La cena se transformó en algo imprevisto. Una noche de verano mi mujer y yo cenamos en el chalet de una pareja de amigos, al borde de su piscina; la conversación subió de tono cuando cada uno aceptamos comentar nuestras fantasías sexuales.
Relato
El grado de acaloramiento era elevado; alguien lo comentó y de ahí surgió la idea de darnos un baño nocturno en la piscina, en principio para bajar la calentura. Sin embargo, el efecto no pudo ser más opuesto porque yo no tenía bañador así que mientras nuestros amigos iban a por el suyo y mi mujer acompañaba a nuestra amiga para que le dejara alguno, yo me metí en la piscina completamente desnudo. Cuando ellos llegaron, aunque la luz era poca, se dieron cuenta y mi amigo rápidamente quiso hacer lo mismo. Por supuesto, pasamos por las bromas típicas de sumergirnos de cabeza para enseñar el trasero y de nadar boca arriba para hacer el submarino. Como estaba todo a media luz, la cosa era divertida y entre risas comenzó la ofensiva de mi amigo y yo para que las chicas se quitaran al menos la parte superior del bikini. Mi amiga lo aceptó rápido, supongo que ayudó el que se había operado los pechos y eso justificaba de sobra la oportunidad de lucirlos. Mi mujer era más reacia, pero mi amiga la animo tanto que literalmente le desabrochó y le quitó la parte de arriba. En esta situación los cuatro nos íbamos acercando cada vez más unos a otros por el morbo de ver al otro al descuido lo más posible. Yo me encontraba recostado boca arriba sobre las escaleras sumergidas de la piscina cuando mi amiga se acercó flotando suavemente hacia mi riendo cualquier broma y entonces se dejó chocar levemente con mi cuerpo hasta terminar situada sobre mí, también ella boca arriba, lo que inevitablemente provocó que mi pene erecto chocara contra su espalda. Me corté un montón pero ella evidentemente es lo que buscaba porque comenzó a deslizarse arriba y abajo acercando su culito hacia mi pene, que yo también ayudaba a colocar poco a poco entre sus nalguitas dado que no notaba ningún reparo a que lo hiciera. Al mismo tiempo ella iba comentando en voz alta lo que estaba sucediendo, al tiempo que animaba a su marido para que se acercara a mi mujer y adoptara una posición similar. El lo tomó literal y de inmediato se abalanzó por detrás de mi mujer rodeándola con sus brazos y tocándola todo lo que tenía a su alcance. Mi mujer es muy sensible y sin duda que las manos de mi amigo alcanzaron su clítoris porque ella no tardó mucho en dejar de negarse a lo que estaba sucediendo, entornó sus ojos y pasó a respirar profunda y sonoramente de acuerdo con el ritmo que le daba mi amigo. A la vista de esto que estaba sucediendo junto a mí, deje de juguetear con mi pene y lo dirigí directamente entre las nalgas de mi amiga, alcanzando fácilmente su vagina que debía estar inundada de jugos, además del agua de la piscina, porque de inmediato permitió que mi pene quedará introducido. Teniéndome así dentro, mi amiga se incorporó acercándose hacia la espalda de su marido, con lo que por unos momentos quedamos los cuatro enlazados a modo de una fila del baile de la conga pero con mucho más ritmo. A continuación, cada pareja así intercambiada se separó de la otra, lo que nos permitió contemplar sobre las escaleras de la piscina las maniobras eróticas de la otra pareja. Mi amigo también parecía bien anclado por detrás dentro de mi mujer a la que, además, tenía introducidos varios dedos en su vagina y con la otra mano le masajeaba los pechos con energía, lo que yo veía totalmente porque la tenía de frente desnuda en todo su esplendor delante de mí. Mi amiga se agitaba sus propios pechos al tiempo que ella misma se masturbaba el clítoris. Mi amigo eyaculó y eso le hizo relajar el bloqueo de mi mujer, lo que pareció ser una especie de señal para que mi amiga se separara de mi sin que le importara que yo no hubiera terminado; mi mujer había quedado tan insatisfecha como yo así que se acercó a mi y aproveché mi erección inacabada para introducírsela totalmente en su muy húmeda vagina al tiempo que mis brazos abarcaban tanto a ella como también alcanzaban a nuestra amiga, que estaba en ese momento detrás de mi mujer, a quien pude sujetar justo por sus pechos. De este modo, apretando las tetas de nuestra amiga y manteniéndola apoyada contra su espalda me follé a mi mujer delante de nuestro amigo que recostado contemplaba la escena. No pude evitar terminar pronto, dado el grado de excitación que todo lo sucedido me había causado, y me encontré con la sorpresa de que mi mujer seguía todavía insatisfecha, así que delante de nosotros tres siguió masturbándose, abriéndose los labios vaginales y manejando sus deditos como sólo ella sabe hacerlo, ante lo que ninguno quiso dejarla sola y estuvimos acariciándola por todo el cuerpo, incluso nuestra amiga besándole los pezones, hasta que estalló en una serie interminable de orgasmos y convulsiones que cerraron una noche inolvidable.
yo le metia la verga en el culo una otra ves mientras ella le mamaba la verga ami compadre como una puta desesperada por momentos ella dejaba de mamarle la verga ami compadre por que el ya estaba a punto de venirse para luego mamarle el queso humedo y rojo de mi esposa
Relato erótico enviado por Anonymous el 24 de February de 2010 a las 00:07:43 - Relato porno leído 144229 veces