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PARTE 1 - EL PRIMER CONCIERTO DE MI HIJA Y SU AMIGA ( CON fotos)

Buntaro Relato enviado por : Buntaro el 25/08/2014. Lecturas: 25417

etiquetas relato PARTE 1 - EL PRIMER CONCIERTO DE MI HIJA Y SU AMIGA ( CON fotos)   Confesiones .
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Resumen
El calor de su cuerpo pegadito al mío me paralizo en el acto… Como pude, volviendo en mí, me separe un poco, dándome cuenta que Soraya ni cuenta se daba de lo que sucedía, pero si vi que con los saltos y el constante alzar de brazos, el short se le había subido y ajustado aún más y dejaba ver un poco, apenas un par de pulgadas de sus suaves y blancas nalguitas redondas…
Santo Cielo, que vista!!! Todo ocurría en cámara lenta. Veía sus muslos subir y bajar y sus nalgas brincar con un ‘tembleque’ delicioso y, sin darme cuenta, tenía una erección tan dura, que eso me hizo reaccionar pues hasta me dolía el pene de lo fuerte que palpitaba…



Relato
Mi hija y su mejor amiga, aunque se llevan un añito de diferencia, son inseparables, y para fortuna nuestra como padres, muy inteligentes y sanas. Ninguna ha tenido novio, aunque candidatos auto-postulados no les ha faltado.

Debido a que al terminar este año escolar, ambas figuraron en el cuadro de honor de su escuela acá en Miami, decidí regalarles como premio (previo acuerdo con mi esposa y los padres de Soraya, la amiga de mi hija), llevarlas y acompañarlas a su primer concierto de una banda muy popular entre adolescentes y adultos jóvenes.

Mi hija se llama Alexis y tiene 16 años. Sorayita, como le llamo de cariño, tiene 15,(16 en un par de meses), y desde que nuestras familias se conocieron, hemos compaginado muy bien y nos tenemos muchísima confianza.
Siempre vi a Soraya con mucho cariño y a veces incluso lastima, pues su padre tiene que vivir muy lejos en otra ciudad, casi fuera del estado, debido a su trabajo en un ramo de la construcción, y solo le ven de 3 a 5 días cada 5 o 6 meses aproximadamente. Por esto mismo, es que muchas veces la tomábamos en cuenta en nuestros paseos familiares, visitas a la biblioteca, comidas en casa, etc. pues quisimos hacerles sentir a ella y a su mami, Flor, que no estaban solas.

Sorayita es una niña preciosa y muy tímida. De esas que en ocasiones se ruboriza con solo pedirle que te repita algo que no escuchaste bien debido a su voz tan suave, pero notaba que cuando salíamos solo ella y mi hija, o si mi hijo de 10 años nos acompañaba, se abría y conversaba, reía y jugaba más. Eso me agradaba mucho pues indicaba que se sentía bien con nosotros.

Es bajita, su carita apenas alcanza mi pecho. Blanca, de piel cremosa, boca chica pero de labios deliciosamente rosaditos y carnosos, aunque sin llegar a ser gruesos. Cabello lacio negro hasta un poco por debajo de los hombros. Pechitos (herencia de su mami) muy pequeños pero lindos. Sus caderas no serán nunca como las de una brasileira de carnaval, pero con unas piernas blancas hermosas y unos piecitos casi perfectos. Siempre le admire la atención que le pone al cuido de sus manitas suaves, blancas y delgadas, con sus uñas de pies y manos siempre arregladas, con puntas blancas ‘francesas’. Sus nalguitas son ‘normalitas’ pero muy lindas, redonditas, en su sitio.

Los días antes del concierto, las nenas no cabían en sí de la emoción y no hacían más que hablar del tema: que cuantas fotos y videos tomarían, que si el nuevo álbum, que la ropa que llevarían puesta la gran noche… Y tanto alboroto me contagiaba pues mi esposa y yo somos habidos frecuentes de este tipo de evento.

La gran noche llego y debido a que teníamos que conducir casi una hora y media al lugar del concierto, programado para las 19:30, decidí que nos iríamos temprano, y a las 16:30 ya estábamos afuera de la casa de Sorayita esperándole. Tardó unos 10 minutos en salir, por lo que ya me estaba impacientando. No quería lidiar con el tráfico de la tarde y luego llegar muy justos o, peor aún, tarde al evento.
La espera valió todo un mar de pena al verle salir por fin, apresurada… WOW!!!
La nena que siempre usaba shorts casi a la rodilla, que en la playa siempre usaba vaqueros recortados para meterse al agua; la niña recatada y tímida de siempre, nos sorprendió con un pantaloncillo negro de tela delgada súper corto, el cual le llegaba justamente hasta donde sus nalguitas terminaban y nacían sus muslos… Me dejo boquiabierto y mi hija se sorprendió también y rieron mucho cuando subió al auto.
Una blusita desmangada negra de tela “metálica” al frente, un chal naranja semi transparente encima, y un par de botas ‘biker’ completaban el conjunto.

