Invité a mis amigas a mi cumpleaños. Le dimos buen uso a los regalos... Y solo es el comienzo de una semana increible.
Relato
Querido diario:
En estos últimos días me han pasado cosas alucinantes. Ahora estoy aquí, desnuda, tumbada en la cama. Llevó así desde el martes. Cuanto apenas he salido de la habitación y la única ropa que casi he tocado han sido las sabanas. Las cuales he tenido que cambiar porque estaban chorreando.
Domingo 27 de junio.
El domingo fue mi cumpleaños. 15 años. Estaba muy contenta porque mis padres me dejaron hacer una fiesta a solas con mis amigas en la casa de campo que tenemos. La única condición era que mi hermano nos vigilara de vez en cuando. No me importó porque me llevo muy bien con Nacho. Él tiene 23 años y siempre he sido su niña mimada. Quizá por la diferencia de edad que tenemos. Yo sabía que él no nos iba a molestar mucho. Y así lo hizo. Nos llevo a mí y a mis tres amigas el domingo por la mañana. Nos bajo el equipaje del coche y al poco rato ya estaba despidiéndose.
- Portaros bien ¿eh? – me dijo con una sonrisa cómplice.- Me pasaré más tarde para controlaros un poco, loquitas, jajaja. Me voy al pueblo
Le di un pico de despedida y me dio una palmada en el culo. Era algo normal entre nosotros y que nunca le había dado especial importancia. Sin embargo mis amigas se escandalizaron un poco y empezaron las bromitas. A Ana y Laura les gustaba de manera especial mi hermano. Y claro las cuatro solas empezamos a desvariar un poquito. Entre bromas fuimos las mochilas y nos pusimos el bikini. Hace mucho calor estos días y apetecía un buen baño en la piscina.
Enseguida estuvimos las cuatro en el agua; Ana, Laura, María y yo. Estuvimos chapuceando y jugando mientras hablábamos de chicos y esas cosas. La verdad es que todas mis amigas tenían novio menos yo. Aunque esté mal que lo diga si que le gusto a los chicos; aunque soy bastante bajita, 1,60... tengo unas tetas bastante grandes y un culito respingón que se ha ganado mas de un manotazo cuando vamos de fiesta. Sin embargo hasta ahora ninguno me ha llamado la atención especialmente.
Era casi mediodía y decidimos salir de la piscina para tomar el sol antes de comer. Mi hermano me había llamado y no iba a venir hasta la tarde. Teníamos total libertad. Decidimos quitarnos la parte de arriba del bikini ya que allí no nos podía ver nadie. Nos sentíamos muy bien casi desnudas. Lo estuvimos comentando. Corría un poquito de aire y hacía que nuestros pezoncitos se pusieran muy duros.
Al poco sacamos la comida para poder comer en la terraza al lado de la piscina. Aprovechando que estábamos solas saqué unas cervezas. No nos gustaba mucho a ninguna pero no había otra cosa y había que celebrar mi cumpleaños de alguna forma. Entre risas fuimos comiendo y aunque no nos dimos cuenta también bebiendo demasiado. Los comentarios sobre chicos que habíamos hecho por la mañana pasaron a ser algo mas picantes. Ana empezó a contarnos como lo hacía con su novio. Las demás éramos vírgenes todavía. No quise decir nada pero me estaba empezando a excitar lo que nos contaba y notaba un cosquilleo en mi coñito que me hacía tocarme por debajo de la mesa. Aunque las demás no decían nada también veía en sus caras y en sus pezones que se estaban endureciendo más todavía que estaban excitadas.
Entre risas y cachondeo no me había dado cuenta que María había sacado mis regalos. Los primeros eran de lo más normales... un peluche, un perfume. Luego abrí uno muy pequeñito que llevaba envuelto un tanga súper pequeñito... apenas un triangulito que ni taparía mi vulva y unos hilitos para sujetarlos. Me puse colorada mientras pedían que me lo pusiera. Al final no se como acepté... Allí mismo me quite la parte de abajo del bikini y me puse el tanguita que no me tapaba nada. Ellas estaban acostumbradas a verme desnuda y no me importó. Sin embargo me dio mucha vergüenza que todos los pelitos de mi coñito salían por los lados del minúsculo tanga. Muerta de vergüenza me senté y crucé las piernas para que no se viera. Quedaba un último regalo. Era una caja alargada y estrecha. Cuando la abrí casi me caigo del susto. Era un consolador.... Mis amigas se partían de risa mientras que yo casi temblando sacaba aquel trozo de plástico que mediría casi 20 centímetros.
¡Que lo pruebe! ¡Que lo pruebe! – decía las muy cabronas.
