Pascuala

Visita a mi abuela una amiga de viejos tiempo compañera de curso de mamá, viene acompañada de sus dos hijas, doña Pascuala una mujer de 33 años, un cuerpo fino sin ser flaca, con un buen par de senos que se notan firmes y sus pezones bien erguidos, como que se le notaban en su blusa al no usar fijadores por el calor, le cuenta a la abuela que viene por estar en zonas que a ella le traen recuerdos y desea olvidar la amarga experiencia de haber tenido una seria disputa con su marido que casi acaba su matrimonio por que él estaba entusiasmado con una joven secretaria de la empresa y no cumplía en su casa, el era un hombre maduro por que se caso pasado los 30 años con ella y esto hace diez años, las dos chicas una de 10 y otra de 7 años, eran bien apegada al padre y por eso lo perdono..., ella decía que este hecho había matado su simpatía por este macho.
Conversaba con la abuela durante la anochecida contando sus desuniones en su vida matrimonial con respecto al marido desde hacia más de tres meses... mi abuela le dice tanto tiempo y no hechas de menos al macho..., si dice ella, pero está castigado... ya veré si lo perdono a la vuelta. Ahora quiero pasear por los senderos antiguos de cuando éramos jóvenes y transitábamos con tu hija. Ahora son peligrosos le dice llévate a Leo para que acompañe, crees que sabrá defenderme abuela, si, es muy musculoso y macizo, aquí le temen por que una vez agarro un paseante que quiso abusar de una chica de cómo nueve años y Leo que estaba cerca salto en defensa y castigo duramente al individuo.
Salimos con ella y las niñas, la abuela se queda en la iglesia y nosotros seguimos, caminamos largamente y las niñas correteaban y ella me conversaba de los tiempos en que ella y mi madre hacían barbaridades por esos lados, yo le dije mamá aun sigue haciendo desatinos. Si, pero mas la conozco como mujer que como madre le digo, no te dio el cariño de niño..., no dije, pero si me dio el cariño de mujer.
Pascuala nada dice por que las niñas cansadas piden volver, al llegar a casa la abuela seguía ausente y ella acuesta a las niñas y como llego la abuela me dice, tenemos una conversa a medias vamos a la huerta a rematarla... salimos y me dice en la huerta lejos de casa..., dime que me quisiste decir que la conocías a tu mamá, mas como mujer... vamos a la poza y te cuento digo... llegamos a la poza y nos metemos en la destartalada cabaña que ahí había, donde nadie nos veía..., bien me dice cuenta... bueno digo mi madre y yo fuimos amantes en este sitio... no me dice no puede ser... la tomo entre mis brazos saco su blusa , no me dice no... Soy casada y madre..., igual te deseo digo... pronto la blusa vuela hasta el suelo y por detrás sobaba sacaba sus senos, sin blusa, sin sostenes sus senos se liberan y los pezones crecen y endurecen, los acaricio y como puedo los besos y ella apoyada en mis hombros gimiendo mientras respira alterada, su cuerpo se está excitando mientras la desnudo, pronto estamos ambos desnudos sobre la frazada que hay en esta cabaña...saco los calzones de Pascuala y estos están mojadísimo ella se recuesta y me toma subiéndome sobre su cuerpo, mi pene queda a la altura de su entrepiernas y ella lo toma lo manosea endureciéndolo aun mas, llevándolo a la entrada de su vagina, esta está mojada y mi pene comienza a resbalarse por ella, no me dice, no debes aparearte conmigo, no ..., solo rózalo por mi vagina ..., espera y mueve su trasero lo que permite que mi pene se resbale por su vagina ingresando hasta el fondo de su matriz, no dice… no, me embarazaras..., ¡ah! entro toda ¡oh! me lo metiste todo...soy tuya me estas copulando, ah…, ah…, despacio, así suave, más de tres meses que nadie entra en ella..., ahora mételo con fuerza…, así suave esto enloquece a las mujeres sigue…, ah, ah, ah, soy tuya…, y comienza un zarandeo de caderas que maltrata a mi pobre pene en su vagina, gemía, lloraba diciéndome soy tuya, pero ahora soy tu mujer…como tu madre, sigue, me abrazaba y rasguñaba mi espalda al tiempo que aumentaba su meneo de caderas y sus gritos de pasión y entrega, entre los suspiros y gemidos de ella, la cabaña se estaba llenando de sonidos, pronto ella me dice mis orgasmos …, espera mis orgasmos, y abre sus piernas cruzándolas por mi trasero, abrazándome fuertemente siento como mi pene es inundado en su matriz con sus fluidos apasionados de sus entrega gozosa de un apareamiento bien realizado y culminado con pasión y gozo entre sus gritos y mis quejidos al entregarle mis ríos de leche que mi pene comenzaba a vaciar en su vagina, cae agotada y estresada en la frazada en el suelo y yo la lleno de besos y caricias, meneándome desesperadamente sobre ella hasta calmar mis pasiones... me mira..., cierra sus ojos.... me dice... ¡Me embarazaste! estoy en mis días de preñez y no te protegiste, te vaciaste en mi tus leches proveniente de tus cogones.
