mi saobrina Analia

Uno de estos días, estando en casa de mi hermana, me comenta que su hija Analía anda nuevamente en malos pasos, ya que se sigue encontrando con su ex novio de hace varios años, del cual mi hermana piensa que solo la usa para coger y que no tiene ningún porvenir al lado de ese muchacho, y me pide por favor si yo la puedo controlar; yo le digo que voy a tratar de controlarla y me tomo dicho compromiso ya que su marido, mi cuñado, no se ocupa para nada de su familia y anda siempre despistado.-
La verdad que Analía es una chica de 24 años, muy linda de cara, con muy pocas tetas, lindas piernas y un culo que realmente es para admirar y al cual la verdad que hace mucho tiempo le tengo ganas; algo que distingue a mi sobrina es su boca, porque es muy mal hablada, a pesar de cuidarse bastante delante mío, siempre se le escapa alguna guarangada que yo no dejo pasar y le llamo la atención.-
Empecé a controlarla y en muy poco tiempo me di cuenta que mi hermana tenía toda la razón del mundo porque Analía se seguía viendo con Pablo, que es el sujeto en cuestión; viendo sus actitudes llegué a la conclusión que ellos dos estaban cogiendo a piacere, porque desaparecían durante horas y después aparecían, siempre moviéndose en la moto de él.-
Hasta que un día que yo llegaba a casa de mi hermana, los veo salir con la moto y tratando que no me vean, me pongo a seguirlos con mi auto; no me sorprendió cuando los ví dirigirse a un hotel; una vez que entraron, calculé un turno de hora y media y aproximadamente para ese momento me encontraba caminando muy cerca del hotel; cuando veo salir la moto, me dejo ver por mi sobrina como para que se diera cuenta que yo estaba al tanto de sus fechorías.-
A la siguiente vez que nos vimos, yo no le dije nada, esperando a ver cual era su reacción, pero ella tampoco hizo comentario alguno acerca de lo que había pasado, pero la siguiente vez le dije que teníamos que hablar y ella me preguntó sobre que asunto, diciéndole que ella sabía positivamente de que se trataría nuestra conversación.- Cuando quedamos solos, enseguida me preguntó sobre que quería hablar yo con ella, entablándose el siguiente diálogo;
• Sobre que querías hablarme tío
• Vos sabés mejor que yo que quiero hablar de las cogidas que hacés con Pablo, sabiendo que tu madre no quiere saber nada con ese tipo
• Como podes hablar de mis cogidas?
• Porque te ví entrar y tambien salir del hotel, me imagino que no van al hotel a jugar a las figuritas, no?
• No, no jugamos a las figuritas, jugamos a algo mucho mejor que eso
• Me imagino a que juegan, pero si no querés tener más problemas, tendrás que demostrarme que hacen los dos juntos
• Ay, tío que me querés decir con eso?
• Te quiero decir que te voy a coger como la putita que sos y voy a disfrutar de vos, porque hace mucho tiempo que te tengo ganas
• Que alegría tío, yo tambien te tengo ganas
Justo en ese momento llegó el padre y nuestra conversación quedó trunca, pero ya había empezado y no me podía echar atrás.-
A los pocos días, una tarde la llamé por teléfono a su trabajo y le pregunté a que jora salía para ir a buscarla y hacer realidad lo que habíamos hablado; que avisa en su casa y que pusiera cualquier excusa para justificar su llegada tarde; ella demostrando mucha alegría, me dijo que me esperaba a las seis de la tarde y que en su casa no habría problemas que ella se encargaba de solucionar todo.-
Cuando llegué con el coche, Analía ya me estaba esperando, subió y me dio un beso en los labios, se sentó y se acomodó la minifalda que por casualidad había llevado ese día a su trabajo mostrándome gran parte de sus piernas; al ver que yo le miraba las piernas, me preguntó si me gustaba lo que estaba viendo; le contesté que sí, pero que más me iba a gustar todo lo que iba a ver dentro de un rato; mi contestación la hizo ruborizar completamente y entonces se acomodó mejor en el asiento y se quedó callada un largo tiempo, pareciéndome que se encontraba muy nerviosa, quizá por encontrarse tan próxima nuestra primera vez; llegamos a un hotel que yo ya conocía; nos bajamos y pedí la mejor pieza disponible en ese momento; me designaron una habitación muy bien equipada con un gran somier y tambien con bañera con jacuzzi.-
