Nena traviesa

Hace como unas dos semanas estaba de turno trabajando. Estaba hablado con el Jefe de Recepción cuando se acercaron al mostrador una familia extranjera. El padre era alto, con una barriga bastante pronunciada. La madre de estatura media, pelo largo y oscuro y de rasgos sudamericanos. Venían con dos niños. Una chica de unos 13 ó 14 años y un niño que tendría alrededor de 9 años. Esta familia estaría por el hotel alrededor de unos 11 días.

La verdad es que no le di mayor importancia a este hecho hasta pasados dos días.

Sería las once de la mañana, yo estaba en la piscina revisando esa zona para que todo estuviera en perfecto estado para los clientes cuando de pronto apareció la chica con el hermano. Segundos después llegaron los padres. Mis ojos se fijaron en la chica. Llevaba unos pantaloncitos vaqueros muy cortos, un top ajustado que dejaba entrever unos senos no muy grandes pero firmes. Era una chica de piel morena, pelo negro y ojos claros y una cara angelical. La verdad es que me quedé petrificado al verla. Ella pasó delante mía y al verme allí me sonrió.

A continuación se acercó a las tumbonas que habían cerca de la piscina, extendió su toalla y empezó a quitarse la ropa para quedarse con el bikini.

Se desabrochó el pantalón y antes de quitárselo miró de reojo donde yo estaba me volvió a sonreír y se lo quitó. Después se quitó la parte de arriba. La imagen que vi me dejó si palabras. Llevaba un tanga de colores me fijé en ese culito y en esos senos y me di cuenta que me estaba excitando así que me di la vuelta y me fui, no sin antes echarle una mirado a ese maravilloso cuerpo y ver como ella me miraba y sonreía. Me acerque a recepción y me puse a realizar un trabajo que debía hacer.

A mediodía vi como la familia subía a la habitación y al rato bajaron todos menos la hija y se dirigieron al restaurante para comer. A los cinco minutos mis compañeros me pasaron una llamada de teléfono de una habitación que quería hablar conmigo. Me dijo que llamaba Judith y que estaba en la habitación 566. Que estaba intentando poner el hilo musical y que no funcionaba. Le expliqué como tenia que hacer para poder conectarlo pero al parecer no conseguía encontrar la consola donde estaban los mando del hilo musical. Le dije que no se preocupara que enseguida subía para explicárselo.

Me dirigí al ascensor y subí a la habitación. Llamé a la puerta pero no abrió nadie así que lo volví a intentar. La puerta se abrió y apareció la carita angelical de esta muchacha que al verme me dejó entrar y me dirigí al lugar donde estaba la consola de los mandos. Escuche cerrar la puerta y me di la vuelta. Allí estaba ella con una toalla liada al cuerpo y mi imaginación empezó cavilar. Me dijo que la disculpara que estaba a punto de meterse en la ducha y que le gustaba escuchar un poco de música y que no podía conectar el hilo musical. La verdad es que no sabia que decirle así que le explique como tenía que hacerlo.

Ella se sentó encima de la cama y estuvo atenta a mis explicaciones. Al sentarse la toalla se le subió y me dejaba ver sus muslos. Los ojos casi se me salen. Ella se dio cuenta y al volver yo la cara se subió un poco mas la toalla.

Cuando la volví a mirar pude ver su rajita. Estaba totalmente afeitado. Sentí que estaba muy excitado y mi bulto empezaba a crecer. Ella se dio cuenta y creo que la situación también la excitó. Veía como sus ojos se dirigían a mi entrepierna y luego me miraba a los ojos.

Ella si decir palabra se levantó y sus manos se dirigieron a mi entrepierna. Sentía su mano recorrer mi pantalón mi verga crecía y crecía sin parar. Nunca antes me había excitado tanto. De repente, como por arte de magia la toalla se cayo al suelo, y la puede ver desnuda. Tenia un cuerpo muy bien formado, delgadito con unos senos firmes y un culito apretadito.

Ella se arrodilló, tenia una mirada lujuriosa que se clavaban en mis ojos. Bajó la mirada y poco a poco me fue desabrochando el pantalón, me los bajó y me los quito. Después hizo la misma operación con mi slip.

En ese momento mi corazón estaba alterado, mi cuerpo inmóvil y mis manos no sabían donde ir. Además ya había pasado un buen rato y los padres al echar en falta a la hija podían subir en cualquier momento. Ese morbo de poder ser descubierto hacia que me excitara aun más si cabe.

Judith cogió mi miembro y empezó a masajearlo suavemente. Sentía su suave mano pasando una y otra vez, arriba y abajo mientras que la otra mano me masajeaba los huevos. Yo me recliné en el asiento, eche la cabeza hacia atrás y cerré los ojos, con la intención de disfrutar aun mas del momento. Estando en esa situación de éxtasis noté como algo húmedo recorría mi verga. Me incorporé abrí los ojos y mire. Lo primero que vi fueron esos que me miraban con lujuria y a continuación como mi verga poco a poco iba entrando en esa linda y pequeñita boquita. Sinceramente esta chica sabia más de lo que realmente aparentaba. Empezó a chupar como nunca nadie me lo había echo. Parecía como si tuviera un helado y al final tuviera un premio. Se la metía hasta el fondo hasta que la punta de la cabeza tocara su garganta y así se la metía y se la sacaba.

Mientras yo había alargado mi mano y le estaba tocando sus pechos. Como ya dije antes no eran muy grandes pero si firmes y unos pezones duros por la excitación. Ella mientras tanto estaba pasando su mano por su raja, se la pasaba suavemente por el clítoris y poco a poco se iba metiendo un dedo.

De pronto saco mi miembro de su boca, se dio media vuelta y se fue sentando poco a poco sobre mi, hasta que su rajita estaba en la punta de mi verga, se paro un instante, creo que para coger aire, y luego comenzó a empujar lentamente. La verdad es que costaba un poco de trabajo en entra, no porque no estuviera muy excitada, sino creo que porque no lo había echo muchas veces. Soltó un chillido seco, una mezcla de dolor y placer pero mi verga ya estaba dentro de ella. Empecé a moverme lentamente hasta que ella me paró, creo que quería llevar el ritmo así que la deje hacer, empezó a moverse lentamente pero enseguida se movía como una loca, y entonces comprendí que estaba excitadísima y a punto de correrse por lo que no tardó mucho. Se paró un instante y se dio media vuelta, ahora estaba ella sentada encima mía y cara con cara. Me dio un beso y empezó a cabalgar, parecía una experta Amazonas en un caballo desbocado. Ella se corrió un par de veces más. Yo estaba agotado y después de tanta excitación a punto de correrme, ella se dio cuenta así que paró se arrodilló, empezó a pajearme el miembro y se lo metió en la boca y comenzó a chuparlo como una sedienta ansiosa por calmar su sed, yo me recline en mi asiento y le descargue toda mi leche que ella fue tragando poco a poco, terminó limpiándome todo mi miembro como si no quisiera desperdiciar nada.

Me quedé un rato pensativo diciéndome vaya putita hay en el hotel y aun tiene algunos días más.

Estimados lectores espero que les haya gustado. Espero también sus comentarios respecto del relato.