MI PRIMERA VEZ CON UN TRANSEXUAL

Hola, esta es la historia de mi vida, de joven tuve pocas novias, llegué virgen al matrimonio, mi experiencia comparada con la de mi esposa era nula, ella ya había tenido infinidad de parejas de ambos sexos antes de estar conmigo. Nos teníamos mucha confianza y una forma de excitarnos es que ella me platicará a detalle como habían sido sus experiencias intimas, ella me platicaba que sus primeras experiencias sexuales fueron lésbicas con primas y vecinas, cuando yo le preguntaba que se sentía tener sexo gay, me decía ella que era muy rico ya que en el sexo gay tu pareja sabe qué puntos tocar cosa que en el sexo heterosexual lleva tiempo aprender.
Durante varios años le fui fiel a mi esposa, porque me sentía a gusto con ella, me llenaba, era además tímido porque tenía el complejo de ser de pene pequeño, mi pene solo mide 14cm. Una noche después de trabajar de camino a casa, mi viejo auto se sobre calentó y tuve que detenerme sobre la carretera en una zona famosa por que en ese lugar se práctica la prostitución.
Lo único que podía hacer era esperar a que se enfriará el auto, estando fuera paso una prostituta cerca de mí, era joven llevaba un vestido blanco entallado que le hacía resaltar su trasero, el cuál era paradito y firme, sus tetas no grandes pero redondas y firmes, de tez blanca y una cara cachonda de grandes labios carnosos y un hermoso pelo rubio.
Me dijo porque en lo que esperas se enfrié tu carro, yo te propongo dejarte calientito papi?, te la chupo rico, ándale el día ha estado flojo y no he tenido clientes, te trato bien, entonces el diablillo del morbo y la curiosidad hizo que accediera, por cosa del destino el auto se había quedado afuera de un hotel, ella me dijo vamos te ayudo a guardarlo, debo confesar que su voz ronquita y la fuerza que mostro al ayudarme a empujar el carro no despertaron en mi ingenua humanidad ninguna sospecha.
Al llegar al cuarto se desnudó dejando solo su rica tanguita, su cuerpo era de diez, firme, blanco, no mucha cadera pero su nalga parada como de patito, con tonos rositas en sus nalgas, tetas y cara, en la luz del cuarto pude ver su cara, guapa, era muy joven, tal vez 18, esa ricura me bajo el cierre y salió mi polla como navaja de muelle, dura, erguida y con la punta goteando liquido lubricante, a lo cual la putilla procedió a hincarse y a llevarse mi miembro a su carnosa boca, todo se lo trago, se lo metía hasta el fondo y con su lengua le alcanzaba para mamarme los huevos.
Yo estaba super excitado, ya que los chupones y lengüetazos que le daba a mi cabeza y tronco era una mezcla de ternura, cachondez lubrica y morbo que ya con mi mujer no tenía. De repente me acostó y le dije, quítate la tanga, quiero ver tu coñito a lo cual solo sonrió procediendo a quitarse la tanga, cual sería mi sorpresa que de entre sus piernas brinco una columna de carne gruesa como de 20cm que remataba en una cabeza rosa casi roja en forma de hongo; por un momento no supe que hacer o decir, pero reaccionando pensé, bueno si voy a pecar que sea del todo, por lo que procedí a agarrarle su tremenda pinga y en un momento sin pensar, ya estábamos enfrascados primero en un rico 69 y luego en una lucha de espadazos en donde mi pequeño miembro era el que llevaba la mejor parte ya que su cabezota me acariciaba rico.
Me puse en condón la puse en cuatro patas y le retaque su rosado culo de lubricante, procediendo a ponerme atrás de ella, hundiendo mi pito corto pero muy gordo dentro de ella quien dio un gritito cachondo al sentirse embestida, en eso pensé, mmm se siente igual o mejor que una vagina, luego empecé a bombear primero despacio para dejar que su esfínter se acostumbrará a mi pito, luego poco a poco aceleré mientras ella gemía, moviendo sus caderas en círculos, dándome de vez en cuando apretones con el culo, su gran tronco en ese momento quedo flácido, pero se bamboleaba rico junto con sus bolas (las cuales eran ridículamente pequeñas comparadas con las mías y desproporcionadas con respecto a su miembro grande), su pito y bolas estaban chocando con mis bolas, dándome un rico masaje, todo esto fue la gloria hasta que no soporte tanto placer y me derrame dentro de ella.
Ella tomo mi pito aun duro y lo fue sacando de su ano, mientras yo me quedaba exhausto boca arriba, ella quito mi condón mientras me decía, que bárbaro, la tenías atrasada, “cuanta leche”.
Mientras descansábamos le pregunte si no le dolía el culo y me dijo que sí pero que era a la vez rico, que mi pene corto pero gordo le sobaba rico la próstata, me dijo, ¿quieres probar? Y moví rápido mi cabeza negando, anda insistió ella te lo hago despacio, me pregunto, ¿nunca lo ha hecho por ahí, entonces voy a estrenar?, sonriendo me dijo anda y otra vez la curiosidad me ganó.
Me puso en cuatro, me abrió mis nalgas dejando expuesto mi virgen culo, cual sería mi sorpresa que de repente sin avisar su lengua comenzó a hurgarme el ano lo cual me gustó mucho, sentía cosquillitas, luego, ella acercó su plana pelvis y empezó a frotar su tremendo animal entre mis nalgas, cada vez más acercándose a mi ano, en ese momento pensé en abortar la misión pero sus fuertes manos me tenían agarrado de las caderas, o tremendo dolor al sentir su cabezota abrirme, no abrirme, romperme el culo, sentí como abría mi esfínter y ahí fue donde me dolió más, pero mi verdugo no paro, otro empujón y su chorizo entro hasta la mitad, ya para ese momento no sabía si era dolor o angustia porque pensé que me iba a partir en dos, luego otro empujón y sentí toda su verga dentro de mí, sentí chocar sus bolas con las mías, realmente me sentí poseído como nunca, mientras ella me decía, o mi amor estas bien, pero bien apretadito.
Después de que entró toda, se quedó caballerosamente quietecito y empezó a sacarla, en ese momento pensé ¿dios estoy defecando?, porque era una sensación similar, luego de regreso para adentro, dolor y solo dolor, así repitió no sé cuántas veces ese tortuoso ciclo hasta que mi culo empezó a dilatarse y fue cuando sentí un placer raro, mi pene empezó a gotear liquido transparente y por dentro mi próstata gozaba de lo lindo.
Por fin termino, su tronco palpitaba y su cabeza expulsaba, atreves del condón sentía chocar su leche dentro de mí, descansamos, le pague y antes de despedirnos me agarro la verga y me dijo estas bien rico, (cosa que mi esposa ya no me decía), salimos, yo confundido pero satisfecho, ella a seguir trabajando y así fue la primera vez que tuve sexo gay, debo confesar que me gusto y que lo volvería hacer en cuanto pueda.