No se en que momento retiro sus ropas y desnudo de sus cintura para abajo acomoda mis ropas sobre mi cintura saca mis calzones y retira abriéndome mi blusa mi corpiño, mis senos quedan al aire y son sobados y chupados por sus labios excitados por poseerme…,
Relato
Natacha es una mujer madura de 32 años casada hace ya tres años con Juan de 45, durante este tiempo antes de casarse Natalia tomaba drogas anticonceptivas, ahora deseaba junto a su marido un hijo y desde hace tres meses que esta en estos menesteres con su marido sin resultados, asustada recurre a un médico el cual le hace seguir un tratamiento en la cual prepara a este cuerpo a procrear… el medico le dice a Natalia iras a casa sin ninguna protección contra la posible concepción, cuida tu roce con los machos que un espermatozoide en el agua de una piscina te puede embarazar Fui a casa donde tuve sexo diariamente con mi marido durante dos semanas y nada parece que este tenía secos sus espermatozoos no pasó nada, al otro mes vuelta a casa de mi prima para visitar al medico… me dio hora para el anochecer y temerosa de andar por estas calles desconocidas en la noche, solicité ayuda al hijo de mi prima este tenía clases por estudiar en la vespertina, pero se sacrificó y me acompañó, entramos donde el medico y este me dice que paso, nada le respondo parece que mi marido esta seco… se ríe, mira lo que dice que estas seco dice el galeno a mi acompañante, no se equivoque dice Leo soy su sobrino no su marido…conmigo tendría mellizos o trillizos, contesta. El doctor sonriente aún le dice he aquí la solución, cambia el marido…, bueno dice haremos otra intentona te inyectaré para reducir el poder de tus óvulos. Le levanta su vestimenta y me muestra las piernas y trasero de mi pariente…, lo que se vio se notó lo buena que estaba, de regreso a casa le digo si deseaba ser madre…, es lo que mas deseo, pero Juan no es capaz de fecundarme a pesar de mi empeño… a lo mejor Juan necesita ayuda le digo por que tú estas de lo mejor para empotrarte y fecundarte, veo que te gusto lo que viste donde el medico…me dice, si le contesto no puedo negarte que fue una de las mejores vistas. Ella me sonríe y me dice y cumples con fecundarme con trillizos.
Acerque mi mano a su rodilla, nada dice las manoseo, se atiesa en mi camioneta y respira entrecortada y acelerada, mejor le digo nos duchamos en una de estas cabañas al paso, desviando mi camioneta pago e ingresamos a una de ellas…
Al ingresar Natacha se preocupa y mirándome me dice que vas hacer, asustada… contesto…, si tu marido no es capaz…, ¡yo si lo soy! y lo reemplazaré para fecundarte… oye sobrinito no lo dirás en serio ¿verdad?... y sin darme tiempo a abrir la puerta me toma en brazos me acomoda sobre la cama subiéndome mis vestido me dice… me agrado mucho verte tus piernas en la consulta…, ahora deseo tocártelas y besártelas…, se agacha arrodillándose en la cama y besa mis piernas, un escalofrío recorre estas al sentirse manoseadas y besadas por mi sobrino…, mi mente me dice si el es capaz de fecundarte y procrearte hijos en ti ¿Por qué no lo dejas?..., ese pensamiento abrigo mis deseos y profano mis pensamiento ordenándome déjate poseer…, déjate preñar, el es joven y es poderoso…, entrégate.
No se en que momento retiro sus ropas y desnudo de sus cintura para abajo acomoda mis ropas sobre mi cintura saca mis calzones y retira abriéndome mi blusa mi corpiño, mis senos quedan al aire y son sobados y chupados por sus labios excitados por poseerme…, mil aguijones clavan mi estomago al sentirme que otro hombre me desea, no lo impido y este se acomoda sobre mi cuerpo su pene se introduce entre mis muslos carnosos y busca mi vagina… siento que es un gran pene, duro, tieso, desarrollado a su dureza y gordo engruesando parece más un uslero por lo duro y tieso, pronto mi vagina siente como la abre ese monstruoso miembro dilatando su vagina hasta casi romperla y se introduce en su matriz…, es duramente empotrada y debe abrir al máximo sus piernas para permitir al macho poseerla…, no se cuantos minutos este mete y saca de mi vagina su miembro, solo se que estaba agotada con sus repetidas maniobras de apareamiento y solo deseaba que acabase llenándome de semen mi matriz para reponerme. Siento como me introduce dos tres veces duramente en mi matriz su pene y entre suspiros de él y gemidos de mi parte entrego mis orgasmos al tiempo que recibo en mis entrañas verdaderas torrentes de semen tibio y espeso…, que cantidad si estos líquidos se esparcen por mis entrañas y brotan de mi matriz escapando por mis nalgas a la cama.
