Tenía a esa maravillosa tía, mas que tía ahora era mi hembra deseada, era la mujer que mi pene ensartaría y clavaría hasta a hacerla gritar, gemir, suplicar que la regara con mis ríos de espermas
Relato
Tengo en el campo una tía ya mayor de unos 40 años, es casada y separada por sus monomanías.
Esta tiene dos hijos de 8 y 4 años…. Unos verdaderos diablillos, ella es una persona que fundamenta su vida estudiando la cartomancia, la posición de las estrellas, su vida enigmática, misteriosa la llevó a separarse de su marido y mal criar a sus hijos.
No es una mujer fea, es más bien de un cuerpo modelado por un artista con una cintura delgada, un trasero bien elegante dando inicios a unas bonitas piernas, además de un destacado par de senos, que no eran grandes, pero uno añoraba besarlos. Lo único chocante eran sus pensamientos y tendencias a lo esotérico.
Tenía unas mujeres que la idolatraban y ella era su guía en las situaciones de su vida diaria.
Una noche paseando por el borde del río mirando las estrellas que era una noche con diminuta luna por lo que se distinguían estas claramente me encuentro con mi tía Marta.
Observa me dice la lectura de esas estrellas, ordenan que esta noche debe ser una noche estimulante, excitante en las relaciones de las parejas…, es una noche para compensarse de los placeres carnales, indecentes picantes, ardientes y vehementes. Es la noche que buscan las parejas adúlteras para satisfacerse de sus infidelidades, sobre todo los amores filiales se aumentan y sublevan impacientes deseando la mujeres maduras ser abusadas y penetradas por los jóvenes machos hijos de sus familiares, a veces sus propios hijos. Diciendo esto me toma entre sus brazos y comienza excitada a recorrerme con sus labios besándome por mi cuello y cara a mis 16 años me excitaba viendo a las hembras perrunas cruzarse con los perros, imagínense como estaba si una mujer que mas de una vez había sido la imagen de mi mente mientras me masturbaba, me acariciaba, estaba a mas de mil grados de caliente.
Mis manos adquirieron vida propia y recorrían ese maravilloso y deseado cuerpo, nuestra ropa molestaba y rápidamente nos la quitamos. Tenía a esa maravillosa tía, mas que tía ahora era mi hembra deseada, era la mujer que mi pene ensartaría y clavaría hasta a hacerla gritar, gemir, suplicar que la regara con mis ríos de espermas proveniente de mis testículos, y ella me retribuiría con sus orgasmos y fluidos entregados por su matriz, besándome, adulándome y recompensándome de mis ostentoso placer de apareamiento con un delicada copula que ambos entrelazaríamos en esa noche de delicioso goce.
Que hembra era esta mujer, como me entrelazaba llevándome a los maravillosos placeres del encanto del enlace marital de un hombre con una mujer, como agitaba sus caderas en un apoteósico hechizo llevándome a la gloria del coito, estaba por regarla con mis leches cuando gime, grita cruza sus piernas por sobre mi trasero arrimándome aún más a su cuerpo tiritando por los orgasmos que tan gozosamente me entregaba con sus fluidos bañando mi pene en su vagina, no fui capaz de soportar más es delicadeza de pasión y bañé con mis ríos de leche su matriz recompensándome ella con abrazos y besos susurrándome en mi oído eres mi macho, eres el hombre que me saciara cada luna creciente. Claro que tendrás que callar, si hay silencio y nadie sabe lo nuestro habrá más.
Pasan lo días y estando en la capital un día mi padre me dice tu tía Iris te necesita en el campo, tendrás que visitarla….
A partir de ese momento ya no pude ver a mi sobrino como tal, sino ya lo veía como un hombre que deseaba cogerme sin control, a cada oportunidad que mi sobrino tenia lo aprovechaba para ver mi cuerpo, esto era cuando me cambiaba, bañaba, entre muchos otros momentos que tenia para verme y lo más lascivo era que yo no hacía nada para evitar que me viera, al contrario cada vez que me bañaba dejaba la puerta abierta para que me viera y así en la ducha con la certeza que me estaba viendo yo hacía movimientos sensuales e incluso con el pretexto de lavarme mi zona intima yo me la tocaba con tanta sensualidad que sin duda sabia que él tenía su pene bien erecto desde donde estaba viéndome.
Relato erótico enviado por putita golosa el 27 de July de 2010 a las 23:14:27 - Relato porno leído 309832 veces
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Por eso dedica 30 segundos a valorar Mi tía Iris del campo.
learcu
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:25) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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