mi visita a casa de mi abuela

Mi madre me envía de vacaciones a casa de mi abuela, no deseaba irme de mi ciudad por mis mujeres, pero mi madre cuando dice algo se cumple. Llego a este pueblo que en verdad es bonito, pero aquí nada pasa y si algo pasa es la noticia bomba de todos los habitantes así que hay que andar con zapatos de buzos para no caer en desgracia…, no se como entretener mis hormonas que necesitan a mis 16 años tranquilizarse, en mi ciudad hay una viuda esperándome, pero aquí ojo y mucho cuidado. En casa de la abuela viven dos tías hermanas de mi madre Norma es diez años menor que mi madre y como yo tengo 16 años y mi madre me tuvo a los 25 años entonces ella tiene 31 años es madre de dos niños de 5 y 3 años su marido es marino mercante y hace seis meses que no viene a puerto cercano, por lo que ella espera agarrotada por los deseos de ser apareada, su venida al igual que la otra hermana Flora que es tres años menor que Norma es decir tiene 28 años esta es mas abierta y dice cuando puede que el miserable de su marido la tiene botada ya tres meses y el por las minas del norte, ella tiene una bebé de cinco meses es decir cuando se fue su marido ella aun estaba de prohibición de sexo por lo que sumo que lleva mas menos seis a siete meses sin macho…
Bueno una tarde me entretengo jugando con unos lechones en sus corrales cuando escucho la conversación de esta dos tías en una plática carnal entre ellas una decía que no aguantaba mas estar sin sexo si hasta los pordioseros le mojaban sus calzones cuando le decían sus piropos eróticos y groseros, su anormalidad por el sexo la tenía histérica, excitada y nerviosa… por entre las tablas miré y vi a mi tía Flora que al hablar se sobaba su entrepiernas…, para que te cuento yo, le dice la tía Norma, tengo que meterme mi dedo por mi fogosidad para calmarme y me deje dormir la calentura que tengo.
Esa tarde idee como podría acercarme a alguna de las dos tías y poder estrecharme a alguna de las dos sin que se notara y hacerla mía cuando estuvieran desesperada sin que la abuela se diera cuenta… sin querer una amiga de la abuela me soluciona el problema esa noche se quedara a dormir y mi abuela me dice si es problema que le deje mi cama…, ninguno le dije, me voy a dormir con mis primos en la pieza de tía Norma, esta al escuchar su nombre dice, ¿qué pasa?, la abuela dice el problema y ella no se opone que duerma en su pieza. Esa noche me fui a dormir en su pieza en la cama donde dormían mis primos, pero estos estaban poco menos que atravesados en la cama abarcándola totalmente y no tenía espacio para meterme en ella. Se da cuenta la tía y me dice si duermes tranquilo te invito a mi cama, que me dijeron me metí entre sus sabanas y me quede inmóvil en ellas mientras mi tía se meneaba incomoda al no poder concentra su sueño…, me giro y le digo si quiere que la abrace y le haga cariño para así adormecerse y conciliar su sueño… je, je no sabía lo mañoso que era su sobrino la pobre tía y me responde que bueno… comienzo a acariciarla suavemente su espalda, luego sus hombros bajaba por sus brazos y volvía al recorrido cada vez mas me acercaba a sus senos al pasar cerca de estos y mi pene a media calentura lo apoyaba entre sus cachetes de esas deliciosas nalgas…, pronto la tía suspiraba fuerte y entrecortado se estaba entusiasmando con los manoseos y se comenzaba a excitar…, ya pasaba mis manos por sobre sus senos en el recorrido y mi pene estaba en plena erección y se metía entre sus muslos rígido, extendido, grueso y empinado contra su entrepiernas, la tía no solo respiraba entrecortado, sino que gemía suavemente y empujaba su culo contra mi pene, de pronto dice Dios mío, estoy ardiente y estimulada por tu pene…, sácalo o métemelo por que no puedo mas y dándose vuelta me abraza y me sube sobre su cuerpo, sentía sus senos con sus pezones duros apoyados en mi dorso, mi miembro se había ubicado en la entrada de su vagina y ella locamente se revuelca llegando a su primer orgasmo… diciéndome métemelo o ándate, por supuesto hice lo primero y comencé suavemente a penetrar mi pene en sus carnes vaginales, ahora la tía se revolcaba y a la vez meneaba sus caderas enardecida y frenética, descaradamente me meneaba su trasero para que mi pene entrara en su vagina, subiéndolo para clavárselo bien profundo en sus entrañas a mi miembro como estaba muy mojada este arremete hasta el fondo de su matriz al bombear con fuerzas sobre ella en el mete y saca de este en su vagina, la tía vociferaba mordiéndose su mano para no gritar fuerte y llamar la atención de los otros ocupantes de la casa… si degenerado sobrino métemelo…, estoy desequilibrada y estimulada…, deseo sexo…., hazlo rico…, sigue…, así…. ¡Ah…oh! Soy tuya…., sigue ahí…, ahí están mis orgasmos…, son tuyos…, ah…, oh…, ahg tuya…, y me abraza desesperada moviendo maravillosamente sus caderas cuando me entrega sus fluidos, siento sus carnes vaginales apretar y soltar mi pene y su mano manosea mis testículos llevándome a un grandioso éxtasis y baño con mis ríos de semen su vagina que placer, que gozo… me besa ansiosa por sus orgasmos diciéndome, eres un buen macho cuanta delicia de placer…, descansemos luego hacemos mas. Eso si tenemos que tener cuidado de no despertar a los niños, me dice.
