Hace pocos días mi novia y yo fuimos de paseo al parque de Toro Negro, en un tiempo tuvo una piscina, pero ya no funciona, pero aún quedan las veredas, el riachuelo, y casetas para hacer picnic. Bueno Diana y yo nos pusimos nuestros trajes de baños, y en la primera posa que vimos nos metimos, más bien es como un Yacusi pero de agua fría, fue cuando ella comenzó con los juegos, a tocar mi miembro con sus pies, y debido a que casi no había visitantes, yo hice lo mismo al coño de ella, pero sin quitarnos los trajes de baño.
Relato
De jugar con nuestros pies dentro de la posa nos pusimos a besarnos, cuando apareció un ejército de chicas, lo que de alguna manera nos cortó a mi novia y a mí. Fue cuando le propuse que siguiéramos la vereda hasta la Torre, a lo que Diana encantada aceptó. Ya íbamos a medio camino, justo después de que pasamos el área de las casuchas para picnic, que se desató tremenda tormenta, pero como ambos ya nos encontrábamos empapados, seguimos caminando. Las chicas se quedaron en unas de las casetas, y más adelante dos parejas mayores, preparaban una parrillada, a pesar de la lluvia.
Los dos tipos ya bastantes mayores se nos quedaron viendo con cara de envidia, mientras que sus respectivas mujeres, parecían un par de chiquillas chapoteando bajo la lluvia. Así que a pesar de la tormentosa lluvia, Diana y yo continuamos caminando por la vereda que conduce a la Torre, después de un buen rato que únicamente sentíamos la fría lluvia caer sobre nuestros calientes cuerpos, le propuse a Diana que nos adentrásemos en el bosque, retirándonos de la vereda principal. Por otro buen rato caminamos, hasta que llegamos a un claro, donde aun con la lluvia arreciendo nos detuvimos, a observar los rayos que a lo lejos caían.
Los dos nos tiramos sobre la mojada tierra y continuamos besándonos bajo la lluvia, la cual arreció mucho más, hasta que le propuse a Diana que se quitase el traje de baño, ella algo cortada me dijo yo lo hago si primero lo haces tú. Así que nada más bastó que ella me dijera eso, para que yo me quedase del todo desnudo bajo la fuerte lluvia. Quizás Diana pensó que yo no me desnudaría por completo, pero al verme completamente desnudo, ella cumplió con su parte del trato quedando tan desnuda como yo lo estaba.
Así que continuamos besándonos, mientras el torrencial aguacero continuaba cayendo sobre nuestros cuerpos desnudos. Yo en cierto momento separé las piernas de mi novia, y dirigiendo mi rostro a su coño me quedé observando por unos instantes como el agua de la lluvia lo bañaba completamente. Después de lo cual, me dediqué a mamárselo sin miramiento alguno.
Gracias al torrencial aguacero, y a los truenos los gritos de placer que Diana daba no creo que se hayan podido escuchar. Tanto su cuerpo como el mío estaban completamente cubiertos del fango que se formó raídamente por la lluvia, así que a medida que yo seguía mamando todo su coño, mi novia colocó sus manos sobre mi cabeza, y con mayor fuerza aun me restregaba la cara contra toda su vulva, mientras que yo con mis dientes, labios y lengua, mordisqueaba, y además chupaba su inflamado clítoris.
Diana no dejaba de pedirme que continuase, mientras que yo sin detenerme seguía ya fuera pasando mi lengua por entre su vulva, o introduciendo prácticamente toda mi mano dentro de su coño. Hasta que ya mi amada no pudo contenerse más y soltó un fuerte chorro que se confundió con el agua de la lluvia, al tiempo que su agitada respiración me indicó que había disfrutado de un soberano orgasmo.
Después de eso, dejamos que la fuerte lluvia prácticamente lavase nuestros cuerpos, para casi de inmediato seguir besándonos ardientemente, nuestra excitación era tal que no sentíamos el frío, y tampoco prácticamente la fuerte lluvia que caía sobre nosotros.
Por un buen rato nada más nos besamos de manera bien ardiente, pero poco a poco y nuevamente comencé acariciar todo el mojado coño de mi novia, y apenas habían pasado unos cuantos minutos cuando casi me rogó que se lo metiera. Diana se volvió a recostar sobre el fango, separó sus piernas mientras que yo cubría todo su cuerpo, al tiempo que mi verga comenzó a penetrarla.
Nuevamente sus gritos de placer no se hicieron esperar, quizás porque tenía toda la confianza de que no era escuchada por nadie, gracias a la fuerte lluvia y los truenos. Las cosas que Diana me fue diciendo a medida que mi verga se deslizaba divinamente dentro de su caliente y húmedo coño, me excitaban aun más todavía. En ciertas ocasiones le había pedido que me dejase penetrarla por su hermoso y bien parado culito, pero ella se negaba de manera consuetudinaria, por lo que me sorprendió que en cierto momento cuando más adentro yo se lo tenía metido, que me preguntase si me gustaría darle por el culito. Pero con la condición de que fuera más tarde.
Así entre una cosa y otra y cambiando de posición, nuevamente ambos quedamos completamente embarrados, pero increíblemente satisfechos, al momento en que alcanzamos el clímax Diana puso sus ojos en blanco echando toda su cabeza hacia atrás, y dando un fuerte gemido grito de placer que de seguro le salió de lo más profundo de su ser. Al tiempo que yo descargaba completamente todo mi semen dentro de ella, hasta que los dos nos quedamos quietos, casi dormidos bajo la fuerte lluvia.
