Mi vida sexual - Un viaje a Córdoba muy caliente Relato de una amiga 5º

Después de una buena cogida con mi amigo escritor, sigo con mis recuerdos.
Después de mi experiencia muy gratificante con MI AMIGO, seguí con el y fue pasando el tiempo. Estaba sentada en el local de comidas, viendo la orgía de sexo en el primer piso. Ni lerda, perezosa, con cuidado, me metí mi AMIGO y así estuve disfrutando de una pija. Sentí que alguien vino y me dijo: ¿me puedo sentar? Veo que estás sola… Soy uno del grupo de tu ex.
- Si no venís a hablar de él o de lo que pasó, podés sentarte.
Así lo hizo. – Me gustó tu reacción, tenés carácter y eso me gustó. Pero no hablemos de eso. Allí tuve un problema: mi AMIGO. Le dije perdona voy al baño un momento. Me fui volando, me lo saqué, lavé y me fui a la mesa. Empezamos a hablar de todo un poco, al rato me invitó a caminar o acompañarme hasta casa. Supe que se iba antes de las fiestas o sea dentro de 15 días y me di cuenta que sería una relación temporal. Pero… ¿cogería con él? Me gustaba, tan varonil pese a la edad, pensé: ¿Cómo será su pija? Caminamos charlando de cualquier cosa. - ¿mañana vas a la playa? – Si… - Nos podemos encontrar y caminar. – Bueno… Al llegar a mi casa nos despedimos con un besito, muy suave y yo que casi me le tiro encima! Quizás, no estaba caliente , solo me guiaba la curiosidad.
Al otro día nos encontramos, fuimos a caminar, yo remera y pantaloncito y el sin remera, una toalla para el sol y un pantaloncito de baño. Fuimos caminando, el me llevaba y yo me dejaba llevar. En realidad no pensaba que podría ir a coger con él, no tenía ganas, no pensaba en sexo, era solo la necesidad de tener compañía. Nos alejamos de la gente y empezamos a caminar en un lugar donde había parejas. Algunos en la arena, otros en las rocas ya mas entusiasmados, UDS. Ya me entienden. Llegamos a un punto donde estábamos casi solos. – Vení, vamos a descansaren las rocas, allí está más fresco. Nos sentamos y él se acercó a mí, me abrazó y me dio un beso largo y profundo. Yo, ya que estaba así, le correspondí. Al separarnos me dijo: - quiero decirte algo, pero no quiero que te enojes. Me gustas mucho, me encariñé contigo, pronto me voy, pero quiero que nos encontremos en Buenos Aires. - Te voy a decir algo difícil para mí, quiero llevarme un recuerdo tuyo muy íntimo. El borracho de tu ex me contó lo que pasó entre UDS., y yo bueno, quiero hacer el amor contigo. Me quedé callada, pensativa … pero bueno el me gustaba, que me hacía tener relaciones con él. – Bueno… - le dije - Ya que sabés… Pero ¿lo vamos a hacer acá?, ¿delante de cualquiera?. – No querida, ven hay un lindo lugarcito acá atrás. Me tomó de la mano y me llevó más adentro de las rocas en un lugar bien tapado a los costados, allí puso la toalla en el suelo y yo recordé por un momento la toalla donde me desvirgaron y sentí de irme, pero me aguante. El me tomo de la mano llevándome a acostarme, allí comenzó a desnudarme, mientras me besaba y yo empecé a calentarme bastante. Desnuda él se sacó el pantaloncito y allí vi una buena pija, bastante grandecita. No pude hacer otra cosa que agarrarla y chupársela. El estaba de rodillas, luego de chupársela, me recosté y abriéndome de piernas le dije: - Cógeme, pero despacio, sos el primero después de la violación. Así lo hizo, de a poco me la fue clavando, mientras me chupaba las tetas, me daba besos. ¡Qué buena pija! gordita, larga, me entraba bastante ajustada, empezamos el meta saca yo tratando de acompañarlo. En un determinado momento, me agarré fuerte de él y acabé fuerte, con unos gritos Siiiiiii Me gustaaaaaa. Cogeme… El siguió con sus embestidas, más rápidas y fuertes, hasta que acabó junto conmigo.
