Mi tía Mercedes

Estoy de paso por su ciudad del sur donde hay un congreso en mi especialidad como médico. A mis 32 años ya era conocido y respetado en la Gastroenterología, por lo que me tenían como un invitado de renombre Mi tía Mercedes, hermana menor de mi madre, una madura mujer de 48 años se mantenía muy bien con un cuerpo esplendoroso y tenía la particularidad de tener una vagina notoria y evidente cualquier pantalón que se pusiera lo primero que se notaba en ella era su vagina sobresaliente y marcada en el pantalón, los vestidos apretados resaltaban sus curvas y por supuesto su monte de Venus, además tenía un bonito par de senos daban deseos de mamar de esas tetas....Se caso tarde por regodeona y por último agarro a su jefe un hombre diez años mayor que ella para no quedarse sin pareja, tiene una hija de 9 años.
Mi llegada la revoluciona y desea mostrarse conmigo en todas partes, visitamos a casi todas sus amigas sobre todo a una cuñada de su marido de 44 años delgada, pero con buena delantera de sus pechos y un trasero de admirarle, creída como ella sola, eso si me miraba con unos ojos juguetones sonriéndome.
Bueno la tía era de cuidado cuando me descuidaba me manoseaba, un día llegue a medio día agotado de el congreso a casa y mi tío iba saliendo a su trabajo y de ahí viajarían a la zona de los canales por lo que no volvería hasta el día siguiente al anochecer..., la hija estaba en clases y mientras tomaba una taza de café en la cocina ella lavaba la loza y de repente me dice sobrinito mío, tú eres lindo y le cambiaras este delantal pequeño a la tía por otro ya que este esta empapado..., me levanto y por detrás de ella saco su delantal y al ponerle el otro tuve que abrazarla por detrás y ella retrocede su trasero apretando este contra mis partes íntimas, mi pene no es de madera y al contacto con esas nalgas ubicándose en medio de ellas, en el canal que quedaba entre sus piernas este comienza a endurecerse y despierta de su modorra irguiéndose, ella noto la dureza en su culo..., mirándome vanidosa me dice, estas excitándote y recuerda que soy tu tía, mientras me menea el trasero estimulándome amarro su delantal y bajo una mano subiéndola entre sus ropas tocándole sus piernas enfundadas en medias oscuras cerca de sus calzones estas quedaban sin medias y me permitía acariciar su piel sigo mas arriba y llego a sus calzones, no pregunto sino que sin disimulos bajo estos a media pierna..
Madre mía sobrinito. La sorpresa que me tenías reservada me dice Mercedes... Jamás he sentido nada igual aguijoneándome mi vagina, es realmente enorme. ¿Me dejas que te la chupe? Siempre me ha gustado comerme un buen pene, es lo que más me gusta…. Pero a mi marido eso le molesta por que dice que parecería una puta...
Después tía le digo estoy muy excitado y necesito penetrarte, ella se abre de piernas permitiéndome la entrada y se apoya lo mejor que puede al fregadero...
Salvaje me grita es inmenso..., para..., es enorme me partes, luego con grandes gemidos y gritos siente a mi miembro totalmente penetrado en su vagina golpeando su matriz... nos movemos en un entra y saca ella quejándose y yo saboreándola..., su vagina es protuberante, pero estrecha y me apresa mi pene acariciándomelo con sus pliegues vaginales, que placer sentirlo acomodarse y sentir como lo acarician esos músculos de su vagina, pronto esta madura mujer comienza a suspirar y gemir de placer al sentirse acariciada por mi pene en sus entrañas, ¡!oh!... me dice. ¡ah!.... que grande ... ¡Mm es delicioso!
