Perdí mi virginidad en el rio con un campesino

Hola estimados lectores, me llamo Maribel, soy actualmente una señora de 52 años de edad pero lo que les voy a contar es acerca de cómo me estrenaron mi virginidad cuando era una quinceañera aun, espero sus opiniones y votos. En la actualidad soy como ya dije una señora madura de 52 años, estoy casada y rengo un hijo, vivimos cómodamente gracias a que mi esposo es un exitoso contador que trabaja para el gobierno. En esas épocas haya por los años de 1972 tenía apenas mis quince años recién cumplidos, era una chica de piel morena, pelo negro, ojos color negro, labios bien formaditos y pestañas un poco remangadas naturalmente. Mi cuerpo era esbelto, era de estatura media, a esa edad aun no tenía senos notables, mis piernas eran delgadas pero sensuales y claro poseía una vaginita totalmente nueva por ser doncella aun. Me apena decir que me eduque en una familia de escasos recursos pues mi padre era únicamente un simple campesino del pueblo y mi madre era costurera y ama de casa a la vez, mi casa no era tan fea pues con ayuda de un programa del gobierno de mi país mi familia pudo tener un hogar respetable por lo menos, pero si yo nunca anduve muy bien vestida y únicamente me mudaba de ropa dos veces por semana, mi ropa únicamente consistía en un vestido floreado de falda larga y un suéter tejido a mano por mi madre. Con este vestimento andaba del diario, pero eso si me bañaba casi diario aunque no serbia de mucho pues como teníamos animales de granja me ensuciaba con el estiércol de los pollos y vacas, también les comento que vivíamos en una pequeña población del estado de Tlaxcala llamado Ixcotla que está ubicada en el sur de México.

Pedro así se llamo el chico que me quito mi virginidad, el era un chico de dieciocho años de edad, moreno igual, ojos medio cafés, pelo negro y corto, cejas pobladas y rostro muy varonil. Era un poquito gordito pero no obeso pues gracias al trabajo del campo gozaba de buenos músculos a su edad, era de estatura alta y muslos bien torneados. Al igual que yo era de familia humilde pues sus padres también eran campesinos ayudantes de mi padre, aunque gracias a que su abuelo había conseguido un puesto regular dentro del gobierno del pueblo tenía un poco más dinero su familia que la mía y por ello se vestía más mejor, pero al igual que yo no le servía de nada por los oficios del campo que lo ensuciaban mucho, él también vivía en mi mismo pueblo e incluso de vez en cuando venía a comer a mi casa después del trabajo y ahí fue donde lo conocí. Debo agregar que a pesar de mis quince años en aquel tiempo no era como ahora que hasta un niño de diez años ya sabe de sexo, no en mi caso fue todo lo contrario pues a mi edad aun ni sabía de besos ni mucho menos de sexo, era una chica ingenua, pues mis padres era los típicos que decían que los bebes los traía la cigüeña jaja. A mí cada vez que iba a orinar y veía mi rajita vaginal virgen ni sabía que en ese agujerito que tenemos las mujeres podía caber un pene de hombre y que causaba tanto placer que ni tenía idea, no a esa edad siempre pensé que esa cavidad únicamente servía para orinar y dar salida a la sangre menstrual pues e esa edad ya reglaba aunque no usaba toallas femeninas como ahora. Recuerdo que en esa época solíamos usar las mujeres de mi clase únicamente pedazos de tela que ya no servían y con eso nos cubríamos la regla. Pero para no hacerle más larga mejor iniciare con la historia.

En esa época las mujeres también solíamos ir a lavar la ropa en un rio que estaba en el pueblo pues en esos años el agua de los ríos estaba pura, no como ahora que ya está muy contaminado todo. A Pedro le guste desde el principio aunque no me arreglaba bien pues era una niña más u menos bonita, muy bien recuerdo como se me declaro para que fuera yo su novia aunque para mí el noviazgo era únicamente abrazarse, más obviamente él si ya sabía todo del sexo más que yo. Fue una tarde en el que un amigo de mi padre celebro el bautismo de su hijo, así que mis padres fueron al igual que yo y Pedro con su familia, como era una fiesta mi madre se encargo de arreglarme más bonita que de siempre, recuerdo que mi madre me puso un vestido elegante color rosa, era un vestido con falda esponjada y almohadillas en los hombros, también me puso por primera vez en mi vida unas zapatillas y me peino muy bonito, todo esto hizo que mi belleza de mujer por fin saliera a florecer aunque lástima que sólo fue por una noche. Pedro también fue elegante, se vistió con un traje café muy bonito, zapatos de todo un caballero y también su peinado, debo decir que era la primera vez que lo veía con traje al igual que fue la primera vez que me vio vestida con un vestido elegante como de toda una dama. En fin la fiesta fue muy mexicana con charros, antojitos y todo lo típico de México pues esa familia donde fuimos si eran de clase alta, hasta que casi a mitad de la fiesta aprovechando que me retire al balcón de la casa para tomar aire fresco. Pedro llego con una rosa roja en su mano y aprovecho la amistad de un amigo de clase alta que sabia tocar guitarra para dedicarme una canción romántica, ahí fue donde me declaro su amor y la invitación de ser su novia entre poemas y mariachi, como todo esto me emociono mucho no dude en decirle que si a su propuesta de noviazgo aunque ni sabía de eso, mi primera impresión fue cuando sólo iba a abrazarlo y él me dio mi primer beso en los labios, no lo podía creer pero me gusto mucho sentir por primera vez como un hombre rozaba sus labios con los míos.