Nos quedamos quietos, descansando. El se corrió a un costado, se levantó y fue a mear. Yo me limpie todo lo que pude con la toalla y cuando el vino volví a agarrarle la pija y se la chupé. De a poco se fue levantando, poniéndose dura. Cuando estuvo lista para una cogida, le dije: acóstate. Con él boca arriba, me le subí abriendo las piernas y empecé a meterme la pija en la concha. ¡Qué hermosa sensación! Era algo duro, caliente que se metía sin piedad hasta el fondo, llenándome de placer. Cabalgué sobre él, cogiendo con ganas y el igual
me acompañaba en mis movimientos, acabamos con unos sacudones, fuertes, que nos hizo temblar y gemir. Nos quedamos abrazados un rato. Le dije – Mejor ya vámonos Se está haciendo tarde. Orinamos, nos limpiamos y salimos de allí, caminando hasta mi casa. Al llegar a casa y luego de darnos un beso, le dije algo, que hasta ahora me recrimino, no se… me siento como si me hubiera regalado. Después de todo ya habíamos cogido… pero… - Escúchame – le dije – ¿Esta noche podes venir como a las 12? Te quiero, me gustas y si venís te voy a contar lo que pasó con mi novio. La puerta del garaje va a estar abierta. – sí, no hay problema. Nos volvimos a besar y se fue.
A la noche, nerviosa como una estúpida, hay que ver que era una chiquilina de 13 a 14 años y quizás por eso las cosas que me pasan, mi conciencia alterada, confundida. Con el tiempo me di cuenta que era una puta – mujer que goza – y no podía, por la edad manejar esa situación. Bueno… Mis padres se fueron a dormir, yo tomé las llaves del garaje y me fui a dejar sin llave la puerta a la calle. En el suelo puse una manta y puse una toalla, y dejé otra para limpiarnos, una lata de cerveza fría y vasos de papel, Me senté y esperé. Sentí o vi que se abrió la puerta del garaje y él que llegaba a mi lado. Un beso y ya sentados le conté: Si, mi novio me violó. No una sino dos veces en la misma noche. No dejó nada sin hacerme, hasta me reventó el culo. Fue terrible para mí en todo sentido: dolor, sorpresa, que se yo… Vos te das cuenta. Cuando me dejó sentí odio de los hombres, pero con vos algo pasó, todo cambió, me trataste bien, quizás es porque te quiero o me enamoré, no sé. – Me da mucha bronca lo que te pasó, no había que tratarte así, a ese hijo de puta habría que darle una paliza. – Bueno ya pasó, ahora mejor ocupémonos de nosotros. Allí me saqué la remera y el pantaloncito, - Acaríciame, bésame toda… El se sacó la ropa y se me vino al humo. Allí empezó todo, me acarició, me besó, me chupó la concha, llevándome a estar recaliente. – Cógeme ya, no puedo más, quiero tu pija. Nos acomodamos y él me puso la cabeza y allí, o placer, me la fue metiendo. Empezó el meta saca y alcancé a decirle antes de acabar, - No acabés… y me fui en un orgasmo feroz, a los saltos. Cuando acabé le dije: - muy bueno… Cúrame el culito, despacio por favor. Salió de arriba mío, yo me puse en cuatro patas y como pude me puse manteca en mi culito. –Métela… Pero despacio, por favor. Así lo hizo, se puso detrás de mí, sentí la cabeza en mi agujerito, me abrí todo lo que pude, él empujó, la cabeza se me metió, yo pegué un gritito Hayyyyyy Siiiiiii Cógemeeeeeeee Despacio….. Así me la fue metiendo, entre mis gemidos, grititos, no me dolía, bueno un poquito – tragarse una pija por el culo es así, un poquito de dolor al principio y que se transforma en placer de locos. La metió toda adentro y empezó el meta saca. Me tenía agarrada de las tetas y me las acariciaba, yo puse mi mano en la concha, con dedos adentro, hasta que me vine en un orgasmo, él seguía cogiendo hasta que apretándome fuerte, con gemidos, acabó llenándome el culo de leche. Ante los chorros acabé como una loca, llena de estremecimientos, sacudones. ¡Qué cogida! Muy buena! Nos quedamos quietos, poco a poco la pija flácida fue saliendo y así no quedamos juntos. Al ratito le serví un vasito de cerveza y yo me tome otro.
Bueno ahora yo me voy a comer y tomar una cerveza con mi amigo, que está con una cara que dice a los gritos que me va a reventar