bonita, que debía ponerme para llamar su atención… No sabía, el caso es que hacía mucho calor, estábamos a principios de septiembre, pero estaba haciendo más calor que en todo el verano, así q decidí ponerme algo muy fresquito. Me puse un pantaloncito de deporte rojo que tenía de hacer gimnasia, pero claro, yo había crecido y me quedaba muy corto y muy ceñido, pero mi plan era ese, lucir muy sexi. No me puse ni bragas, para que mi coñito se marcara lo suficiente, y me puse una camisetita de tirantes también muy ceñida y sin sujetador, para que mis tetitas se vieran un poco más grandes y también se me notaran mis pezones duros. Hacía ya tiempo que le había pillado a mi hermano cuentos y revistas porno que guardaba en su cuarto, y más o menos, tenía una idea de que es lo que les gustaba y lo que les excitaba a los chicos… Soñaba ya con tener una polla dentro de mí aunque nunca hubiera visto una, solo las de las fotos y los dibujos de las revistas de mi hermano, esa tarde sería la primera…
A sí pues, regresé a la sala, Fonsi estaba fregando los platos del desayuno, pues mi madre, con las prisas lo había dejado todo en el fregadero… Yo le dije que lo dejara, que ya lo hacía yo, y que se sentara en el sofá. Era medio día y estaban empezando los informativos, sabía que a Fonsi le gustaba verlos (sobre todo el apartado de deportes) Mi madre había dejado hecha la comida, pero como nos habíamos levantado tan tarde y habíamos desayunado, no comeríamos aún, así que… Le insistí, ve y siéntate, ahora termino y voy yo…
Y así fue, terminé de recoger la cocina y me senté a su lado en el sofá, recostándome como siempre sobre su pecho, esperando a recibir sus caricias… Pero… no lo hacía, él estaba como en otra cosa, su mirada clavada en el televisor, pero estoy segura de que su pensamiento estaba muy lejos de nosotros… Entonces, cogí su mano, la llevé a mi pecho, y le dije… Ya no soy tu princesa?? En ese momento regresó y me miró y dijo, tu siempre serás mi princesa… Yo me abalancé sobre él y le empecé a besar en los labios, no había vuelto a practicar desde que él me enseñó, así q mi beso era muy torpe… El, en un principio no respondió a mi beso, pero luego, cedió a mi empeño… Me besó largo y tendido, como lo había hecho aquella noche, entonces fui yo quien se aparto, y besándolo en el cuello le susurré al oído “ahora soy yo quien tiene un regalo para ti, será mi regalo de despedida” Me levanté del sofá, le cogí de la mano y le llevé hasta mi cuarto… Allí, me quité la poca ropa que llevaba, quedando completamente desnuda frente a él, que estaba en pie, mirándome, sin hacer ni decir nada, como expectante de a ver qué era lo que se me ocurría… Cuando estuve completamente desnuda le pregunté, “no te gusto?” y él, posando sus manos sobre mi cuerpo, recorriéndolo, como examinándolo, me dijo “te estás haciendo una mujer muy atractiva” Entonces se acercó y me besó, y al hacerlo quedamos los dos tumbados sobre mi cama, él encima de mí, podía sentir su abultado paquete en mi vientre mientras me besaba, mientras acariciaba todo mi cuerpo con sus manos… Me acerqué nuevamente a su oído y le dije muy bajito “ya soy lo suficientemente mayor, y ahora quiero regalarte lo único que tengo, quiero que seas el primero en hacerme el amor” La verdad que eran palabras muy cursis, pero… deben entender que yo era una niña completamente enamorada de aquel muchacho desde siempre…
Y así fue, como la noche de mi primera comunión, igual, comenzó a besarme, a acariciarme, a comerte todos y cada uno de los rincones de mi cuerpo hasta hacerme sentir en el cielo, hasta volverme loca de placer… Entonces, cuando yo ya había perdido la cuenta de cuantos orgasmos había tenido en su boca se levantó, y me preguntó, “estás segura?” le dije “completamente” y se desnudó, nunca antes se había quitado ninguna prenda de su ropa, nunca antes le había visto desnudo, lo más le había visto era en bañador cuando íbamos a la piscina, cuando se quitó el calzoncillo me quedé un tanto impresionada, nunca había visto un pene, y ahí estaba, frente a mí… me pareció tan grande y tan grueso que me dio miedo, hasta estuve a punto de volverme atrás… Creo que él se dio cuenta, y me dijo “nunca has visto una?” No me atreví a contestarle, me dio vergüenza e hice el gesto negativo con mi cabeza… “no te preocupes” dijo y nuevamente se recostó sobre mí y me besó en los labios… Yo ya estaba mucho más calmada, pero de nuevo empecé a estremecerme con sus caricias… Estaba completamente mojada, entre su saliva, mis flujos, todo… Mi coño estaba hecho agua, así que esta vez, me lo acariciaba con sus manos, pero empezó a introducirme un dedo en mi vagina, yo me quedé muy quieta, algunas de mis amigas más mayores que ya no eran vírgenes habían contado que dolía muchísimo la primera vez, así que estaba muy asustada, pero debía hacerlo, debía ser él y esa era mi oportunidad… Me dejé hacer, pronto, tenía dos dedos metidos en mi coño, y dijo “estas lista, sigo?” le dije, “si, por favor” como suplicándole…
