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Nadie sabe hacerme la cola

Relato enviado por : calmendo el 16/07/2006. Lecturas: 10585

etiquetas relato Nadie sabe hacerme la cola .
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Resumen
Hola, mi nombre es Vanesa y tengo 26 años. Vivo en Buenos Aires capital. Trabajo como empleada en una oficina y tengo novio desde hace 4 años. Él se llama Raúl y es muy dulce y cariñoso conmigo. Yo lo quiero para casarme pero todavía le falta un deta...


Relato
Tuve bastantes novios, puedo decir que he vivido casi todo tipo de experiencias. Antes de continuar con mi relato les quiero contar una de ellas, una que nunca me olvidé y sigo teniendo en mis recuerdos.

Tenía 20 años y salía con un chico bastante rebelde al que mis padres no veían con buenos ojos. El se juntaba todas las noches a tomar cerveza en un kiosco de la esquina de mi casa y era común escuchar sus risotadas hasta bien entrada la noche. A él le gustaban las bandas de rocanrol, a mi no tanto pero lo acompañaba a muchos conciertos que casi siempre terminaban con él borracho y peleando. Yo me asustaba mucho. La experiencia que viví sucedió una noche en la que tuvimos que salir corriendo porque él molestó a un grupo de 3 chicos en un recital. Les pidió cerveza de mal modo y lo empezaron a empujar. Él se dio cuenta de la desventaja numérica, me tomo de la mano y empezamos a caminar rápido. Cuando nos comenzaron a correr también lo hicimos nosotros. Pero nos alcanzaron.

Lo agarraron entre dos y le daban piñas en el estomago. Yo gritaba pero no había nadie en esa calle. El restante se me acercó, borracho como estaba y me empezó a preguntar qué es lo le veía a un boludo como ese. Se me acercó un poco más y olí su aliento a cerveza. Yo tenía un buzo atado a la cintura, que me tapaba la cola. A mi novio le encantaba verme en calzas ajustadas porque mi cola lo calentaba mucho pero en la calle me la hacía cubrir. Mi estupido novio estaba tratando de zafarse de sus agresores pero ya estaba muy golpeado y se desmayó. El que se me había venido al humo me sacó el buzo para quedárselo y descubrió mi cola. Se sorprendió al verla y me la quiso tocar, yo le saqué la mano y le dí un bofetazo. Al instante recibí uno yo, quise correr pero me agarraron los otros dos. Me llevaron a un descampado que había al costado de las vías del tren, a 30 metros. Me arrojaron sobre el pasto dejándome boca abajo. Me quise incorporar pero me empujaban haciendo que no me dé vuelta. Vino el que parecía ser el más grande en edad, de unos 30 años, y me bajó la calza de un tirón, yo me puse muy nerviosa pero me sorprendí al excitarme y sentir las manos del tipo en mi chancha cola.

Terminó de sacarme las zapatillas y las calzas. Yo permanecía en silencio, no sé porqué. Escuche el cierre que se bajaba. Los otros que me sujetaban las muñecas lo alentaban, oí que se pajeaba un poco y yo sentí que me humedecía. Me empezó a hacer unas caricias en la cola con las que me derretí. Su dedo índice derecho se metía en mi conchita mientras su pulgar me tanteaba el ano. No lo podía creer, me estaba calentando con tres desconocidos que me manoseaban toda. En ese momento se cruzó la idea de que quizás tenía algún desorden mental para sentirme tan puta en esa situación. No pude seguir haciendo conjeturas porque sentí la cabeza de esa pija en la entrada de mi conchita y casi empujé para que entre, yo seguía acostada boca abajo con el mono ese encima.

Se afirmó con sus manos en mi cintura y me la metió toda. Yo despegué mi torso del pasto un poco y uno de los otros chicos me empezó a tocar las tetas, yo susurraba:"… ¿qué me hacen?... ahh… ¿qué me hacen?..." El mono que tenía encima me la empezaba a dar más fuerte. En ese momento sentí que me venía, sentí culpa pero no me dí importancia, tenía un desconocido clavado en mi concha, ofreciéndole de vista mi cola, y estaba como ida. Para que el tipo acelere sus movimientos estiré mi mano hacia atrás como podía, sobándole el culo peludo, para que me la meta más adentro. Sentí como que se enojaba y me dijo:"…Hija de puta, no te quería acabar!!! ….aaahhh!!!!....hija de puta…" y me llenó la concha, yo le acabé al instante de sentir su leche adentro. Otro de los chicos le dijo al otro:"…ahora por la cola, por la cola…" No hubo tiempo de nada más porque apareció un patrullero y los chicos se fueron corriendo por el costado de la vía. Yo me quedé tirada unos segundos y me incorporé. Me vestí rápido y fui hacia las luces, donde me esperaba mi novio con la policía. Les dije que casi me violaban pero que al final no pasó nada. Nos llevaron hasta mi casa pero durante el viaje no podía olvidarme de las palabras de aquel muchacho antes de salir corriendo, ni de cómo había disfrutado al oirlas.

