Paloma mi adorada vecina

Paloma mi adorada vecina.



Estoy sobre la escala recortando las enredaderas que mas parecían selva que adornos, desde aquí podía espiar la casa de mi vecina Paloma, recién llegada hacia dos meses en el barrio, una joven hembra de 25 años casada con un hombre mayor alrededor de los 45 años, gordo bueno para andar con los amigos tomando cerveza y no cuidaba a su esposa; todos veíamos la cara de esta pobre cuando don José la retaba en la calle delante de todo el barrio, ella aguantaba. A mis 17 años era la mujer que soñaba mientras descargaba manualmente mis testículos.

Paloma era madre de un chico de un año y siete meses y había dado vida hacia dos meses a una beba, según las diabólicas malas lenguas ella era la empleada de don José y este le hizo la primera cría y por eso se casó con ella, vaya uno a entender a las veteranas habladoras.

Cortando y cortando la enredadera mi madre me dice con cuidado no vayas a dañar el jardín de la vecina, supiera el desastre de jardín que tenia, luego me anuncia, me dice, voy al centro a comprar volveré como en dos horas si sales cierra bien la puerta. Por escucharla casi me resbalo de la escalera y me tuve que bajar al patio vecino donde había una excelente vista de la cocina en la cual se veía a mi vecina Paloma atendiendo a su beba, pero algo extraño sucedía la vecina tenía una cara contraída y se manoseaba su entrepierna mientras se mordía los labios, me llamó la atención y me acerqué a la ventana pude ver como Paloma con la falda recogida se palpaba su sexo, con su mano dentro del calzón, sin que ella me viera me introduje en la cocina y tomándola por detrás metí mi mano junto con la de ella, se asustó quiso escapar, pero la abracé junto a mi cuerpo al tiempo que mis dedos entraban en su vagina, se estremeció de emoción al contactos de estos con su clítoris. Luego ella empezó a excitarse y me decía…, así, así nene, así, señal que yo se la estaba haciendo bastante bien deslizándome hasta el suelo arrodillado mis dedos abrieron sus labios vaginales y mi lengua entró a su sexo, en ese momento sentí el sabor dulce amargo de sus líquidos vaginales. Lo bebí todo y seguí lamiéndole su sexo. A los pocos minutos después, ella aullaba de placer, sus líquidos vaginales inundaban a cada momento su rajita, mojándome mi cara en eso la oí quejarse fuertemente, me corro, me cooorro!... oh Dios mío, eres divino, soy tuya..., decía. Después de mover su sexo sobre mi boca para aplacar su orgasmo se quedo quieta abrazándome mi cabeza contra su vientre y me besaba en la cabeza… Mira lo que has hecho vecinito me has descargado sexualmente, estaba súper caliente y llegaste tú. Tomándome con una mano, mientras con la otra cargaba al bebé me traslado a su dormitorio en el se acostó en posición vertical dejando a la beba en el suelo… ella me pidió desnúdate… ay vecino que rica la tienes, me dice al ver mi tieso y duro pene mientras me acomodaba sobre su cuerpo, luego me solicita cabálgame, moviendo su cintura hacia delante y hacia atrás, tomando mis manos las lleva hacia sus senos acarícialas me dice, aprétame mis pezoncitos, cosa que hice mientras ella cerraba sus ojos y dejaba escapar bufidos de placer, luego gemía mas y mas. Mi miembro fue colocado por sus manos sobre su vagina estaba está tan mojada que lentamente este ingreso sin gran esfuerzo. Como se movía con mi pene adentro sus movimientos de cadera eran cada vez más fuertes, de pronto se puso a saltar, mientras yo sacaba hasta la cabeza mi pene y luego se lo hundía, y cada vez que lo hacía, gemía a alto tono.

De pronto comenzó a moverse frenéticamente la oía que estaba por venirse…, nene, me corro gritó y luego su cabeza se hizo para atrás quejándose, sentí su rajita volverse una ciénaga de agua. Yo no aguanté más también y detrás de ella me vine en el interior de su vagina, era interminable mi descarga. Acabamos sudados y cansados. Me converso que José era un bruto que no la acariciaba cuando deseaba sexo la tomaba y adentro además duraba cinco o seis embestidas y se vaciaba dejándola a ella desesperada por sexo.

Me pidió que me vistiera y que me fuera, pues mis padres podían buscarme, le dije buenas y salí de su casa aún sudado. En mi casa mi madre venia llegando ¿porque estas sudando tanto? le dije que había apurado el corte de las enredaderas de nuestra casa.

Desde esa fecha, al menos cogíamos una vez por semana, aunque hubo semanas que copulábamos hasta tres veces. Me volví amante de mi vecinita,
Para ingresar a casa de don José hable con él que podía hacerle el jardín por poco dinero esto le gusto y le digo a Paloma que me dejara trabajar en el jardín cuando yo quisiera y que no me molestara. Me había abierto las puertas de su casa, Paloma cumplió no me molestaba solo me daba placer.
Pronto cumpliremos tres años con Paloma que ella es mi amante, mi putita la cual ya no se niega a tener sexo conmigo, los niños ya se acostumbraron a verme en casa y que arrastrara a su madre al dormitorio para luego escucharla gemir, vociferar, gritar de placer al ser saciada hasta llegar a sus orgasmos. Paloma me dice que yo soy su macho, su amo y ella es mi esclava y que me dará un hijo. Cumplió su palabra vamos para el tercer año y ella está embarazada de cinco meses, me asegura que ese bebé es mío.
Hoy cumplo veinte años, Paloma me dice que deseo en especial como regalo, le digo que ella es mi regalo y contesta este cuerpo es tuyo por derecho tú lo conquistaste con amor, caricias y pasión. Pero me he fijado que miras con ansias a Isabel mi amiga recién casada hace dos meses, ella tiene sus 28 años muy bien distribuidos en su cuerpo, la deseas ¿verdad?, te ayudaré a poseerla como regalo, dice.