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MI RECALIENTE TIO

Relato enviado por : Anonymous el 16/07/2007. Lecturas: 16854

etiquetas relato MI RECALIENTE TIO .
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Resumen
De como mi tío Teo se repone de sus lesiones en el hospital y se recalienta con mi mamá.


Relato
Me llamo Ramón y vivo en una ciudad del norte de España. Cuando ocurrió este episodio yo tenía once años y todavía me excito cuando me viene a la cabeza.
Mi tío Teo, hermano menor de mi padre, un atractivo joven de 23 años, había tenido un accidente de moto, y como estaba soltero y nosotros éramos su única familia, todos los días íbamos a visitarlo al hospital. En el percance había roto la pierna izquierda y se había lesionado las manos, por lo que permanecía inmovilizado en la cama. Muchas veces mi hermana Gelu y yo acompañábamos a mis padres y pasábamos con él buena parte del tiempo en una habitación ocupada por él solo. Mi padre, como trabajaba de taxista ,iba siempre que podía, por lo que más frecuentemente iba mi mamá, una bonita mujer de 32 años. Fue precisamente en una ocasión en que fuimos solos mi madre y yo cuando ...

El pobre Teo no podía moverse de la cama. Incluso para hacer sus necesidades fisiológicas necesitaba ayuda. Estando en la habitación mi mamá y yo, mi tío tuvo necesidad de mear, y para ello había que colocarle un orinal en forma de cuña, que consistía en una especie de botella aplastada por la que tenía que intruducir el pene. Resulta que nos comunicó esta apremiante necesidad y mi madre se dispuso a llamar a una enfermera para que lo atendiera, porque él con sus manos vendadas no podía. Pero resutó que la enfermera no aparecía y entonces Teo le pidió a mamá que le colocara ella la cuña, cosa a la que mamá se negó. Como no aguantaba más, mama me dijo que le ayudara yo, y así fue como introduje el orinal por debajo de la sábana, busqué la abertura del pijama y cogí su poronga. ¡ Vaya pollón tenía el tío Teo! No sé como pude meter aquella verga en la boca del orinal, pero el problema serio fue cuando intenté sacársela. Teo se había excitado y la polla le había crecido, de manera que se había atascado. Mamá miraba disimuladamente al exteriuor desde la ventana de la habitación mostrando un imponente culo que no perdía de vista mi tío. Entonces éste me dijo al oido:
- Trata de sacarla poco a poco. Empieza por empujar la cuña hacia arriba y hacia abajo despacito y ritmicamente.
Mientras yo estaba en esa labor, subiendo y bajando la cuña, tío Teo no dejaba de ver las nalgas de mamá. No tardó en dar un espasmo y al poco vi como la polla de Teo se aflojaba y salía del frasco sin problemas. Cuando fui a verter la orina al wc observé que mezclado con el meo había una especie de líquido blanquecino. A mi tierna edad aún no me había enterado de que el fogoso y apuesto tío Teo había tenido una formidable corrida pensando en mi mamá y yo, si saberlo, le había hecho la paja que él no podía hacer al tener las manos lesionadas.

Unos días después mi hermanita y yo fuimos con papá a visitar al Tío. Gelu es una niña encantadora, dos años menor que yo, que quiere con locura a mi joven tío. Por eso, nada más entrar en la habitación lo primero que hace es echarse sobre él, sentándose sobre su vientre, sin preocuparle su estado de salud. Teo, que es un encanto, deja a su sobrinita favorita que monte sobre él y juegue con su pierna escayolada, que la nena ya ha pintado con decenas de dibujos y frases de afecto. Pues resulta que estando en dicha visita mi padre fue requerido por el celular de la empresa de autotaxis y tuvo que ausentarse para hacer un servicio urgente. Nos dijo que nos quedaríamos solos con Teo durante una hora aproximadamente y que luego vendría a recogernos. Nos hizo prometer que nos portaríamos bien y que obedeceríamos en todo al tío Teo.