Yo enseguida me desnudé, pero Analía no se decidía; le pregunté que esperaba y me dijo que le daba mucha vergüenza desnudarse adelante mío que soy el tío y además le llevo casi treinta años; yo le dije que de ahora en adelante ella iba a ser mi putita y entonces tenía que hacer todo lo que yo le pidiera; empecé a ayudarla, enseguida le saqué la blusa, tambien el corpiño dejándola con sus pequeñas tetitas al aire que ella enseguida tapó con sus brazos demostrando su nerviosismo y vergüenza; yo le seguí hablando mientras la iba desvistiendo hasta que quedó completamente desnuda; tenía la conchita muy bien depilada, lo que mereció un beso de mi parte mientras ella se estremecía por el beso; entonces la abracé y la llevé a la bañera y puse en marcha el jacuzzi; el agua estaba hermosa; me senté bien cómodo y la hice sentar a ella arriba mío mientras mi pija ya se encontraba en todo su esplendor; una vez sentada. Mi pija se metió entre sus piernas asomando entre ellas; sin que yo le dijera nada, ella empezó a acariciarme la cabecita logrando que mi pija alcanzara el máximo de su longitud y grosor; en ese momento me dijo que yo tenía una pija muy grande, que la de Pablo era más chica, pero que esperaba que los dos disfrutáramos en forma.-
Estuvimos un rato tocándonos mientras el agua acariciaba nuestros cuerpos y yo jugaba con sus tetitas, metiéndomelas en la boca, hasta que sus pezones se empezaron a endurecer; me di cuenta que se estaba excitando por lo que le dije de salir del jacuzzi, secarnos e irnos a la cama para empezar a coger; al salir del agua se hizo nuevamente la vergonzosa, pero entonces le dije que se había acabado el tiempo de la vergüenza y que debíamos empezar con lo nuestro.- Ella me hizo caso, se secó y se fue a recostar en la cama; yo la hice poner en cuatro y de ese modo quedó ese hermoso culo que yo tanto había deseado, a mi disposición.- Analía me dijo que tenía miedo porque por ahí no lo había hecho nunca; entonces le dije que lo íbamos a preparar convenientemente para evitar cualquier tipo de problemas; con el culo al aire se lo empecé a besar, a darle mordisquitos, a pasarle la lengua mientras ella se iba excitando; paré un poco con mi atención al culito, tomé un gel que había en el baño y me unté bien un dedo, el que metí en su ojete y lo empecé a mover tratando de lubricarlo por dentro; ella al principio se estremeció y cuando se fue calmando saqué mi dedo y en esta oportunidad me llené de gel dos dedos y muy suavemente se los metí; Analía nuevamente se estremeció pero mis dos dedos empezaron a hacer su trabajito y su culito se iba adaptando a este nuevo invasor.-
Estuve así un rato hasta que le saqué los dos dedos y consideré que había llegado el momento esperado; apoyé mi cabecita en su ojete e hice fuerza para entrar; al principio costó, pero me unté bien la pija con el gel y probé nuevamente logrando introducir casi toda la cabecita de mi pija en su ojete; ella fruncía impidiéndome avanzar más; entonces le pedí que se relajara porque de esa forma íbamos a poder gozar los dos; ella me dijo que le dolía mucho, pero que yo siguiera porque ella quería sentirse penetrada por su tío querido; poco a poco fue entrando hasta que mis bolas chocaron con su conchita, señal de que había entrado toda; Analía ahora sonreía a pesar que sus ojos estaban llenos de lágrimas por el color de la primera vez, y me decía que eso le estaba gustando mucho y que quería volver a hacerlo; -todavía no había terminado la primera vez y ya quería repetir- me quedé quieto un rato hasta que ella sola se empezó a mover y me dijo que sentía mi pija en su garganta de tanto que la había penetrado; ella de repente empezó un ritmo alocado y lanzó un tremendo grito.- Había tenido su primer orgasmo y me preguntaba que era lo que había pasado que había sentido tan rico; yo le pregunté si nunca había acabado y me contestó que sus cogidas con Pablo eran para él nada más; que él le ponía un rato la pija en su concha, acababa él y se terminaba la función, o sea que ella nunca había experimentado tan rico orgasmo y este había sido con mi pija clavada en su culo.- Pensé que ahora tenía que ofrecerle otro, así que la hice recostar y abrir de piernas para chuparle bien la concha; tenía un aroma especial por alguna esencia que se había puesto, se la chupé hasta que ella empezó a convulsionarse y dando otro tremendo grito, tuvo su segundo orgasmo del día.- Se repuso y me dijo:
• Tío, Pablo en un pelotudo que no sabe hacerme feliz, de ahora en adelante el único que me va a coger vas a ser vos porque me hiciste acabar dos veces seguidas; de a poco se lo voy a decir a mamá que quiero ser tu amante
• Yo encantado Analía, pero que pensás que puede pensar tu madre?