Nunca había sido así tratada con tan poderosas penetraciones, mi sobrino me había saciado y sacudido de esta manera tan salvaje, pero a su vez tan exquisita... había sido muy bien pareada y abrazaba por este con cariño, de seguro que mi sobrino me había gozado y deleitado con pasión, de seguro me preñó, bueno lo que importaba que el niño se deleitaría creciendo en mi vientre rodeado del cariño de un padre que no lo fecundo, pero que el llamaría papá..
Dos meses después Natacha viene a control medico solicita a Leo si la puede llevar, este acepta, de vuelta ella solicita si pueden venirse por el camino Florida… Leo sorprendido le dice que si, pero es mas lejos, al pasar frente al motel donde fue fecundada ella dice, ¿no deseas ducharte en esas cabañas?, Leo entiende la indirecta solicitud y desvía su camioneta… al ingresar separa el cabello del cuello de su tía y besa su nuca y cuello, ella respira profundamente y dándose vuelta se cuelga de su cuello entregada a este su macho fecundador, sobrino sabes bien que soy tuya, pero trátame con pasión y astucia, por segunda vez en mi matrimonio seré infiel y las dos veces tú el macho…, se entrega a las caricias y besos de su sobrino, pronto ambos desnudos se aparean en la cama con desesperación.
La acomodé y me hundí entre sus pechos y comencé a chuparlos. Su piel blanca, y sus pezones grandes y rosados estaban exquisitos. El tamaño de esos sus senos eran increíble... Ella se puso un poco descompuesta al comienzo, pero luego sentirse manoseada y acariciada por su sobrino la desespera, me permite seguir acariciando sus dos mamas, pero a la vez, frotar mi erecta verga contra sus nalgas. Bajando por su cuerpo hasta llegar a su maraña de vellos, entonces cojo y abro sus piernas me sumerjo entre ella chupando su sexo hasta lograr que su clítoris saliera al encuentro de mi lengua. Se queja… que haces…, oh…, rico…, déjame…, pero comienza inconcientemente a mover sus caderas, se esta entregando a mis caricias. Me tomas mi pene entre tus manos y queda maravillada con aquel pene duro y palpitante en el que las hinchadas venas dibujaban su contorno, no era la primera vez que tenia y veía mi pene entre sus manos lo volvió a agarrar, esta vez lo apretaba con ambas manos contra su cuerpo, apreciaba su dureza entre sus muslos, apenas abarcaba con sus manos este miembro y también concebía sus palpitaciones. Completamente desnuda le agarre sus nalgas y acomodándome detrás de ella comencé a penetrarla en la posición de perrito. Su excesiva lubricación, me dejó entrar hasta el fondo. Colocado detrás de ella, le comencé a enterrar mi verga, la que poco a poco se fue perdiendo por esa estrecha vagina. Cuando la tuve metida hasta la mitad adentro de la estrecha cavidad, ella gimiendo de placer y dolor se revolcaba tratando de sacarse mi miembro de su vagina, mientras mi pene la desentrañaba y se meneaba en su vagina, miraba sus manos empuñadas agarradas excitadas al cubrecama, no era la primera vez la tenían penetrada en su sexo, gritaba de placer, dolor y vergüenza. No pasaron ni tres minutos cuando conseguí que ella se bambolearse y contornearse buscando saciarse con su monstruoso orgasmo que al llegar por primera vez la dejó agotada y desintegrada entregando su cuerpo para que este macho, su joven sobrino continuara siendo amo y señor de su excitación, gocé a esta mujer madura en esa posición, ella solo gemía y suspiraba ayees de placer, acompañándome en mis movimientos apasionados vehementes e impetuosos con que le desgarraba su vagina recién flagela y golpeada, no aguanté más y comencé a llenarle su vientre con mi tibio semen que quedó casi todo dentro en su matriz y muy poco salió fuera de su sexo. Recibía nuevamente la leche de su macho en el interior de su vientre y sentía como esa leche tibia recorría sus recónditos partes sexuales inexploradas, que placer, el dolor ya no lo sentía, solo una flacidez al placer de un apareamiento bien culminado en su vientre y un gozo inmenso de haber refugiado por segunda vez en sus entrañas a ese miembro masculino que en su anterior entrega la había embarazado. Si era la amante infiel de su sobrino. Sabía que con esta entrega se convertía en su esclava carnal y este exigiría su cuerpo no una sino varias veces, pero lo deseaba y necesitaba. Además era desde ahora su mujer, su hembra, su esclava.