Mi hija es otra belleza, con más curvas en todos lados pues se parece en eso mucho a mi esposa, quizá una pulgada más alta que Soraya si acaso. Iba también con shorts negros, blusa blanca, calcetas tipo ‘manga’ (Japonesas) y zapatillas Allstar negras. Pero de ella no hablaré.

Nos pidió disculpas por la demora y nos explicó que los pantalones que había planeado llevar se le mancharon al derramarse encima el barniz de uñas, y en la emergencia tomo los shorts que aunque nuevos, no había tenido oportunidad de estrenar desde hacía más de un año… dándose cuenta que como que en ese año había crecido ‘alguito’, pero ni modo, ya era tarde para cambiarse… BENDITO barniz de uñas! Y vaya que había crecido!

El show principal iba ser precedido de dos bandas más, las que abrirían y se encargarían de ‘calentar’ a la multitud.
Al solo llegar y encontrar estacionamiento, vimos que ya había una larga fila, pues las puertas aun no abrían para dar paso al público, pero yo había comprado los boletos en Internet con anticipación y eran numerados, así que estaba tranquilo. Pero les dije que se adelantaran mientras fingía buscarlos, solo para poder apreciar de nuevo esas hermosas piernas y la nueva figura descubierta en mi mente de Sorayita… Se veía MUY bien. A cada paso sus muslos blancos bellamente formados vibraban y por primera vez note ese bamboleo suave, ese temblor propio que hacen las nalgas femeninas cuando les da libertad un… acaso traía hilo dental?!
Me sacudí esos pensamientos rápidamente, medio aturdido, y me apresure a alcanzarles.
Yo llevaba unos pantalones de lino blanco muy delgados y un top negro al mejor estilo Miami (jajá!)

Me tomó un esfuerzo enorme no desviar mi mirada a sus piernas, a sus nalguitas, a toda ella, pues me dedique a caminar detrás de ellas en la mejor imitación de guardaespaldas que pude.
Vimos que un par de encargados del evento se le aproximaban a algunas personas, charlaban brevemente y algunos reían, otros saltaban, etc.
Para suerte nuestra, uno de los promotores y su acompañante se aproximaron a nosotros. El asunto era que nos ofrecían estar al frente del público, casi tocando la tarima, si tomábamos una encuesta corta. Lo “malo” era que ahí en esa sección era de estar de pie, pues no había asientos y debía ceder nuestros boletos, que no eran malos, a alguien más. Las chicas rápidamente gritaron y saltaron diciendo que sí, que aceptara. Así lo hicimos, y cuando el promotor imagino que hubo alcanzado el número de personas que buscaban, nos llamaron a una fila aparte y a las 19:00 ingresábamos antes que los demás al recinto. Las chicas no cabían de la emoción y nervios, se sentían muy contentas y yo junto con ellas. Les compre un par de camisas de su banda (tops desmangados) y un par de bebidas hidratantes para más tarde.

Resultó ser el lugar un poco más pequeño de lo que esperaba, por lo que con la concurrencia se fue llenando rápidamente. Quedamos literalmente tocando el escenario. Los tres parados lado a lado. Yo a la izquierda de mi hija, y Soraya a su derecha. Así al menos no tenía a la vista el cuerpo de mi confusión, sino solo su inocente y angelical carita linda al otro extremo. Pero esto duro poco tiempo, pues apenas iba a dar inicio el primer show, y ya con el lugar completamente abarrotado, un panzón con cara de rockero se paró justo detrás de Sorayita. Demasiado cerca. Al ver esto, no sé de donde me salió un coraje enorme, la sangre se me calentó y de inmediato me ubique detrás de Soraya, aunque sin tocarla, apartando con mi hombro al tipo. El tío no dijo nada, solo se apartó. Ni cuenta me di a la hora que desapareció de ahí.

