Bueno… ¿Cómo lo atropello? Es difícil… Para colmo es mudo o algo así. Vi mi oportunidad cuando lo vi sentado en un banco después de almorzar.
Relato
Bueno… ¿Cómo lo atropello? Es difícil… Para colmo es mudo o algo así. Vi mi oportunidad cuando lo vi sentado en un banco después de almorzar. Me le acerqué y sin piedad le dije: Che ¿Vos sos o te haces? ¿A qué le tenés miedo? Pareces un pollito mojado… Se quedó duro, los ojos abiertos. Luego con un hilo de voz, me manifestó: - Pero… ¿Por qué? Soy así… No tengo… - Espera ¿tenés novia? - No… - ¿Tuviste? - No… - Dejate de joder! No me vengas con versos, mentiras. Ah, ¿fuiste con prostitutas? - No… - Che déjate de joder ¿solo sabes decir no? - Es que no se mucho hablar, vivo muy solo, a veces en el campo o en casa. – Claro de vas a decir que no vas al colegio, no hay chicas, todo no, no, no Ufa! Che sos raro. Ah ya se te gustan los hombres. – Por favor, ¿Por qué me hablas así? Tan agresiva… No te hice nada malo diciendo la verdad. ¿Qué otra cosa querés que diga? - Me resulta muy difícil pensar que sos virgen… Parece que con las chicas nada y no te gustan los hombres… La verdad sos muy raro. – No me gustan los hombres, pero tampoco sé hablarle a un chica, que se yo… para ser novios o algo así. – Igual me parece raro, creo que no sos un enfermo, empezaste a hablar, pero… que estés sin coger a los 16 – 17 años es muy raro. No fuiste ni con una prostituta. Che, ahora que lo pienso, ¿no será que sos… no se pequeño de abajo o castrado? - Por favor! – Se puso a reír - Que forma es esa, de hablar, de toda una señorita. Si seguís así, vas a terminar desnudándome. Y siguió riéndose, ya más suelto.
¿Qué hacer ahora? ¿Le creía o no? Todo indicaba que si era virgen. ¿Cómo sigo? - Decime ¿no me estás haciendo el verso, no? Porque si crees que con el cuento del pobrecito podrías acostarte conmigo, vas muerto. Se puso serio, apretó los puños y me dijo con rabia: - Basta! Si me crees bien, si no, no me importa. Ya te dije de mis dificultades, quizás soy un poco atrasado y así todo me cuesta un montón. No pude coger con nadie hasta ahora, ni por plata, ni por que sí, si me crees bien si no, no me importa. ¿Entendiste? Ahora déjame de joder y se fue hablando solo, con gestos. Me quedé en una pieza, no esperaba esta reacción, quizás me excedí al hablarle. Ya voy a ver como lo arreglo.
Pasaron un par de días sin hablarnos, ni saludarnos. Un día le dije: - Che tan enojado estas? Estamos de vacaciones, déjate de joder. Vi en él una sonrisa triste, lo mismo los ojos. – Disculpa. Estaba enojado, pero ya pasó. Revolver mis problemas es doloroso para mí. Estoy muy solo por culpa de ellos. – Te comprendo. Yo no debí hablarte así, tan directa. En fin amigos? - si – una sonrisa suave y me dio la mano, que estreché. Nos quedamos callados un momento, hasta que le dije: - ¿vamos a caminar? - Bueno… Y así lo hicimos, en silencio. En un lugar cerca de la playa donde no había nadie, le dije en un hilo de voz: Perdona, ¿pero habrás besado a alguna chica? Serio, me dijo en un susurro: - Nunca… - Bueno… ¿Por qué no empresas besándome a mí? Se paró en seco, me miró y me susurró: - No sé hacerlo… Me dejó dura, asombrada, allí irreflexivamente me acerque a él y puse mis labios sobre los suyos para besarlo y así lo fui haciendo despacio. Él realmente no sabía, entonces era virgen! Lo fui ayudando, pegándome a él, poniendo sus manos en mi cintura y así poco a poco se relajó y empezó a corresponderme. Nos besamos varias veces largo rato. Una cosa que noté, al estar abrazada, que tenía un buen bulto entre las piernas. Después de un rato nos separamos. Él estaba agitado, me miraba, así me manifestó: - ¿Por qué? - ¿tienen que haber un por qué? – le dije - ¿ No te gustó? - Si mucho. – Sigamos caminado – le dije. Así lo hicimos. Yo, flor de puta, pensaba como coger con él, tenía un buen pedazo. ¿Cómo sería estar en la cama con él y porque tengo que ir a la cama con él?
