Navegando con mi marido, y dos de sus amigos del alma…. ( CON fotos)

Por lo que bien molesta con mi esposo, se lo volví a repetir, que para mí lo que ellos hacían, era subir algunas putas a la lancha, y ponerse a follar con ellas mar afuera. Yo no sé sí fue la manera en que se lo dije, pero de momento, bien molesto, me dijo. Así que eso es lo que tú piensas que hacemos. Pues voy a darte gusto, pero ya sabes después no digas que no te lo advertí. Apenas llegamos al muelle, en lugar de irnos a subir a la lancha, primero pasamos por uno de los bares cercanos, y con el cuento de que íbamos a esperar a que llegasen los Apóstoles, les decimos así porque se llaman Pedro y Pablo. Raúl, y yo comenzamos a charlar, y beber, como si no tuviéramos más nada que hacer. Pero a medida que fuimos conversando, Raúl comenzó a preguntarme, que era lo que yo me imaginaban, que pasaba en la lancha, cuando él salía con sus amigos a pescar.


Yo que estaba ya algo bebida, se me soltó la lengua, y lo que se me ocurrió decirle fue, que para mí él y sus amigotes, montaban una orgía con algunas putas, pero Raúl en lugar de molestarse, como que me dio cuerda, y continuó diciéndome que fuera más específica, por lo que yo seguí diciéndole, todo lo que se me ocurría, que ellos tres hacían, pero en cierto momento, mi esposo me dijo. Bien piensa que esta tarde la única mujer en la lancha vas a ser tú, dime que te gustaría hacer, en lugar de que nos pongamos a pescar los cuatro. Yo no sé si fue por lo mucho que ya había bebido, o por lo caliente de la conversación, pero en lugar de quedarme callada. Riéndome como una tonta, seguí diciéndole un sinfín de barbaridades, que me gustaría que me hicieran, y las que a mí me gustaría hacerles a los tres. Desde ponerme a mamar sus vergas, y dejar que me mamaran el coño, a dejar que a un mismo tiempo me dieran por el coño y el culo, sin importarme quienes fueran, quienes lo hicieran.

Ya estaba que me caía de lo borracha que estaba, cuando llegaron Pedro y Pablo. Entre los tres me han subido al bote, y apenas comenzamos a navegar mar a fuera, Raúl agarrándose su verga por sobre el traje baño, me dijo. Bueno querida, por donde quieres comenzar. Yo como que al principio no le entendí, o comprendí. Pero Raúl al ver mi cara de despistada, se dirigió a sus amigos del alma, y les dijo. Evelin nos tiene una sorpresa, ella quiera que nos la follemos entre todos. Tanto Pedro como Pablo, se sonrieron, y hasta quizás pensaron que se trataba de una broma de Raúl, hasta que él mismo, frente a ellos me preguntó, mientras me levantaba el vestido, y me agarraba las nalgas de manera desvergonzada frente a sus dos amigos. A ver querida, repítele a Pedro, y a Pablo, que era lo que tú me estaba diciendo en el bar, que te gustaría que los tres te hiciéramos, aquí en la lancha. Yo no sé en qué estaba pensando yo, pero como una verdadera tonta, les dije que me gustaría ponerme a mamar sus vergas, y que me mamasen el coño. Pero apenas terminé de decir eso, Raúl continuó preguntándome ¿Y qué más dijiste? Ya sin dejar de reírme, les dije. Que me den por el culo, y el coño, al mismo tiempo, sin importarme quienes lo hagan.

En ese momento creo que apagaron los motores de la lancha, y tras tirar el ancla, Raúl se me acercó, ya sin decir nada, hizo la parte inferior de mi traje de baño a un lado, y separando mis piernas, frente a sus dos amigos, comenzó a mamar mi coño como un salvaje. En el momento en que yo comencé a disfrutar lo que mi esposo me estaba haciendo, que se me acercan Pedro y Pablo, y bajándose los pantalones me muestran sus vergas. Mi reacción fue agárraselas, y casi de inmediato me llevé el miembro de Pablo a la boca, poniéndome a mamárselo. En esos momentos pensé que de seguro Raúl se había vuelto loco, pero a medida que seguía disfrutando de la sabrosa mamada de coño que él me daba, y yo al tiempo que le mamaba su verga a Pablo, y masturbaba a Pedro. Como que recapacité, y me pregunté a mi misma, si no sería yo la que se había vuelto loca. Pero ya al poco rato, poco me importó cual fuera la respuesta, lo que deseaba era seguir disfrutando de todo lo que estaba haciendo.


Cuando me vine a dar cuenta, ya entre los tres me habían quitado mi traje de baño, y al poco rato comencé a sentir que uno de ellos dolorosamente me enterraba su verga entre mis nalgas, y a los pocos segundo el otro me penetraba por el coño, mientras que yo de manera incansable, le mamaba la verga a mi esposo. Tanto Pedro, como Pablo, así como Raúl, no dejaban de penetrarme, ya fuera por la boca, el culo, o mi vulva. Al tiempo que sin reparo alguno me decían lo sabroso que movía mis nalgas, y que era tremenda puta. Quizás por lo borracha que me encontraba, en lugar de incomodarme por sus palabras, restregaba mi coño contra sus cuerpos, y les pedía que me dieran más y más duro.

Cuando me desperté al día siguiente, estaba llena de semen por todas partes, me encontraba sola en la lancha, preguntándome a mí misma ¿Cómo era posible que Raúl, me hubiera dejado hacer todo eso? Como pude me puse me traje de baño, y no se me ocurrió otra cosa que tirarme al agua para lavarme. Al salir del agua me di cuenta de que los tres regresaban, y mientras charlaban se reían. Yo traté de apurarme por salir de la lancha. Pero Raúl me detuvo y me dijo, si quieres volvemos a salir a pasear, pero ya sabes lo que te espera. La verdad es que no lo pensé mucho y tras dar media vuelta, regresé a la lancha, y a medida que ellos prendieron los motores, y soltaban las amarras, yo me fui quitando el traje de baño.