Salí de la fiesta medio entonado y bien caliente, pasé a comer a una famosa venta de hamburguesas, fuí directo a los baños y me encontré, en los lavamanos ubicados antes de la clásica división de hombres y mujeres; a una preciosa mujer de pechos grandes, con una blusa de licra pegada al cuerpo, la que traslucía completamente el sujetador, llevaba un pantalon de lona cintura baja y unas sandalias èqueñas. Levantó su vista y me miró por el espejo. Al ver aquellos ojos cafes, grandes y de pestañas volteadas, tuve un "deja vu" y sentí que ya la concocía, que ya habíamos tenido sexo y que había sido maravilloso. Sin decir una sola palabra pasé la manos sobre su hombro y la metí dentro de su sujetador para tomar su pecho izquierdo el que hice saltar fuera de la blusa.
Relato
El agasajo fue por el aniversario de la empresa en la que trabajo. Con la mirada un poco perdida en el espacio conversaba con mis compañeros de trabajo, no se si estaba alegre o triste, de igual forma los tragos me parecían deliciosos. Mas deliciosas se veían aún las nalgas de mis asistentes... Mi situación en la empresa es delicada, pues lo primero que me recomendaron es no meter la paloma en la planilla, además como jefe del depatamento tengo que meter freno a cualquier instinto atrevido. Como verán la mirada perdida es muy justificada.
La fiesta se fue poniendo más alegre y en la oficina se hicieron a un lado los escritorios y empezo el baile, los muchachos les pedía a las secretarias bailes sensuales, y coreaban las consabidas frases de muuucha ropa, muevete nena, etc. Leila se me acerco y sin mayor recato puso la mano en mis genitales y me pregunto ¿Por que tan serio Jefe? ¿no le gusta bailar, o no le gustamos nosotras? Antes de hacer una locura opté por dejar la reunión, un poco ebrio y contrariado conmigo mismo, decidí retirarme.
Salí de la fiesta medio entonado y bien caliente, pasé a comer a una famosa venta de hamburguesas, fuí directo a los baños y me encontré, en los lavamanos ubicados antes de la clásica división de hombres y mujeres; a una preciosa mujer de pechos grandes, con una blusa de licra pegada al cuerpo, que traslucía completamente el sujetador, llevaba un pantalon de lona cintura baja y unas sandalias pequeñas. Levantó su vista y me miró por el espejo.
Al ver aquellos ojos cafes, grandes y de pestañas volteadas, tuve un "deja vu" y sentí que ya la concocía, que ya habíamos tenido sexo y que había sido maravilloso. Sin decir una sola palabra pasé la manos sobre su hombro y la metí dentro de su sujetador para tomar su pecho izquierdo el que hice saltar fuera de la blusa. Ella no se inmutó, simplemente alzó la vista y se quedó inmóvil.
Me coloqué detras de ella y le bese el cuello, y pasé mi brazo por su cintura para pegarla a mi cuerpo. Aún no decía una sola palabra. Tras breves instantes le dije, por que no te vienes conmigo y pasamos una rato muy alegre, disculpa el atrevimiento pero siento que nos conocemos y me atraes muchisimo.
Hubo otra pausa y me dijo, esta bien pero me traes de regreso a este lugar.
La tomé de la mano y cuando pasé por las mesas me encontré a Mario, jefe de otro departamento de la empresa, quien también había sentido la necesidad de detenerse a comer algo antes de llegar su casa.
A donde van, nos pregunto. No se por qué, pero le respondí diciendole que si quería saberlo que se viniera con nosotros.
La hermosa desconocida me vió fijamente y yo alzando los hombros le dije, bueno vas a disfrutar el doble. La chica enmudeció no sabía que decir y mi amigo tampoco, todo fué tácito, pues los tres salimos del restaurante caminando tranquilamente, y le dije a Mario que dejara su auto, que lo recogeríamos más tarde, yo veía en el hermoso rostro moreno una mirada de perplejidad, pero la ignore y los llevé directamente al Motel más cercano, que no es el mejor del área, pero nadie protestó.
Ella quizás venía callada porque Mario desde atrás había pasado su mano y le acariciaba su entrepierna sobre el pantalon. Eramos tres calientes inconexos, con una sóla idea en la cabeza, queríamos coger aquella noche.
Entramos a la habitación y ella fué directo al baño, mientras los dos como autómatas nos quitabamos la ropa, fué un poco incomodo hallarme frente a Mario desnudos, pero la verdad, nuestros instintos de cazador pudieron más que cualquier resabio de pudor.