• No tengo idea, pero puede ser que la agarre en un día bueno y ella quiera asociarse a nuestra fiestita
• Ojalá se dé como vos decís, porque me gustaría cogerme a mi hermana
• Bueno tío, yo voy a hacer la prueba y si se da, gozamos los tres
Por ese día, nos dimos por satisfechos, ella había acabado dos veces y estaba muy feliz, mientras yo estaba muy contento de haberle roto el culito y darle una buena chupada de concha.-
Nos fuimos para nuestro barrio, la dejé muy cerca de su casa, ya que no quería que todavía saliera a la luz nuestros amoríos.-
Después de un par de días, pasé por la casa de mi hermana para tomar unos mates, mi hermana lucía en su cara una sonrisa cómplice, pero no quise preguntar nada para no entorpecer la situación; mi sobrina se sentó a mi lado mientras tomábamos mate y cuando su madre no miraba, me acariciaba la pija que se fue poniendo dura y yo tratando de disimular; hice todo lo que pude hasta que me pude levantar y disimulando me fui hasta la puerta; Analía me acompañó y en la puerta me dijo que quería repetir la salida del otro día; le dije que iba a acomodar mis cosas y le avisaba; me dijo que no tardara mucho porque ella estaba muy caliente.- Lo que yo quería arreglar era el lugar donde ir esta vez ya que en un hotel era un peligro por los gritos que ella daba; yo tenía un amigo que tenía cerca de nuestro barrio una casita que ocupaba para sus trampas; era solamente pieza, cocina y baño pero todo muy bien cuidado y en muy buen estado: esta casita había quedado encerrada dentro de un jardín y rodeada por dos grandes edificios, por lo que todo lo que pasara en la casa era ignorado por todo el mundo, siendo por eso el lugar ideal para que mi sobrina gozara a su manera.-
Conseguido ese lugar. Llamé a mi sobrina y le dije que al día siguiente nos veríamos y que tenía una sorpresa para ella; quedó intrigada por la sorpresa, pero yo tambien me llevé una sorpresa, porque me uso parar el coche en la primera estación de servicio que pasamos, se bajó y me dijo que esperara un rato; esperé pacientemente y la verdad que cuando la ví volver, no la reconocí se había vestido como una verdadera puta, se había puesto un top que le tapaba solamente sus pezones, dejando todas sus tetitas al aire y por supuesto, no se había puesto bombacha; al subir al coche, me abrazó y me dio un tremendo beso de lengua, cuando nos desenganchamos me preguntó si me gustaba así puta para mi; le dije que me encantaba y que como tal la iba a tratar; me preguntó cual era la sorpresa prometida y la hice esperar hasta que llegamos a la casita antes mencionada; le metí la mano entre las piernas y un dedo en la concha y de ese modo la invité a bajar; ella bajó sonriendo y enseguida le gustó la casita; en cuanto entró se desnudó por completo y me felicitó por el lugar que había elegido para nuestro encuentro.-
Como ya la tenía desnuda, me desnudé yo y le pregunté si alguna vez había hecho un 69; me contestó que había oído hablar pero que no lo había hecho todavía, me acosté y la hice acostar a ella arriba mío en la posición del 69; le dije que empezara a chuparme la pija y ella con un poco de resquemor empezó con su trabajo; cuando yo empecé con el mío de chuparle la concha, a ella le gustó sobremanera y entonces empezó a chupar con más ganas, pero fueron más potentes mis chupadas porque muy rápido la hicieron acabar, pudiendo ella entonces gritar como le gustaba por estar solos en la casa; la verdad que yo, además de chuparle la concha, le metía a la vez uno o dos dedos en su culito, lo que la volvía a estremecer; cuando se recuperó de su orgasmo, le dije que ahora le iba a enseñar a coger y a gozar ella tambien; la hice acostar perfectamente en la cama mientras yo me tiraba sobre ella en la clásica pose del misionero; en esa forma se la clavé y cuando ella se sintió bien llena, paso sus piernas por mi espalda apretándome bien contra ella y logrando una completa penetración; se calentó nuevamente y lanzando otro grito acabó otra vez, demostrando de esa forma ser una mujer multi orgásmica; se repuso nuevamente y entonces yo seguí con el mete saca hasta que logre llenarle la concha con mi leche; ella enseguida se sacó mi pija de adentro y se levantó porque la gustaba la sensación de que mi leche saliera de su concha y se derramara por sus piernas, haciendo un fino reguero blanco.-