En un momento el me manifestó: - Dime, ¿Por qué te portas así conmigo? Sos una jovencita… Creo que no te has enamorado de mí, así de golpe. No sé, parece que más que una nena fueras una mujer que busca hombres y perdona. Lo que dijo se me metió hondo, me hizo pensar, callados caminábamos, hasta que le dije: - Regresemos, se hace tarde. Así lo hicimos. – perdóname, me susurró – no quise ofenderte, todo esto que pasa entre nosotros me tiene muy confundido. Te dejaste besar, bueno me enseñaste a hacerlo. Parece que trataras de ayudarme… No sé cómo decirlo. Seguí seria y preocupada, ¿me tenía que regalar como una puta solo por coger? ¿Hablar de cosas que me pasaron? ¿Terminar la relación en silencio? ¿Qué hago? Bueno, me gusta, es un desafío por ser virgen, no tengo nada que perder, se irá lejos y todo quedará en la nada. No sé… creo que tengo que habla con él con franqueza, pase lo que pase. – Espera, vamos al negocio de comidas para hablar. Para allá nos fuimos y ya sentados, traté de ver como empezaba. – Mirá, me gustas, pero aunque soy joven no soy una estúpida, sé que pronto te vas a tu vida y nada quedará entre nosotros. Bueno… Te voy a decir algo – allí me puse a llorar, un poco fingido, un poco porque estaba nerviosa por lo que iba a hacer – Vine de Buenos Aires en tren con mis padres y los padres de mi ex novio. En el viaje, en el baño de discapacitados, él me violó, hizo de todo conmigo, a la fuerza y a los golpes. Fueron dos veces, quedé rota, destrozada y odiando a los hombres. Quedé callada, esperando la reacción de él. Lo noté sorprendido, molesto… - Hijo de puta – empezó diciendo – Terrible lo que te pasó, más viniendo de aquel que era tu novio y había cariño, confianza. Lo lamento mucho. – Bueno, así fue – le contesté – Quería que lo supieras, vos me gustas mucho y no siento hacia vos el odio, el rechazo hacia los hombres. Nos necesitamos… - ¿necesitarnos? - Si… - Allí me la jugué, quizás con vergüenza, que se yo – Yo necesito curarme y vos también, si en realidad sos virgen, de la falta de cariño, de atención de una muchacha o una mujer. Podríamos… En fin… No sé cómo decirlo, me da mucha vergüenza que sea yo quién empiece esto, así. Noté su sorpresa, pero su reacción no fue la que esperaba. – Terminemos con eso, si, soy virgen, de verdad, para que mentir. Pero… No sé si te entiendo bien… Lo que propones es inaceptable, una locura. Me gustas mucho, pero nunca pensé… que se yo, ir a la cama contigo, tu amistad y cariño ya era mucho para mí. Me regalo, por decir así y me rechaza? ¿Qué hago? - Mirá, a mí me llena de vergüenza y preocupación, pero, quizás… no sé… no tengo nada que perder y vos tampoco, sería ayudarnos a superar el odio y vos la soledad… Creo que nos neesitamos… él estaba muy nervioso, quería hablar, no podía y terminó con los ojos llenos de lágrimas. – Cálmate, no te propongo nada malo, ni difícil. En fin… Está mal que sea yo la que lo proponga, pero necesito superar el odio que me enferma y si te puedo ayudar… - Por favor, es una locura… - Quizás así lo sea, pero es lo que hay. Me enteré que hay un lugar donde van las parejas, ¿lo hacemos? - No sé qué decirte, estar con vos es lo más maravilloso que me podría pasar. Si estás tan decidida que así tiene que ser… ¿qué puedo decirte? - Entonces no perdamos tiempo, un poco más y de la vergüenza, quizás me arrepiento. Me levanté y