Aun continuaba lloviendo con fuerza cuando nos levantamos, nuevamente la lluvia nos fue quitando todo el fango pegado a nuestros cuerpos, yo la ayudaba a ella a limpiarse y ella a mí. Así que en lugar de volver a ponernos nuestros trajes de baños, nos quedamos desnudos bajo la lluvia. Por un rato caminamos así por el bosque, sin importarnos nada, tomados de la mano. Hasta que encontramos un pequeño riachuelo de invierno, simplemente el agua de la lluvia se empozaba, y al rebasar la parte superior se seguía escurriendo ladera abajo. Ahí nos metimos como si fuera una pequeña piscina, por unos instantes nos continuamos besando, yo acariciaba sus parados senos y erectos pezones, cuando de momento mi novia, retiró sus labios de los míos, y comenzó a deslizarlos primero sobre mis pechos, luego sobre mi vientre hasta que finalmente sin mucho protocolo, se dedicó a mamar mi mustia verga.
En cosa de segundos, y a pesar del frío, y de la lluvia mi verga se tonificó, y a medida que Diana prácticamente se tragaba toda mi verga, se me fue poniendo extremadamente dura dentro de su boca, cuando nuevamente sin aviso alguno, dejó de mamar y rápidamente colocó sus nalgas sobre mi verga. Se veían tan provocativas que tomándolas entre mis manos, las levanté ligeramente y coloqué mis labios sobre su colorado esfínter, y con mi lengua al tiempo que con mis manos separaba sus nalgas, fui penetrándola, Diana no dejaba de moverse ligeramente, y a los pocos minutos, ella misma me las volvió a colocar sobre mi verga. Así lenta pero sabrosamente comencé a penetrarla por su apretado culito.
Alguno que otro ligero gemido de dolor, pude escucharle, pero una vez que toda mi verga la tenía dentro de su cuerpo, Diana lanzo un profundo grito, que era una mezcla entre dolor y placer, y de inmediato comenzó a mover sus nalgas como nunca antes pensé que pudiera hacerlo. Yo la apretaba contra mi cuerpo, y con mi boca mordisqueaba y chupaba todo su cuello y sus orejas, mientras que ella no dejaba de moverse, así que para que ella disfrutase un poco más con mis dedos me las arregle para comenzar a hurgar su coño, y sus gritos de placer aumentaron al igual que aumento la fuerza de la lluvia que nos bañaba intensamente. Era como si la naturaleza y nosotros fuéramos una misma cosa, Diana continuo moviéndose y yo penetrándola hasta que en un estallido de inmenso placer me vine por completo.
Después de un buen rato nos levantamos de la charca, y continuamos caminando desnudos, y ella me comentó que estando en ese bosque bajo la lluvia se sentía como si ella fuera Eva y yo Adán. Yo simplemente la volví a besar, hasta que finalmente recogimos nuestros trajes de baño, y un poco más adelante nos los volvimos a poner, seguimos caminando bajo la fuerte lluvia, pasamos por donde se encontraban ese par de viejos con sus esposas, ellos nos vieron con una socarrona sonrisa, las chicas ya no se encontraban.
Después de esa experiencia en el bosque de Toro Negro, cuando una vez ya casados, estando en el apartamento que pensábamos comprar, Diana me comentó que difícilmente viviendo ahí volveríamos a sentir lo que sentimos en Toro Negro. Eso bastó para que en lugar de un apartamento en una céntrica zona metropolitana, comprásemos una retirada finca sin vecinos, donde hoy en día, a cada rato revivimos el placer que sentimos en Toro Negro.
Hola soy Silvana, tengo 22 años y esta es una historia real.
Todo empezó el día en que mis padres decidieron hacer algunas reparaciones en la casa.
Para esto se contrató a un maestro albañil de unos 50 años y cuatro ayudantes, uno de ellos carpintero, hijo del maestro albañil, de 17 años.
Esto de los arreglos de la casa me ayudo pues mis padres decidieron irse de viaje con mi hermana y mi hermano por lo que yo aproveché para decirles que me quedaría en Buenos Aires por razones de estudio, y así los mantendría al tanto de los trabajos en casa.
Relato erótico enviado por thevintage el 14 de February de 2011 a las 22:49:24 - Relato porno leído 90952 veces
A continuación aprovechando la admisión de estas historias en esta web, yo les relatare este caliente relato, la cual trata de una aventura con un profesor de mi hijo. ¡Espero les guste!
Relato erótico enviado por putita golosa el 16 de March de 2011 a las 00:31:26 - Relato porno leído 55646 veces
Una noche del verano pasado mi hermana de 15 hermosos años trajo a dormir a dos amigas suyas , Julia y Sandra ambas tambien de 15 años yo las conocia del colegio pero nunca pense que estuvieran tan buenas y fueran tan guarras
Relato erótico enviado por Anonymous el 21 de August de 2006 a las 17:36:42 - Relato porno leído 37798 veces
Si te ha gustado Paseando por Toro Negro… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Paseando por Toro Negro….
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:07) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Paseando por Toro Negro….
Vota el relato el relato "Paseando por Toro Negro…" o agrégalo a tus favoritos