Una vez que la lleno de semen se desmonto de ella, al sacar su pene broto de su vagina un chorro de semen camino a sus piernas…, a la media hora este deseaba mas penetraciones, pero Amparo estaba destrozada y cansada le dice que otro día nuevamente lo harían, pero hoy no…, Leo estaba desesperado y exigía que se abriera de piernas…, Amparo mira a su madre que esta desamparada y sus piernas abiertas mostrando su grandiosa vagina y le dice hazlo ahora con mamá ella quiere…
Relato
Todo comenzó cuando me fue a buscar mi vecina Amparo para que la ayudara con sus papas, en un momento dado Amparo fue mía a pesar de nuestras edades yo cumplí mis 16 años y ella tenía a penas doce años…
Amparo estaba agotada solo deseaba descansar y dormir un momento. Fue un alivio cuando Leo una vez que la lleno de semen se desmonto de ella, al sacar su pene broto de su vagina un chorro de semen camino a sus piernas…, a la media hora este deseaba mas penetraciones, pero Amparo estaba destrozada y cansada le dice que otro día nuevamente lo harían, pero hoy no…, Leo estaba desesperado y exigía que se abriera de piernas…, Amparo mira a su madre que esta desamparada y sus piernas abiertas mostrando su grandiosa vagina y le dice hazlo ahora con mamá ella quiere… Siente a su violador moverse y acomodarse sobre su madre y esta al sentirse penetrada gime diciendo otra vez no basta ya lo hemos apareado déjame descansar, pero no se opone cuando su vecino Leo ingresa a su vagina su poderoso y generoso pene, solo bufa y gime comenzando a menear sus caderas y abraza a Leo mientras le tolera y lo place de sus placeres. Entregándose con conformidad al coito que este esta dándole. Diez minutos después siente bufar al macho y se meneaba con mayor frecuencia en su madre al llenarla de sus fluidos de leche.
Al día siguiente su madre Pamela después de una ducha se quejaba adolorida de su vagina y Amparo le dice, era que no, si los amigos de papá te penetraron los dos y finalizaste recibiendo el semen de nuestro vecino Leo en tu matriz. La madre solo la mira sorprendida y le dice ¿eso hice? A ver le dice Dora, cuéntame todo….
Toma asiento Dora para escuchar a su hija acariciándola…, le cuenta su infidelidad con estos machos y de cómo gozaba con ellos…, sobre todo con el joven vecino Leo, te quejabas y lo abrazabas en forma escandalosa , meneabas tus caderas como nunca creí que se movían mientras lo abrazabas y gemías satisfecha, pedías más mientras este te penetraba varias veces profundamente y tu solo gemías carnalmente satisfecha, balanceando tu cuerpo como una puta cualquiera. Fuiste plenamente satisfecha y golosamente inundada tu matriz.
Sabes le dice Pamela la madre, todo eso estaba perdida en mi mente, me gustaría tenerlo nuevamente, pero conciente, llámalo…
Llamamos a Leo y este viene a medio día, Amparo dice que debe salir a comprar y volverá dejando solo a su madre y Leo…, no se entera como fue el comienzo, pero si al volver diez minutos después sienta a su madre quejarse y suspirar arrebatada y al asomarse al dormitorio de seta ve a Pamela, su distinguida madre, con sus vestimentas tiradas por el suelo y desnuda con sus piernas bien abiertas batiéndose en el aire, gozando de la s penetraciones de ese novel pene en sus entrañas…, como meneaba su cintura, sus caderas parecían bailar al son de las penetraciones, descaradamente se movían y gemía angustiadas ante las pasiones de su joven amante al satisfacerse de su cuerpo. Movía su cabeza de un lado a otra desesperada, despeinada se veía desfigurada ante los placeres de un orgasmo que estaba por llegarle entregándole a su malicioso vecino, hoy siendo su amante, su cuerpo como su nuevo amo y señor, atrapada con los brazos en su cintura este, musitaba. Mm. que delicia…, apretándola. Mm., sus labios continuaban succionando sus senos, besando, mordiendo sus senos, que delicia de mujer, le permitía la libertad a sus movimientos. Gemía, mi madre débilmente, diciéndome a media voz, déjame…, déjame…, no me desesperes más de lo que estoy.
Engullía por completo mi miembro, este ingresaba llenando su vagina... me sentía totalmente estimulado. Comencé a moverme. En esa posición ella era una mera espectadora, pero disfrutaba de mi ritmo arrítmico, a veces la metía deprisa, a veces despacio, a veces ligero, a veces profundo... Yo contemplaba absorta donde nuestros cuerpos se fusionaban..., con cada embestida yo me apoyaba en el suelo, que rico .., mis bolas rebotaban con fuerza en sus glúteos, delicioso, oh…, que sensación tan rica sentir mi órgano genital entrar y salir de su matriz ah , jadeante ella grita espérame, y tuvo un orgasmo delicioso…., oh que caliente estaba…, deseaba ser poseída. Esa mujer cuyo marido estaba en el patio en su taller, era mía, la mamá de estas niñas mis amigas, esposa de don Claudio, disfrutaba entregándose a los deleites del sexo conmigo, la gozaba saciando sus ímpetus sexuales con mi órgano reproductor…, al tiempo que me saciaba de todos mis anhelos y comencé a vaciarme, de manera terrible, espectacular, mientras advertía mi espeso líquido rebalsándose, regándola toda su vagina, pronto paré mis movimientos y tomándola por la cintura enterré hasta el fondo mi miembro viril, me estremezco y grité de placer mientras inundaba toda su cuevita con borbotones de mi semen. Ella mientras, me regaloneaba besándome mi oreja, en verdad eres un experto me dijo, me cuestan mis orgasmos, pero tú lo lograste a la primera mojándome como nadie jamás lo había hecho..., buscado mis labios me besa con lengua. Seguimos abrazados unos minutos. Ándate por favor que puede venirme marido, no quiero que nos pille te desearé otra vez, así que ándate… salí feliz me deleitaba de un sueño cumplido. Esta mujer se había entregado a mí y me dice que lo repetiríamos nuevamente.