Comenzaba a acelerar mis movimientos a medida que me desesperaba al sentir el placer de tenerla ensartada..., pronto la remecía y ella se movía excitada y ambos luchábamos por sentir mas placer en este acto, su cuerpo se meneaba y golpeaba contra el fregadero..., cada golpe era un quejido de Mercedes y muy pronto no para de menearse, gira la cabeza de lado simulando morderme con sus pequeños dientes... Ahora era yo el que se mostraba plenamente satisfecho ante la maestría que me demostraba mi tía. Pocas veces me habían tratado de aquel modo, pocas mujeres sabían acariciar mi pene con sus carnes vaginales de manera tan exquisita…. Éramos dos locos gozando el apareamiento incestuoso como se meneaba Mercedes, nos trasladamos al dormitorio de ella... Entré al dormitorio de Mercedes y no tardé nada en tumbarme en la amplia cama de matrimonio. Pensé que sería morboso aparearme a mi tía en su cama de matrimonio. Aquella mujer tan falta de sexo me trastornaba y estaba dispuesto a hacerla gozar todo el tiempo que ella me permitiera. Nos besamos con pasión al tiempo que la acogía entre mis brazos. Noté como temblaba sintiéndose protegida por mí. Bajé el tirante del sujetador dejando aparecer su redondo pecho el cual empecé a lamer con gran dedicación. Su oscuro pezón no tardó en responder a mi caricia erizándose con el roce de mis labios. Abandoné su rodilla subiendo por su poderoso muslo de forma lenta como recreándome en el sufrimiento de Mercedes mi tía.... Así pues me tumbó boca arriba con las piernas bien abiertas y se colocó en posición para que la penetrara. Mi tía se retorcía al sentir como la penetraba, con aquella caricia, pareció perder el control hasta acabar lanzando un fuerte grito mientras llenaba mi pene con sus jugos vaginales, menudo orgasmo había logrado arrancarle a aquella madurita. Estaba seguro de pasarlo muy bien mientras estuviera en casa de mi tía. La agarré de las caderas ayudándola a clavarse aún más si eso era posible. Se mantuvo quieta unos segundos tratando de acomodarse al tamaño de mi pene para empezar a degustarlo moviéndose de manera lenta. La ayudé siguiendo el ritmo que ella marcaba de manera exquisita. Aquella mujer sabía lo que se hacía, sabía moverse lento cuando hacía falta para pasar a adquirir mayor velocidad cuando lo consideraba apropiado. La obligué a tumbarse sobre mí haciéndome con sus redondos senos los cuales empecé a chupar mientras mi tía comenzaba a cabalgar de manera brutal. Echo la cabeza hacia atrás y explotó nuevamente llenando mi instrumento con sus abundantes jugos. Pensé que quien había encontrado un tesoro con aquella mujer era yo. Observé como mi tía lloraba plenamente agradecida por los orgasmos que le había hecho sentir. Traté de buscar mi oportunidad ahora que la tenía completamente entregada y dirigí mis dedos hacia la entrada de su estrecho ano. Mercedes se quedó quieta encima de mí y mirándome a los ojos me dijo con voz autoritaria, puedes vaciarte dentro de mí. Me encantaría sentirte. Tranquilo que no me dejarás preñada no estoy en mis días de fertilidad lo que podía pasar no pasará así que tranquilo que no hay peligro. Se agarró con fuerza al cabecero de la cama abriendo bien las piernas a la espera de recibir su tan apetecido regalo. Me acoplé contra ella apretándome con fuerza haciéndola sentir mi dura barra de carne. Ella lanzó sus muslos contra mí tratando de sentir aún más mi excitado pene. No tardó mi grueso glande en ingresar dentro de su ansiosa vagina. Ayudé dicha entrada acariciando su inflamado clítoris con mis dedos con lo cual mi tía logró relajarse por completo. Introduje milímetro a milímetro, centímetro a centímetro mi aparato en sus entrañas hasta acabar golpeando sus nalgas con mis cargados cojones. Olga lanzó un grito desgarrador aullando como una desesperada. Se quedó quieta degustando aquel rígido plátano que le entregaba con tanto placer sus grandes chorros de leche, semen y espermas en su útero. Mi tía gemía como nunca... Mercedes estaba loca de placer, gemía y gritaba. Su sobrino le ponía y sacaba todo su pene, luego bombeaba un rato. Mientras tanto, la miraba de una manera soberbia, haciéndome notar a su tía como hacia gozar como su mujer. Ahora quiero tu culo me dice mi sobrino sin perder tiempo mi sobrino me ensartó su gran pene en el culo a esta madura mujer, ella pego unos gritos desgarradores al principio, pero luego con las envestidas de su sobrino, esos gritos se transformaron en gemidos de placer. Su ano estaba cediendo y ella se acostumbraba al placer. El sobrino se lo penetraba a la tía con bastante potencia. Dios que cantidad de leche me hiciste tragar en mis entrañas, reclamo la tía alborozada de placer. Luego se levanto a asearse y se retiró a lavar los platos.
Esa noche mientras dormía como a la una de la madrugada una sombra entra en mi pieza y al encender la luz veo a mi tía meterse entre mis tapas... adivinen que noche.