Esta experiencia me marcó, porque descubrí que ansiaba mucho que me den por atrás. Sutilmente fui haciéndole entender a mi noviecito que la quería por ahí, ya que nunca antes me la había dado. Él se entusiasmó, hubo muchos intentos pero ninguno se acercaba al placer que sentía al fantasear con una poronga clavadita bien adentro. Lo dejé y deambulé de muchacho en muchacho pero ninguno me lo hacía bien, no lograban que me relaje, eran torpes, etc. Desgraciadamente me enamoré de Raúl, que me coge como los dioses pero no sabe hacerme la cola. Una noche de confesiones se lo dije. Él me dijo que aprendería. Le pregunté cómo. Y me dijo que probando, y que si no algo se le ocurriría. Pasó un tiempo y un día me llamó diciéndome que lo espere a cenar con un amigo que iba a llevar.

El amigo en cuestión se llamaba Matías y era del trabajo. Yo me lo crucé un par de veces en las que lo fui a buscar. La cena fue divertida, nada especial pero notaba que entre ellos dos había una complicidad, sentí que me miraban cuando me daba vueltas y cosas así. Después de cenar tomábamos café y Matías dijo que necesitaba ir al baño. Le indiqué donde era y me senté en el sillón al lado de mi novio. Él estaba medio bebido y se puso cariñoso. Me apretaba las tetas y el culo por encima del vestidito que tenía. Yo trataba de ponerlo en su lugar pero también me calentaba. En un momento me dijo que le chupe la pija, yo le dije que estaba loco pero se puso serio, me tomo fuerte del pelo y me repitió:"…chupamela…" Yo me asusté un poco y quise levantarme pero el me volvió a tomar del pelo, acercando mi cabeza al cierre del pantalón, me puse nerviosa pero sus modos me calentaban como nunca y eso me sorprendía. Sacó su pijota de adentro y me la metió en la boca. Estuve un rato así hasta que noté la presencia de Matías detrás de mí. Raúl me permitió girar la cabeza y vi a Matías desnudo, portando una pija a media asta pero prometedora.

Él sonreía un poco, simpatiquísimamente. Yo seguí chupando la pija a mi novio y traté de no pensar en la presencia de un desconocido a mis espaldas, con suerte mi novio acababa rápido y se acababa el juego. Pero no fue así, mi novio la tenía como de hierro pero no se venía. Matías comenzó a acariciarme la cola levantándome el vestido. Mi tanga pedía a gritos ser removida. Yo me calentaba pero para que no escuchen gemir seguía chupando golosamente. Hasta que en momento, ya totalmente en pelotas, Matías me mete un dedo en la concha y yo deliro, le digo que quiero más y me mete la cabezota. Yo me meto la porongota de mi novio en la boca y meneo un poco mis nalgas para acomodarme. Matías decía en voz bajita: "…no me vas a hacer acabar…no me vas a hacer acabar…". Estaba segura de que le faltaba poco a Raúl para que me llene la boca pero me detuvo y se levantó del sillón, yendo al dormitorio. Mi torso quedó sobre el sillón y mis rodillas en el suelo. Matías se agarraba fuerte de mi cinturita y me la daba con todo. Yo me volvía loca, tenía vergüenza por lo que estaba sucediendo. En eso veo que m novio vuelve con su cámara digital y me empieza a sacar fotos siendo cogida por Matías. A mi no me importaba nada, quería acabar. Entonces se la dio a Matías y me sacó estas fotos que ilustran mi relato.



El hijo de puta no acababa. Yo le movía la cola para metérmela más y el boludo no hacía más que sacarme fotos.

En un momento Raúl le dijo: "Dale, Mati…enseñame como hacerle la cola…". Yo me volví loca, me desesperé. Y mentí:"…la cola no, la cola no…ahhh". Matías se levantó, trajo un pomo de gel de su mochila y se untó mucho por las manos y la poronga. Se puso otro poco y me lo esparció por el agujerito de mi cola. Primero empezó con uno, después con dos y luego tres. Y le decía a mi novio:"…una vez que está bien lubricado el agujero, le apoyas la cabeza sin metérsela…primero hacela desear un poco." Yo no podía creer lo que pasaba y la quería clavada en ese mismo instante. Y siguió:"…despacio le metés la cabeza…acá es donde tenés que hacer un poco de fuerza para que trabe…" Matías me hacía exactamente lo que le enseñaba a mi novio. "…Cuando entró la cabeza tenés que hacer que se relaje…hacela respirar hondo, con cuidado para que la cabeza no se salga…". Yo respiraba todo lo hondo que podía y veía a Raúl que se pajeaba de parado. "…Y de a poco le empezás a meter el tronco…si sentís que se te afloja un poco no te preocupes, es normal…parás un poquito y cambiá el un poquito el ángulo de entrada para que la sangre circule bien por la pija y se te endurezca más…".

Yo lo quería todo adentro, si traían un camión de bomberos me lo metía también. Despacio terminó de metérmela. Yo aguanté la respiración y él me retó: "…no, acá tenés que relajarte, encontrá una posición cómoda y disfrutá, mujer…". Me agarró de la cintura de nuevo y entraba y salía cómodamente, yo me empecé a pajear tranquila, sintiéndolo bien. " Mierda…tenés una cola!!…me vas a hacer acabar…" En eso se acercó Raúl para llenarme la boca de pija, y lo hizo. La leche se caía al piso ya que yo no paraba de gemir. Matías se empezó a mover más rápido empujando la poronga de mi novio más adentro en mi boca. Cuando sentí el segundo chorro de su leche en mi cola, me desvanecí. Había acabado como una yegua en celo.

Me desperté en mi cama, al otro día. Muerta de cansancio, me dolía todo el cuerpo. Mi novio se acercó con un vaso de agua y me preguntó si me había gustado. Le dije:" Mas o menos".

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:22) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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