... de pronto sentí que la punta de su pene había entrado, aún no sentía dolor. Poco a poco mi primo fue empujando y cuando entró un poco más, sentí como un pinchazo que desapareció rápido y se convirtió en placer. Así siguió hasta que noté que lo tenía todo adentro. Si, era genial, mi sapito había aguantado el pene duro y crecido de mi primo. De a poco sentí mi corazón acelerar y un placer inigualable cuando él empezó a meter y sacar...
Relato
Después de ver cómo el vecino Miguel había desvirgado a mi prima Eliana, me retiré del lugar con la entrepierna mojada y llena del deseo de sentir lo mismo.
Me alejé corriendo del lugar por si me veían, me metí directo al bañero al llegar a la casa. Me eché harta agua fría con la esperanza de apagar la enorme excitación que sentía. Me empecé a acariciar los senos y el sapito, comencé a sentir rico; pero me detuve, yo sabía que con el pene de un chico debía sentir ese placer.
Me sequé y me fui a la habitación que compartía con Eliana; tenía que esperarla a ver si me contaba lo que había hecho con Miguel.
Me quedé unos minutos dormida sobre la cama, cuando ella llegó directo a hacerme despertar:
-“Prima, despierta. Te tengo que contar”.-Me dijo en tono suave, moviéndome.
-“Eliana, ¿dónde estabas?”.-Le dije reaccionando, simulando no saber nada.
-“Te cuento que ya lo hice con Miguel, hoy me hizo el amor”.-Me contó en tono más suave todavía.
Ahí puse cara de sorpresa, como que no me lo imaginaba.
-“¿De verdad?, ¿y qué sentiste? ¿Es tan rico como dicen?”.-Le interrogué.
-“Si primita. Enserio que había sido riquísimo; al principio me dolió un poco, pero luego entró normal y sin problemas el pene de miguel en mi sapito”.-Me respondió, poniéndome en la mente su cara de placer que le noté.
-“¿Te lo metió así duro y parado como lo tenía cuando se hizo la paja?”.-Volví a interrogarla.
-“Claro, lo tenía durísimo y enorme. En un momento pensé que no lo iba a aguantar, pero créeme que la excitación es tan grande que el sapito se abre lo suficiente y logras tenerlo todito adentro”.-Me siguió explicando Eliana.
El relato de mi prima, me estaba empezando a excitar de nuevo y poco a poco sentía mojado “ahí abajo”.
-“Prima, son unas cosquillitas bien ricas que primero sientes en el abdomen, luego se hacen más y más ricas, hasta que no puedes aguantar y sientes que todo tu cuerpo se estremece. Es difícil de explicar, debes sentirlo para conocer la sensación exacta”.-Prosiguió Eliana.
De verdad que el asunto se estaba poniendo por demás excitante, me daba hasta envidia por ella. Era una realidad que Eliana me hacía notar que era maravilloso ser penetrada por el pene de un hombre y que lo que se sentía era sin igual.
Mientras mi prima me contaba su experiencia, yo no dejaba de planear en mi mente, con quién iba a hacerlo.
Como había mencionado al terminar mi primer relato, pensaba en Miguel, en mi primo y en mi mismo hermano; definitivamente, el instinto animal se estaba sobreponiendo al racional.
Eliana terminó diciéndome que estaba muy feliz y que pensaba hacerlo todas las veces que pueda con Miguel, cuidándose de no hacerse embarazar.
Esa noche no dormí, me entraban ganas de acariciarme el sapo; sentía hormigueo en los senos al pensar en cómo Miguel chupaba los de mi prima. Era tortuoso, pero el fin tenía que encontrar una solución.
Al día siguiente desperté y no estaba Eliana, me fui a la cocina y parecía que se salieron todos.
Fui al cuarto de mi hermano y mi primo y tampoco estaban; en fin, me pareció raro que no me hayan dicho que salían.
Me fui al patio antojada de comer un mango, cuando noté que alguien estaba en la bañera.
-“Tía Fátima, ¿te estás bañando?”.-Grité.
-“No, no soy mi mamá”.-Me contestó una voz de hombre, que luego descifré que era de mi primo
Por alguna razón sentí un chispazo eléctrico que me subió de los pies a la cabeza y me acerqué despacio al bañero para espiarlo por el hueco que hice.