Ni loca lo iba a probar. Lo cogió Ana y mientras se lo restregaba por el coñito nos contaba como se lo hacía su novio. Nos partíamos de risa. Nos fuimos pasando el consolador utilizándolo bien como micrófono, pasándolo por nuestras nalgas o coñitos entre bromas o simulando mamadas. Nos estábamos calentando, lo notaba... aprovechábamos la menor oportunidad para restregarnos bien aquel trozo de plástico por nuestra rajita aunque no nos atrevíamos a nada más.
- Ana ¿por qué no te metes el consolador? – le dije entre risas movida por cierto desenfado alcohólico- Tu ya no eres virgen, no pasa nada.
- Mmmmmmmm, vale – dijo para mi sorpresa. – pero con una condición...
- ¿Cuál? – pregunté temiéndome lo peor.
- Que te depiles ese coñito – me dijo mientras todas se reían -. He visto como te salían los pelitos y así no lo vas a poder lucir.
Me iba a morir de vergüenza. Estaba todo colorada. Pero a la vez me gustaba la idea. Sabía que ella lo hacía y siempre nos decía que le encantaba llevar el coñito bien limpito.
- Acepto. – dije decidida. Quizá así acabarán las risas -. Va, metete esto peazo puta.
Estas se partían al oírme decir esto. Ana no se esperaba que aceptará y ahora la pelota estaba en su tejado. Una sonrisa de superioridad apareció en mis labios mientras que las demás se reían y jaleaban a Ana para que aceptara.
Ana sonrió y dijo que vale. Pero que yo tenía que depilarme primero porque no quería que luego me rajara. Aceptamos con la condición de que si no se lo meteríamos a la fuerza aunque tuviéramos que violarla allí mismo. Aunque sonara todo muy fuerte la verdad es que como había confianza todo iba a risa. Aunque nunca habíamos hecho algo así y todas notábamos una especial excitación.
Nos fuimos dentro de la casa para buscar algo con lo que pudiera dejar bien depiladito mi chocho. Así, corríamos todas medio desnudas por la casa. Seguíamos todas en topless y yo iba con aquel tanguita que no tapaba absolutamente nada. Incluso a veces se me metía por mi raja y tenía que estar continuamente sacándomelo para no excitarme más de lo que estaba. Al final cogimos unas tijeras y una maquinilla de afeitar. Nos fuimos al baño todas y me hicieron sentar en el borde de la bañera. Me bajé el tanga y me abrí de piernas totalmente. Me moría de vergüenza pero no iba a echarme atrás. Cojí las tijeras y fui recortando mi vello púbico, que era demasiado abundante. No me atrevía a pasarme la maquinilla por si me cortaba así que se la pase a Ana que tenía experiencia en eso. Me di un poquito de espuma. Ufff, no se si ellas lo notaban pero estaba chorreando de excitación. Al pasar mi mano para darme la espuma cada roce con mis labios era un escalofrío en todo mi cuerpo. Ana cogió y empezó a pasar al cuchilla, lo hacia con mucho cuidado y mimo. Estábamos todas en silencio y solo de vez en cuando se nos escapaba una sonrisa nerviosa. Ana tenía pasaba su mano por todo mi coñito y mis muslos para tener la piel tirante y no cortarme.
Acabó en poquito tiempo y la verdad es que me vi magnifica. Ana me aconsejó que me pasará una loción para que no se me irritara. Ufffffff que bien sentaba aquello. Sin poderlo evitar hasta se me escapó algún dedito entre mis labios. Mientras veía como mis amigas se iban tocando sin poderlo remediar. Estaban excitadas. Muy excitadas. Se lo dije y nos dio un autentico ataque de risa y sin ningún disimulo ya todas nos tocábamos con descaro y vacilando... Era una forma de medio aliviarse y a la vez no pasar mucho corte.
- Bueno, Ana, tu parte del trato. Le dije mostrándole el pene de 20 centímetros.
- ¿Tú creías en serio que me iba a meter eso en mi coñito? Ni de coña... – dijo saliendo corriendo.-
Salimos todas detrás de ella, no se iba a escapar. Yo ni siquiera me había puesto nada e iba desnuda detrás de ella con el consolador en la mano. La cogimos justo en el borde de la piscina. No tenía escapatoria.
- No por favor chicas, no me hagáis metedme eso. Me vais a partir.....
