Eso fue lo que le comenté a una de mis mejores amigas, al estar contandole como Don Julian, mi suegro, después de convencer, no se como, a mi hermana, de que se acostase con él. En agradecimiento, a los pocos días le hizo un tremendo regalo, a ella.
Relato
Mi vecina Lucy, es muy interesada, y por lo que sé, que ella misma me ha contado, en más de una ocasión le ha puesto los cuernos a su marido. Por el solo placer de hacerlo, y como ya les dije, según y me lo dijo ella misma. Como de costumbre, Don Julian acostumbra pasar un fin de semana al mes con nosotros, cosa que a mis hijas, les encanta, ya que su querido abuelo cada vez que se aparece, les trae regalos, pero no tan solo a ellas, sino que mi esposo, y a mí también. Pero de algo que me di cuenta fue de que Lucy, inmediatamente que regresó mi suegro, se la pasó metida en casa, cosa que no es rara, lo raro fue en la manera en que andaba vestida, o mejor dicho practicamente desvestida, ya que se puso una mini, extremadamente corta, y una blusa sumamente ajustada, tanto que parecía que en cualquier momento sus tetas se le iban a salir. En varias ocasiones la vi como la muy desvergonzada de Lucy, practicamente le mostraba el coño a mi suegro, que les aseguro que no es ciego. En varias ocasiones la pillé cruzando sus piernas, con tal lentitud, que daría tiempo de meter y sacar un biscocho del horno. Cuando no era que accidentalmente, si como no, se le caían sus llaves de la mano, y dandole la espalda a mi suegro, y separando algo las piernas, se inclinaba hacía adelante para recoger las llaves, mientras que al mismo tiempo le mostraba sus nalgas, y algo más a Don Julian. Yo se que Don Julian no es un santo, es más si hasta con mi hermana se ha acostado, pero algo que no puedo decir de mi suegro es que sea mal educado, siempre ha sabido guardar la compostura, por lo menos en mi casa. Por lo que cuando vi a Lucy haciendo todas esas cosas, me hice la desentendida, y mi suegro, lo único que hizo con ella fue acercarse a mi vecina, y de manera discreta decirle algo, por lo que casi de inmediato Lucy, bien contenta se fue corriendo a su casa. Yo estaba que ardía de curiosidad, por saber que le había dicho mi suegro a ella. Pero solo tuve que esperar al día sigueinte, para enterarme por la misma boca de ella. Lo primero que me dijo mi vecina, fue. Tu suegro es un adorable sinverguenza. Y ya eso me bastó para entender que ambos se habían acostado juntos. Ya que no fue tanto lo que dijo, sino como me lo dijo. Lucy me recordó que su marido, se encontraba de viaje, y ella aprovechó, como de costumbre, para irse a bailar, solo que anoche se fue con Don Jualian, y bueno el viejo le invitó a cenar, y ha beber champan, además de llevarla a cenar a uno de los mejores hoteles. Finalizando en la cama de la misma Lucy. En la que tras estar besandose por un largo rato, y dejandose acariciar, por mi suegro, este poco a poco le fue quitando toda su ropa, hasta que la muy puta se encontró completamente desnuda, entre los brazos de Don Julian. En esos momentos, él comenzó a decirle que uno de sus platos favoritos eran las almejas crudas, y separando las piernas y muslos de mi vecina, le fue explicando como separaba las conchas de las almejas, y usando sus manos, supuestamente como si fueran un cuchillo, fue introduciendolas dentro del coño de ella, cosa que según ella me dijo, le causó un gran placer. Pero cuando acercó su rostro al coño de ella, y enterró su boca, labios, y lenguas dentro de la vulva de ella, succionandola de forma y manera tal, como si se tratase de una almeja. Mi vecina comenzó a chillar de placer. A medida que mi suegro, le comía su almeja. Posteriormente Don Julian la penetró en un sin numero de ocasiones, haciendo que Lucy, continuase chillando y gimiendo de placer, a cada arremetida que mi suegro le porpinaba. Ya antes de él marcharse, Lucy se dedicó a mamar su verga, y después de eso, por lo que me dijo ella, me parece que se le vino dentro de la boca, y la muy puta se lo tragó todo.
