Desde mucho antes de que Ernesto, y yo nos casaramos. Me hizo saber que él era un fanatico de la caza, es decir que le gusta salir de montería, y trae jabalies, y venados, dependiendo de a donde vaya a cazar, y en que epoca del año. Si ocasionalmente yo le he acompañado, pero la verdad es que eso de estar sentada en un monte, todo un día, y en ocasiones gran parte de la noche, esperando que un animal aparesca, para que Ernesto le de un tiro, no es lo mío.
Relato
Así que desde hace ya algún tiempo, lo convencí de que me dejase en casa, y él sabe que esos momentos los aprovecho, para salir con mis amigas, en ocasiones de compras, y en otras de fiesta. Y la verdad sea dicha, en otra momentos tambien he salido, con uno que otro tipo, con el que termino acostandome. Claro que eso ultimo, no se lo he dicho nunca a mi marido.
Bueno Ernesto salió antes de amanecer, para reunirse con el resto de la partida, ya que habían rentado una finca, que tenía muchos animales de caza. Por lo que yo ya mucho más tarde salí de casa, busqué a varias de mis amigas y nos fuimos de compras, pero al caer la noche, no me acuerdo quien precisamente se le ocurrió decir, que podíamos ir a un Pub, para divertirnos un rato. Cosa que en realidad a mi me parecipo fantastica.
Ya en el Pub, entre las tres ocupamos una mesa, y al poco rato comenzaron a desfilar por ella, un sin número de tipos, algunos eran verdaderos petardos esplotados, mientras que otros bien valia la pena ponerles algo de atención. Fue cuando ya entrada en copas, escuché a un tío que me llamó por mi propio nombre, diciendome. Alba Raquel bailamos. De inmediato no le reconocí, pero al ponerme de pie, y acercarnos al area de baile, me di cuenta de que se trataba de Wally, el socio de mi esposo. Lo cierto es que Wally nunca me había caido bien, que digamos. Pero en esos momentos se veía tan distinto, y su rostro me veía tan simpatico, que hasta me olvidé de porque me caía tan mal. La cosa es que Wally a medida que fue bailando conmigo, al poco rato, fui sintiendo como una de sus manos deslizaba por mi espalda, y llegaba hasta mis nalgas. AL mismo tiempo que no dejaba de decirme lo bien que yo bailaba, y hasta se atrevió a decirme, que él no sabía como mi Ernesto mi esposo era capaz de perder el tiempo saliendo de caza, teniendo el mejor trofeo de todos en su propia casa. Yo a todas estas, me sentía como una colegiala, riendome como una verdadera tonta, de todas las ocurrencias que decía Wally. Por lo que cuando me apretaba contra su cuerpo, yo me sentía deseada por él. Así que continuamos bailando y dejando que aparte de seguir haciendome ver, lo buena que yo estaba, Wally no perdía oportunidad de ir acariciando todo mi cuerpo, a medida que seguiamos bailando, tan es así que en cierto momento sentí una de sus manos, que la introdujo por el frente de la falda que yo cargaba, de manera bien descarada, y sabrosa me agarró el coño, incluso sentí, como uno de sus habiles dedos, lo introdujo dentro de mi braga, alojandolo dentro de mi vulva, y por un momento que me pareció una eternidad, su dedo de manera repetitiva presionó mi clítoris, sin que yo hiciera o le dijera nada, para impedir que continuase. Me vio directo a los ojos, y sacando finalmente su mano de debajo de mi corta falda, frente a mis ojos se chupo, y lamío por completo todo su dedo, diciendo al terminar de hacerlo. Delicioso. Ya para cuando regresamos a la mesa, mis dos amigas estaban a punto de marcharse, con cuatro tipos, y que para seguir la fiesta en la casa de una de ellas. Fue cuando Wally, en un tono de voz bien serio, les dijo. La señora Alba se siente mal, por lo que me pidió que la llevase a su casa. Yo la verdad es, que en ese momento no abrir la boca, así que mis amigas y sus acompañantes dieron por sentado que eso era cierto. Nos despedimos, pero apenas salimos del Pub, Wally riendose me comentó, espero que no te haya incomodado, que yo me haya tomado el atrevimiento de decir que te sentías mal. Yo también muerta de la risa, le dije que no, y le comenté. Seguramente mis amigas, no van a ir a resar presisamente, con esos cuatro. Ya dentro del BMW de Wally, se me ocurrió preguntarle y ahora a donde vamos, a lo que el socio de m,i esposo riendose, me respondió, yo voy de cazería, y tú vas a ser la presa, que te parece. Lo cierto es que me pareció una broma, pero cuando Wally detuvo el auto lo hizo en la entrada del edificio de la empresa, diciendome. Toma estas llaves, y me esperas en el jardín interior, mientras que yo estaciono el coche lejos de miradas indiscretas. Lo cierto es que yo estaba tan mareada, que apenas, y me pondía mantener en pie, por lo que