Para gato viejo, ratoncita tierna.

Nunca me he considerado un galán ni soy alguien que cuide mucho su apariencia personal, soy digamos el común de la gente, pocas veces la verdad uso corbata y a menos que se trate de una ocasión especial llevo traje. El usar un traje siempre le da a uno una pose distinta, te ves como que más importante, la gente te mira con más respeto y uno mismo se siente diferente.
El día del aniversario del diario que me hace el honor de publicar algunas de mis cosas, decidí ir con traje y corbata, la fiesta era en la casa del director, es una enorme casa con piscina y un jardín inmenso, en su mayoría eran los empleados de la casa editora y un que otro invitado extra como lo fue mi caso.
Yolandita, como la conocemos cariñosamente, es una señora de unos 40 años pero como una pose muy anticuada, se viste, habla y piensa como mi abuelita, aun asi es una mujer sumamente amable a la que todos los que hemos tenido el placer de tratarla le guardamos gran cariño y confianza.
Es día Doña Yolanda estaba con un par de muchachas muy jóvenes y muy bellas a las que presento como sus sobrinas ya que ella aunque es casada la vida le ha negado la dicha de ser madre. Rosy y Marcela, dos encantos de mujer que lucían de lo mas aburridas, yo por lo regular soy el payaso del grupo, cuento un que otro chiste y alegro las reuniones con mis comentarios picaros, jamás le falto el respeto a nadie pero uso el doble sentido para hacer reír a otros. Esa fue la clave para que Rosy y Marcela buscaran estar cerca de mi, hablamos acerca de mi trabajo y aunque ninguna había leído antes ninguno de mis trabajos se mostraron interesadas en algunos de los temas que publico.
Yo por mi parte disfrute de su agradable compañía y de su gusto por la vida, al caer la noche yolandita me pidió que por favor las llevara a su casa que esta camino a la mía, al entrar las jovencitas a mi carro Rosy hizo algún comentario de lo grande y lujoso que es.
Rosy se fue en el asiento del copiloto y note que durante el trayecto muchas veces fijaba su mirada en mi. Pasaron dos semanas cuando las volví a ver, uno de mis sitios favoritos para escribir es el parque Astrate, ahí me relajo mucho y dejo que mi imaginación vuele a encontrar la inspiración perdida, por lo regular dejo el carro frente a donde estoy para poder conectar la laptop al encendedor cuando se necesite. Aquel día era a principios de primavera, el ambiente calido y fresco invitaban a la relajación y me encontré con Rosy y Marcela haciendo jogging en el parque, al principio no la reconocí ya que iba con ropa deportiva y el cabello recogido, fue ella la que reconoció mi auto y se acerco a saludarme, ya desde el día de la fiesta les había pedido que me trataran con mas confianza y que no me dijeran señor, como siempre las hice reír un rato y Rosy me dijo que corriera un rato con ellas porque buena falta me hacia y al decir esto puso su mano sobre mi vientre que sin ser una montaña de grasa si requería algo de trabajo físico. Me disculpe por no poder hacerlo ya que traía ropa y zapatos formales, pero insistieron tanto que me comprometí a acompañarlas el sábado siguiente.
Un día antes del sábado Rosy me hablo para recordarme de nuestra cita para ejercitarnos, fui muy dispuesto a darle a mi cuerpo algo de sacrificio. Cuando llegue casi me voy de espaldas, Rosy iba enfundada en una likra muy pegada al cuerpo y una camiseta cortita, su cuerpo lucia provocativo debajo de su entallado atuendo, las nalgas bien paraditas y con un rigidez espectacular, trate de hacer a un lado esos pensamientos pero no podía, ellas iban siempre delante de mi y ver ese curvilíneo y juvenil cuerpo moviéndose rítmicamente, hacia a mi mente divagar en pasiones prohibidas.
