Pasó lo que tenía que pasar… ( CON fotos)

Cuando finalmente se marcharon todos los invitados, y mi hijo fue a llevar a su novia a la casa de ella, yo por aquello de no desentonar, seguí tomandome una que otra copita de quien sabe qué. Ya hasta me había dado una buena ducha, y únicamente me puse mi pequeña bata de dormir. Y tal como me encontraba me tiré en mi cama.

Pero quien sabe a que hora me desperté, y aun algo mareada por lo mucho que había bebido, decidí pasar por la cocina a prepararme algo de café. Cuando de momento siento que alguien me observaba, era mi hijo, que se encontraba en interiores parado en la puerta de la cocina, viéndome.

Yo me sentí algo rara al verlo de pie frente a mi, y la verdad es que llevaba años que no lo veía en esas fachas. Que quizás por haberme divorciado de su padre, también hace muchos años. En lo primero que fije la vista fue en el gran bulto que tenía entre las piernas.

Verán desde que me divorcié, si ocasionalmente había tenido uno que otro compañero. Pero debido a mi negocio, en el que me he centrado tanto, los últimos años. No he vuelto acostarme con ninguna otra persona. Les digo esto, para que se pongan en mi lugar. Porque cuando vi a mi hijo de pie frente a mi, que estaba prácticamente desnuda, observándome como él lo estaba haciendo. Sentí un rico, y raro calor por todo mi cuerpo. Él se me fue acercando sin decirme nada, me tomó entre sus brazos, y sin más ni más. No se como comenzamos a besarnos.

Yo estaba a punto de pedirle que se detuviera, cuando de manera rápida se agachó frente a mi, y abriendo de par en par mi bata, se dedicó a besar, lamer y chupar todo mi coño. Luego volvió a besarme, y sentí el sabor de mi coño entre sus labios. Cosa que hizo que me sintiera mucho más excitada, al punto que fui yo la que luego se agachó frente a él para dedicarme a mamar su parado y viril miembro.

Se lo chupé como nunca antes habpia mamado otra verga, al tiempo que en mi mente me decía a mi misma. Pero María que es tu hijo, y yo misma me respondía, si y está tan rico. Por lo que cuando me medio insinuó que deseaba penetrarme, de inmediato me incorpore, ofreciéndole mi cuerpo. Fue cuando comencé a sentir que colocándose él tras de mi, su verga se fue deslizando divinamente dentro de mi caliente y depilado coño.

En la misma cocina seguimos teniendo sexo, mi hijo y yo. Ya fuera colocándome sobre el tope, o de pie. Hacía tantos años que no me sentía tan satisfecha. Con decirles que hasta perdí la cuenta de el numero de orgasmos que me provocó.

Ya acostados en mi cama, volvimos a tener otro cálido encuentro. A la mañana siguiente, cuando el despertarme lo vi a mi lado, sencillamente me dije a mi misma, pasó lo que tenía que pasar. Sin falsos remordimientos, ni arrepentimientos.

Yo sigo viviendo mi vida, aunque ocasionalmente, cuando su novia no lo atiende como es debido, yo disfruto de la intima compañía de mi hijo…