Yo me quedé boquiabierta, al escuchar a Lucy contarme todo lo que había hecho con mi suegro, no pensé jamás que el condenado viejo fuera tan activo. Y aunque supe que él y me hermana, habían salido en par de ocasiones, ella nunca me llegó a contar nada de manera tan detallada como lo hizo mi vecina. Por lo que, aunque no lo crean, aparte de sentir una verdadera curiosidad, en cierta manera me di cuenta de que envidiaba tanto a mi hermana, como a mi vecina. Pero a mi nunca me me hubiera ocurrido, plantarme frente a mi suegro, y de manera descarada, mostrarle el coño, o las nalgas como Lucy lo hizo. Además él había sido siempre tan respetuoso hacia mi persona, que se me hacía practicamente imposible el hacerle cualquier acercamiento de ese tipo.
Al mes de eso, mi esposo se vio en la necesidad de salir de viaje de negocio, aunque yo pensaba acompañarlo, dejando mis hijas con mi madre, a último momento mi visa no había llegado. Por lo que finalmente me debí quedar, yo pensaba ir a buscar a mis hijas, cuando recibí la llamada de mi suegro, anunciandome su llegada a la casa. Cuando le conté que mi esposo había salido de viaje, y que mis hijas estaban con sus otros abuelos, me sorprendió que Don Julian me invitase a cenar fuera de casa, ya estabba a punto de decirle que no, cuando me puse a pensar. Pero bueno es el padre de mi marido, el abuelo de mis hijas, por lo que no vi nada malo en que saliera a cenar en compañía de él. Así que apenas colgué el teléfono, me di una buena y refrescante ducha, y me vestí de manera elegante, pero sin pretenciones, tomando en cuenta de que Don Jualian me había dicho que iriamos a cenar a un buen restaurante. Durante la cena, fui yo la que tocó el tema de mi vecina Lucy, y él de manera muy caballerosa, cambió el tema de conversación. Así que cuando me invitó a que fueramos a uno de los mejores Hoteles de la ciudad a bailar, yo acepté gustosa, ya que mi esposo tenía años que no me invitaba a salir para bailar. Y al lugar dende entramos, lo primero que hizo fue pedir una mesa, y una botella de champan. La que nos fuimos bebiendo a medida que comenzamos a bailar. Pero a medida que fue pasando la noche, mi suegro en cierto momento me comentó que dejase de llamarlo Don Jualian, y que le dijera Julian a secas. Lo que yo por complacerlo comencé hacer, y a medida que seguimos bailando y bebiendo, ya no champan sino un riquisimo vino rosado, Julian me mantrenía sujeta entre sus brazos, cuando comencé a sentir sus labios muy cerca de mi cuello, al principio no le di importancia, pero ya al rato, la verdad es que me comenzó a gustar el sentir el roce de sus labios contra mi nuca, que en cierto sentido, me hacía extremecer. Yo en par de ocasiones pensé en pedirle que se detuviera, pero sus manera tan finas, y suaves de tratarme, hicieron que bajase la guardia, al punto que en cierto momento aun bailando en el medio de la pista, comencé a sentir sus habiles dedos explorando mis muslos, mis nalgas, y hasta mi coño. Haciendome gemir de placer, a medida que seguíamos bailando de lo más apretados. Así que cuando sentí sus labios sobre los míos, no tuve la fuerza de voluntad para detenerlo, por lo que no tan solo continuó besandome, sino que introduciendo su lengua dentro de mi boca, como nunca antes, ni tan siquiera su hijo, o sea mi esposo, lo había hecho. Yo la verdad es que me abandone entre sus brazos, por lo que cuando en lugar de irnos a casa, me sorprendí un poco al darme cuenta de Julian tenía una habitación en ese hotel. Cuando ibamos en el ascensor, por unos instantes pensé en detenerme, e irme a casa, pero mi suegro me jujetaba y besaba de una manera tal, que la verdad yo perdí la fuerza de voluntad, y dejé que él me continuase conduciendo hasta donde quisiera llevarme. Ya dentro de la habitación, no