para mayor seguridad me quité los zapatos de plataforma que carga puestos, no fuera a ser que diera un tras pie, y terminase en el suelo. Cuando llegué al inmenso jardín interior del edificio, me di cuenta de que lo habían remodelado, incluso habían puesto una fuente de agua que parecía un riachuelo natural, además de un sin número de hermosas plantas ornamentales. No se por que apenas comencé a caminar por la vereda de piedras blancas, me recordé lo que Wally había dicho, que yo era la presa, y riendome en medio de mi borrachera, se me ocurrió comenzar a desnudarme por completo, por qué, quien ha visto a una presa de caza vestida. Ya me encontraba del todo desnuda, cuando sentí que el socio de mi marido, estaba atravesando la puerta del edificio que da al jardín. Dejé toda mi ropa, incluso mi braga y sostén, completamente a la vista, tirada sobre la veredas de piedras blancas, y salí a ocultarme entre el hermoso follaje que adornan el jardín. Lo cierto es que el lugar que escojí para ocultarme, en realidad me dejaba por completo ante la vista de Wally, al mismo tiempo que impedía que yo lo viera a él. Por lo que se pueden inmaginar la tremendo susto que me llevé, cuando Wally, me tomó por la espalda, al tiempo que me decía. Ya te caze, y ahora te voy a preparar para comerte. Bueno eso ñultimo que dijo, lo que me causó fue gracia, así que sin dejar de reirme, Wally me llevó hasta una de las esquinas del jardín, donde hay un area al lado del riachuelo que semeja la orilla de un rio, en el que apenas nos comenzamos a besar nuevamente, terminamos recostandonos. A los pocos segundos, Wally dirigió su rostro al centro de mis piernas, y con su boca y lengua comenzó a chupar, lamer y mordisquear mi coño, de forma y manera tal que ya a los pocos segundos, ya le estaba pidiendo que me lo metiera. Pero Wally hizo caso omiso de mi petición y continuó mamando mi coño, incluso mordisqueando divinamente todo mi clítoris, hasta hacerme disfrutar de un orgasmo como los que mi marido, jamas me ha provocado. Yo estaba llorando, pero de placer que el socio de mi esposo me estaba provocando con su boca. Completamete desnuda, acostada sobre aquella falza orilla, con mis piernas bien abiertas, disfrutando de la mejor mamada de coño que jamas antes hubiera recibido. Mientras que Wally completamente vestido, seguía produciendome ese gran placer, al punto en en muy pocas ocasiones, había disfrutado de un orgasmo humedo, y multiple. Por lo que cuando Wally retiró su cara de mi coño, yo parecía que estaba poseida, ya que con mis ojos en blanco, no dejaba de pedirle que me diera más. Wally sacó su miembro del pantalón, y tal y como se encontraba se colocó sobre mi, sentí como su trozo de carne caliente y bien dura, se desplizaba, abriendose paso dentro de mi vulva, a medida que yo no dejaba de gemir de placeddr, y pedirle de manera repetitiva que me diera más, y más. Yo de inmediato comencé a menear mis caderas, y restregaba mi coño divinamente, contra su cuerpo. Por un tiempo indeterrminado seguimos revolcandonos, él penetrandome bien duro, al tiempo que yo practicamente le rogaba que no parace. Hasta que ambos disfrutamos de un tremendo clímax. Así que yo me quedé tendida, con mis piernas y brazos bien abiertos, mientras que Wally, despues de ledio lavarse en el falso riachuelo, acercó su verga frente a mi boca, para que sin necesidad de decirme nada, yo me pusiera de rodillas, y de inmediato me dedicase a mamar su miembro. En cosa de poco tiempo, senti una tremenda erección dentro de mi boca. Yo estaba bien dispuesta a seguir mamando aquella cosa, cuando nada más bastó que Wally me dijera. Quiero probar tu apretado culito, para que yo de inmediato, dejase de mamar su verga, y me pusiera en cuatro patas. Sentí como su colorado y duro glande, atravesó mi esfínter, cosa que no me dejaba hacer yo, desde que era novia de Ernesto, mi esposo. Pero despues de casados, más nunca quizó volver hacermelo, diciendo que no hacía falta. Pero mientras comencé a sentir aquel mastil penetrandome por el culo, de momento que el socio de mi marido me ha vuelto a dar otro agarrón de coño, tremendo. Tan así fue que al poco rato ya yo volvía a chillar y gemir de placer.
Como se lo imaginaran, mi marido sigue saliendo de montería, mientras que su socio Wally me convierte en su puta, perdón quise decir en su piesa de casa mayor.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513555 veces
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 299796 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:22) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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