recuerdo de hace varios meses. el encuentro con una joven desconocida, de quien quede prendado. y de quien sin imaginarlo vendría a cambiar mi vida.
Relato
Miradas consecuentes
Parte 1
Hace ya casi 4 meses de la primera vez que te vi. Recuerdo que te mire pasar por detrás de los cristales, te seguí con la mirada y allí de la tienda para poder verte mejor. Me hubiera gustado seguirte y hablarte, pero ¿Qué iba yo a decirte? ¿Con qué excusa lo haría? En vano lo o hecho, hubiera quedado en ridículo. Ahora, después de largo tiempo, sé que aquella decisión fue la mejor, de haber sido diferente jamás hubiese pasado lo que pasó entre tú y yo.
Aún viva en la memoria, la imagen tuya que se alejaba lentamente; que caminaba distraídamente como buscando algo en esa calle vacía., manteniendo el paso lento como esperando que algo pasará. Aquella tarde no me viste. Pero yo te veía, con mis ojos te hacía mía. Sus largas piernas morenas que a cada paso se ofrecían; la abundancia de su pecho, que bajo el suéter blanco dejaba a la vista un par tetas que eran el deleite de mis ojos; la cintura bien formada y entallada por la falda a cuadros, hacía resaltar las caderas.
En esos momentos sentí mi cuerpo arder, transpiraba y respiraba con rapidez.
Cuando ella desapareció, después de algunos minutos regresé a la tienda (una papelería de la que soy dueño, y que yo mismo atiendo) .Me senté tras una vitrina, seguía excitado por lo sucedido. Después de unos segundos de lo sucedido, me percate que la situación había producido en mí una fuerte erección.
Me encontraba solo, la imagen viva de aquella sensual jovencita, con el pene erecto. Inconscientemente dirigí una de mis manos hacia la bragueta y comencé a estimular mi sexo por encima del pantalón vaquero. El placer de recordar a aquella chiquilla, la voluptuosidad de sus senos, su cintura, imaginando apresarla con mis propias manos, e imaginar aquel bello rostro, que no me fue posible ver.
Era tal mi excitación que el suave rose de mi mano sobre mi sexo erecto, se volvió más intenso. La fricción entre la cabeza húmeda de mi pene y los vaqueros era un tanto dolorosa, pero eso no hacía más que acrecentar mi excitación.
Fue tal la estimulación que pasados tres minutos, había llegado al clímax, a una excitación, que sin pensarlo eyacule en abundancia en repetidas ocasiones, al punto de haber mojado por completo los pantalones.
Le dije ¡esto! He inmediatamente le subí la falda metiendo mi mano entre sus piernas tocando su zona vaginal, puso resistencia y trato de gritar pero yo le dije severamente que o me entregaba su cuerpo o la denunciaba.
Relato erótico enviado por reycolegial el 30 de July de 2009 a las 12:08:52 - Relato porno leído 100067 veces