Por lo general mis dos amigos, Cheo y Domingo, junto conmigo, acostumbrábamos irnos a principio de semana a playa Perdida. Realmente no sé si ese es el nombre del lugar, pero así nos referíamos a la pequeña playa, que se encuentra bastante retirada del poblado más cercano y de la carretera, de difícil acceso por estar como escondida, entre unos rocosos acantilados. La cosa es que tanto Cheo como Domingo, a última hora me dijeron para ir a un concierto de rock, pero yo ya había comprado una buena cantidad de marihuana, por lo que no tenía lo suficiente para pagar la entrada, además como sabía que en el concierto, iban a estar registrando a los asistentes, les dije que los vería al día siguiente en la playa. Así que me fui solo, y después de llegar al retirado poblado, comencé a caminar en dirección a la playa. Ya había comenzado a caer la tarde cuando llegué, y tras montar mi pequeña tienda de campaña, me preparé un buen tabaco de marihuana, que desde luego me lo fumé yo solo. Así que al rato, separé algo menos de un puño, y el resto lo escondí bajo unas rocas, bastante retiradas de la tienda. Por precaución, ya que al llegar mis amigos, y si encontraban mi tesoro, sabía que eran capaces de fumárselo por completo, en un abrir y cerrar de ojos, y sin dejarme nada. Luego mientras preparaba una fogata, volví a preparar otro, pero mucho más pequeño, y tras fumármelo, lo que me provocó fue meterme al agua, por lo que como estaba solo, me quité toda la ropa, y completamente desnudo me tiré al mar.
Relato
Así estuve nadando, por un largo rato hasta que comenzó a caer la noche y sentí algo de frío, por lo que decidí salir del agua, y tirarme al lado de la fogata, tal como me encontraba, mientras me volví a fumar otro más, y comí unos sándwiches que había llevado, tras lo cual sin vestirme me quedé recostado sobre la arena. Ya había pasado un buen rato cuando no sé de donde, aparecieron cuatro chicos negros, como de mi edad, que después de saludarme, uno de ellos me comentó, que la policía en ocasiones pasaba por ese lugar. Pero de inmediato otro de los chicos, dijo. Si lo hacen únicamente los fines de semana, para ver si agarran a alguna pareja tirando. Eso me tranquilizó, y me di cuenta de que los cuatro, cargaban ya fuera en la mano, o en los bolsillos de sus pantalones, unas botellas de ron. Yo de inmediato me puse un pantalón corto, mientras que ellos sin que yo los invitase, se sentaron alrededor de la fogata, y tras uno de ellos darse un buen trago, me invitó a que los acompañase a beber. Así que todos sentados en la arena alrededor de la fogata estuvimos charlando, y bebiendo ron, hasta que a uno de ellos se le ocurrió que jugásemos a la botella. Un juego relativamente tonto, en el que alguien hace girar una botella, y a quien le apunte el pico, debe cumplir una penitencia, y una vez realizada, nuevamente alguno hace girar la botella, y así sucesivamente. A medida que fuimos jugando, nos fuimos divirtiendo, ya que la mayoría de las penitencias, se trataban de que a quien le tocaba hiciera algo ridículamente tonto, como imitar a un cantante, a un animal, o cualquier otra cosa estúpida, que a ellos, o a mí se nos ocurriera. Hasta que de momento, me dieron ganas de volver a prender otro tabaco, pero antes de prepararlo, les pregunté si les gustaba fumar, aunque no les dije que, porque no hizo falta. Así que a medida que seguimos jugando, fuimos fumando. Cuando al más alto de ellos, sus propios compañeros le pusieron de penitencia, que se quitase toda la ropa, y se metiera al agua. Cosa que él hizo sin protestar. No fue hasta que regresó, como no se volvió a poner su ropa, y se quedó completamente desnudo, que me di cuenta de lo largo y grueso de su miembro. Aunque mentalmente lo comparé con él mío, que en ese momento, me pareció que era mucho más delgado y pequeño. Y así seguimos jugando, hasta que me tocó perder, quizás por haberme reído tanto, me impusieron la misma penitencia, yo nada más me quité los pantalones cortos, y sin más ni más, me volví a meter al