Mi suegrita resultó buena en la cama

MI DOBLE VIDA


He decidido después de leer varios relatos parecidos al mio, contar mi historia, que aún todavia estoy viviendo. Aveces me arrepiento y quisiera no haber decidido tener esta vida, pero tiene también sus buenas cosas.

Tengo 24 años y me case con Kristina (nombre ficticio) de 19 años; mi padre me regaló un apartamento y alli vivimos. Conseguí un mejor trabajo después de casarme, por coincidencia a unas calles de donde vive mi suegra. Para ahorrarnos unos centavos, ya que en esos momentos los necesitabamos, mi esposa le habló a su mamá si podía almorzar con ella, mi suegra aceptó indicando que le caería bien compañía a la hora de la comida.

Mi suegra, de nombre Teresa, de 39 años, es una mujer muy atractiva de tez blanca, con dos grandes y preciosas tetas aún bastante firmes, tiene unos ojos grandes cafes claros, sus piernas son muy bonitas y su trasero es firme y parado, ah debo decir que tiene unos pies bien cuidados y lindos (debo admitir que mi fetiche favorito son los pies de las mujeres). Ella está separada del padre de mi esposa desde hace cinco años.

Al inicio, molestar a mi suegra por un almuerzo como que no era de mi agrado, pero pude observar los primeros días, que ella era una excelente cocinera y muy buena compañía, siempre tenía una conversación y una sonrisa para todo, eso fue lo primero que me llamó la atención de ella.

Al mes de frecuentarla a la hora del almuerzo, ya nos teníamos cierta confianza, ella y yo empezabamos a vernos como hombre y mujer; en cierta ocasión al despedirla nuestro beso fue demasiado cerca de la boca, creo que ambos estabamos deseando que hubiera sido directamente en los labios, los dos esbozamos una sonrisa maquiavelica. A partir de allí, los almuerzos que compartíamos cambiaron de tema de conversación, ahora era ella y yo, nuestros gustos, etc..

Asi que solo era cuestión de tiempo, ya que empezó a crecer una gran química entre ambos; asi que llegó el día. Recuerdo que ese día tenía una blusa con un generoso escote que dejaba ver unos preciosos senos blancos, la vista era un delicioso postre para tan rica comida que sirvió ese día. Le dije durante la comida como una mujer tan atractiva no había vuelto a casarse, ella me dijo que ya no creía en el matrimonio y que ya nunca lo haría. Cuando nos depedimos de alguna forma sabíamos lo que sucedería, nuestros labios se unieron en un beso apasionado, ninguno quería separse, su lengua entro primero a mi boca luego la mía hizo lo suyo en su boca.

Mientras la besaba mis manos recorrían su cintura y cadera, realmente mi suegra era comeaños, arreglada y vestida con ropa juvenil se quitaría unos 10 años de encima.
Solamente separe mis labios de su boca para buscar su mejor bondad, sus tetas!!, me avalance sobre sus grandes senos y los descubrí para mamarlos con ansias. Sus pezones se erectaron rapidamente entre mis labios, lo mamé y los chupé con deseo. Ella me manoseaba al mimso tiempo, la verga sobre el pantalón.

Estabamos super cachondos, la cargue en mis brazos y la llevé a su habitación, nos acostamos en la cama y me subí sobre ella buscándole de nuevo los labios. Seguimos asi besándonos y restregándonos como si estuvieramos ya haciendo el amor. Como no tenía todo tiempo del mundo, me levanté un poco para zafarle su pantalón de tela, y lo saqué todo, le quite los zapatos para admirar sus deliciosos pies, luego le quité también sus bragas que dejaron descubierto un cuquita semipeluda, me paré y me desvestí también, mientras lo hacía, mi suegra me preguntó si estaba seguro de lo que estabamos haciendo. Yo ya no contesté, me avalance sobre ella, la bese, luego le pedí que se pusiera en cuatro sobre la cama, asi quería comerle su cuquita, ella obedientemente se puso en cuatro sobre la cama, mostrándome su exquisito trasero, realmente tenía un culito de pelicula.

Comencé lamiendo todas sus ricas nalgas blancas, luego se las chupaba, descendí por la línea entre sus nalgas y lamí primero su delicioso y rosado culito arrugado, ella empezaba a gemir por cada lamida que le daba a su traserito, yo estaba muy caliente fuera de si, no sabía que más hacer con ese rico culo, si lamerlo, si morderlo o si chuparlo, finalmente hice todo eso; descendí un poco más y llegue a su cuquita cubierta por poco monte de venus, lamía desde su culito hasta su clitoris, mi suegrita se quejaba, pero sus quejidos eran de placer, me decía que siguiera, que lo hacía bien y otras cosas que no recuerdo en este momento. Luego de saciarme, me coloqué detrás de ella y con la mano guié mi verga a la entrada de su bollo caliente, empujé mi glande y éste abrió de par en par sus labios vaginales y se sumergió en esa palpitante y humeda caverna, mi suegrita gimió cuando la sintió entrar, apretó sus labios mientras yo se la deslizaba adentro, era increíble pero su canalito estaba estrecho, luego me confesaría que tenía más de un año de no tener hombre.

