Por curioso, terminé dejando que me lo enterrasen… ( CON fotos)

A las pocas semanas descubrí que era lo que sucedía realmente entre Hector, mi compañero de trabajo, y Julían nuestro supervisor. Los dos eran amantes, en cierto momento cuando me levanté de mi escritorio para estirar las piernas, escuche a Hector gimiendo, y diciendo un montón de cosas raras, por lo que lleno de curiosidad me asomé de manera discreta, y es cuando me doy cuenta de que Hector se encontraba dentro de ese vacio almacene completamente desnudo, al tiempo que Julián se lo estaba clavando bien duro por de tras. Bueno quizás si Hector hubiera sido un poquito más discreto, quizás ni me hubiera dado cuenta. Pero cuando pasé frente a la puerta, del almacen en donde ambos se encontraban follando. Escuché claramente la voz de Hector, pero a toda boca, con su voz algo aflautada, o afeminada. Lo que me sorprendipo, ya que hasta esos momentos ni idea tenía de que mi compañero de trabajo, le gustase que le dieran por el culo. Pero al pasar y escuchar cosas como. Papito dame más duro, que verga más sabrosa tú tienes, me vuelvo loco por ella, dame más. AL principio pensé que sería un vacilón de él, pero al ligeramente asomarme a la puerta, los vi.

Pero lo que más me sorprendia era la manera en que Hector gritaba de placer, a cada fuerte embestida que le daba Julián por el culo. No lo podía creer, ya que evidentemente por lo que Hector decía a toda voz, no tan solo le encantaba, sino que disfrutaba al máximo, lo que Julian le estaba haciendo. Pero a un grado tal, que para mi era algo inconsevible. Bueno me hice el desentendido, ya que eso definitivamente, no era problema mio. Pero al rato, me llamó Julian a su despacho, y me dijo, sin andarse por las ramas, que seguramente me había dado cuenta de lo que sucedía entre Hector y él. Yo pensé en decirle que no, pero apenas afirmé con mi cabeza, le dije. Pero eso no es problema mío. Julian sonrió, y me dijo Ok, sigue estudiando.

Hector por su parte, actuaba de manera normal, sin hablar chillonamente, es más hasta tenía novia. Bueno pasaron los días, y uno de esos días en que Julian salía más temprano, Hector se me acercó y me buscó conversación. Y en cierto momento me dijo sin vergüenza alguna, que a él le encantaba que le dieran bien duro por el culo, asi sin más ni más, sin yo preguntar nada, o pedirle alguna explicación. Yo como no me esparaba eso, sonreí, y le dije que eso no era de mi incumbencia. Cuando de momento vi que se bajó los pantalones, y mostrándome sus blancas y bien paradas nagal, me dijo. Cuando quieras probarlas, nada más me dices. Yo la verdad es que en esos momentos tenía más de dos meses que había terminado con mi novia. Que era con quien yo me acostaba. Hector alargó su mano, y de manera que no se describir comenzó acariciar mis bolas y mi verga por encima de la tela de mi pantalón, pero de una manera tal, que no pasaron ni cinco minutos, que yo ya me lo estaba clavando.

Pero vuelvo y repito, lo que me impresionó fue la maera en que Hector, al parecer disfrutaba de todo lo que yo le estaba haciendo. Constantemente me fue diciendo, que mi verga era bien rica. Bueno el escucharlo alabarme tanto, y la manera que constantemente decía lo sabrosa que era mi verga, y lo mucho que le gusta, la verdad es que me quedé impresionado. Así como todas las otra veces que yo por quitarme el verano que tenía encima, sin chistar, se lo enterraba, una y otra vez al mismo tiempo que él no dejaba de repetirme, lo rica y sabrosa que era mi verga. Para colmo, en otra ocasión vi a Hector clavándose a Julián, y el que gritaba de placer era mi supervisor, pero no tanto como lo hacía Hector.

Yo continué clavándome a Hector, ocasionalmente, hasta que un día por curiosidad le pregunté si realmente eso le gustaba, digo eso de dejarse dar por el culo. Y Hector hasta me lo juró por su madre, diciéndome que si. Bueno no se si fue la curiosidad, o que. Pero en otrp momento en que Julian no se encontraba, le pregunte a mi compañero de trabajo, si eso dolía. Hector sonriendo, me dijo. Eso depende de cómo lo hagas. Si te buscas un cualquiera, seguramente te va a doler, pero si por ejemplo lo haces conmigo, yo primero, te voy dilatando primero su esfínter. Y luego con algo de agua y jabón te preparo el camino. Bueno la cosa es que por curiosidad, más que todo fue que permití que Hector me comiera el culo, y tal como me dijo, hasta lo disfruté. Aunque no quería aceptar que eso me había gustado tanto, casi como ha Hector, solo que yo en lugar de expresarlo como él lo hacía, procuraba no abrir mi boca, hasta que en otra ocasión en que yo estando completamente desnudo, Hector que estaba vestido, me lo tenía bien metido, y yo lo disfrutaba al máximo, pero sin expresar palabra alguna, fue cuando escuché la voz de Julian diciéndome. No te coibas, expresalo, y al levantar la cara que me encuentro con su verga frente a mi cara. Bueno la verdad es que se la mamé, y de la misma manera que Hector, me mamaba la mía a mí, apenas pude, a medida que mi compañero de trabajo seguía metiendo sabrosamente toda su verga dentro de mi culo, al principio comencé a decirle lo mucho que me gustaba, que me hiciera eso. Pero al poco rato, yo gritaba de placer, de la misma manera que gritaban Hector, y Julian, cuando yo se los entierro.