agua, pero al regresar, al igual que aquel chico, también decidí quedarme desnudo. El juego continuó, y en cierto momento volví a perder, por lo que me impusieron de penitencia, que escondiendo mi verga y testículos entre mis piernas, e imitase a una reina de belleza. Por la nota, o por lo mucho que ya había bebido, a medida que comencé a caminar, con mis testículos, y verga ocultos entre mis piernas, moviendo mi abundante cabellera, como si estuviera modelando, sin dejar de reírme. Pero en cierto momento uno de los chicos, me pidió que dijera unas palabras, como la nueva reina de la playa. Así que tratando de imitar la voz de una chica, dije algunas tonterías. Tras las cuales todos ellos, incluso yo nos seguimos riendo. Y fue cuando nuevamente volví a perder, y la penitencia fue que bailara, como si yo fuera una chica, con el chico alto que estaba tan desnudo como yo. Aunque al principio con voz afeminada dije que no, pero ellos siguieron insistiendo tanto, que finalmente acepté. Y me puse a bailar, con el que habían elegido como mi pareja. Quien al principio, se mantuvo a cierta distancia de mi cuerpo, pero de momento, a medida que sus amigos hacían la música con sus bocas y manos, él se fue pegando a mi cuerpo, hasta que sentí su parado y caliente miembro, un poco más abajo de mi barriga. Y aunque me sentí un poco incómodo, al principio al tener esa cosa caliente, y dura pegada a mi cuerpo, no dije nada. Y seguí bailando, pero a medida que lo seguimos haciendo, él fue diciéndome que bailaba muy bien, pegando su pecho al mío, y deslizando una de sus manos hasta mis nalgas. Sin que yo por lo borracho, o drogado que estaba, siguiera riéndome como una chica. Cuando de repente otros de los chicos, que ni cuenta me di, cuando se quitó toda su ropa, se nos unió, pero colocándose de tras de mí, por lo que casi de inmediato sentí su duro y caliente miembro, que lo colocó entre mis nalgas. Y sin que yo dejase de reírme junto con todos ellos. Así que mientras seguíamos bailando los tres, ellos dos comenzaron a decirme, lo sabrosa que se veían, y lo suaves que se sentían mis nalgas. Sin que yo me molestase por eso, y hasta sentí como con sus dedos, uno de ellos, me los pasara repetidas veces por sobre mi esfínter, sin que yo me incomodara por eso. Los tres seguimos bailando, bebiendo, y riendo, cuando uno de ellos, sin dejar de acariciar mis nalgas, acercó su boca a mi oído, y en voz baja, suavemente comenzó a pedirme, que me dejara dar por el culo. A lo que yo, en el estado en que me encontraba, de momento le dije que no, sin dejar de reírme, pero insistió tanto que le respondí que después de todo, le dije que sí. Por lo que casi de inmediato, me encontré al lado de la fogata, recostado boca abajo sobre la arena, con mis piernas abiertas, y mis nalgas levantadas. En ese momento lo que sentí, fueron sus dedos llenos de saliva que fueron penetrando mi esfínter. Pero al poco rato los sacó, y de inmediato comencé a sentir la caliente cabeza de su verga, como fue penetrando mi culo, a medida que yo comencé a quejarme pidiendo que me lo sacase, hasta que su cuerpo quedó por completo sobre el mío, y sentía toda aquella verga dentro de mí. Así que a medida que él comenzó a meter y sacar toda su verga, una y otra vez de mi culo, yo no sé, pero en lugar de seguir quejándome, y pedirle que lo sacara. Comencé a mover mis nalgas, y lo más raro de todo, fue que lo estaba disfrutando, y mucho. Ya él llevaba un corto rato moviéndose sobre mi cuerpo sin parar, cuando su compañero sentándose frente a mi cara, con las piernas abiertas, tras darme otro trago de ron, colocó su verga frente a mi boca. La que sin que dijera nada, sin más ni más, me puse a mamar. Al tiempo que sus otros dos amigos, les decían que se apurasen, que ellos también me querían dar por el culo. Bueno durante el resto de esa noche, y quizás gran parte de la madrugada, los cuatro me han dado por el culo un sin número de veces, al tiempo que yo seguía fumando y bebiendo, aparte de ponerme a mamar sus vergas. Levantándome