Yo estaba totalmente empalmado y Mario medio flácido, Victoria salió del baño recién duchada, unicamente llevaba puesto un calzoncito de algodón, se veía sexy la rodeamos yo estaba al frente y Mario atrás, nos fundimos en un beso apasionado mientras Mario le besaba suavemente su espalda y le bajaba su calzón.
Yo sentía la presión de aquellos pechos cálidos y los dos botones que los coronaban, eran unos pezones gruesos y como de un centímetro de largo, entre nuestras bocas había un mechon de su cabello y sin hacerle caso lo jugabamos con nuestras lenguas.
Tenía la verga entre sus piernas, la abrazaba con fuerza mientras metía mi lengua en lo mas hondo de su garganta, en los momentos en que tomaba aliento vi a Mario hincado atras de nuestra ninfa, haciéndole pequeños mordiscos en sus nalgas, hasta ese momento ví sus nalgas redondas y de regular tamaño, más grandes de lo que pensé pues normalmente las mujeres con pechos grandes tienen las nalgas un poco aplastadas; sin embargo en éste caso el balance era magnífico.
Victoria miraba para el cielo mientras yo le besaba sus bubis, perdón, no las besaba literalmente chupaba aquellos deliciosos mamones que juntaba con mis manos para introducirlos en mi boca al mismo tiempo.
Mario le había metido la cara entre las nalgas que apartaba con sus manos, yo le acariciaba su cosita.
Era una Vulva arejuda, tenía dos deliciosos mejillones que friccionaba con sus propios jugos, ella suspiraba fuerte mientras yo bajaba mi cara a su nido, me entretuve unos instantes besándole el ombligo.
Ahi estaba nuestra muñeca desconocida parada en medio de la habitación gimiendo de placer mientras le lamíamos ambos hoyuelos. Abrió sus piernas de una forma un poco comica, pues el calzón lo tenía en los tobillos, nosotros nos esforzabamos en meter nuestras lenguas en sendos agujeros, hasta que nuestras barbillas toparon.
Nos erguimos y ella desfalleció sobre la cama, Mario le levantó las piernas y sacó su bloomer, separó sus piernas y empezó a lamerle despacio y cuidadosamente la panocha que yo había dejado completamente ensalivada.
Me acomodé de rodillas sobre la cama y le pasaba la ligosa cabeza de mi pene por su cara, comencé por la frente, la frotaba suavemente en sus ojos y despues en sus labios que al cabo de un par de lentas pasadas se abrieron dejarla entrar, la calidez de su boca la sentí en todo mi cuerpo, abría su boca completamente y metía mi verga hasta donde topaba, suavemente sentía como sus labios se cerraban a la mitad de mi bastón, y despues lo deslizaba hacia afuera muy tiernamente acompañando con su lengua la parte baja de mi glande. Era una gloriosa mamada en cámara lenta.
Yo le acariciaba sus pechos, preciosos, redondos, ensalivados, tiernos, duros, suaves y dóciles. Ponía mis dedos pulgares sobre sus pezones y ensayaba todo tipo de movimientos lentos en pago de aquella tierna mamada que recibía. Quería devolverle el placer que me daba, pero resultaba difícil.
Estaba completamente relajada, la cuniligus que recibía la tenía desfallecida.
Cambié la tónica y empece a bombear fuerte en su boca, quería pasar con mi falo la barrera de sus amígdalas pero tosió y se incorporo, aún se estaba recuperando cuando hice a un lado a Mario y la enzarte con todas mis fuerzas, empecé a bombear unos minutos, no pararía hasta que sintiese que ella estaría a punto.
No obstante su calor, nuestros cuerpos sudados, viscosos de nuestros fluidos, y un beso apasionado me hicieron lograr el clímax, la metí fuerte hasta donde pude y eyacule muy dentro suyo, cuando me separe vi su vagina abierta que empezaba a expeler la acabadura.
Mario, que había permanecido sentado a la par nuestra, interrumpio su pausa y continuó lamiendole la vagina ahora era yo quien estaba sentado en la cama de al lado, viendo que nuestra ninfa había entrado en calor, acosto boca arriba a Mario y se subio sobre él.
Agarró el pene y se lo colocó en aquel jugoso mollete, yo podía ver como se derramaba mi semen en los huevos de Mario, era una candelita chorreda completa.
Ella batía con fuerza y parecía que no le alcanzaba porque la verga de Mario se salía de su curso, realmente estaba a medio endurecer. Viendo el esfuerzo que hacía Victoria por mantener aquel pingue palo adentro de sus entrañas, me apiadé y decidi ayudar así que extendí mi mano y tome el pene de Mario por la base para sostenerlo mientras nuestra diva se lo introducía, es mejor la mitad que nada pensé.
Sin embargo, Mario se molestó y me dijo que haces y su pene se puso completamente flácido, mirá que me has quitado la inspiración.