¿Se estará pajeando?, ¿estará con su pene al aire?, ¿lo tendrá duro?. Eran las interrogantes que me venían y me hacían tener el deseo enorme de verlo.
Cuando llegué, me agaché con la firme intención de verlo, cuando de pronto él me descubrió:
-“¿Qué estás haciendo pendeja? ¡Te pesqué queriéndome espiar!. Ahora sí le digo a mi madre y vas a ver cómo te va”.-Me dijo con cara de enojadísimo.
-“Perdona primito. Por favor no le digas a la tía Fátima”.-Le dije en tono de súplica.
-“De manera que te gusta espiar hombres. Eres aún feta para tener esos alcances. A ver dime, ¿qué me viste?. Pero dime la verdad porque enserio que le digo a mi madre”.-Me dijo amenazante.
-“Nada primito, enserio que recién me estaba acercando”.-Le contesté.
-“Mentirosa, ¿crees que no me di cuenta del hueco que hay ahí?. Algo me dice que ya me has espiado antes”.-Me increpó haciéndome sorprender.
-“Está bien. Sí, ya te he espiado antes y te he visto haciéndote la paja con tu mano”.-No se de dónde saqué el valor, pero le respondí así.
… se puso rojo y ya no supo cómo reaccionar.
-“¿A si?, y ¿quién te dijo que eso es hacerse la paja?, ¿cómo sabes que lo que me hice se llama así?”.-Me dijo, queriendo reaccionar de su asombro.
-“Yo lo se, y se que ustedes los hombres se lo hacen para sentir el mismo placer que cuando nos culean a las mujeres”.-Respondí sorprendiéndolo aún más.
-“¿Entonces ya sabes lo que es culear?, ¿sabes cómo se hace?”.-Me volvió a interrogar.
-“Si. Se que el hombre mete su pene parado en el sapito de la mujer y que ambos sienten rico”.- Una vez más le contesté llenándolo de asombro.
-“No me digas que ya te has hecho culear con algún huevón de por ahí”.-Me dijo en tono de sorpresa.
-“No, pero ya quisiera que me lo hagan”.-Le dije sincerándome.
En eso …. Me miró y me dijo sorprendiéndome:
-“Primita, viéndote bien, ya tienes el equipo suficiente para hacerte el amor. ¿Puedo tocas tus tetitas?”.
Yo no le pude contestar a la pregunta, pero con mi silencio le otorgué el derecho de agarrarme los pechos, que como dije ya estaban desarrollándome.
… me los tocó por encima de la polera, luego deslizó las manos por debajo y llegó a mi sostén. Yo no lo evitaba, hasta que con sus dos manos me lo desabrochó y me los agarró directamente. Sentí fuego dentro de mí al sentir la piel de sus manos posándose en mis pechos y más cuando empezó a juguetear con mi pezón. … estaba con una toalla en la cintura y de pronto advertí que su pene se le estaba parando.
-“Tú ya me viste todo, es justo que yo también te vea todo”.-Me dijo en tono de excitación.
De pronto, y otra vez sin oponer resistencia me empezó a bajar el short hasta dejarme en calzón.
… me metió al bañero y me empezó a besar.
-“Primita, ya eres una mujer y si sientes el deseo de ver hombres, es porque ya puedes hacer el amor”.-Me dijo como música para mis oídos.
Yo no reaccionaba, solo me dejaba llevar, estaba excitadísima y estaba segura de que era con él con quien quería hacerme mujer. No tenía ni miedo ni nada por el tamaño de su pene duro que ya se le notaba bajo la toalla.
… me siguió masajeando los senos, me había quitado la polera, de pronto, luego de besarme la boca empezó a bajar y me hizo ver el cielo cuando me los empezó a chupar. Primero me mordió suavecito el pezón derecho y me lo chupó de la base a la punta, luego el otro. Con su lengua me lamió cada rincón de mis tetitas.
No me di cuenta en qué momento me empezó a acariciar mi sapito encima del calzón, estaba enloqueciendo de éxtasis. Tampoco me di cuenta en qué momento se quitó la toalla y estaba con su pene duro al aire.