de la arena en ocasiones, para lavar mis nalgas en la playa. Cuando me vine despertando, ya había comenzado a caer la tarde, y yo tenía algo de dolor de cabeza, y de culo. De momento pensé que estaba solo, pero después de que me di cuenta de que ellos se habían llevado mi tienda de campaña. A quienes encontré a mi lado, fue a Cheo y a Domingo, mis dos amigos, que por lo que me dijeron recién llegaban. Ellos dos me encontraron tal como estaba, tirado sobre la arena, con el culo abierto, y lleno de leche por todas partes. Por lo que me preguntaron que me había sucedido, en ese momento les dije que cerca de seis tipos me habían asaltado, ya que los chicos se llevaron mi tienda de campaña, el morral, y toda mi ropa. De inmediato mis amigos me dijeron que fuéramos a la policía, pero yo me opuse, diciéndoles que no le iba a contar a nadie lo que me había sucedido. Pero como mis amigos estaban insistiendo tanto, que fuéramos al cuartel de la policía, me acordé de lo que había dejado escondido entre las piedras, que por suerte no encontraron, y apenas los saqué, y nos preparamos un buen tabaco, no me volvieron a decir, que pusiéramos la denuncia. Pero a medida que lo fui fumando, como que sentí unas tremendas ganas, de que me volvieran a dar por el culo. Les conté rápidamente toda la verdad a mis dos amigos. Y me puse frente a ellos dos, a bañarme y lavar mi culo en la playa. Domingo de golpe me dijo, que no entendía absolutamente nada. Así que tras secarme con una toalla que uno de ellos me prestó, se los fui explicando nuevamente, con lujo de detalles. Ya había anochecido, cuando les demostré al lado de la fogata, como yo había escondido mi verga y testículos entre mis piernas, y hasta me había puesto a modelar, y hablar como si fuera una chica. Y así seguí contando, y demostrando todo detalladamente, de cómo dos de ellos, se pusieron a bailar conmigo, y que mientras yo seguía imitando a una chica, ellos me agarraban las nalgas, y hasta me habían metido sus dedos por el culo, y de cómo terminé recostado al lado de la fogata, boca abajo en la arena, con las piernas bien abiertas, y mis nalgas levantadas. Fue cuando justo en ese preciso momento, que sentí que Domingo se colocó sobre mí, y sin demorar mucho me enterró toda su verga, mientras que Cheo, que se había mantenido callado, apenas vio como yo comencé a mover gustosamente mis caderas, a medida que Domingo metía y sacaba toda su verga, me puso su verga frente a mi boca, la que me dediqué a mamar por un buen rato. Bueno el resto de la noche, a medida que seguíamos fumando, ellos dos no se cansaron de comerme el culo, o de ponerme a mamar sus vergas. Bueno, cuando regresamos, el resto de nuestros amigos se enteraron rápidamente de todo lo sucedido. Y no precisamente por boca de mis dos amigos.....
Entramos al cuarto y empezó todo, él me tomó por detrás y empezó a tocar mis nalgas y me susurraba cosas al oído: ¡eres una puta q aprenderá de mí!, ¡eres mi perra! Y yo se lo confirmaba le dije q seria su perra, el me volteo y quedamos frente a frente, y acercó su boca a la mía, pero mas q besarme su lengua paseaba por mi boca.
Relato erótico enviado por Putitacachonda el 29 de December de 2009 a las 23:34:17 - Relato porno leído 140699 veces
Aventuras en Paris
Jesús y Pablo marcharon a Paris para poder vender el video. Dejaron a sus tres amigos en una casa que habían alquilado en un pueblo muy pequeño en Huesca. Los dos habían quedado con Pierre, un ejecutivo muy interesado en esta clase de material.
Relato erótico enviado por mena55 el 24 de August de 2008 a las 13:55:00 - Relato porno leído 114288 veces
Si te ha gustado Playa Perdida.... vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Playa Perdida.....
Narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:51) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF maurohotxxx
(14 de June de 2017 a las 23:47) dice:
Muy rico y caliente relato sexo alcohol y droga varios penes para un solo culo mmmmm
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