salimos, le di el lugar y le pregunté: - ¿tenis dinero? Yo tengo algo… Empezamos a caminar, tomamos un taxi para que nos dejara a un par de cuadras. Esta vez iba nerviosa, ansiosa, no iba a ser la primera vez que estaba con un hombre, pero me atormentaban las preguntas de siempre: ¿Qué hago acá? ¿Por qué lo hago? ¿Estoy loca regalándome así? Tan puta soy, que hago cualquier cosa para ir con un hombre… Él estaba serio, preocupado. En fin era un lío para los dos. Yo, como puta vieja, JAJAJA – interiormente me reí – no me preocupaba la plata, sabía lo que costaría el taxi, la pieza y hasta el rico vino para celebrar y tenía suficiente, más lo del… Pero el ir a la pieza así… regalada, parece raro pero sentía vergüenza, yo una piba de 14 iba a un hotel con un macho como si tal cosa. Al llegar le acerqué dinero para el taxi, ante la sorpresa de él. Pagó, caminamos dos cuadras y en esa calle arbolada, desierta, con plantas en la vereda, estaba la puerta, respiré hondo y entramos. Allí le acerque disimuladamente algo de dinero, él hizo un gesto, que no… quizás molesto. Me reí y nos fuimos a la pieza. En el camino le dije: - No te preocupes, luego arreglamos cuentas, no hay problema. Llegamos a la habitación, hermosa cama, destapé las sabanas y sacándome las zapatillas, las medias, me acosté boca arriba. – Dale Vení… Le dije tomándolo de las manos. Sin las zapatillas se vino encima de mí, nos besamos, profundo, largo y yo le fui sacando la remera. Cuando lo hice lo acaricié, lo volví a besar… - Espera - allí con gran vergüenza (cosa rara, pero pasó enseguida) lo puse de costado y me saqué la remera y el corpiño. – Vení… ¿Te gustan? – Le dije en un susurro – Chúpame las dos con la boca – allí lo traje hacia mí, poniendo su boca encima de mis tetas – El, un poco torpe, comenzó a acariciarme, chuparme. Mientras yo comencé a desabrocharle el cinto, bajarle los pantalones, el bóxer, metiendo mano para buscar “eso” y vaya que lo encontré! Era un buen pedazo, como el de mi macho mayor. Se lo acaricié, mientras le decía: - Sacate la ropa y lo empujé para el costado. Allí él se saco la ropa, quedando desnudo. - ¿Porqué no me desnudas? – y allí llevé sus manos a mis pantaloncitos. Él torpe, temblando, quizás vería una concha por primera vez, me fue sacando todo, dejándome desnuda, allí me miró todo el cuerpo, (yo volví, por un momento, a sentir vergüenza. Estaba desnuda, con un macho en una cama) Lo traje hacia mí, le susurré: - Acaríciame, chúpame toda – allí lo fui llevando, mostrándole lo que eran los chupones, llevándolo a mí concha para que la acaricie, le pase la lengua, me la chupe. Poco a poco, muy torpe, lo fue haciendo y yo calentándome, como puta vieja, JAJA (ahora me rio), queriendo ser cogida por esa hermosa pija. Luego de un rato, no pude más, me lo puse encima, agarré su pija, la puse en la entrada de mi concha y le dije: Métela despacio, por favor, curémonos. Así lo hizo, ¡Que pedazo! Me abría la concha sin piedad, cada vez más adentro, con toda metida lo hice moverse y yo como pude lo acompañé. El gemía, cogía como loco, con fuerza y yo lo acompañaba con los míos, Ayyyyyyy Cogemeeeeeee Massssssss Daleeeeee con fuerza. ¡Que buena cogida! Él me apretó fuerte, ahogándome y acabando como loco y yo lo seguí con un orgasmo que me sacudió toda, desde los pelos hasta los pies. Quedamos abrazados un rato, luego lo puse