mi primera vez

Acababa de salir del trabajo, eran cerca de las tres y media de la tarde y estaba muy caliente, en varias ocasiones me había reprimido y aguantado las ganas, ese día me dispuse a tener sexo fuera como fuera, pero tenía un gran obstáculo ante mí no había a mi lado alguna linda mujer que me ayudara y recordé unas calles de la ciudad en la que vivo donde había pasado y había visto mujeres que ofrecían sexo, dude al principio, pero a fin de cuentas me convencí y tome el transporte público en esa dirección.

Al llegar a esas calles me encontré, con una mujer mucho mayor que yo, pero con unas piernas deliciosas, que lucían muy bien debajo de una minifalda pequeñita y unas zapatillas planteadas con unos tacones muy alto que paraban sus nalguitas; tan pronto la vi me imagine abriéndole las piernas y clavándole mi trozo de carne; por su edad ella podría haber sido mi madre y eso me éxito aun más en fin pase varias veces por esa calle dándome valor para hablarle y preguntarle si se iba conmigo al hotel que estaba a media cuadra de donde se encontraba, sin embargo nunca he pagado por sexo y no pude hacerlo, muy caliente y decepcionado me fui de ahí y estaba dispuesto a aguantarme las ganas e irme a mi casa.

En el camino, encontré a otras sexoservidoras y me volví a encender, estas eran también mayores pero tenían unas enormes nalgas, de las más grandes que he visto, y unos labios carnosos, pero soporte y avance una calle más; lo que no pude soportar fue encontrar en mi camino una señora que no era sexoservidora, y que iba acompañada de otras señoras, esta señora no iba muy arreglada, ni siquiera muy guapa, no obstante casi se salían por completo de su gran escote unos enormes pechos morenos y redondos, eran dos enormes bolas, no me importo y me propuse al pasar verlos descaradamente, aunque me llegara a insultar y se los tapara, así que pase a su lado y vi a fondo y con descaro, sin que pasara algo, lo cual me sorprendió.

Después de esa enorme vista, y de haber pasado el peligro, ya no aguantaba mas y vi unos baños públicos, por lo que me dije, si no voy a tener sexo, por lo menos voy a entrar a esos baños y me voy a masturbar con las imágenes que acababa de ver hasta que logre sacar todo ese semen que me está quemando, y una vez adentro del baño me di cuenta que había dos orificios en la pared de madera del baño, uno pequeño y a lado de éste uno más grande, tapados del otro lado por unos pedazos de papel, en el piso una revista desojada en la que aparecía una hermosa rubia que le mamaba la verga a varios tipos con enormes penes, rápidamente saque el mío y empecé a tocarme, mi pene creció demasiado, y estaba muy erecto, y cuando iba a venirme sentí una mirada, era alguien que se encontraba a lado del baño en el que estaba y me observaba por uno de los agujeros de la pared.

Primero me dio pena, pero al ver que no decía nada, ni dejaba de verme entendí que le gustaba ver mi pene, y me empecé a excitar, al grado de casi venirme con un roce de mis dedos, por lo que me contente con solo mostrárselo y sacudirlo al mismo tiempo que veía en el piso la revista desojada de la chica que mamaba el pene, esta vez vi que el ojo no parpadeaba por el orificio y le señale mi verga con el dedo y luego le señale el orificio grande, inmediatamente escuche si. Metí con dificultad mi verga por el orificio el cual estaba muy estrecho, apenas había metido la mitad cuando sentí unos labios desesperados que se aferraban a mi y succionaban, había soportado anteriormente mucha excitación, por lo que esta vez no me pude aguantar y eyacule rápidamente en aquella boca del desconocido, se sentía tan bien sentir esa humedad caliente de su boca, y escuche como tragaba con dificultad todo el semen ya que era mucho, tenia meses sin eyacular, chupo hasta que me dejo seco, después lo saque del orificio y metí rápidamente mi pene al pantalón y Salí del baño para marcharme rápidamente, jamás lo vi, era la primera vez que me hacían sexo oral y la primera vez que me lo hacia un hombre.