Al salir fue donde pasó todo, pues como pensé estar sola únicamente salí envuelta en una sábana blanca y con el cuerpo aun húmedo, fui al refrigerador de la cocina por una bebida fría y posteriormente a mi habitación donde ya me esperaba mi padre. Al entrar ya estaba ahí sentado en mi cama y me dijo ¡Hola mi amor que bueno que llegas, te estaba esperando!
Relato
A continuación están a punto de escuchar como mi propio padre sin importarle que fuera su hija, él me cogió, me fornico y me hizo el amor como a una puta. Mi padre quien es un hombre maduro ya de cuarenta y tres años de edad, es de piel morena, cabello negro, ojos color cafés claros y un rostro muy varonil, como no se afeita él tiene algo de barba e igual bigote. Es de estatura normal, complexión robusta y lamentablemente padece un poco de obesidad la que sin duda lo hace ver un poco mal, más esto en definitiva no le impide poder tener sexo todavía y ahora me lo hizo a mí, posee un pene gordito, de tamaño normal y se le para muy bien cuando esta excitado. El tiene tres hijos, dos hijas incluyéndome a mí y un hijo que es el mayor, mi hermana ya esta graduada de enfermera y además ya está casada también, mi hermano no tiene profesión así que trabaja como mecánico de autos y bueno yo con mis 19 años de edad aun estoy en la universidad, mi madre es únicamente ama de casa, esta es toda mi familia y les diré que gracias al trabajo de mi padre quien es dueño de una tienda. Yo soy una chica común y corriente que aun está en la universidad, como ya dije tengo diecinueve años de edad y no vayan a pensar que fue mi padre quien me quito mi virginidad, no para nada pues yo la perdí desde la secundaria y a partir de ahí únicamente con los chicos que me pongo de novia yo he venido manteniendo actividad sexual, si en definitiva debo confesar que nunca ni por descuido me imagine que algún día cogiera con mi propio padre. Con lo que respecta a mi físico yo soy de estatura alta, gozo de un cuerpo delgado y en perfecta línea, mi cintura es esbelta y mi vientre perfectamente plano gracias a que me cuido tanto en ejercicio como en alimentación, poseo unos pechos no muy grandes pero provocativos, también unas deliciosas piernas y unas nalgas muy sensuales, soy de piel medio morena, mi cabello es naturalmente negro pero yo le tengo pintado de rubio castaño, mis ojos son de color negro, poseo unos dientes perfectos y una mirada muy coqueta.
Bueno verán, desde que empecé a convertirme en mujer yo note que mi padre inicio a verme ya no como hija si no, él ya me veía con deseo y morbosidad. Mi padre comenzaba a aprovechar diversos descuidos míos para verme desnuda y hasta en la menor oportunidad me espiaba, así fueron pasando los años y al hacerme sexualmente activa yo pude notar que de alguna manera mi padre se dio cuenta que ya había perdido mi virginidad y así fue como cada vez más iba aumentando sus ganas de cogerme y hacerme su mujer, lógicamente que yo no le correspondía e incluso llegue a pensar en decirle a mi mamá lo que pasaba entre yo y mi madre, sin embargo yo no queriendo provocar un problema entre ellos que tal vez ocasionaría un irremediable divorcio, yo no lo hice así que únicamente me cuida, por ejemplo cuando me bañaba me aseguraba de cerrar bien la puerta, igual cuando me quitaba.
