Mi nombre de batalla es Beti, y aunque soy parcialmente una mujer, no puedo ocultar que tengo un miembro que en ocasiones asusta a mis compañeros de fiesta. Desde hace mucho tiempo que tomo pastillas de estrógeno o sea hormonas femeninas. Por lo que mis senos se han desarrollado lo suficiente, como para que parezcan naturales, mi cabellera es abundante, y mis caderas bien llamativas.
Relato
Por lo general me visto, comporto, y atiendo mi negocio como toda una mujer. Pero en ocasiones, me agrada salir a distraerme, bailar y porque no, a tener sexo salvajemente. En mi última salida, me encontré con José y Tony, un par de chicos que estudiaron conmigo, desde luego que hace ya varios años, y por lo visto no me reconocieron, por lo menos no de inmediato.
En esa época se podría decir que se convirtieron en mis guardaespaldas, todo comenzó un día, cuando un grupo de chicos del colegio, me tenían rodeado, amenazándome con darme una paliza, si yo no me quitaba toda la ropa, el todo era, porque como yo era algo amanerado, parecían que me odiaran. Justo en el instante en que yo llorando, me comencé a desabotonar la camisa, llegaron José y Tony y haciéndoles frente a todo el grupo, me defendieron. Yo los vi como mis héroes personales. Después no sabía cómo agradecerles, lo que habían hecho por mí. Hasta esos momentos jamás había tenido ningún tipo de relación sexual, con ninguna otra persona, así que me dije, que si algún día le dejaba que algún chico me penetrase, sería uno de ellos dos.
La cosa es que los dos me gustaban un montón, y no sabía por cuál de los dos decidirme. Así que me tomé varias fotos vestidita de nena, maquillada y peinada, en algunas de las fotos mostraba mis nalgas apenas cubiertas por una diminuta panti, las que coloqué dentro de un paquete de fotos de la escuela. La idea original era mostrárselas a José y a Tony por separado, a ver que decían de las fotos. Pero en el momento en que se las mostraba a Tony, llegó José, y también las vio. Los dos las ojearon, hasta que llegaron a mis fotos. Las vieron detenidamente, y de inmediato los dos me dijeron que me veía muy bien de chica, y hasta me propusieron que la próxima vez que me vistiera así los llamase, para verme.
Así que por suerte, en casa todos salieron a pasar el fin de semana en nuestra casa de campo. Por lo que yo me vestí y arreglé lo mejor que pude para recibir a mis dos buenos amigos y protectores. Cuando los llamé se alegraron mucho, y puntualmente llegaron a casa, a las nueve de las noche, donde los recibí, completamente vestidita de nena, peinada, maquillada y hasta perfumada. Los dos llegaron juntos, y al verme así, se quedaron con la boca abierta, yo los invité a pasar, y ya dentro de la casa, les serví unas cervezas, y procuré atenderlos como toda una buena anfitriona.
Al principio los dos actuaron bastante serios, pero a medida que los seguí atendiendo, y que yo me cambie de ropa poniéndome algo más sexi, su forma de actuar cambio, ambos bailaron conmigo, por separado desde luego, y en esos momentos me comenzaron a tocar las nalgas, y a besar mi nuca, hasta que finalmente los dos llegaron a besarme ardientemente en la boca. Al poco rato me fui quitando toda la ropa, hasta que nada más me quedé en pantis y sostén. De eso a que ellos dos continuasen agarrándome las nalgas y que yo terminase mamando sus vergas solo fue un paso.
Esa misma noche, Tony fue el primero en penetrarme, y a pesar de que yo había estado dilatando mi esfínter y que me puse bastante vaselina, cuando él comenzó a meter su verga dentro de mi culo, me dolió, pero no tanto como para no dejar que posteriormente José también me penetrase.
Desde ese día ellos dos se convirtieron en mis guardaespaldas, claro que yo les pagaba en especies, o sea los dejaba que me tratasen como a una chica, en otras palabras les daba el culo y se los mamaba. Así evitaba que los otros chicos se burlasen de mí.