Entonces, abrió mis piernas, y se colocó en medio de ellas, de modo que su enorme polla estaba justo a la entrada de mi coñito virgen… Acercó su glande a las puertas y trató de introducirlo, pero no lo consiguió y me estaba haciendo daño, empujaba con fuerza y yo solté un pequeño quejido, por lo que él se apartó y dijo, “lo dejamos?” “No, por favor, sigue, ya me aguanto” y nuevamente volvió a intentarlo, esta vez, consiguió meter la cabeza de su polla dentro, no sin cierta dificultad, pero ahora la tenía dentro… Yo sentí un dolor terrible, pero me mordí los labios y agarré con fuerza las sábanas, él estaba muy quieto, y me miró y me dijo, “ahora no te muevas, voy a romper tu himen, te dolerá un poquito, pero luego verás cómo te gusta” Un poquito?? Solo un poquito??? Aun no me lo había roto??? Yo me sentía ya desgarrada, rota, y aun no me lo había roto?? Ufff, pensé… no sé si pueda aguantarlo… Pero obedecí, me quedé muy quieta, esta vez, me puse la almohada en la boca, la mordía con fuerza, al tiempo que mis puños se cerraban contra las sabanas, esperando ese dolor tan terrible que sabía me iba a producir… Y así fue… De un solo golpe, terminó de introducir su enorme polla en mi pequeño coño, y sentí morir, entonces, se quedó nuevamente quieto y al hacerlo, el dolor que acababa de sentir, parecía hacerse menor… me quitó la almohada de la cara y me besó y nuevamente, con toda su polla dentro, empezó a besarme y a acariciarme, esas caricias hicieron que yo me relajara y él comenzó a follarme, empezó a moverse, muy suavemente, con mucho cuidado, mientras me acariciaba con mucha dulzura, tanto que enseguida el dolor tan terrible que había sentido hacía apenas un momento comenzó a disiparse y dejó paso a un placer inmenso, el placer de sentirle dentro de mí, el placer que me proporcionaba mi primera experiencia completa.
Así con aquellas embestidas estuvimos un buen rato, yo no sé cuantas veces pude llegar al clímax, estaba disfrutando muchísimo y ni me percataba de que era lo que él hacía o dejaba de hacer, yo solo me limitaba a disfrutar y a dejar que él hiciera lo que quisiera. Tras un buen rato, él empezó a soltar unos gruñidos extraños para mí y a moverse cada vez más y más deprisa, como si se hubiera vuelto loco hasta que soltó un grito y yo sentí como su semen llenaba toda mi vagina… Se quedó ahí tumbado, encima de mí, hasta que su poya se puso pequeñita y se salió sola entre su semen, y mi sangre…
Así, tumbado sobre mí, inmóvil, permaneció un buen rato, luego se tumbo a mi lado y se quedó mirando al techo, en silencio… yo me giré y recosté mi cabeza sobre su pecho, acariciándole el vientre y besándole, él solo alcanzó a preguntar “estas bien?” y yo le dije, “estoy soñando”
Me dolía todo el cuerpo, y me sentía sucia, sudorosa… A sí que me levanté y me fui al baño, al hacerlo, pude ver como mi colcha (No llegamos a abrir la cama) estaba sucia con mi sangre, y me asusté, más que nada porque no sabía cómo hacer para limpiar aquello y que mi madre no se enterara, cogí un pañuelo de papel y traté de limpiarlo muy nerviosa, pero él, me cogió de la mano, y me dijo, tranquila, luego lo limpiamos… Se puso en pie, me cogió en brazos y me llevó a la ducha… Nos duchamos juntos, él me enjabonó todas las partes de mi cuerpo dolorido, me pasaba la esponja con sumo cuidado y con mucha suavidad… y cuando consideró que estábamos bien limpios, paró el agua, se salió de la ducha, cogió una toalla para él y se la puso alrededor de su cintura, tomando otra para envolverme a mí en ella, como si fuera una nena pequeñita y me tomó nuevamente en sus brazos y me llevó de nuevo a mi cuarto…
Me tumbó sobre mi cama y nuevamente mi hizo el amor… Aún me dolía un poco, pero era tal el placer y la satisfacción que sentía, que eso no importaba…
A sí pasamos dos días, haciendo el amor hasta quedar exhaustos ambos… Y cuando mis padres regresaron él recogió sus cosas y se fue, sin despedirse…
Tardé varios años en volver a verle, pero esa será otra historia…
A mis 12 años, con unas chavas de 12 13 y 14, algo nuevo para mi, mi iniciacion hacia el sexo, practicamente una orgia con ellas y con mis amigos, simplemente algo que recordare por el resto de mis dias.
Relato erótico enviado por Anonymous el 08 de June de 2004 a las 09:55:40 - Relato porno leído 464932 veces
La lleve a su recamara dentro los aposentos de la iglesia, ella repetía que era una locura pero también ya estaba caliente, lo note por su humedad que tenía ya en su vagina, ella me dijo que nunca había estado con un hombre y que no sabía ni como se hacía el sexo más yo le dije, “No te preocupes mamacita yo te guio” le subí totalmente su vestido y le abrí sus sexys piernas.
Relato erótico enviado por reycolegial el 07 de September de 2009 a las 16:44:00 - Relato porno leído 200971 veces
Soy jardinero en una mansión hace muchos años, los chicos crecieron con migo pero llego el día que Lucrecia la mayor se convirtió en mujer..-
Relato erótico enviado por felipepan el 15 de June de 2012 a las 00:27:20 - Relato porno leído 191568 veces
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Comentarios enviados para este relato
ivloguer
(28 de June de 2013 a las 19:06) dice:
Hola Anonymous, genial tu relato, con excelentes descripciones y muy realista todo. Gracias por enriquecer este site con tus textos.
............... ivloguer ....................... katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:30) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:04) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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