Mi vida sexual - la chica, la parejita y yo

Mi vida sexual – la chica, la parejita y yo
Bueno… sigo escribiendo. Hay un punto en esto de lo sexual que diría me preocupa. Desde chico siempre se me enseñó higiene física, mental, espiritual. Algo que me marcó en la vida sexual fue ver un perro lambiéndole el culo a una perra.
Cuando leo relatos, por otro lado muy buenos, muy sentidos (a uno le parece que lo está viviendo), leo de los baños de flujo, jugos de la concha, ambrosía y que los participantes beben, se bañan, etc. es para mí algo, que se yo… inaceptable ¡? Incorrecto!? Es una cosa necesaria!? Al estar tan lubricada no se limita el roce!?
Bueno… yo no puedo hacerlo Es aceite y agua, a veces agrio por la falta de higiene de la mujer, no es agradable, etc. Lo mismo lamer el culo, es, que se yo… animalizarnos. Perdonen no quiero molestar a nadie. Es la vida privada de cada uno, lo cual es muy de respetar. Solo hago un comentario sobre mí
Ahora les hago un relato más de mi vida sexual
Estando en mi casa pude ver a una parejita, ella primer año de secundaria, él un poco más. Iban y se metían en un rincón del parque de la casa de al lado. Intrigado, sospechaba que estaban cogiendo, me coloqué desde mi jardín con una cámara de fotos. Si, era así, estaban cogiendo. Llegaron allí, sin ningún preámbulo ella se levanto la pollera hasta la cintura y se bajó la bombacha. Él se soltó el pantalón y se bajo el bóxer. No tenía nada espectacular, algo normal a un poquito chico, por la edad quizás. Se la puso entre las piernas de ella y de un empujón se la enterró. Ella sintió la metida con un gesto, una movida pequeña como si se acomodara.
Yo sacando fotos de todo, especialmente de la cara de la chica. No tenía expresión alguna, ni dolor, placer, calentura, nada. Diría que se estaba dejando cogen, sin participar. Me dio bronca, me excitó y me provocó una erección enorme. Tenía deseos de cogérmela, reventarla, hacerla gritar de placer, verla retorcerse mientras se la clavaba y a él darle una patada en el culo.
Fue todo un espectáculo. El acabó, se sacó el forro y aquí no ha pasado nada. Se fueron charlando, sin un beso de agradecimiento, nada.
Quedé muy choqueado. Cuando volví a casa saqué copias de lo que pasó, la cara de la piba me fascinó, me volvió loco.
Allí pensé una locura, algo que nunca hubiera hecho, pero como se hizo tan larga se los cuento en una segunda parte.