Victoria quería verga, eramos dos hombres y no estaba satisfecha, tenía que hacer algo.
De pronto vi que yo estaba completamente empalmado y le dije, permiteme la guitarra veras como se hace, la puse en cuatro y la enzarté de golpe, ella gimió, pero la panocha estaba sobrelubricada, sabía que sería una taré difícil, así que decidí meterla por el culo, la encaminé y la metí de golpe y con sorpersa. Se oyo un Ahhhhhhg, que más de queja parecía de placer, empece a bombear, aquel culito estaba delicioso, me pare sobre la cama y la enzartaba hasta donde cabía, la sacaba toda y lo volvía a hacer. Nuestra ninfa estaba encantada con la jugada, pero iba a estar difícil que lograra un orgasmo, así que baje la mano por su costado y le frotaba el clítoris mientras le puya su divino trasero.
Mi sorpresa fue que Mario me quitó la mano y como mecánico bajo un auto se había deslizado entre nuestras piernas para seguir lamiéndole el bollito, ella le dijo que se metiera al reves que aprovecharía para darle una mamáda, quizá quería las dos pollas adentro.
Me separé para que ellos hicieran un sesenta y nueve, y después volví a trabajar en el chiquito de mi desconocida. Mario se desinhibió, pues en los instantes en que le dejaba el tolete hasta adentro pasaba su lengua desenfadadamente por mis huevos, los que chupeteaba por ratos.
El ejercicio era fenomenal, cuando tenía la verga hasta adentro Victória hacía contracciones con su esfinter en la base de mi verga, mientras Mario me chupaba los huevos. Cuando volvía a la batida, Mario se prendía de su clítoris succionando con mucha fuerza.
Las piernas me temblaban de estar en esa posición de media cuclilla, pero no dentría mi marcha, hasta lograr el objetivo, quería hacer gozar a quien tanto placer tan desinteresadamente nos brindaba.
No pude más y en la última embestida en la que le puso el sello del culo en la frente a Mario, hice una descarga de todo mi contenido, mientras sentía las contracciones que a voluntad hacía con su esfinter en el tronco de la verga, movimientos que hacían que le despachara mi semen a pulsadas.
Pensé que no lo había logrado, pero tan pronto me dejé caer a un lado de ambos ella se deslizó en medio de los dos dando un profunda y larguisima exhalación con suspiro de regreso.
No lo podía creer pero había alcanzado el orgasmo. Mario se dió vuelta poniendo su cabezo junto a las nuestas y dijo: Ha sido una noche fantástica, debemos hacerlo de nuevo otro día.
Sin hacerme el entendido, pensé en que hay muchas maneras de disfrutar y me alegró mucho que la hubiera pasado tan bien como yo, por supuesto que lo invito la próxima ves que me encuentre una desconocida como Victoria, por ahora todos cantamos Victoria, aún no nos hemos reunido de nuevo. Pero con Mario recordamos a veces aquellos momentos maravillosos. Victoria, donde te encuentre mi amor, cariño, admiración. Ojalá te vaya bien en la vida, que resuelvas tus problemas conyugales, con el que tienes o con otro, pero mereces ser Feliz, el hecho de que no puedas tener hijos no es motivo para que alguien no te valore. Eres una gran mujer.
Es la historia de como mi suegro poco a poco me fue seduciendo y como termine en brazos de el hasta que me enamore y tuve que terminar con el y de como despues de 4 años nos volvimos a encontrar ayudandome en una situación.
Relato erótico enviado por Anonymous el 31 de August de 2010 a las 00:12:22 - Relato porno leído 123132 veces
Quinto relato de la saga, continuación del relato “Follando con dos compañeras de trabajo”. Estoy de nuevo aquí para seguir relatando las peripecias sexuales que tuvieron lugar después de la gran follada en el despacho de Debla. La siguiente historia se desarrolla en una pequeña habitación de un local de intercambios de parejas.
Relato erótico enviado por ELMORROCHO el 06 de July de 2009 a las 14:00:24 - Relato porno leído 47221 veces
Le pregunte a mi esposa cuando tenia sexo con ella que sentia cuando la cojia por......y para algo me sirvio la pregunta.
Relato erótico enviado por Anonymous el 24 de October de 2008 a las 23:50:00 - Relato porno leído 46300 veces
Si te ha gustado NOS COGIMOS A UNA DESCONOCIDA. vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar NOS COGIMOS A UNA DESCONOCIDA..
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
maximato
(7 de February de 2011 a las 02:09) dice:
grande maestro!!!! me gustaria en contrar una asi Anonimo
(30 de May de 2011 a las 07:12) dice:
na no mames eres joto y t cojes al mario katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:13) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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