Que noche descansábamos una hora y nuevamente me exigía sexo, como a las tres de la mañana no podía mas entonces ella se sube sobre mi cuerpo manosea mi pene hasta tenerlo erecto y se sienta a lo jinete sobre este penetrándolo en su estrecho orificio vaginal sentándose y corcoveando sobre este hasta nuevamente sentir su cuarto orgasmo esa noche, menos mal que se canso y dormimos hasta el amanecer del nuevo día donde ambos estábamos desesperado por emparejarnos y apareándonos tuvimos un nuevo placer y gozo de sentir nuestros orgasmos, luego ella se levantó y yo dormí una hora mas hasta que ella me despertó para desayunar. Adolorido fui al baño y luego a la cocina a desayunar, ahí mi tía Flora me miraba con ojos de águila y me dice…, mi hermana me dice que eres un destacado semental sobrino..., luego me toca a mí.
Esa tarde quise dormir una siesta y me fui a refugiarme en el establo entre la paja del segundo nivel a recuperarme…, no pude llegó mi tía Flora y sin decirme nada se levanta su falda, mostrándome sus piernas bien torneadas, saca su mojado calzón, diciéndome toda la mañana he estado mojada esperando este momento, sácate el pantalón que ahora seré tuya, adorado sobrino…, apenas alcanzo a sacármelo y ella se monta a lo jinete sobre mi cuerpo dándome su espalda a mi cara mientras manosea y chupa mi pene…, este reacciona como ella quería y comienza a cobijar mi miembro en su vagina como saltaba sobre mi cóccix gimiendo y llorando de placer, mientras yo acariciaba sus nalgas y muslos de esas preciosas piernas y en menos de cinco minutos ella cae abatida por los dos seguidos orgasmos que tiene al recibir mi pene en su matriz, trata de pararse y en cuatro patas no la dejo, enterrándole mi pene duramente en su vagina hasta el fondo gruñendo y vociferando le digo ahora me toca a mí, sus gemidos de dolor en la clavada a su entrañas al recibir mis placeres de poseerla como mi mujer, penetraba violentamente al empotrarla y no me detengo hasta inundarla con mis líquidos vaciados en sus entrañas. Por hoy esta bien sobrino mañana continuamos por hoy recuperémoslo y se retira, aprovecho de dormir una media hora. Pensando que maravillosa idea tuvo mi madre al enviarme y yo no quería venir…
Esa noche mi tía Flora me dice te toca dormir en mi pieza y me lleva a tirones hasta su cama, no se si estaban todos dormidos o no, pero los gemidos de mi tía y los suspiros eran violentos al sentirse penetrada y empotrada duramente y salvajemente por mis agudas embutidas primero en su vagina y luego en su ano, como desaprobaba cuando le estaba metiendo mi pene en su intestinos, bailoteando para no ser incrustada por su agujero negro, pero nada me impidió hacer ese agujero mío y ella después gemía, pero de placer al recibir mi pene y mis descarga de semen en su vientre era el primer macho que probaba su trasero y le había gustado… nos recostamos cansados y adolorido diciéndome ella…, ahora no me podré sentar en una semana, pero lo gocé.
Ese fin de semana llega mi madre a buscarme y debo regresar con ella con gran consternación de mis tías.