Después vino mi segunda sorpresa cuando me invito a bailar pues mientras bailábamos puso su mano en mis nalgas aprontándolas un poco, más en mi ingenuidad ni supe que estaba haciendo, así transcurrió toda la fiesta sin más novedades entre yo y el excepto sus tiernas palabras de amor que me decía al oído, respecto a mis padres estaba muy entretenidos bebiendo con todos los invitados de aquel banquete que hasta se olvidaron de mí pues aunque me vieron andar toda la fiesta con Pedro ni se imaginaron las travesuras que ya andábamos haciendo. Su tercera y más atrevida oportunidad de tocarme fue cuando casi ya nos íbamos a retirar, eran como eso de las 2:00 de la madrugada y la fiesta aun seguía buena, Pedro me dijo que tenía una sorpresa para mí pues ya era su novia, así que me llevo sin que nadie nos viera a un lugar alejado de la fiesta, parecía como una bodega o algo así, de una vez ahí fue directo al grano que me impresiono de nuevo más como no sabía sus intenciones me deje hacer, en mi ingenuidad de niña inexperta pensé que era como un juego. Me subió mi vestido y metió su cabeza entre mis piernas separándolas un poco, como la falda de mi vestido era muy esponjada su cabeza quedo bajo ella, ahí sentí como me manoseaba mis piernas a su antojo, mis nalgas e incluso mi zona vaginal sobre la tela de mi calzón, después clarito note como removió mi calzón de color blanco e inicio a comerme el coño, no sabía que me estaba haciendo pero era la primera vez que sentía placer sexual pues al paso que su lengua recorría mi vagina sentía una electricidad recorriendo mi cuerpo, hasta empecé a medio gemir de tanto placer, a esto con un ademan me dijo que me callara pues nos podían oír así que me calle pero el placer fue el mismo, sentía por primera vez mi vagina bien mojada de mi flujo vaginal mesclado con su saliva. Y de pronto sentí como tuve un increíble orgasmo aunque no supe que era en ese momento y pensé que me había orinado pues sentí como un especia de néctar fluyo de mi vagina como erupción volcánica, néctar que Pedro se bebió todo como vino dulce, por su experiencia notaba que ya había tenido sexo anteriormente a diferencia de mí, luego saco su cabeza de entre mis piernas y me dijo suavemente al oído ¡Tu vaginita sabe bien sabrosa mi amor y eres virgen nena mía! Ahí de inmediato noto mi virginidad, luego tomo su pañuelo y me subió de nuevo mi falda completamente e inicio a limpiar mi zona vaginal con su pañuelo, a esto le pregunte que por qué lo hacía, él me dijo ¡Si no te limpio y tu madre revisa tu intimidad cuando te cambie de ropa pues se que lo hace, notara que alguien ya te ha comido el coño! El siguió limpiándome perfectamente, después me acomodo mi calzón y mi vestido y salimos de nuevo a la fiesta con naturalidad.
Al día siguiente yo quería decirle a mi madre lo que Pedro me había hacho pero por temor a que se enfadara con migo no lo hice, a partir de ese día como ya era su novia cada vez que estábamos solos aprovechaba para manosearme mis nalgas, piernas o senos pero yo seguía creyendo que era normal. Hasta que llego el día que me estreno y fue cuando mi madre me mando a lavar la ropa al rio y así lo hice, recuerdo que ese día estaba vestida con una falda larga debajo de mis rodillas color rosa, tenia puesto mis calzones blancos aunque sucios y un suéter que me regalaron en mi cumpleaños color blanco, así inicie a lavar la ropa en el rio y como era un sábado no habían más personas lavando ropa, sola estaba yo ahí, pero sin duda Pedro mi novio me estaba viendo de lejos como lavaba mi ropa y como no sabía que me estaba viendo me desnude un poco, como mi calzón ya estaba sucio decidí quitármelo para lavarlo también, me subí mi falda y me quite mi calzón por lo que quedo a la vista mi vagina que ya estaba con pelitos a mi edad, a lo que también ayudo pues mi falda se mojo y se pego a mis piernas dando entera vista de mis nalgas, mis piernas y hasta mi vaginita que se notaba con los pelitos negros.