de costado y me fui al baño, me lavé, esas cosas y regresé envuelta en una toalla. El me miraba de una forma muy especial. – Che, anda al baño y lávate bien todo, pero todo, eh… Se rió, era la sonrisa de un hombre atractivo y me dijo: Querida, fue algo maravilloso – Allí me tomó de la cintura dándome un largo beso – Nunca olvidaré lo que has hecho por mí. – Déjate de filosofía – y me reí con ganas – Pero me gustó lo dijiste… Allí él se fue al baño y cuando volvió, también envuelto en una toalla, lo noté diferente, mejor, más animado. Yo estaba viendo una lista de servicios para las habitaciones, aunque no me hacía falta – ya estuve acá – y le dije: - Aquí hay algo que me gusta. ¿te gusta el vino dulce? - Si… bueno… Allí me levanté, fui al teléfono y pedí una botella, dos copas y en voz baja, un pedacito de manteca. Cuando sonó el llamador, haciéndome la tonta que no sabía bien que hacer, fui a la ventanita, pagué y puse sobre una mesita el pedido. Le serví una copa y se la ofrecí. – Brindemos por la curación, el buen rato pasado y el que pasaremos. Bebimos y le manifesté: - Sabes… Contigo fue maravilloso, no sé porque no fue así con mi novio, porque tuve que sufrir tanto dolor la primera vez y luego por la cola, creí que moría y el hijo de puta lo hizo dos veces. Tenía ganas de matarlo. – Siento mucho lo que te pasó, porque sos una mujercita tan buena en todo sentido, me ayudaste mucho, me enseñaste bien. – No es para tanto, solo repetí contigo lo que me hicieron, pero lo bueno sin el odio que sentía. Contigo todo me resulta diferente, mejor más natural. ¿te gustó el vino? Lo tomamos a veces en casa. – Si, estuvo muy rico. - ¿Te vas a quedar así, tapado, sin hacer nada? Vamos, ven a la cama, ponte boca arriba. Sin que él me viera, mojé mis dedos en vino, le mojé la pija y se la chupé, poco a poco se fue poniendo dura. Cuando ya estuvo a punto, me le subí encima y me fui poniendo la pija en la concha de a poco, el pedazo de carne era bravo pero me entró, apretado, pero bien comencé el meta saca. Él me acompañaba en mis movimientos, hasta que cuando vi que iba a cavar le dije: - No acabes, sigamos… Acabé como una loca a los gritos. Siiiiiiiiiiii, masssssssssssssssss. Ayyyyyyyyyyy linda pija, métela bien… Quedé agotada, pero feliz. – Ahora – le dije con un hilo de voz – Me tenes que curar el culito, dale ven, pero despacio duele mucho. Me levante de él, fui a buscar la manteca y le dije que me ponga y se coloque en la pija. Me puse en cuatro patas, dispuesta al sacrificio, él vino y con mi ayuda se puso detrás de mío. Le indiqué que ponga el dedo con manteca en mi culito, despacio por favor. Así lo hizo y allí le indiqué me lo fuera metiendo en el culito, de a poco, despacito. Así lo hizo, sentí que me partía en dos, la cabeza fue lo peor, pero lo demás pasable, yo me abría todo lo que podía, pero igual mis gritos eran fuertes, Despaciooooo Me dueleeeeee Es terrible, cogemeeeeee con ganas Así lo hicimos, llevé su mano a mi concha y la otra a las tetas, - Acaríciame, le dije. Allí fue la gran cogida, él aprendió rápido y me chuponeo la espalda con ganas, haciendo largar gritos a cada uno de ellos, sus manos me acariciaban las tetas y había metido sus dedos en la concha. Tuve un orgasmo mientras me culiaba con ganas, haciéndome gozar como loca. Al momento, no se… El me agarro con fuerza y empezó a acabar, eran