Hasta no hace mucho quien me daba los masajes en casa era mi mamá, pero como ella tuvo que salir de viaje, para ayudar a mi hermana que estaba por dar a luz en esos momentos, no me quedó más remedio que pedirle a mi papá que me hiciera el favor de darme un masaje.
Relato
Mi nombre es Patricia, aunque todas las personas que me conocen me llaman Pati, como soy de talla pequeña, pero bien proporcionada, a mí no me molesta que me llamen así. Bueno la verdad es, que no es que esté mal acostumbrada por mi madre, ni que me la pase en salones de spa, recibiendo masajes. No que va, el antojo me dio desde hace mucho tiempo, pienso desde que tenía quince años más o menos, y de eso ya han pasado como unos seis. Me refiero que en infinidad de ocasiones, al principio escuchaba a mis padres manteniendo acaloradas y largas sesiones de sexo.
Luego me las arregle para observarlos, por una rendija en la puerta de su habitación, sin que ellos se dieran cuenta desde luego. Yo apenas sentía que ellos se iban a la cama, en puntillas me levantaba de mi cama, en ocasiones completamente desnuda, y a medida que mi mamá y mi papá mantenían fogosos encuentros sexuales, yo no les quitaba el ojo de encima. Al tiempo que salvajemente enterraba alguna de mis manos dentro de mi coño, y no la sacaba hasta que disfrutaba de un fascinante orgasmo.
La mayoría de las veces, llegaba hacer eso un mínimo de dos veces, ya que si mi mamá al principio no le mamaba su verga a mi papá, era él quien le mamaba su coño a ella. Además lo que más me llamaba la atención o me excitaba mucho más, era cuando mi viejo le daba por el culo a mi mamá. Razón por la cual, aprovechaba yo al momento de bañarme, para introducirme alguno de los embases plásticos de champú, o de algún acondicionador, o hasta de algún desodorante, ya fuera dentro de mi coño, y en situaciones digamos que muy especiales dentro de mis apretadas nalguitas.
Pero bueno, cuando mi mamá se fue a donde mi hermana, me comenzaron asaltar unas ganas locas de acostarme con mi papá. Al principio yo misma me dije en un sinfín de ocasiones que eso era malo, y hasta me preguntaba a mi misma y que tal si quedas preñada. Durante uno o dos días esa sola idea bastó para que yo dejase de pensar en acostarme con mi papá. Pero al poco tiempo, me di cuenta que si sabía cómo hacerlo, no debía preocuparme en lo más mínimo por eso. Además hasta esos momentos yo no había permitido que ninguno de mis amigos o novios ocasionales, me fuera a dejar preñada, a pesar de las incontables veces que me he acostado con ellos.
Fue viendo la tv, en particular un programa que hablaban sobre los masajes, que a mí se me ocurrió todo. Como ocasionalmente mi mamá cuando yo regresaba de mis prácticas o juegos de vóleibol en la universidad, ella ha pedido mío me daba un corto masaje. Un viernes en la noche, preparé todo. Lo primero que hice fue quitarme toda la ropa, y ponerme unos ajustados pantaloncitos cortos, sin más nada abajo, y en lugar de ponerme una blusa, me puse una vieja camiseta que me quedaba bien ajustada, y dejaba todo mi vientre por fuera, sin sostén alguno.
Luego le preparé ligero plato de pescado frío a mi papa, acompañado de una o mejor dicho de varias copas de vino blanco. Las que tanto él como yo nos tomamos como si fueran de agua. Lo siguiente que hice fue que mientras él veía la tv. Yo ocasionalmente pasaba frente a la pantalla del televisor, y me detenía a un lado del aparato con la excusa de buscar un libro en el estante. Aun en esos momentos tenía cierta duda de que mi plan funcionara, pero cuando en cierto momento vi a mi papa de reojo, con sus ojos clavados en mis nalgas, supe que iba por buen camino.
Fue en uno de esos instantes, en que zalameramente me le acerqué y con la excusa de que al siguiente día tenía un importante partido, le pedí que por favor me diera un masaje como los que me daba mi mamá. Lo cierto es que mi viejo al principio buscó inútilmente varias excusas para no hacerlo. Pero ante mi insistencia, y después de que le serví una cerveza, finalmente mi papá aceptó darme el masaje. Por lo que le dije que lo esperaba en mi habitación, con los aceites que mi mamá acostumbra a usar para darme los masajes.
Después de eso, bajo la observadora mirada de mi papá, moviendo mis caderas de la manera más seductora, me dirigí a mi cuarto. Donde apenas llegué, me despojé de toda mi ropa, quedando completamente desnudita, luego busqué los aceites y la toalla más pequeña que pude encontrar. Luego me recosté boca abajo sobre mi cama, y a manera de cubrir mis nalgas coloqué la pequeña toalla. A los pocos minutos llegó mi papá a mi habitación, y apenas entró, mostrándose bastante sorprendido, y con otra botella de cerveza en una mano, lo primero que me dijo fue. Yo no sé nada de dar masajes, mejor lo dejamos para otro momento.