De esta manera continuo lavando hasta que Pedro llegó por detrás y me tapo los ojos con sus manos un poco rasposas por el trabajo del campo, al instante pensé que era uno de los campesinos adultos por lo que me asuste bastante e intente gritar pero al escuchar la voz de Pedro me tranquilice de nuevo, por unos minutos solo estuvimos hablando mientras continuaba lavando y tendiendo la ropa limpia sobre las rocas para que se sequen con el sol, pero yo notaba como no despegaba su mirada de mi vagina que sin calzón y mojada se apreciaba más que bien, yo trataba de estar normal pero estar ahí con él a solas también me inquieto un poco. Y no espero más él, de inmediato me tomo de la cintura, subió totalmente mi falda mojada y me abrió mis piernas, yo lo intente detener pero me dijo que solo me dejara llevar, me acostó en el pastizal en la rivera del rio iniciándome a besar todo mi cuerpo como si me quisiera comer a besos, luego fue subiendo por mis piernas mojadas con sus labios hasta que llego a mi vaginita de nuevo, ahí comenzó a comerme el coño nuevamente, más como ese día no me había bañado me imagino que mi vagina tenía un olor un poco desagradable así que paro y se fue a mi cuello. Así estuvimos como por diez minutos y mi vagina ya estaba bien lubricada por la excitación, sentía que mi cuerpo entero ardía en llamas al igual que él.

Por fin llego el momento que no soporto más la calentura y me dijo al oído ¡Quiero metértele mi amor, quiero desflorarte! Yo con la ingenuidad que tenia no entendí nada hasta que me explico que deseaba meter su pene en mi rajita vaginal pero al ver su pene de tamaño regular medio me espante pues sabía que eso no iba a entrar en mi pequeña rajita pero él me dijo muy tiernamente ¡Tranquila niña mía que no te hare daño con esto, ya verás que te va gustar! Rápidamente coloco su pene en la entrada de mi rajita e inicio a metérmela pero con la ayuda de la humedad del agua, su saliva y mi propio flujo vaginal iba entrando sin problema, yo sentía muy hermoso con cada milímetro que su verga entraba en mi rajita, mis labios vaginales se abrían dando permiso a la entrada de aquel pene que me estaba causando tanto placer por primera vez en mi vida pero lo desagradable fue cuando choco con mi himen yo sentí por un momento que mi rajita se partía y grite un poco, más el muy decidido empujo con toda sus fuerzas y me la metió hasta el fondo, sentí bien clarito como mi himen se rompió y fluyeron unas gotas de sangre, me di cuenta de eso cuando saco la punta de su pene empapado de sangre, luego me la volvió a mater ya con total facilidad. Mientras me penetraba muy lentamente me besaba, mi cuello con tanta pasión que nunca olvidare, luego para a completar el momento sin que sacara su pene de mi vagina me cargo y me llevo al agua del rio donde nos metimos los dos, ahí vi como el agua lavo la sangre de mi vagina.

Ahí dentro del agua comenzó al mete y saca de su pende dentro mi vagina más rápido, sentía verdaderamente hermoso como entraba y salía su pene de mi vaginita acompañada del agua, nuestros cuerpos se juntaban, me besaba y acariciaba con tanto fervor que me estaba volviendo loca de placer. Sin duda me estaba haciendo el amor con toda su pasión y me provocaba múltiples orgasmos, gritaba a no poder más de tan grande e indescriptible placer. Hasta que por fin retiro su pende y eyaculo en el gua del rio, los dos nos mirábamos como unos niños que acabaña de hacer travesuras en complicidad, nos bañamos y luego nos vestimos, el se retiro primero y yo me quede terminar de lavar y recoger mi ropa lavada. Una hora después regrese a mi casa con mis padres para cenar, claro sin saber ellos que su querida hija de quince años apenas ya había sido desflorada. Lo triste fue que a partir de ahí ya no pude frecuentar con mi novio Pedro que ahora si ya estaba bien sabedora de todo e incluso lo buscaba para hacer el amor una segunda vez con él pero ya no lo encontré. Luego algunos años después me entere que se había ido para Washington, Estados Unidos donde su abuelo le consiguió una plaza como maestro de Jardín de niños, y ahora en la actualidad me entere que ya falleció el pobrecito, por ello en su honor he escrito este relato.
Por mi parte tuve dos novios más durante mi etapa de juventud con quienes ya tuve sexo sin ingenuidad hasta que me case con mi actual marido a mis 27 años de edad.