Luego claro que yo me fui para la universidad, y ellos entraron a otra, y con el tiempo perdimos contacto. Pero desde que llegué a la discoteca, como ya les dije parecieron no reconocerme, me invitaron a bailar y beber, como hacía mucho tiempo que no lo hacía. A medida que seguimos bailando, entre ellos dos se desató una especie de competencia, para ver por cuál de los dos yo me decidía salir.
Así que a medida que bailaba con uno y con el otro, sus manos recorrían todo mi cuerpo, y sus labios y lenguas trataban de jugar con los míos, pero yo no los dejaba, al fin y al cabo apenas y los conocía, supuestamente. Hasta en cierto momento mientras bailaba con uno de ellos, se las ingenió para introducir una de sus manos, por debajo de mi minifalda, y agarrarme las nalgas, lo que me gustó mucho.
Bueno no sé si fue idea de Tony o de José, pero en fin uno de ellos dos propuso, a la hora de cerrar la Disco, que continuásemos la fiesta, en el apartamento de uno de ellos. Hasta ese momento no les había dicho nada sobre mi particular condición, pero ante el temor de que se molestasen estando a solas conmigo, decidí ser franca y decirles que no podía creer que ninguno de los dos me reconociera. Al principio no me quisieron creer, pensaron que era una broma de mi parte, hasta que les recordé la infinidad de ocasiones en que ellos dos me habían dado por el culo, o que yo les había mamado sus vergas en el baño del colegio, cuando éramos más jóvenes.
Como que me dio la impresión de que la fiesta se había terminado, hasta que Tony, dijo de manera animada. Bueno José, estábamos buscando algo diferente, pero si tú no quieres acompañarnos a Beatriz y a mí, yo lo entiendo, y mañana te cuento como nos fue. José me vio de pies a cabeza, y le respondió. Si tu le metes mano, yo también.
Al yo ver que mi condición, para ellos dos, no era impedimento para que siguiéramos disfrutando del resto de la noche, decidí acompañarlos, y los tres nos fuimos al apartamento de José. Apenas llegamos seguimos bebiendo, y bailando. Hasta que nuevamente Tony, buscó mi boca para besarme, y lo dejé continuar. Mientras que José nos servía los tragos y se encargó de ir poniendo la música.
Después de un buen rato de estar bailando con Tony y dejando que él manoseara casi todo mi cuerpo, me pidió que me quitase la ropa, pero que lo hiciera bailando sola. Yo le dije que lo haría con la condición de que ellos también se desnudasen, y no había terminado de decírselos, cuando tanto José como Tony se quitaron toda su ropa de inmediato.
Aproveche y les di un show como nunca nadie creo que se los haya dado. Al ritmo de la suave música me fui quitando lentamente mi ropa, moviendo mis caderas, de manera provocativa, hasta que por un buen rato dejé mis tetas al aire, y ellos se volvían locos agarrándomelas y hasta chupándomelas por cortos momentos.
Luego me despojé de la minifalda que estaba usando, quedando tan solo con mi tanga puesto, y tanto José como Tony en más de una ocasión me acariciaron mis nalgas, pero muertos de curiosidad al ver que no se me notaba nada. Hasta que como parte final del show, dejé caer el tanga al piso, y vieron el secreto que ocultaba entre mis piernas, sujeto con adhesivo.
Cuando finalmente me lo arranqué, digo la cinta adhesiva, se sorprendieron al ver el tamaño de mi miembro. De seguro que mentalmente lo compararon con el de ellos, y salieron perdiendo. La cara de asombro que ambos pusieron fue tremenda, así que completamente desnuda, y aun tratando de ocultar mi miembro, tomé asiento entre ellos dos, para continuar bebiendo y riéndonos los tres.
Tony me volvió a besar intensamente, mientras que José se dedicó a chupar mis tetas, y al poco rato ya me encontraba yo mamando la verga de Tony. Mientras José me acariciaba y hasta besaba mis nalgas. Después de un rato, ya prácticamente me estaba tragando por completo la verga de Tony, mientras que José sin demora alguna comenzó a pasar una y otra vez, su verga entre mis nalgas.