No había compasión. Siempre había presumido lo zorra que era con su novio y que se dejaba hacer de todo. Ahora lo íbamos a comprobar. Le abrimos las piernas mientras la sujetábamos entre todas. Al principio se resistía pero poco a poco fue cediendo y nos pedía que no la hiciéramos daño. Le retiré un poco el bikini hasta dejar su coñito bien expuesto. Estaba empapada. El bikini chorreaba de sus jugos y despedía un fuerte olor a sexo. Le fui restregando la punta del consolador por toda su rajita. Se le escapaban los suspiros sin poderlo remediar. Empezó a abrir mas las piernas y a levantar su culo del suelo mostrándonos su coñito. María y Laura habían empezado a acariciarla para tranquilizarla (supuestamente). Le introduje un poco el consolador a lo que dio un pequeño grito y llevó una de sus manos al consolador para controlar la penetración. No solté aquella polla y seguí introduciéndola, haciendo circulitos. Ana se volvía loca, cada vez gemía mas fuerte.
- Sí, sí, sí.... sigue, con cuidado.....
Ya había introducido casi todo el consolador. No me podía creer que le cupiera todo en aquel pequeño coñito. Ya sin cortarse nada gemía y se retorcía de placer... Incluso amarrándose a María y Laura les había empezado a pasar las manos por debajo del bikini buscando sus coñitos. Yo ya no podía resistir ver aquello, veía como mi rajita recién depilada brillaba ante la cantidad de liquido que desprendía. Y más cuando vi que ninguna de las dos rehusaban los dedos de Ana y comenzaban a frotarse ellas también... No se si fue por la excitación pero mi había aumentado el ritmo con el que penetraba a mi amiga llegando casi a meter mis dedos dentro de su vagina y llegar a frotar su clítoris casi inconscientemente.
- Yaaaaaaaaaaa, parad zorras, que me corro, por favor parad.......
Mi mano quedo empapada ante la cantidad de líquidos que chorreaban por sus piernas. Mi instinto me hacía que se los restregara por todo su coñito y sus muslos hasta llegar a su ano donde llegué a introducir mi dedo, produciéndole un último gemido. Mientras Ana caía rendida, María y Laura no paraban de sobar su coño incluso metiéndose los dedos mutuamente.... Yo ahora sin tener que propinar el castigo a Ana mi excitación hizó que me abriera totalmente de piernas y empezara a aliviar el calentón que se me había ido acumulando. Ana se arrastró hasta mí y notaba como me ayudaba pasando sus dedos por mis labios incluso pellizcándome alguna vez mi hinchado clítoris. Sentí como cogía el consolador y me lo pasaba por todo el coñito haciendo un poco de presión...
- mmmmmmm no, eso no... por favor, Ana... a mi no...
- Tranquila cielo, no te lo voy a meter, ese coñito hay que dejárselo bien entero a alguien para que lo disfrute, es demasiado bonito.
Eso me alivio, pero al mismo tiempo sentí que algo húmedo resbalaba por mi rajita. Me estaba pasando la lengua. Ufffffffff no me lo podía creer. Mi amiga me estaba comiendo el coñito y yo cada vez me sentía más excitada. Oía como las otras dos gemían como locas y yo sin poderlo remediar me abrí todo lo que pude y subía mi culito para disfrutar bien de aquella lengua, incluso cogiendola del pelo y arrimándola más todavía.
- Ahhhhhhhhhhh, así, siiiiiiiiiiiiiiiiiii, diosssssssssss, me muero, me corrooooooooo
Creo que incluso perdí la conciencia. Lo único que se que cuando desperté estábamos las cuatro a la orilla de la piscina. Tumbadas en el césped totalmente desnudas y abrazadas. María y Laura estaban abrazadas entre si con las piernas entrecruzadas. Ana tenía apoyada su cabeza en mi coñito, y pese a que dormía me lo seguía acariciando. Le aparte el pelo de la cara e intente levantarme sin despertarla.
Pero cuando me giré hacia la casa se me calló el mundo encima. Allí estaba el coche de mi hermano. La puerta de la casa abierta. No lo veía pero estaba allí, nos había visto. Desnudas, unas amontonadas con las otras y el consolador al lado... Se me iba a salir el corazón. Dios ¿qué me iba a decir? Siempre había sido mi confidente y amigo pero aquello era demasiado.
relato verdadero de como conoci a una nena de 12 años y en una noche en que su madre la deja sola, ella se convierte en una mujer, y le queda gustando!
Relato erótico enviado por Pezebre el 01 de November de 2005 a las 06:21:07 - Relato porno leído 574497 veces
Hola mi esposa y yo llevamos 5 años de casados y tenemos un hijo de 3 años ella tiene una hija de su antiguo matrimonio, de ella es de quien les voy a hablar ,
Todo comenzó un día que mi esposa tuvo que ir a su trabajo y yo tenia descanso
Relato erótico enviado por Anonymous el 02 de July de 2008 a las 16:37:40 - Relato porno leído 202745 veces