Con un poco de temor y vergüenza se lo agarré y empecé a acariciar. Definitivamente habíamos perdido el control ambos. … agarró su pene duro y me lo acercó a la entradita de mi sapito, así en parados, haciéndome a un lado el calzón. Al sentirlo entre mis labios, sentí un cosquilleo riquísimo. Ahora se que me había presionado el clítoris con la punta.
-“Primita, acuéstate en la toalla”.-Me dijo.
Yo como hipnotizada, le obedecí, convencida de que me iba a hacer mujer.
Me acosté, … me sacó el calzón; yo por instinto separé las piernas y él se acomodó entre ellas.
-“Por favor despacio, que quiero sentir más placer que dolor”.-Le dije imitando a mi prima.
De pronto sentí que la punta de su pene había entrado, aún no sentía dolor. Poco a poco mi primo fue empujando y cuando entró un poco más, sentí como un pinchazo que desapareció rápido y se convirtió en placer. Así siguió hasta que noté que lo tenía todo adentro. Si, era genial, mi sapito había aguantado el pene duro y crecido de mi primo. De a poco sentí mi corazón acelerar y un placer inigualable cuando él empezó a meter y sacar.
-“Que rico primita, estás estrechita. Se siente delicioso tu huequito”.-Me dijo en tono de éxtasis.
Me encantó el hecho de darle placer a mi primo, pues sentí que ya era una mujer. Y lo estaba disfrutando.
-“Ya no puedo, ya no doy”.-Empezó a decir …. Más agitadamente.
-“Vacía primito, vacía toda tu lechecita dentro de mi sapo, quiero sentirla”.-Le dije extasiada también.
En ese momento tuve un orgasmo alucinante, el primero de mi vida a tiempo que mi primo vaciaba su leche ardiente dentro de mi sapito.
Fue genial. Mi primo estiró sus brazos sobre mí y se quedó mirándome a los ojos con la respiración acelerada y su pene aún dentro.
Luego de unos segundos se levantó, fue delicioso sentir como sacó su pene de mi sapito. Y solo atinó a decir:
-“Este que sea nuestro secreto. No le digas a nadie”.
-“Está bien, pero con una condición”.-Le dije.
-“¿Cuál?”.-Respondió …
-“Que lo volvamos a hacer”.-Le pedí.
Desde ese día me volví la amante de mi primo. Felizmente no me embarazó esa primera vez sin usar protección, a lo posterior él se protegía y disfrutábamos mucho del sexo. Siempre que jugábamos algo terminábamos haciéndolo o por lo menos dándonos unas buenas caricias en nuestras partes. Por ejemplo al jugar “oculta oculta”, nos escondíamos juntos y cada vez terminábamos con su pene en mi sapito.
Esta fue la historia de mi inicio sexual. Tal vez pronto les relate cómo descubrí que Eliana se hizo amante de mi hermano, sí, como lo leen. Ella culeaba con mi hermano y yo con su hermano. Hasta que un día nos descubrimos los unos a los otros y todo terminó en “intercambio familiar”, donde llegué a tener sexo con mi propio hermano y Eliana con el suyo.
Esa será otra historia que tal vez mi amigo Charly me haga el favor de redactar y publicar en un futuro.
A mis 12 años, con unas chavas de 12 13 y 14, algo nuevo para mi, mi iniciacion hacia el sexo, practicamente una orgia con ellas y con mis amigos, simplemente algo que recordare por el resto de mis dias.
Relato erótico enviado por Anonymous el 08 de June de 2004 a las 09:55:40 - Relato porno leído 464938 veces
La lleve a su recamara dentro los aposentos de la iglesia, ella repetía que era una locura pero también ya estaba caliente, lo note por su humedad que tenía ya en su vagina, ella me dijo que nunca había estado con un hombre y que no sabía ni como se hacía el sexo más yo le dije, “No te preocupes mamacita yo te guio” le subí totalmente su vestido y le abrí sus sexys piernas.
Relato erótico enviado por reycolegial el 07 de September de 2009 a las 16:44:00 - Relato porno leído 200975 veces
Soy jardinero en una mansión hace muchos años, los chicos crecieron con migo pero llego el día que Lucrecia la mayor se convirtió en mujer..-
Relato erótico enviado por felipepan el 15 de June de 2012 a las 00:27:20 - Relato porno leído 191574 veces
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charly_bo
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:40) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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