dejamos de besarnos, él de acariciar todo mi cuerpo, a medida que ni idea tengo como me fue desnudando completamente, hasta que cargandome hasta la cama, me colocó suavemente sobre ella, y separando mis piernas, continuó besando mis muslos, hasta que poco a poco fue subiendo y llegando a mi depilado coño, completamente abierto. Sentí su boca, sus labios, y hasta el sabroso mordisqueó de sus dientes sobre mi inflamado clítoris, provocandome un placer como nunca antes había disfrutado en mi vida. Yo la verdad es que ahora me doy cuenta que en todo el tiempo que en estuvimos compartiendo intimamente, ni tan siquiera me acordé de mi marido ni por un segundo. Julian hizo que disfrutase de multiples y humedos orgasmos, como nunca antes los había disfrutado, el sentir su rostro dentro de mi coño, como su lengua jugaba ya fuera con los labios de mi vagina o con mi clítoris, era algo increhible. En cierto momento él sacó su miembro del pantalón, y él aun estando vestido, y yo completamente desnuda, comenzó a penetrarme. Si recuerdo que comparé su erecto miembro, con el de un novio que tuve en la universidad, pero aquel tipo apenas lo comenzaba a meter se venía de imnmediato, por lo que Don Jualian salió ganado. Ya que me suegro, parecía incansable, además no se venía, yo sentía como su sabroso miembro no paraba de entrar y salir de mi vulva, al tiempo que yo como una loca movía mis caderas, buscando sentirlo más y más dentro de mi.
A la mañana siguiente al despertar en aquella habitación de aquel lujoso hotel, me encontré sola, pero con una nota en que me decía, que nos veríamos en su proximo viaje a la ciudad. Al regresar a casa, no podía creer lo que me había sucedido, como era posible que yo me acostase con mi propio suegro, era algo inaudito, en ese momento sentí el teléfono era Don Julian, disculpandose por haberme dejado sola en el hotel, pero surgió una emergencia en su empresa y tuvo que regresar de inmediato. Pero prometiendome a la vez, que mi esposo jamas se enteraría de lo sucedido entre nosotros dos. Cuando regresó mi esposo estuve a punto de cometer el error, de contarle todo, lo sucedido entre su padre y yo. Pero por suerte para mi, no lo hice, porque quien sabe como hubiera reaccionado. Al mes como de costumbre recibimos la visita de Jualian, yo estaba que me moría de los nervios, cuando en un momento en que estuvo aparte conmigo, tras sorprenderme con un fuerte beso, me dijo, nos veremos luego. AL poco rato mis padres pasaron a buscar a mis hijas, y mi marido me informó que debía salir de emergencia de viaje. Ya que ahora era el encargado de la empresa de su padre. Por lo que Julian se quedó felismente en casa acompañandome.
A partir de ese momento ya no pude ver a mi sobrino como tal, sino ya lo veía como un hombre que deseaba cogerme sin control, a cada oportunidad que mi sobrino tenia lo aprovechaba para ver mi cuerpo, esto era cuando me cambiaba, bañaba, entre muchos otros momentos que tenia para verme y lo más lascivo era que yo no hacía nada para evitar que me viera, al contrario cada vez que me bañaba dejaba la puerta abierta para que me viera y así en la ducha con la certeza que me estaba viendo yo hacía movimientos sensuales e incluso con el pretexto de lavarme mi zona intima yo me la tocaba con tanta sensualidad que sin duda sabia que él tenía su pene bien erecto desde donde estaba viéndome.
Relato erótico enviado por putita golosa el 27 de July de 2010 a las 23:14:27 - Relato porno leído 310696 veces
Si te ha gustado Mi suegro, es un viejo agradecido.... vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Mi suegro, es un viejo agradecido.....
Narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:32) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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