Antes que se fuera a bañar, la agarré, nos acostamos, yo detrás de ella, la apreté bien por sus tetitas y le metí la pija en su culo que la otra vez habíamos estrenado; ella se movía contenta y feliz logrando un nuevo orgasmo esta vez con mi pija metida en su hermoso culo; después de su orgasmo seguí bombeando hasta lograr ahora llenarle el culo con la leche que quedaba en mis bolas; nuevamente se puso muy contenta, se paró y se puso delante de un espejo para verse como chorreaba dos los dos lados; me dijo que ahora só había disfrutado de sus cogidas en forma; nos fuimos a bañar, tomamos unas cervezas los dos desnudos; se volvió a vestir como una señorita recatada y de esa forma la llevé hasta su casa, mientras ella jugaba con mi pija cuando yo manejaba.-
Cuando llegamos a su casa, bajé yo tambien para ver que opinaba mi hermana, ya que Analía me había dicho que Irma mi hermana había empezado a sospechar.- Cuando me vió me preguntó sonriendo si ahora era yo el que complacía a su hija; le dije la verdad y que le preguntara a su hija si ahora no había aprendido lo que es la felicidad y que además ella se quería integrar al equipo, no había ningún problema de ninguna parte.-
Me dijo que su marido la tenía bastante olvidada, y que por lo tanto, iba a pensar en mi proposición y me iba a contestar.- Quedé esperando su contestación pensando que iba a ser positiva porque la veía a mi hermana como triste y abatida, por lo que yo iba a ser el encargado de hacerla feliz; a los pocos días me llamó y me dijo que le gustaría integrarse a nuestro equipo, pero quería hacerlo por partes o sea que al principio seríamos solamente ella y yo, sin intervención de su hija por el momento, le dije que no había ningún problema y que yo le avisaría el momento indicado; por mi parte le avisé a Analía de las novedades y se puso muy contenta porque así podría ver feliz a Irma su mamá.-
Un día de esa semana, la llamé a Irma y le dije que a la tarde pasaba por ella, y por si alguien estaba escuchando le dije que teníamos que ir a una reunión que realizaba la parroquia del barrio; ella entonces me dijo que a las tres de la tarde estaría lista para que vayamos a esa reunión.- A las tres de la tarde en punto, estaba con el coche en la puerta de su casa, y ella ya estaba esperando mi llegada; le avisó a su marido que salíamos y de ese modo puse el coche rumbo a la casita que había visitado con Analía.-
Mi hermana se había vestido muy simple; una blusa bastante escotada que dejaba ver sus tetitas que al igual que su hija no son muy grandes pero después comprobé que se mantienen firmes, con una pollera algo arriba de las rodillas con lo que mostraba sus hermosas piernas y ajustada en el culo, lo que lo hacía sobresaltar; ¡que hermoso culo tiene Irma¡; durante el viaje ella estaba tensa posiblemente por su nerviosismo ya que posiblemente fuera la primera vez que le iba a ser infiel a su marido y nada menos que con su hermano; iba muy callada y aunque yo trataba de hacer algún chiste para romper el hielo, ella se mantenía demasiado seria.-
Llegamos a ”nuestra” casita y la invité a bajar del coche; cuando intentaba bajar, dejó su culo adelante mi vista y me tenté y se lo toqué bien tocado; ella al principio puso cara de pocos amigos y después recapacitando, se sonrió y me dijo gracias, rompiendo de ese modo el hielo que se había formado.-
Entramos a la casa que ella empezó a revisar tomando nota de todos los detalles y me dijo que lo que íbamos a hacer era una verdadera locura; yo le contesté que no estaba obligada a nada y si quería volver, volveríamos a su casa sin problemas, pero mientras le decía eso, la empecé a acariciar y a decirle palabras dulces, lo que la fue haciendo cambiar de idea, ya que al rato ella estaba sonriendo muy complacida y la pude convencer para que empezara a sacarse la ropa; antes que empezara, agarré su mano y la puse sobre mi pija, la que ella empezó a acariciar diciéndome que era mucho más grande que la de su marido; le ayudé a sacarse la blusa y el corpiño quedando con sus tetitas al aire, las que intentó cubrirse con los brazos diciendo que le daba vergüenza mostrarse desnuda ante su hermano; nuevamente usé mi poder de convicción y mientras con una mano le acariciaba las tetitas, con la otra le sacaba la pollera quedando solamente con una tanga puesta; la verdad que me llamó la atención porque se trataba de una tanga muy chiquita que por adelante le tapaba solamente un poquito de su concha mientras que por atrás eran un pequeño hilo dental que se introducía en la raya, dejando todo su hermoso culo a la vista; su concha estaba completamente depilada y despedía un aroma hermoso, como signo de haber sido recientemente tratada por su dueña.-