Qué tortura! Tenía a Sorayita ahí frente a mí, a centímetros; podía oler su perfume, el olor de su cabello acondicionado, el aroma de su crema para la piel…


Y SE APAGAN LAS LUCES!
El público estalló en gritos y aplausos pues se venía el inicio del show. Eran las 19:31
La primera banda era pop-rock medio bohemio. A la gente le gustaba y mis niñas estaban en otro plano, fascinadas con el ambiente.
Con mis brazos rodeaba los hombros de las niñas a manera de protegerlas de empujones y marcando mi territorio, pero nada fuera de control.
No me preocupaba mucho mi hija pues detrás y junto a ella solo había más nenitas de su edad más o menos.

Para el segundo acto, una banda más conocida, del tipo pop-new wave, hizo que el público se animara más y la cosa se puso mejor aún. Mi hija y su amiguita no podían creerlo cuando el líder del grupo se dobló para estrecharles la mano. En fin, que la cosa iba de lujo hasta el momento.

Finalizado el segundo acto, durante el intermedio en lo que preparaban el escenario para el show principal de la noche, que iría comenzando al filo de las 23:00, con las luces de nuevo encendidas y algo del publico desalojando para ir por bebidas, a los sanitarios, etc. involuntariamente no me había retirado de las espaldas de Soraya, y mientras veía absorto las instalaciones, cuando Soraya y Alexis mi hija soltaron una carcajada de ver que seguía yo ahí parado en calidad de escudo, reaccione y mirando hacia abajo me encontré con los hermosos ojos negros de Sorayita. Me reí y le pedí disculpas mientras daba un paso atrás y aun costado, y rieron más al verme completamente sonrojado!
Me dijeron que me tomaba muy pero que muy en serio mi papel de ‘Guardaespaldas’ y de ‘Súper Papá’

Sorayita tocó tímidamente mi brazo con su manita derecha, cosa que nunca hacía, y me dijo que muchísimas gracias por el regalo, y lo repitió un par de veces, a lo que le dije que era todo un placer y que ambas se lo merecían… Aparte de que me permitía escaparme de Xenia, mi esposa, por unas horas, guiñándoles un ojo. Nuevamente reímos.

Aquel leve toque de su mano, me había hecho dar un brinco interno. No sabía por qué pero dentro de mi sentía cálido, un corazón acelerando su ritmo, y me parecía que todo el lugar olía a su perfume…


LUCES FUERA!
Y de nuevo los gritos y aplausos y emoción cuando estaba por reanudarse el show y dar paso el evento de la noche.
Me prepare mentalmente y me asegure de que ellas estaban listas. Me coloque de nuevo tras Soraya y le puse mi mano izquierda a mi hija sobre su hombro.

Comenzó el espectáculo y estalló la locura! Como era natural, la multitud quiso acercarse más y obviamente nos apretujaron un poco contra la valla que rodeaba la tarima. Instintivamente pase mi brazo derecho alrededor de Soraya y me tome de la valla, semi-abrazándola pero sin tocarle de mi vientre hacia abajo. Ella volteo su carita hacia mí y me sonrió agradecida.
Conforme avanzaba el concierto, ambas, tanto mi hija como Soraya, entraron como en un trance y cantaban, aplaudían, saltaban, y alzaban los brazos completamente inmersas en la música. Yo también inicialmente, pero de pronto, al son de uno de los temas más famosos de la banda, la gente empujó más y ahí si ya no pude evitar pegarme por unos instantes por completo al cuerpecito de mis temores. En fracción de segundos, el mundo callo en silencio dentro de mi cerebro. El calor de su cuerpo pegadito al mío me paralizo en el acto… Como pude, volviendo en mí, me separe un poco, dándome cuenta que Soraya ni cuenta se daba de lo que sucedía, pero si vi que con los saltos y el constante alzar de brazos, el short se le había subido y ajustado aún más y dejaba ver un poco, apenas un par de pulgadas de sus suaves y blancas nalguitas redondas…
Santo Cielo, que vista!!! Todo ocurría en cámara lenta. Veía sus muslos subir y bajar y sus nalgas brincar con un ‘tembleque’ delicioso y, sin darme cuenta, tenía una erección tan dura, que eso me hizo reaccionar pues hasta me dolía el pene de lo fuerte que palpitaba…

La gente me empujaba y yo hacía lo posible por no arrimarme, por no pegarme al cuerpo de Soraya, no quería que sintiera mi bulto y además, qué estaba pensando?! No era correcto, imposible…

Entre canciones movidas, de pronto toco el turno de una balada, y comenzó el clásico subir de los brazos del público y moverlos ondulantes de lado a lado. Ya mi erección se había bajado un poco, tenía el pene solamente semi-erecto, pero precisamente en ese instante Sorayita movió un poco hacia atrás y de vez en cuando me rozaba el bulto con la parte alta de sus nalgas… Levemente, suavemente. Pero eso basto para ponérmela dura de nuevo, tan dura que dolían sus palpitaciones.

