Nuestro primer encuentro con extraño

Después de tres años experimentando alternativas sexuales a nuestro matrimonio y después de habernos confesado nuestras múltiples fantasías entre nosotros y con terceras personas de nuestro entorno , la libido aumentaba y veíamos porno permanentemente , grabábamos nuestra relación con la cámara del ordenador y estábamos realmente salidos.
Un tema reiterativo por parte de él era verme en brazos otro hombre sin participar él.
No sabíamos por donde empezar e indagamos en internet.
Allí estaba la solución, había muchos candidatos pero lo elegía yo tras un breve encuentro .
Creamos un correo expresamente para ello y nos comunicamos .
Tras la criba lo dejamos en tres .
Pedimos más información y en medio hubo uno que pidió ser él porque tenía cualidades , era casado y no dejaba rastro .
Teníamos entonces 42 y 45 años, el hombre 38.
Le pedí la foto y era bien parecido y elegante .
Su ciudad estaba cerca de la nuestra y era más grande para pasar desapercibidos.
Todo quedó pactado y ahora os lo cuento.
La cita era a las 12 del mediodía en el hall de un hotel.
Hicimos el checkin y subió a los 15 minutos.
Nos presentamos gentilmente y mi marido nos dejaba a los dos a solas.
Yo quería enamorarme un poco de él y conocernos .
Nos fuimos a comer los tres pero nosotros dos a solas y mi marido nos espiaba de cerca.
Mi corazón estallaba de gozo , alto , guapo , apuesto con modales y una boca carnosa.
Brindamos y nos entrelazamos las manos tres veces.
Abandonamos el restaurante y caminamos mientras mi marido nos guardaba las espaldas.
Ya sabía él para entonces que iba a estar presente.
Al llegar a la habitación nos dimos un respiro y hablamos de nuestro quehacer.
Decidimos primero una buena ducha, primero yo y luego él.
A la salida de la ducha ya me había puesto mis mejores galas de lencería.
Salió con la toalla en la cintura y parecía un adonis.
Su pecho era potente ( iba al gimnasio) y su altura era como la mía.
Se acercó a mi y me estrechó entre sus brazos , sentí un revolcón en mi cuerpo .
Su boca buscó la mía y nuestras lenguas se unieron en un profundo beso .
Su inquieta lengua buscaba con fruición la mía y su saliva me elevaba a cimas altísimas.
Con mucho tiento seguimos nuestro intercambio de fluidos de la boca y su toalla se cayó.
Madre mía lo que había allí.
Mi marido se dio media vuelta para no ver , no había comparación.
Optó por sentarse en el sofá y esperar y mirar.
Tras un largo beso descendí hacia aquel taladro que me iba a perforar y lo acaricié , lo lamí como nunca lo había hecho.
Se dejaba llevar y yo también por él.
Tomó la iniciativa y hundió su dedo en vulva . estaba muy mojada y quería saberlo.
Tras ello me inclinó en la cama y se puso a un lado besándome una y otra vez. No tenía prisa y nosotros tampoco.
Acarició de nuevo mi vulva y el clítoris.
Me estremecí y me abandoné .
Mi marido ausente miraba , se tocaba algo la polla y estaba expectante.
Había llevado el móvil y nos había sacado un par de fotos con besos.
Luego me enteré que tenía pequeños vídeos de nuestro encuentro en la cama.
Imaginar mi situación , estaba allí postrada a merced de lo él quisiera y lo bien que lo hacía.
Besó mi rajita y hundió su lengua dentro de mi.
Debí gritar y noté su pene tieso entrando en mi .
Con mucho tacto bombeó una y otra vez . Me besaba mucho y yo estaba en la gloria.
Una y otra vez bombeaba.
Me puso de rodillas y optó por hacerlo tipo perro , me agarraba las tetas y empujaba con fuerza .
Era encantador porque en medio de todo ella me dedicaba halagos a mi cuerpo .
Mis medidas están muy bien y mis carnes siguen tersas.
Luego entré yo y me puse encima de él.
Me levantaba con sus piernas sin ningún esfuerzo .
Nuestras bocas se perseguían y mis tetas eran sobadas y chupadas muchísimo.
Hicimos una parada y miramos el reloj , había transcurrido una hora y nos quedaban al menos tres o cuatro , así era el pacto.
Mi marido nos ofreció algo de beber , él ya estaba un poco bebido.
Nos miramos , nos relamimos , nos deseamos y parecía como si nos conociéramos de toda la vida .
Nunca creí que un amante podía dar tanta satisfacción.
Continuamos el encuentro y nos embarcamos de nuevo en el placer.
Tomó su polla y acarició con ella mi clítoris una y otra vez .
Golpeó mi vulva con su pene reiteradamente dándome mucho placer.
Mis fantasías eran buenas pero aquello no era fantasía .
Entraba y salía del cobijo caliente y notaba su pene poderoso dentro de mi cuerpo.
Me pidió entrar hasta el fondo y culminar para luego continuar con otra sesión .
Ahí hubo un conato de duda , mi marido estaba ya perplejo , bebido y traspuesto.
Me dio un poco de miedo , tomaba mis precauciones pero hasta entonces todo había sido a pelo y quería rematar así.
Me pidió de nuevo mi consentimiento y accedí.
La explosión que sentí al derramar su semen en mi interior era increíble.
Alcancé el éxtasis casi a la vez que él y nos quedamos tumbados.
Me pidió las bragas como trofeo y limpió dentro de mi impregnando todo de semen.
Ni corta ni perezosa le pedí lo mismo y lo llené también con su fluido y el mío.
Nos besamos mientras mi marido roncaba.
Comenzamos otra tanda y de nuevo limpios ya nos relamimos todo con placer.
Ibamos camino de las tres horas y comenzó el baile interior con el golpeteo del pene y con mis ronroneos y pequeños gritos.
Una y otra vez accedimos a nuestros sexos con la boca hundiendo nuestra lengua en el regazo.
Nos hicimos cómplices con mi marido y nos prometimos otro encuentro.
Culminamos pasadas las nueve de la noche y se despidió con un largo y cálido beso.
A solas los dos , se puso cachondo y se quiso cobrar la pieza de nuevo .
Parecía un perrito faldero lamiendo mi chocho mojado y mirándome con ojos de cordero degollado .
Me echó un polvo y me invitó a cenar.
Y ese fue nuestro primer encuentro.