La falta de condición física hicieron que solo las acompañara poco tiempo y ellas habituadas a la rutina física siguieron trotando casi una hora, cada vez que pasaban delante de mi me saludaban con un sonrisa pero yo vi en la mirada de Rosy algo mas. Todo el día anduve inquieto y en la tarde al ducharme me sentía sumamente excitado recordando el exquisito cuerpo de Rosy, intuitivamente mi mano llego hasta la base de mi miembro el cual ya se encontraba semi-erecto y ahí bajo las gotas de agua caliente me imagine disfrutando los favores sexuales de Rosy, hacia mucho tiempo que no buscaba placer en solitario pero en esta ocasión con la visión de esta preciosidad en mi mente la masturbación tuvo tintes gloriosos y el orgasmo me sacudió de pies a cabeza.
Yo soy escéptico en muchas cosas y mas cuando se trata de cosas ilógicas y una de ellas es la telepatía pero, ese día estuve pensando en Rosy tan intensamente que en determinado momento cuando mas pensaba en ella sonó mi celular y era precisamente Rosy, me hablaba solo para saber como estaba y platicar conmigo de trivialidades, el tiempo se nos fue mas rápido de lo que hubiéramos querido y se le acabo el saldo de su celular, le devolví la llamada solo para invitarla a cenar y para mi deleite acepto.
Pase por ella un par de horas después y la lleve a un lugar elegante y sofisticado, nuestra velada fue exquisita, acompañada con suave música de fondo y una semipenumbra que hacia el ambiente muy romántico.
Ya desde antes me había hecho el propósito de lograr algo con mi linda acompañante aunque se me hacia difícil lograrlo por la diferencia de edades pero algo en la forma de tratarme de Rosy me decía que no le era del todo indiferente. A pesar de su edad Rosy demostraba una madurez inusual para su edad, sabia bien lo que quería y sabia llevar el control de las situaciones, ella me sugirió que fuéramos a bailar algo a lo que yo me negué en un principio porque creí que me iba a llevar a un lugar para jovencitos donde la música electrónica es la que domina el ambiente, tal solicitud fue aprobada cuando me dijo que iríamos a donde yo quisiera.
El 33 café era el lugar idóneo, su ambiente abarcaba varios niveles culturales, tocaba un grupo de nombre “Sombra” que lo mismo ejecutaba el sirenito o una de Café Tacuba, que algo de “Jarabe de palo” y hasta “Hotel California” pasando por Nicho Hinojosa y su “a todo pulmón”. No es por darle promoción pero su servicio de bebidas preparadas es excelente, una affaire, un beso de ángel o la clásica margarita son preparadas de manera profesional y servidas como en el mejor lugar de Las Vegas, además en el intermedio un invisible DJ complementaba el ambiente con música de los 80’s, 90’s y algo de lo mas actual.
Me gusta la música electrónica, DJ Tiesto es mi favorito aunque digan que Armin Van Buren es el mejor y no dejo de admirar a los del recuerdo DJ traggic y DJ Dero. Sin embargo no me imagino a mi cargando con 76 kg y saltando por toda la pista.
Volviendo a la historia llegamos al 33 café y el ambiente estaba en su apogeo, sábado por la noche, el lugar lleno y lo mas importante que había varias personas de mi edad o que al menos la aparentaban, ocupar una mesa era casi imposible pero a los 15 minutos de estar ahí paso junto a mi, mi amigo casi mi hermano Pedrito Suárez, nos invito a su mesa donde un grupo como de 10 personas disfrutaban del ambiente.
Inmediatamente nos acoplamos al grupo y antes de media hora ya estábamos en la pista bailando algo de Ska, trataba de llevar el ritmo de mi acompañante pero como he dicho no soy un aficionado al ejercicio y este tipo de baile me cansaba mucho, Rosy cortésmente se disculpo para ir al baño y me dejo recuperar el aliento, cuando volvió el grupo ya estaba de nuevo en el escenario y comenzaron a entonar algo de “Sin Bandera”.
“Que lloro”. Recuerdo perfectamente la canción porque al estar bailando abrazados la oí sollozar y al mirar su cara dos grandes lagrimas rodaban por sus mejillas, no quise saber en ese momento lo que la afligía pero la abrace fuerte y deje que se desahogara sobre mi hombro. La música termino pero nos había transformado a partir de ese momento ella ya no era ella ni yo era yo, éramos dos seres que se encuentran en el infinito universo de las pasiones perdidas. Nos fuimos a un alejado lugar dentro del antro y nos besamos como si desde siempre nos hubiéramos deseado, quise verter en cada uno de mis besos toda la soledad que cargaba desde hacia dos años cuando mi matrimonio fracaso y ella a su vez me entrego toda la esperanza de su amor traicionado.