Al poco de irse papá, el tío nos propuso un entretenimiento: Jugaríamos al caballito sobre su pierna escayolada. Yo debía ponerme justo en el muslo y Gelu encima de su bajo vientre,ambos dándole la espalda, y tendríamos que cabalgar siendo yo el caballo y mi hermanita el jinete. Para que el juego fuese más real, a mí me colocó una cinta de regalo que tenía sobre su mesita a modo de rienda. El juego empezó cuando Teo anunció:
- Cuando yo diga ¡a cabalgar! vosotros empezáis a saltar suavemente sobre mí.
Bien se había ocupado el muy cabrón de que la conchita de Gelu coincidiese sobre su polla, de manera que las braguitas de la nena rozaban la fina sábana bajo la que estaba su abultado paquete. Y así fue como empezamos a trotar ... Teo notaba aquella rajita sobre su glande y después de un buen rato de sentir su presión, pidió que acelerasemos el ritmo. El tío Teo se convulsionó, se arqueó todo lo que pudo para sentir el roce de la almejita y se corrió dentro de su pijama. Cuando terminó, se quedó todo relajado y traspuesto. Al bajar de su pierna, una vez acabado el juego, me pidió que le alcanzara la cuña para orinar. Entonces pude comprobar como tenía todo el pijama y la polla pringada de leche:
- Tío Teo, no hace falta que aguantes tanto para mear, que te lo has hecho encima.
Y el muy hijoputa se sonrió por mi ingenuidad.

Otra tarde fuimos a visitar a Teo mi madre y yo. Mi tío estaba todo contento porque ya le habían sacado las vendas de las manos. En un momento determinado, Teo manifestó que deseaba conocer los resultados de la quiniela deportiva porque jugaba un boleto y lamentó no tener allí el periódico del día. Mamá se ofreció a bajar al quiosco de la calle a comprar el diario, pero Teo dijo que podía ir yo, que ya era todo un hombrecito y así dempostraría mi capacidad. Mamá manifestó que aún era muy pequeño para recorrer los pasillos del hospital y utilizar el ascensor, ya que estábamos en un noveno piso, pero Teo insistió en que debía ya tratarme como a un muchachito de once años y darme una oportunidad. Además, añadió, si está de vuelta antes de media hora le daré esa caja de bombones como premio. Yo me entusiasmé por el reto y convencí a mi madre para que me dejara ir a buscar el periódico.

Y así fue como eché a correr pasillo adelante, cogí el ascensor, bajé la escalatina de entrada, busqué en la calle el quiosco y compré el periódico deportivo. Luego me dispuse a hacer el recorrido a la inversa ...¡Si todo salía bien haría el recado en veinte minutos y recibiría el premio ... y el reconocimiento de los mayores!
Cuando entré en la habitación no había nadie: la cama estaba vacía y ni rastro de mamá. Entonces oí un murmullo que salía del cuarto de baño ...

Por una rendija pude ver como mi tío estaba sentado sobre la taza del wc con el pijama por los tobillos y mi mamá sobre él con la falda por encima de las tetas y las bragas en la mano. Una enorme verga entraba y salía del coño de mi madre, a la que para silenciar sus gemidos más de una vez Teo le tuvo que meter las bombachas en la boca. Mi tío le chupaba las tetas con deleite y vi como los pezones los tenía duros y oscuros de puro gustito. Más de tres veces mamá gritó "me corro, me corro", pero lo más espectacular para mí fue ver cómo descabalgaba del cipote de Teo, se ponía de rodillas ante él, rozándose la concha con la escayola, y se metía toda la verga en la boca hasta que estalló y le inundó la garganta y la cara con abundante y espesa lechada. Yo no entendía lo que estaba pasando, pero desde mi escondrijo había llevadoinconscientemente mi mano a mi pijita y sentí una sensación placentera como nunca, que me recorría desde los huevos hasta la boca del estómago, y por primera vez solté un líquido pegajoso que no era meo: había tenido mi primera eyaculación, que repetí una y otra vez al llegar a casa recordando aquella especial escena.

Cuando Teo y mamá salieron del cuarto de baño se sorprendieron al verme tranquilamente sentado leyendo el periódico. Se pusieron muy nerviosos, pero pronto se tranquilizaron cuando les dije:
- He ganado la apuesta; quiero el premio.
Y ellos se sintieron reconfortados hasta que añadí:
- Tío Teo, te has olvidado de poner las riendas a mamá cuando te cabalgaba.


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:56) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

Jose_24 (14 de January de 2012 a las 19:39) dice: A ramonsito le falto chantajear a su mama


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