Cuando yo quedé desnudo completamente me volvió a decir que mi pija era más grande que la que ella conocía, pero esperaba poder gozarla en forma; yo le dije que íbamos a coger con muchas ganas, que se olvidara que éramos hermanos y que pensara que el hombre que estaba con ella era su amante.-
Me dijo que lo iba a intentar, entonces le dije que antes que nada me gustaría darle por tan hermoso culo, como lo había hecho con Analía en lo que fue su primera vez; pero a diferencia de su hija, este culo había sido usado muchas veces, por lo que no me costó tanto trabajo ponérsela por el culo y ella se empezara a mover muy sensualmente; a medida que la iba cogiendo, ella iba dejando atrás todos sus recuerdos y se estaba convirtiendo en una verdadera puta; le encantó cuando le llené el culo con mi leche, pero ella previamente ya había tenido su primer orgasmo, el que trató de disimular por vergüenza, pero yo me di cuenta, y no le dije nada.- Se la dejé adentro un rato, hasta que mi pija fue perdiendo consistencia y sola se salió de tan rico cofre, momento que por primera vez nos abrazamos y besamos con besos apasionados como verdaderos amantes.- Descansamos un momento y se me ocurrió recostarla, abrirla de piernas y meter mi lengua entre sus piernas y empezar a chuparle la concha; eso la volvió verdaderamente loca, porque empezó a gemir en forma descontrolada, lo que no era escuchado por nadie por estar en la casita alquilada; y en unos segundos tuvo su segundo orgasmo de la tarde, ahora gritando en forma descontrolada.-
Cuando se repuso de su orgasmo, me agarró la pija y la empezó a chupar con ganas, y chupa y chupa y chupa hasta que le acabé en su boca, tuvo mi leche en su boca un momento, la degustó y a continuación se la tragó mostrándome su boca y su lengua limpita de semen.-
Fueron dos polvos prácticamente seguidos por lo que quedé realmente cansado; Irma ya había cargado sus pilas y me dijo que quería que la cogiera por la concha, pero no me daba más el cuero por esa tarde, así que quedamos que al día siguiente volveríamos a ese lugar para seguir cogiendo porque a ella le había gustado mucho todo lo que hicimos y estaba muy conforme de haberle sido infiel a su marido, que en realidad se lo merecía.- Pero al día siguiente había cambiado de idea: cuando llegué a buscarla ella estaba en su casa, vestida con unas sandalias, una pollera muy amplia, distinta a las que comúnmente usa que son muy ajustadas; y una blusa un poco escotada, mientras su marido se encontraba en la pieza de al lado tomando unos mates; cuando lleguè me dio un beso de lengua suave y me hizo sentar al lado de ella; cuando el marido se descuidó, entonces me dio un beso apasionado y me dijo si yo quería que se sentara arriba mío; yo no viendo ningún problema le dije que si, pero ella antes de sentarse metió la mano dentro de mis pantalones e hizo aparecer mi pija, que al notar el roce de su manita ya se había puesto dura; de ese modo ella se desparramó la pollera y se sentó sobre mis piernas; recién ahí me di cuenta que Irma no tenía puesta bombacha o sea, que su concha se acomodó sobre mi pija, buscando espacio para que se metiera en su concha; en ese momento volvió su marido que le llamó la atención por estar sentada en mis piernas, pero ella lo atajó diciéndole que yo éramos hermanos y además yo era mayor que ella y por lo tanto no pasaba nada; con esa idea el tonto de su marido se quedó tranquilo, mientras Irma se movía imperceptiblemente con mi pija metida en su concha, gozando ella y haciéndome gozar a mi; hasta que con suaves movimientos logró su orgasmo de lo cual me di cuenta por sus prolongados suspiros; pero pese a haber acabado no se quedó quieta y siguió moviendo sus músculos vaginales, hasta que logró que yo acabara dentro de ella y prácticamente delante de su marido; se quedó un rato en esa posición y cuando consideró que ya me había sacado la leche, me habló al oído y me dijo que me preparara porque ya se iba a salir.-
Le di mi conformidad y entonces ella se salió de arriba mío; se quedó unos segundos dándome tiempo para guardar mi pija y yéndose a sentar en una silla muy cerca nuestro.- Después le dije que lo que había hecho era muy arriesgado, pero ella me contestó que eso le daba más morbo a la situación.-
Seguimos haciendo locuras durante mucho tiempo más, pero eso se los contaré próximamente.-