Mi sobrino Leo y mi vecina Nancy

Desde hace meses Leo me visita casi a diario, mis hijas se acostumbraron a ver a este primo que abraza a su madre llevándosela al dormitorio de donde salen luego ruidos de cama chirriando y gemidos, otras veces gritos de placer de la mamá al tiempo que se escucha como la sacude este macho a su mamá en la cama.
Este sobrino lleva al dormitorio a la mamá y rápidamente ambos se desnudan…, él la mira desnuda y ella ve en sus ojos un brillo del deseo por poseer nuevamente ese cuerpo, este chico la admira y desea…, como cruje la cama al sentir Florencia las penetraciones de su nuevo macho, su sobrino, contra su cuerpo, se quejaba de las duras penetraciones, pero le agradaban deseaba a ese chico tanto como este a ella, y entre suspiros y quejidos ambos llegan a completar un delicioso apareamiento donde ella nuevamente siente que es penetrada divinamente por su sobrino y entrega sus fluidos a la vez que recibe los torrentes de semen que este semental vacía en su vientre, si la tenía embarazada, piensa Florencia al sentir los ríos de semen en su matriz como la puede desear tanto este joven semental y su marido ni la mira, cae agotada descansando entre los brazos de este chiquillo hoy su amante por mucho tiempo mas. Si de eso estaba segura que sería la mujer de este semental por años y no tendría solo un hijo de este sobrino sino que varios hijos. Su marido quien nada sabe nada sospecha y por despreocupado de su mujer esta se preñaría con su sobrino Leo.
Lamentablemente donde vive Florencia es una población con casas pareadas y los niños habían abierto una pasada por donde sin salir a la calle se pasaban a la casa el vecino. Su vecina Nancy también la ocupaba a veces y esta vez la ocupó y miraba sorprendida por la ventana de la cocina como Leo recorría sin oposición de su amiga su cuerpo y aún más veía como Florencia se satisfacía revolviéndose satisfecha de esos ataques carnales… de pronto sus miradas se encuentran y Florencia abre la puerta de la cocina y la hace pasar…, luego e presenta al sobrino Leo diciéndole este es mi consolador de carne y hueso no como el tuyo que es de plástico…, aprovéchalo y veras lo exquisito que es…empujando a Leo contra Nancy.
Nancy una mujer bien constituida de 37 años, no se mueve y menos cuando este joven muchacho comienza a recorrer su cuerpo con sus dedos, ella solo siente un frenesí agitado que baja por su columna desde su cabeza, gime casi inconciente, al sacudirse con estas agonías de goce carnal, no se entera cuando el macho la gira y comienza a besar su cuello, su barbilla y casi inconciente abre su boca para recibir las caricias en su boca acompañadas de la lengua del joven chico. Se besan casi con delirios, ahora es llevada Nancy casi suspendida hacia los dormitorios, no se opone está circunstancialmente fuera de sus principios matrimoniales, aún más, se desconoce a si misma abrazándose por el cuello de este muchacho y entregándose a sus deleites de placer al sentirse besada y acariciada por este macho… su macho del momento y este recorría su entrepiernas llegando a sus mojados calzones ante el placer de ser poseída por este juvenil semental y ella no se oponía… estaba en verdad desacomodada como mujer casada y madre de tres hijos. Siente cuando este semental la acomoda en la cama subiendo sus ropas más arriba de su cintura y mas se abrazaba a este chico, siente ese inmenso y grueso glande entre sus piernas tratando de llegar a su vagina y no se opone, es algo que ella no comprende como su cuerpo manda sobre su mente, esta dice no…no lo hagas, su cuerpo dice si desahógate después de meses sin sexo por parte de tu marido, entrégate a la copula de un apareamiento deplorable, irracional para una mujer casada, pero que te saciará de esas contorsiones de esperanzas carnales que te atormentan cada tarde al ver las comedias… gime y suspira al sentir como ese pene entra en su vagina camino a su útero, desgarrándole sus carnes interiores y llegar hasta mas allá de donde a llegado su marido, grita y se contorsiona excitada, comenzando un apareo con este macho donde ella mueve deliciosamente sus caderas y el macho penetra y vuelve a penetra su vientre con ese monstruoso pene, diez minutos que ella solo abre sus piernas, abraza al macho y menea sus caderas con placer y gozo…, luego siente las llegada de sus orgasmos no es uno como logra su marido este muchacho logra dos seguidos como se revuelva ardiente y gozosa Nancy, si encontró a su nuevo macho…, si ahora al igual que su vecina tenía un nuevo semental que la deleitaba y saciaba…, tendría que cuidarse o este macho la embarazaría, sentía en esos instante como este llenaba su matriz con fuertes chorros de semen depositados en su útero, si era feliz nuevamente era una mujer deseada y gozadora de un macho apasionado y ardoroso por poseerla.
Solicita hora para el médico y esa semana de espera a la consulta no la pasa sola ya que Leo la visita dos veces por la mañana y una vez en la tarde, tres veces mas abrió sus piernas a este juvenil macho, pero como la satisface si hasta la hace llorisquear de placer de sentirse estimada, apetecida, apasionada en sus entrega al juvenil muchacho, que la acopla en su cama llevándola al cielo de los placeres y gozos carnales.
Cuando va al médico le hacen las pruebas para darle los anticonceptivos y el médico le comunica que es muy tarde la preocupación de no embarazarse, le dice tú ya estas embarazada deberás cuidarte por que llevas un bebé en tu vientre. Nancy casi no lo cree, su marido necesito un año para embarazarla de su primer hijo y este semental juvenil le vasto una semana de apareamientos ardorosos con ella para fecundarla.
Va a casa de su vecina Florencia y le comunica la novedad, esta solo le dice sonriendo… bienvenida al club de las embarazadas por mi sobrino Leo… un grandioso y potente semental. Somos tres mujeres preñadas este mes.