Volvamos a casa si no quizás hasta que hora estaremos apareándonos, aún te necesito por mas tiempo.
Esa noche antes del amanecer, ella se traslada a mi cama... se acomoda a mi lado desnuda... me saco mis calzoncillos que era con único que dormía por el calor. La penetro....
Pascuala desea a este macho y al tenerlo adentro que no acabe nunca que siga penetrándola, que exquisitez es tenerlo acoplado a ella se me terminan todo cansancio y rabia... deseo sentirlo mas adentro aunque me duela ¡ah, que placer! Dame mi vida sigue..., si, sigue... ah...ah, oh....tuya. Ahora acaba he estado durante una hora acariciándote o tu refregándome mi vagina. Entrégame tus líquidos seminales... la lleno de estos fluidos, ella después me dice me voy va amanecer y nos pueden pillar... trata de irse..., Dios, si no puedo moverme de adolorida. Así que acaríciame suavemente, saco sus manos y las metió entre mis muslos…, tiritaba y me sacudía, como puede se retira...
Vamos durante la mañana a la poza y sus hijas se bañan felices mientras yo metía mi cabeza entre las piernas de esta angustiada mujer, se siente la mujer mas deseada del mundo, la mujer mas feliz del mundo, sentía esa lengua entrando en su vagina al encuentro de su clítoris que se fortaleció y se vivificó, estaba siendo explorada salvajemente por un macho y lo peor me gustaba como lo hacía y quería más…, gemía, gruñía, suspiraba alterada en sus hormonas agarraba mi cabeza y la apresa contra su vulva mientras me bamboleaba enloquecida de pasión por ser apareada…, pero estaban sus hijas, en eso estas dicen que se van a vestir en la casa y vuelven..., esto permite que este macho se acomodándose sobre su cuerpo. Ahí descubro que estaba desnuda con sus extremidades para abajo…, mi pene se acomodo entre sus piernas abiertas… metía mis manos entre sus senos, me sentía en el línea alta de los placeres, y me adueño de sus senos lamiéndolos y mordiéndomelos, me ruego sin dejar marcas…, son tuyo me dice al tiempo que me entrega sus orgasmos.
Teníamos tiempo para aparejarnos. La mujer feliz conmigo sobre sus caderas, sin calzones, ensartada recibía las atenciones del joven macho quien en esos momentos se preparaba a ensartarle su feroz y descomunal miembro en su vagina, desesperada ante ese descomunal miembro que entra en su cuerpo abriéndome me abrazaba al macho gimiendo y pidiéndole si, rómpeme mi sexo como me lo rompiste el otro día, y abría lo que mas podía sus piernas pare devorarse ese pene en su vagina, con grandes suspiros de pasión y entrega como una colegiala me entregaba a mi, sentía mi pene que le llegaba hasta su garganta en cada arremetida era de este muchacho su hembra caliente. No se el rato que estuvimos acariciándonos, besándonos y copulando solo que casi dos horas nos levantamos tomamos un café y fuimos hasta la cama donde nos acostamos y reanudamos nuestras caricias, abrazos, besos y nuevamente fue ensartada por mi miembro mientras gritaba y gemía llena de pasión en mi entrega. Esa noche durmió acompañada en su cama, mejor dicho pernoctamos en mi dormitorio por que dormir nada pasamos nuestro mayor tiempo acariciándonos y apareándonos, su pobre vagina le dolía después de tanto placer y de recibir ríos de espermas y leche en su matriz. Esa noche creo que fue apuntalada por mi no menos de cinco veces.
Ese inicio de semana vuelve a su casa donde se entrega a su marido por ella sabía que
nueve meses después daría a luz un nuevo retoño, al nacer esta el marido dice es mi hija y ella ríe sabe quien fue el que la fecundo, ese fue el hijo de su amiga allá en el campo de la abuela..Como soñaba con Leo, iría nuevamente cualquier día a ser penetrada y embarazada por este.