En fin hubieron varios momentos en que llegó incluso hasta manosearme, pero para no alargar mucho este relato únicamente relataré una ocasión, que sin duda fue la más atrevida antes de que lograra cogerme de verdad. Sucedió una noche que llegaba de pasear con mis amigas, yo me puse una minifalda jeans esa ocasión, así mientras yo estaba abriendo la puerta de mi recamara, mi padre llegó y me dijo ¡Hola mi hijita! Y al instante coló su mano debajo mi falda, la metió entre mis piernas y logro tocarme mi zona vaginal sobre mis bragas. Yo al momento que sentí esto, de un golpe retire su mano de mi intimidad e ingrese de prisa a mi habitación, con esto nuevamente me motive a decirle todo a mi madre y esta vez estuve a punto de hacerlo al día siguiente durante el desayuno, con mi padre estando presente pero al momento que iba a decirlo me entro temor e invente ya no más una tontería para salir de esa. Bueno ese día termino sin más novedades. No más bien el gran momento en que logro hacerme suya fue una semana después, para ser más exactos una buena tarde de martes, eran las 3:30 de la tarde, a esa hora mi hermana y hermano estaban en su respectivos trabajos al igual que mi madre y según creí yo que también mi padre, pero sin duda me equivoque pues él se había quedado en casa sólo para eso, sólo para lograr joderme. Yo había acabado de llegar de la universidad, como estaba haciendo bastante calor y además creí estar sola decidí darme un buen baño, en dicho baño no logro nada pues aunque creía que nadie estaba pero sólo por rutina yo aseguré perfectamente la puerta.
Al salir fue donde pasó todo, pues como pensé estar sola únicamente salí envuelta en una sábana blanca y con el cuerpo aun húmedo, fui al refrigerador de la cocina por una bebida fría y posteriormente a mi habitación donde ya me esperaba mi padre. Al entrar ya estaba ahí sentado en mi cama y me dijo ¡Hola mi amor que bueno que llegas, te estaba esperando! Yo por la misma sorpresa solté el vaso de agua y le dije con voz de enojada ¿Qué hace aquí padre?
-Tranquila hijita que sólo quiero hablar contigo-
-Veras mi amor, tú te has convertido en toda una señorita y una muy guapa-
-Por eso no sabes el deseo que has encendido en mí, hijita mía-
-¡Estás loco!- le grite mientras intente huir pero fue imposible.
Me tomo por la fuerza e inicio a tocarme mis senos y a apachurrarlos como queriéndolos exprimir, ¡No te imaginas lo cuanto se me antoja tu vaginita puta! Al instante me quito la sabana y así quede totalmente desnuda ante él. A sorpresa me introdujo uno de sus dedos en mi culito y esto mismo hizo que gritara pero él me tapo la boca ¡No tiene porque ser difícil hija mía! Me dijo mientras separo mis piernas para comenzar a comerme mi vagina, mi padre chupaba mi vagina como loco y con sus dedos separaba mis labios vaginales para intentar meterme su lengua. Por fin con esto pude sentir placer y vaya que si era un placer infinito por el que sin duda deje mi resistencia para entregarme al placer prohibido, a los breves minutos yo ya gemía de placer. Mi padre penetraba mi culito con sus dedos a toda fuerza que me estaba volviendo loca, por fin después de esto fue donde se coloco el preservativo y de un solo empujón me metió toda su verga hasta el fondo de mi vagina e inicio a hacerme el amor como todo un amante perfecto, eran sin duda momentos de gloria en los que sentía como entraba y salía ese pene de mi raja a toda velocidad, al terminar se quito su condón y eyaculo directo sobre mi cara. Fue uno de mis mejores sexos de mi vida y lo más bueno es que nadie se entero de esto, ahora ambos somos amantes y discretamente hacemos el amor cuando se nos da la gana.
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 784594 veces
Si te ha gustado Mi propio padre me hizo el sexo vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Mi propio padre me hizo el sexo.
putita golosa
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
Nelson Enrique Bello Juli
(30 de August de 2010 a las 20:52) dice:
Como ya tienes padre,yo quisiera ser tu TIO. pedroperico
(26 de July de 2012 a las 01:20) dice:
EXELENTE. ESCRIBEME. calacaliente
(24 de August de 2010 a las 23:28) dice:
si esta que ganas deser tu padre putita golosa luis123
(24 de August de 2010 a las 01:50) dice:
pues es un buen relato sigue asi lobocalientee
(1 de February de 2011 a las 19:37) dice:
muy buen relato espero mas
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