La sujeté de sus buenas nalgas para bombearle mi verga, poco a poco conforme la metía y la sacaba ésta iba ingresando dentro de sus entrañas. Finalmente después de unos minutos ya la tenía toda ensartada en su vagina. Nos comenzamos a mover excitadamente mientras nos decíamos cosas calientes. –Que rica estas!!- o –Dame más duro!!- entre un montón de cosas.

Quiero decirles que mi suegra estaba muy bien conservada de todas sus partes, sus tetas era deliciosas y duras, su trasero casi libre de celulitis y su vagina parecía la de una mujer jóven, ahh y su pies eran finos y una delicia. Tenía todo para volverme loco en la cama.

Por la excitación nuestros movimientos era frenéticos por lo que después de unos 10 o 15 minutos, los dos llegamos casi al unísono al orgasmo, primero ella gimió fuerte y dejó caer su cabeza a la cama y luego yo exploté en un chorro de leche tibia que fue a parar al fondo de su bollo; me dejé caer encima de ella y nos quedamos unos segundos asi, mi verga se fue encogiendo y terminó por salir de su vagina conjuntamente con varios hilos de semen. Me fui al baño y me lavé la verga en la ducha, cuando regresé para vestirme, ya que se me estaba haciendo tarde para regresar a la oficina, ella aún permanecía en la cama desnuda, realmente tenía una linda y excitante figura, con ojos de gata mimosa me dijo que no me fuera todavía, que quería estar otro rato conmigo en la cama.

Yo me quedé pensando en su propuesta, tomé mi celular, llamé a la oficina y hablé con mi superior, le dije que tenía un problema familiar que debía resolver y le pedí una hora de permiso, mi jefe accedió y me deseó suerte con mi problema. Mi suegrita tenía una sonrisa de felicidad, se levantó y se fue a lavar también su cuquita, al regresar me pidio que me acostara en la cama, ella se subió a gatas frente a mi y me separó las piernas, me empezó a besar y lamer la entrepierna, luego llegó hasta mis huevos y los lamió como una perrita, que rico y que placer sentir su lengua caliente, después tomó con su manos mi verga y lamió mi glande por todos lados, luego lo metió en su boca y lo chupó, para todo esto mi verga se fue endureciendo poco a poco.

Le hice señas para que me dejara mamar su bollo mientras ella terminaba de mamar mi verga. Me puso su coño frente a mi cara y comenzamos a disfrutar una rica 69, le mamé su culito y su bollito por todos lados, al poco rato ya estabamos listos para otro agasajo; ella se subió sobre mi, tomó mi verga y se la clavó con sus propias manos, se la dejó ir lentamente hasta el fondo, al grado que solo mis huevos quedaron afuera, y luego empezó a cabalgarme con una sabiduría y experiencia que solo las mujeres adultas tienen, acelerando y parando en los momentos justos, evitando que yo llegara rápidamente al climax de nuevo.

Solita ella hizo el trabajo para llegar a su segundo orgasmo, cerró los ojos para degustarlo; luego sobre su eje giró y ahora se colocó siempre sobre mi, pero ahora dándome la espalda, nuevamente comenzó otra serie de movimientos de cintura y culo que me hacía gemir de pasión, asi también en esa posición le estuve manoseando su cola y además tenía una visión única de mi verga entrando y saliendo de su vagina mojada.

Finalmente, comenzó a moverse salvajemente sobre mi verga y cuando estaba a un segundo de correrme, ella hizo hacia delante su vagina con mi verga dentro, ese movimiento me arqueó el tronco de la verga y detuvo la salida de esperma, espero unos segundos y lo regresó, en ese momento sentí una corriente electrica en todo mi cuerpo, chorros de semen saliendo y un orgasmo avasallador. Que rica sensación, fue exquisito!!.

Por la hora, me vestí rapidamente y cada vez que me ponía prenda de vestir, me avalanzaba sobre ella para robarme un beso de lengua. Por fin llegue a mi trabajo, mi jefe me preguntó si todo había salido bien y yo le dije que –más que bien-

Eso fue solo el principio, si mi memoria no me falla, estuvimos cogiendo por doce días consecutivos, claro, sin tomar en cuenta los fines de semana que no la veía. Cada sesión de sexo era única, ella sabía vestirse para cada ocasión y sabía evitar la rutina en la cama; ahh me olvidaba, a mi suegrita le gusta también el sexo anal y tiene un ojito del culo divino, aunque no le gusta tanto como el sexo vaginal. Ahora llevamos siete lindos meses de relación. Por el otro lado, mi esposa ya hace rato sospecha que tengo algo en la calle, ya que nuestra frecuencia de relaciones sexuales ha disminuido. Sin embargo, me vuelve loco coger con mi suegra, y a ella conmigo, somos demasiado compatibles en la cama.

Mi suegra ya se ha dado cuenta de lo que ocurre con su hija, y me ha amenazado si yo pienso dejar a su hija, me dice que ella no quiere propiciar el fracaso del matrimonio. Ahora me propone que sigamos cogiendo pero, con menor frecuencia, para que pueda atender también a su hija.
Que buena suegra tengo y que putita me salio…