Mi vida sexual - Josefina y su historia

Aca estoy encamado con Josefina de 16. Sus gritos: ohooooooooo, déjame hijo de puta, ahyyyyyy, eran porque se la estaba metiendo por el culito.
Terminamos con una buena acabada. Luego, descansando, más tranquilos, nos pusimos a charlar y no sé cómo vino la cosa que me contó cómo fue su primera vez y con quién. Me pidió que si podía la subiera a Elite relatos. Así empezó:
- Sabes – me dijo – mi primera vez por los dos agujeritos fue con mi padre. ¡Qué pedazo de pija! No sé cómo no me reventó y mandó al hospital
- - Vaya…Entonces fue bravo, te habrá dolido y sangrado.
- - No, el hijo de puta, dentro de lo bruto y bestia me trató bien. Dolor un poquito, si, sangre alguna gotita y nada más
- - Me alegro por vos
- - Fue en casa. Tiene un terreno grande en el fondo, casi como una quinta. Allí a los 14 años, me cité con mi novio, decidida a perder mi virginidad. Llevé una manta, me recosté y lo esperé. Era un vecino
- Cuando vino nos besamos, acariciamos, yo me levanté la pollera y me saqué la bombacha y me ofrecí para la cogida. El se sacó el pantalón y el bóxer. Y allí comenzó todo!
¡Apareció mi padre!
- Así no! – nos gritó – pendejo estúpido!
Mi novio en segundos despareció.
- Hija ¿Cómo te haces coger sin forro? Con un pendejo y mal puesta, en el suelo.
Lo primero que me sorprendió fue que no estaba enojado, Se acercó a mí que me quería levantar, acomodar la ropa, estaba sin bombacha, con las tetas al aire.
El me agarró de los pelos, me acercó a él, que se había arrodillado y me dio un beso en la boca feroz y largo. Sus manos recorrían mi cuerpo. Eran pesadas, ásperas. Me metió la mano entre las piernas y me acarició la concha.
- Papa, soy tu hija. Déjame, no está bien lo que haces
- Hace mucho que te deseo. Ya estás hecha una mujer. Se que estás virgen ais la cogida será mejor.
Me quedé muda. Pensé ¿Qué quiere hacerme? Es mi padre y ¿quiere desvirgarme? Está loco! No lo voy a dejar, soy su hija
Pero no me dio tiempo. Me tomó de la cintura, apretándome contra su cuerpo y no me dejaba mover. Me levantó.
- No déjame – casi grité – No está bien lo que haces, soy tu hija.
Nada, me llevo a un banco largo y me acostó, mis piernas desde la rodilla me quedaron colgando de una de las puntas.
Casi me arrancó la ropa. Luché para que no lo hiciera, pero era fuerte y así quedé desnuda sobre el banco. El me agarró y me chupó toda, cuando me pasó la lengua por la concha me hizo saltar de excitación. ¡Que chupada! Metía la lengua dentro de mis labios. Lo peor era que me gustaba y mucho.
Me dije, entre una nube de sensaciones, estoy loca, es mi padre, no podemos hacer esto. ¿Voy a perder mi virginidad con él?
Allí sentí un dolorcito en el agujerito de mi culito, me estaba metiendo un dedo
- Hijo de puta, Soltame
Era inútil. Vi que la cosa iba en serio y me cogería, si o si
Se levantó, se sacó el pantalón el bóxer. Allí vi su pija, enorme, el doble que la de mi novio. La vi larga dura, un tremendo pedazo de carme caliente. Me agarró pánico, me reventaría, me haría daño. No quiero…
No me dio tiempo a nada. Se me subió encima con esa pija que había cubierto con un forro y me acarició los labios de la concha. Me hizo gemir, gritar, pero me tapó la boca.
Medio ahogada por su peso, me la metió poco a poco de arriba en dirección al suelo y no de mi estómago.
Apenas pude gritar: por favor nooooo. Me la fue metiendo, yo en una nube, alcancé a sentir que chocaba con algo y el empujaba más fuerte, así alcance a sentir que algo entraba y no supe más. El empujaba sintiendo algo elástico hasta que se rompió y me la clavó toda. Di un grito, me tapó la boca y empezó a moverse entrando y saliendo. Estuvo así hasta que sentí que algo me estaba viniendo, como ganas de orinar, un temblor en todo el cuerpo y allí algo salió de mi haciéndome gemir Hooooooo ahaaaaaaa. Creo que me desmayé
Reaccioné al sentir un dolor en mi ano, vi que estaba boca abajo y a caballo del banco El atorrante me estaba metiendo dedos en el culito, provocándome algo de dolor. No sé cómo me dí cuenta que me la iba a meter por atrás y quise salir. El me tenía agarrada y me dio palmadas fuertes en la cola que me hizo lloriquear.
- Quédate quieta putita – me dijo – la primera vez duele un poco, pero en las otras ya no. Cuando empuje hace fuerza y abrite
Fue terrible, me dijo como abrirme, con golpes en la cola y me apoyó la punta de la pija en el ano. Esta sin forro y la sentí caliente, dura, mojada. Empujó y me la metió poco a poco. Grité, pero el me tapaba la boca. Que sensación terrible! Pero cosa rara me gustaba. El dolor había pasado y solo sentía placer que me reventaba la cabeza. El me tenía agarrada con una mano las tetas y la otra me metía los dedos en la concha. Empezó el mete-saca con fuerza, la tenía metida hasta las bolas. ¡Que cogida! Para un pendeja como yo terrible, llena de temblor, calentura, quería que me cogiera y que no lo haga. Pero me dejé llevar, me entregué a esa pija enorme que me hacía gozar tanto.
Acabé como una loca, a los gritos, gemidos, el siguió bombeando con fuerza, hasta que me agarró fuerte, clavando sus dedos en mi cuerpo y con un sacudirse acabó. Sentí chorros de un liquido muy caliente, después supe que era leche, y yo volví a sentir eso tan maravilloso, otro orgasmo.
Quedamos aplastados contra el banco, agitados. Él se levantó con la pija flácida y me dijo
- Levántate putita. Que esto quede entre nosotros. Ahora sos mi mujer y cuando tenga ganas te abrís de piernas Si vos querés coger siempre tendrás pija. Ahora levantate, primero voy yo al baño y enseguida vos. Date un baño rápido, sin mojarte el pelo – y se fue.
Allí quedé yo, dolorida, cansada, pero me había gustado. Me levanté me vestí y fui a la casa. A partir de ese momento fui su hembra para coger, chuparle la pija y también para darme el gusto con otros con el correr del tiempo.
(El relato lo escribí yo con lo que ella me contaba llorando. Traté de ser lo más fiel posible, GRACIAS)
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