Yo haciéndome la que no me había dado cuenta de su sorpresa, de la manera más melosa y seductora, le dije. Papito lindo, bello, y precioso no te preocupes yo te digo lo que tienes que hacer, así que déjate de tonterías y ponte un poco de ese aceite en las palmas de tus manos, necesito que lo riegues desde la parte superior de mi nuca, hasta los talones de mis pies. Casi como un robot, mi papá comenzó a ir derramando el aceite directamente sobre mi piel, comenzando por mi nuca, bajando por mi espalda, pero al llegar a mis nalgas se detuvo, luego continuó derramando el aceite de coco, sobre la parte trasera de mis muslos, y hasta que finalmente llegó hasta los talones de mis pies.
Después de eso aunque era evidente para mí que mi papá se sentí muy incomodo, además podía ver el reflejo de su rostro en el espejo. Le fui diciendo que hacer, así que al principio por un corto rato me dio un simple masaje sobre mi nuca, luego le indiqué que continuase bajando hasta ir cubriendo toda mi espalda centrándose especialmente en su parte baja, o sea la parte superior de mis nalgas. Por lo cual le indiqué que sería mucho más práctico si en lugar de estar inclinándose sobre la cama, se colocaba tras de mí.
Por un instante me pareció que mi papá me iba a salir con alguna excusa para no seguir mis instrucciones, por lo que antes de que fuera a decirme algo, le dije. Hay papito lindo, no sabes lo mucho que te agradezco que me sigas dando estos masajes, tus manos como son mucho más fuertes que las de mi mamá me ayudan más. Después de eso y de un largo trago de su cerveza, mi papá se subió a la cama, y se colocó tras de mi entre mis separadas piernas. Sin decirme nada continuó pasando sus manos desde mi nuca hasta la parte baja de mi espalda, cuando retiré la pequeña toalla, que apenas tapaba mis nalgas y parte de mi depilado coño, diciéndole. Papi necesito que continúes masajeándome desde la parte baja de mi espalda hasta mis muslos, incluso mis nalgas.
Mi papá no dijo nada, sus manos continuaron lentamente bajando por mi espalda, pasando por mis nalgas lentamente, hasta llegar a mis muslos. Ya como a la cuarta vez que lo hizo, yo levanté ligeramente mis nalgas, y cuando sus manos pasaron sobre ellas, con toda la intención dejé escapar un profundo y sentido gemido. Fue cuando papá, se detuvo diciéndome. Pati mi amor, mejor lo dejamos así, en ese preciso momento yo levanté mi torso, al tiempo que eché un poco más para atrás mi cuerpo hasta que me tope con el cuerpo de él. Mi depilado coño había quedado justo frente al gran bulto que se le había formado en el pantalón.
Yo sin inmutarme le dije, papito por favor ahora no me dejes así, continua. A medida que fui diciendo eso, de manera lenta y suave comencé a restregar mi coño contra él. Mi papá se quedó en silencio, y lo siguiente que sentí fue que se soltó la correa del pantalón, y casi de inmediato se los bajó. En cosa de segundos, mi papá colocó su cuerpo completamente sobre el mío, y fue cuando su verga comenzó abrirse paso dentro de mi culo. De no haber estado yo más temprano introduciendo alguno de mis juguetes, dentro de mi culo. Probablemente me hubiera dolido, pero como mi esfínter lo había estado dilatando desde temprano, cuando él me empujó su miembro. Lejos de dolerme lo disfruté tremendamente.
Yo comencé a restregar mis nalgas con fuerza contra su cuerpo, al tiempo que mi papá hábilmente introdujo una de sus manos debajo de mi cuerpo, agarrando sabrosamente todo mi coño. Así que mientras mi papá metía y sacaba una y otra vez su tremenda verga de entre mis paradas nalgas, yo las continuaba moviendo como si en ello me fuera la vida. Ya después de un buen rato, seguramente cualquier idea de detenerse y no continuar dándome por el culo desapareció de la mente de mi papá. Ya que con mayor fuerza me enterraba toda su gruesa verga dentro de mí. Haciendo que yo gimiera de placer, y le pidiera que me diera más y más duro.
Esa noche mi padre y yo hicimos de todo, ya que después de un buen rato cambiamos de posición y gustosamente recibí dentro de mi vulva todo su sabroso miembro. Yo estaba actuando como una loca por el placer que mi papá me proporcionaba. En varias ocasiones, contrario a lo que me pasa con mis amigos con derecho, disfruté de un sin número de sabrosos y salvajes orgasmos. Para luego dedicarme a mamar su verga, al tiempo que él también me mamaba el coño.
Cuando a la mañana siguiente me desperté, mi papá que ya lo había hecho antes que yo, entró en mi habitación. Se me quedó viendo, y antes de que yo fuera a decirle algo, me ha vuelto a colocar su sabrosa verga dentro de mi boca, obligándome por decirlo de alguna manera a que se la volviera a mamar. Después de eso mi mamá llamó para decirnos que debido a que el parto de mi hermana había sido uno muy delicado, se debía quedar por lo menos más de un mes acompañándola y ayudándola con mi nuevo sobrino. Que por nosotros dos no se preocupase.
Bueno durante todo ese tiempo que mi mamá acompañó a mi hermana, yo acompañe en la cama a mi papá, y aun después de que ella regresó, ocasionalmente si se nos da la oportunidad, volvemos a tener un sabroso sexo prohibido.
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 786352 veces
Si te ha gustado Papá, necesito que me des un masaje, por favor… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Papá, necesito que me des un masaje, por favor….
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:32) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF ivloguer
(12 de May de 2013 a las 02:15) dice:
muy buen relato Narrador, felicitaciones.
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