¿Es posible amar intensamente a una persona que aun no acabas de conocer?, no lo se, solo se que en ese momento los latidos de mi corazón repetían sin cesar los de ella.
Como dos autómatas nos dirigimos a la salida y en silencio seguimos disfrutando de nuestro amor, cada semáforo en rojo era perfecto para entregarnos a la pasión, no tuve que preguntar nada, su cuerpo y mi cuerpo se reclamaban, entramos al motel abrazados y besándonos y así llegamos a la cama que nos esperaba ansiosa de recibir caricias nuevas y el amor de dos seres que se necesitan. Besaba su labios y recogía de ellos el impregnado sabor a sal de sus lagrimas, con la mayor delicadeza la fui depositando en la cama, fui dejando que mis labios llenaran de besos su cuello y me impregne de el aroma de sus cabellos, su cuerpo bajo el mió sucumbía ante el placer, ella se dejaba hacer y temblaba ante cada caricia nueva que recorría su cuerpo, sin dejar de besarla fui subiendo su blusa y despojándola de ella, traía un brassiere de encaje de color negro, sus pechos hinchados de pasión exigían mi atención y mis labios se concentraron en darles la mejor ración de placer que pudieron, su cuerpo sudoroso y su respiración agitada contrastaban con la calma de mi ser que, al estar mas experimentado llevaba al mas sublime estado nuestra relación.
Con calma fui adentrando mi mano en su vagina, su tanga hacia perfecto juego con su brassiere, sus bellos pélvicos se disimulaban perfectamente con el negro de su ropa interior y me excitaban en sobremanera.
No tardo mi dedo medio en llegar a su rajita y recorrer el contorno de sus labios vaginales, la humedad que de su vagina emanaba y el ritmo acelerado de su respiración me decían que estaba lista para el siguiente paso y sin embargo quise seguir provocando en ella mas, y mas placer.
Puse mi mano completa abarcando su vagina y penetre al mismo tiempo con mi dedo medio sus labios vaginales, aplicando un poco de fuerza con mis piernas logre que ella separara al máximo sus extremidades inferiores y así mi mano obtuvo completa libertad de acción, sus labios y los míos se unían con frenesí encendiendo totalmente nuestra pasión, mis labios descendieron por su cuerpo y llegaron hasta la cueva de placer que me esperaba ansiosa, bastaron unos pocos movimientos de mi lengua por sobre su clítoris para que todo su cuerpo se estremeciera victima de un prolongado orgasmo.
Volví a subir hasta la altura de sus labios y los colme de besos a la vez que posicionaba mi cuerpo sobre el de ella, Rosy continuaba con sus ojos cerrados y se dejaba llevar, puse mi pene en la entrada de su vagina y con calma fui penetrándola pues temía fuera virgen, al comprobar la ausencia de himen embestí totalmente su vagina, Rosy era una amante pasiva, es decir no emitía muchos ruidos durante la entrega ni tampoco participaba activamente en el acto sexual pero se entregaba sin reservas, hacia poco tiempo que mi cuerpo había experimentado un orgasmo y ahora podía tardar un poco mas en llegar al siguiente, no así Rosy que en pocos minutos se convulsionaba entregándose a su siguiente orgasmo.
La visión de su rostro satisfecho y la sonrisa que ahora la embargaba me hicieron dejarme llevar también por la pasión y la embestí con mayor frenesí hasta lograr depositarle en su interior todo el jugo de mi interior a la vez que Rosy sintiendo en su si el palpitar de mi miembro y los embates de mi venida sucumbía a su tercer orgasmo de la noche.
Aun disfrutamos de una entrega mas y nuestros cuerpos siguieron embriagándose de placer hasta llegar la madrugada en que fui a dejarla a su casa y regrese a la mía a dormir profundamente, cansado y feliz.