chorros fuertes, que me llevaron a tener otro orgasmo con mucha fuerza, a los gritos y sacudiéndome toda. Terminamos, nos tumbamos de costado y no quedamos dormidos como una hora. Al despertar, nos dimos besos, caricias. – Lamento decirlo, pero se nos acaba el tiempo. – Entonces vamos a bañarnos, sin mojarnos el pelo para que nadie se entere. Fuimos al baño, el me enjabono, sus manos eran una caricia y lo peor me estaba calentando y lo más peor el también. – Por favor arrodíllate y chúpame la pija con ganas. ¿Qué podía hacer? Así lo hice y se puso dura, era un pedazo de carne, caliente, palpitante. El me levantó y sin decir nada me puso contra la pared del baño, mientras nos caía el agua, haciendo que me agarrara de un apoya brazo y allí me abrió y metió hasta los huevos la pija de golpe. Pegué un grito, Ayyyyyyy Brutooooo – pero me gustó – Despaciooooo, soy tu nena. El me cogió con ganas, a los pijazos fuertes que me levantaban, inevitable: acabé como una loca. Terminé, pero allí no había terminado la cosa, me dio vuelta, me apoyó contra la pared y allí me di cuenta que me iba a culiar, - por favor ponte algo – Desesperada por que sabía lo que me esperaba, tomé jabón y le lo puse en la pija y en mi agujerito – Despacio por favor, sos un animal… - Me abrí todo lo que pude y el me puso la cabeza en el agujerito y dio un empujóncito, ayyyyyyyyy grité y me abrí a la carnicería con mi culito. El me agarró fuerte de las caderas y me la metió toda de un golpe. Ayyyyy nooooo despacio, bruto, me rompes toda, arggggggggggg Que pija, cógeme, cojéeme, con ganas. Así lo hizo, los dedos de el en la concha, me dio con todo, acabamos juntos a los gritos como un terremoto y con chorros de leche. – Bueno se acabó, terminemos de bañarnos que tenemos que irnos y me dio un tremendo beso. Nos secamos, vestimos, nos llevamos el resto de vino y nos fuimos. A las pocas cuadras encontramos un taxi y nos fuimos cerca de casa. Allí nos despedimos con un beso y diciéndome – Salgo de excursión con mis padres, vuelvo a la noche. Se fue erguido, todo un hombre, cansada pero satisfecha de la cogida y porque no? De la buena obra. Me fui para adentro a dormir, estaba reventada, me había dado con todo. Flor de macho, pero hay que aguantarlo.
Mi Madre, a sus 42 años, es una hembra que está rebuena. Mi Padre, un pobre idiota. Así que una noche decidí darle marcha a ella con mis amigos, mientras mi padre miraba..........
Relato erótico enviado por domo54 el 12 de December de 2008 a las 11:35:56 - Relato porno leído 312209 veces
Era un día normal, común y corriente, yo regresaba de la prepa, yo soy un chavo moreno, alto, con buen cuerpo, bien dotado y muy atrevido, no tengo novia y ese día fue uno de los mejores en mi vida
Relato erótico enviado por Anonymous el 29 de August de 2008 a las 13:06:42 - Relato porno leído 212273 veces
Mi nombre es Alicia, y hasta no hace mucho mi familia, y yo desde luego vivíamos en un retirado pueblo, en el que apenas y nos enterábamos de las noticias, ya que ni tan siquiera llegaba la señal de la Tele. Por lo que cuando nos mudamos a la ciudad, lo que más me impresionó fue el baile del perreo
Relato erótico enviado por Narrador el 04 de June de 2012 a las 23:00:35 - Relato porno leído 149876 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:57) dice:
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