Tony realmente no demoró mucho en venirse por completo dentro de mi boca, mientras que yo golosamente me fui tragando todo su semen. No bien había terminado de mamar y tragarme todo el semen de Tony, cuando José después de que me puse un poquito de crema lubricante, enterró por completo, toda su verga dentro de mi culo.
El placer que sentí fue tremendo, ya que sin más ni más Tony, volvió a besarme intensamente, y José no paraba de meter y sacar por completo toda su verga dentro de mi apretado culito. Agarrando mis tetas y presionándome contra su cuerpo, una y otra vez. Al tiempo que yo movía mis caderas intensamente. Hasta que al igual que Tony también se vino, pero dentro de mi culo.
Después de ese arrebatado encuentro, yo me puse mi minifalda, para ocultar mi miembro, y los tres seguimos bebiendo, y creo que fue José que me preguntó, como había comenzado. Por lo general no me gusta hablar de eso, pero quizás por el ron que bebí, la lengua se me soltó. Y a grandes rasgos les conté a los dos como fueron mis inicios.
No creo que haya pasado una hora, cuando José completamente desnudo, y bastante tomado, insistió en bailar conmigo. Mientras que Tony nos observaba. Por un buen rato bailamos y él se colocaba tras de mí, apretando su verga contra mis nalgas. En cierto momento volvió a tomar mis nalgas entre sus manos, y me agarró mi verga, al principio pensé que fue por accidente, pero al darme cuenta con la insistencia que me lo agarraba, me coloqué tras José, y comenzó a frotar sus nalgas contra mi verga.
Ocasionalmente he sido yo quien se clava al otro, y cuando sentí el culo de José frotándolo insistentemente contra mi cuerpo, supe que él deseaba que yo se lo metiera. Así que cuando se lo sugerí, hablándole suavemente al oído, José me dijo que si con una gran sonrisa. El que se cortó un poco, fue Tony, al ver como yo comenzaba a penetrar a su compañero. Pero eso no impidió que el mismo Tony, le pusiera su verga frente a la cara de José, y este tranquilamente, sin complejo alguno se dedicase a mamársela, a su amigo.
Después como cosa rara, de que me clavé a José, al ver lo bien que le había mamado la verga a Tony, me provocó que me la mamase a mí también, y así lo hizo. Ya en la madrugada, nuevamente volví a mamar la verga de Tony, mientras que José, divinamente me introducía su lengua dentro de mi culo. Tras lo cual todos nos quedamos dormidos.
Al despertarnos al día siguiente, José actuó como si no hubiera pasado nada, y Tony no hizo ningún comentario sobre la manera en que José, me dejó que yo le diera por el culo, y que se pusiera a mamar la verga de su amigo. Bueno yo me vestí, me despedí de los dos y me marché para mi casa, pensando que pasaría un buen tiempo sin volver a ver a ninguno de los dos. Pero me equivoqué, ya que el siguiente fin de semana, me encontré con José en la misma disco, y apenas nos vimos me invitó a que regresáramos a su apartamento.
Lo primero que hicimos al llegar después de desnudarnos, fue ponernos hacer un rico 69, y de ahí en adelante, tanto José me dio a mi por el culo como yo a él. También le ayude a depilarse todo su cuerpo, para luego mostrarme todo un ajuar que se había comprado y que estaba deseoso de probarse, en mi compañía. Hoy en día Tony, está al tanto de los nuevos gustos de José, y en ocasiones nos acompaña a nosotras dos cuando salimos a bailar.
Yadira y yo que me llamo Luis, llevamos varios años de casados, pero no nos consideramos una pareja común y corriente, ya que desde que éramos novios nos dimos cuenta que tanto ella como yo somos personas de mente abierta, ella no se considera dueña de mi cuerpo, ni yo tampoco me considero dueño del suyo, por lo que si nos place en algún momento llegar a tener relaciones con otra persona, las disfrutamos abiertamente, sin que por ello el amor que nos sentimos mutuamente se vea lesionado o disminuido. En ocasiones tanto ella como yo también le damos rienda suelta a nuestras fantasías, con la completa colaboración tanto mía como de parte de ella.
Relato erótico enviado por narrador el 13 de March de 2011 a las 21:45:11 - Relato porno leído 121178 veces