Lo intenté. Trate de evitarlo. Cantaba. Tomaba fotos. Hice lo que pude por pensar en otra cosa, pero por más que lo intentaba, no conseguía que se me bajara la erección. No conseguía dejar de verle las piernas, las nalgas, de sentir su calor, su aroma…
No pude más y metiendo mi mano al bolsillo derecho, me hice a un lado mi ropa interior liberando mis 7 pulgadas de su prisión de tela. La fuerza con la que resorteo mi pene hacia el frente me sorprendió, y sentí un alivio enorme. Ahora la tarea era, como hacer para no topármele y que Sorayita no me sintiera el pene en sus nalgas?
La solución vino con la próxima canción, que era muy movida. La gente de nuevo empujó y esta vez sí pasé mis brazos alrededor de Soraya, apoyando ambas manos sobre la valla.

Pero por el mismo ritmo con el que bailaban, de nuevo me rozaba la punta de mi tranca de vez en cuando… Y ya no pude más. Me venció la fiebre y pensé que haría que valiera la pena el esfuerzo.
Como pude, me la volví a meter en el calzoncillo, tome una de las botellas de bebida que habíamos comprado, y para disimular le ofrecí a mi hija, pero la rechazo diciéndome que aún tenía la suya. Luego le ofrecí a Soraya y agradecida bebió un sorbo rápido y siguió cantando. Le dije que si quería más, que acá la tendría, tocándome el bolsillo derecho. Dijo gracias y se giró a seguir cantando.

Al minuto, tantee la situación y la comencé a tocar con la botella. Primero su cadera. Bajó su mano y al sentir la botella la subió de nuevo. Luego la nalga derecha… Una, dos veces. Nada, no se daba por enterada siquiera…

Ahora si ya un poco más descaradamente, me volví a sacar la pija del calzoncillo pero dejándola dentro del pantalón, y me decidí a probar…

De nuevo el silencio… segundos vueltos minutos… Sentía el corazón en la garganta… La cámara lenta mientras tomaba valor… Proyecte mi cadera hacia adelante… Lo hago? No lo hago?! Y si se da cuenta??! Le mire de nuevo los cachetitos ricos que se le salían del short y las piernas blancas tan hermosas… Separe mis piernas para agacharme un poco… Apunté y… no tuve que hacer nada! Ella solita dio un paso hacia atrás luego de un mal salto y prácticamente se sentó en mi pija; FUE EL PA-RA-I-SO!!!

Mi verga se metió entre sus nalgas y muslos justamente en el triángulo que forma la entrepierna y por unos instantes pude sentir ese calorcito apretadito a través de las delgadas telas de mi pantalón y su pantaloncillo corto…

Rápidamente se incorporó y solo me miro para decirme «Perdone Ernesto, me caí…»
La miré sonriente y le dije «No te preocupes. Disfruta.» Sonrió y siguió viendo el show…

A partir de ese momento, le restregué mi verga cuanto quise en sus muslos, las caderas, las nalgas, incluso llegué a tomarle de la cintura mientras se la metía entre las nalgas en un momento que el público se alocó cuando el cantante se lanzó a que la gente lo cargara y alzara en brazos… Estuve a fracciones de segundo de eyacularle, de venirme entre sus nalguitas duritas en ese arrimón, pero me logre contener, atinando solo a decirle «Ten cuidado, no te vayan a golpear!» —a manera de disimular.

El concierto llego a su fin para mi desgracia y alivio. Aunque el dolor de testículos que tenía era muy fuerte, me sentía extasiado!

Eran las 00:35 AM cuando salimos del estacionamiento, y previo aviso a mi esposa y a Flor, la madre de Soraya, me las lleve a comer pizza y tomar algo a un centro de juegos para relajarnos y bajarle a los decibeles del… concierto.
No pude más y ahí mismo me excuse y la masturbada con su respectiva acabada que me di en el baño fue furiosa, rápida, y deliciosa! Carajo, si hacía mucho que no me corría en tal cantidad!

Más relajado, pero aun con una semi-erecta verga entre las piernas, pude ya disfrutar de la pizza y la compañía de mis nenas tranquilamente.
Pero nada me preparo para lo que seguiría dos semanas después, hace apenas 2 días…


…Continuará.


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:36) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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