Recientemente el mismo día que cumplí los 18, al llegar a mi casa, completamente sudado, por haber estado practicando futbol. La primera persona con quien me encuentro, fue una hermosísima mujer, a la que yo de inmediato no reconocí. Vestía una mini falda blanca, con una blusa roja, que le quedaba bien ajustada a su cuerpo, cabello suelto, de color negro, aunque algo en su rostro me era familiar, no sabía quién era. Hasta que mi madre, saliendo de la cocina me dijo. Bueno, Hernán no te quedes como un mismo pendejo, anda y saluda a tu tía….
Relato
Se trataba de mi tía Ángela, hermana menor de mi madre, a la que yo no había visto desde cuando era muy pequeño, ya que según escuché decir una vez a mi mamá, Ángela se había ido a estudiar para Ámsterdam en Holanda, pero al parecer le gustó tanto esa ciudad, y ese país, que se quedó a vivir por allá. Yo la verdad es que apenas la saludé, de inmediato salí corriendo para mi dormitorio, ya que como estaba bien consciente de que estaba hediondo a sudor, tenía prisa por darme un buen baño.
Ya me había quitado los pantalones, y la camisa, cuando sin aviso alguno, mi tía entró a mi habitación, diciéndome. Magali, refiriéndose a mi mamá, salió a buscar a tu hermanita a la escuela, pero me dijo que me quedase como si estuviera en mi propia casa. Cosa que mi mamá acostumbra a decirles a todas las personas que nos visitan. Yo me encontraba algo avergonzado al estar únicamente en interiores frente z mi tía, cuando ella al ver mi turbación, me dijo. No te preocupes Hernán, que yo he visto más hombres desnudos, que cabellos tú tiene en tu cabeza.
Eso me dejó aun mucho más confundido, y como medio paralizado, ya que mi tía comenzó acercárseme caminando de manera sumamente seductora, y jugando con su largo cabello, y moviendo la cabeza haciéndola ver mucho más linda. Yo la verdad es que no sabía ni que hacer, seguí parado frente a ella, mientras se me acercaba, preguntándome si yo tenía novia. Apenas y le pude responder que si tenía una amiga a la que pensaba pedirle que fuera mi novia. Cuando de golpe mi tía me dijo, o sea que aun no la has besado, a lo que yo respondí algo avergonzado que no. Por lo que tampoco le has agarrado sus tetas, ni su coño, es más me atrevo a pensar que aun eres virgen. Las preguntas de mi tía me dejaron aun más confundido. Y mirando al piso sumamente avergonzado le respondí que no, nunca se las he agarrado, y si lo soy.
Mi tía Ángela me miró de pies a cabeza, yo la verdad es que no tenía ni la menor idea de que hacer, en una situación como esa. Es más creo, que estaba a punto de ponerme a llorar. Fue cuando mí tía agachándose frente a mí, y al hacerlo separó sus piernas, de tal forma que sin mucho esfuerzo pude ver su apenas cubierto coño por una menuda cinta de tela. Yo seguí pasmado, sin la menor idea de que hacer, cuando ella estiró su mano izquierda, y de manera bien decidida me bajó el interior. Por lo que mi miembro salió como si tuviera un resorte, completamente erecto.
Ángela lo observó por unos segundos, y agarrándolo con su mano derecha, comenzó a manipularlo entre sus dedos. A medida que yo fui abriendo más y más mis ojos, era como si se fueran a salir de mis cuencas. Hasta que de manera decidida se lo ha llevado a su propia boca, para de inmediato ponerse a mamármelo. Yo estaba como paralizado, sin saber qué hacer, a medida que mi tía continuaba mama que mama toda mi verga. Yo entre asustado, y excitado veía como se la metía por completo dentro de su boca, y prácticamente desaparecía entre sus labios.
Yo estaba tan, y tan excitado que nada más de sentir su lengua jugando con mi glande, y ver cómo me lo chupaba todo. Me vine de manera bien rápida. Yo no sé porque pensé, que todo había terminado en ese momento. Pero mi tía continuó chupando toda mi verga, por un buen rato, hasta que pensé que me había extraído hasta mi última gota de leche. Ángela levantó su vista, y al verme a los ojos, sacó mi verga de su boca, y me dijo. Ahora te toca a ti, satisfacerme a mí. La verdad es que yo seguí bruto, y sin la menor idea de lo que ella me estaba diciendo.
De manera como si fuera la cosa más natural del mundo, mi tía tras quitarse la pequeña tanga, que estaba usando como pantaletas, se medio subió un poco la falda, al tiempo que tomaba asiento sobre mi cama diciéndome. Ven que ahora tú me la mamas a mí. Yo actuaba como un zombi, si me hubiera dicho en ese momento que le mamase el culo, seguramente lo hubiera hecho, sin pensarlo por un solo instante. Yo fui colocando mi rostro sobre su desnudo y depilado coño, y ya al poco rato pienso que siguiendo sus directas instrucciones, me había convertido en un experto.
Sus manos sobre mi cabeza, restregaban mi rostro contra su coño, una y otra vez. Con mi boca, labios, lengua, y hasta con mis dientes. Por un buen rato estuve succionado su clítoris. A medida que ella no dejaba de gemir de placer. No fue hasta que un caliente chorro, que salió de su coño, y me mojó toda mi cara, nos separamos.
Mi tía Ángela, se quedó recostada sobre mi cama, con los dedos de su mano derecha, pasándoselo por toda su vulva, y sin dejar de mirarme a los ojos me dijo. Acércate. Y apenas lo hice echo mano de mi verga nuevamente, sin soltarla y a medida que se me fue poniendo nuevamente bien dura, la dirigía a su pelado coño. Yo hasta pensé que me iba a morir, pero cuando comencé a sentir que la iba penetrando, mi tía con su mano, me ha dado un pequeño jalón a mis bolas. Diciéndome. Esto es para que no te vayas a venir muy rápido.
Yo no podía creer lo que me estaba sucediendo, mi primera vez, y tenía que ser con mi propia tía. No lo podía creer. Yo perdí la noción del tiempo. De no ser por el alboroto que arma mi hermanita menor cuando llega a casa, no sé que hubiera sucedido, quizás hasta pudo suceder que mi madre, nos encontrase en pleno acto. Pero no fue así gracias a Dios. El resto de los días que mi tía se quedó en casa, yo dejé de asistir a las prácticas de futbol, con la excusa de acompañarla. Antes de marcharse, Ángela me confesó que en Ámsterdam se dedica a trabajar de puta, y que cuando yo quiera ir a pasar unas vacaciones con ella, nada más la debo llamar, para que me mande el pasaje….
A partir de ese momento ya no pude ver a mi sobrino como tal, sino ya lo veía como un hombre que deseaba cogerme sin control, a cada oportunidad que mi sobrino tenia lo aprovechaba para ver mi cuerpo, esto era cuando me cambiaba, bañaba, entre muchos otros momentos que tenia para verme y lo más lascivo era que yo no hacía nada para evitar que me viera, al contrario cada vez que me bañaba dejaba la puerta abierta para que me viera y así en la ducha con la certeza que me estaba viendo yo hacía movimientos sensuales e incluso con el pretexto de lavarme mi zona intima yo me la tocaba con tanta sensualidad que sin duda sabia que él tenía su pene bien erecto desde donde estaba viéndome.
Relato erótico enviado por putita golosa el 27 de July de 2010 a las 23:14:27 - Relato porno leído 309820 veces
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narrador
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:49) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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