Soy una de esas personas, que la mayor parte del tiempo me la paso inmerso en mis pensamientos, la mayor parte de las veces en cosas que despúes de analizarlas muy a fondo, me doy cuenta de que lo único que he hecho es perder el tiempo. Y aunque tengo una licenciatura en Ciencias Politicas, lo cierto es que por falta de atención de mi parte, ni idea tenía de quienes son los principales personajes de la politica, y mucho menos de quienes era los representantes, o legisladores.
Relato
Por lo que cuando gracias a un compañero de estudio, conseguí empleo con una Legisladora, lo cierto era que ni idea tenía de quien se trataba. Solo despúes de que entré a sus oficinas, es que me percaté que que era la vocera de los grupos LGBT. O sea Lesbianas, Gays, Bisexuales, y Transexuales. Yo la verdad con lo distraido que soy, lo tomé como la cosa más normal del mundo, al fin y al cabo yo solo era algo así como su asesor, en cuestiones legislativas. Cuando ese mismo día, cuando aun ni cuenta me había dado de quien era ella, me la presentaron. Para mi se trataba de una mujer sumamente elegante, simpatica, físicamente no era nada del otro mundo, además tenía la voz algo ronca. Pero más nada. Así que cuando me vine a dar cuenta de quien era mi jefa, la verdad es que ni me preocupe por eso. Mi labor es asesorar, y en ocasiones recomendar el que determinado proyecto, sea o no presentado. Cosa que se me hace muy facil, ya que la mayoría de los proyectos ya han sido evaluados y re evaluados un sin numero de veces.
Pero cuando la Legisladora, me pidió que me quedase, una horas extras, para estudiar aquel proyecto del matrimonio gay, yo realmente como no tenía más nada que hacer, acepté. Y comenzamos a trabajar, viendo los pro, los contra de la legislación presentada, con que apoyo contabamos, y con quienes no. Y eso se fue haciendo uso y costumbre, ya que por lo menos una o dos veces en semana nos quedabamos hasta bien tarde.
Pero una de esas noches, además de estar estudiando la legislación. Ella me pidió que dejase de leer, y le dijera que tal le quedaba unas cuantas piezas de ropa que recien y había adquirido. Lo cierto es que comenzó por ir cambiandose a solas en su oficina, yo en todo momento le fui diciendo mi parecer, que si se veía muy seria con era ropa, o muy juvenil, con aquella otra. Cuando en una de esos momentos en que mi jefa me modelaba aquella ropa, cuando salío de su oficina, lo hizo en bragas y sostén. Yo la verdad es que me quedé impresionado, fue cuando me dijo que las había adquirido para ponerselas cuando saliera con su novio. Pero yo estaba tan impresionado, que practicamente no me salían las palabras de la boca. Ella se me acercó, y me pidió que tocase la textura de quellas prendas, y le dijeras como se sentían sobre su suave piel. Yo con el pulso algo tembloroso, comencé acariciar sus nalgas, y pequeños senos, y en una especie de descuido mio, que de momento sentí sus labios sobre los míos. Y auqnue estaba muy consciente de que debajo de aquella apariencia femenina, había un hombre, no pude dejar de seguir besandola. Seguimos con los besos y caricias, y cuando ella comenzó a restregar sus parada nalgas contra mi cuerpo, fue que me di cuenta de que yo tenía mi miembro bien parado. Bueno de eso a que ella misma me bajase los pantalones, no pasó ni un segundo, y nuevamente despues de que bajó sus bragas, me volvió a restregar sus ya desnudas nalgas contra mi persona. Yo estaba super emocionadisimo, en mi vida había tenido sexo con otro hombre, y aunque la Legisladora en todo momento parecía ser una mujer, no se qu me sucedió, que justo en el momento en que la iba a penetrar, mi verga se pasmó. Desimflandose totalmente, yo hasta me asusté, en mi vida me había ocurrido algo así, fue cuando ella en un tono de voz sumamente comprensible, me preguntó. No te preocupes, ¿es tu primera vez con alguien como yo? A lo que le respondí que afirmativamente. Bueno si tu me dejas, vamos a cambiar de lugar, y una vez que se te vuelva acomodar, seguimos. Yo no se que era lo que me estaba diciendo, pero cuando se colocó tras de mi, y comenzó a puntear con su miembro mi esfínter, mi verga se volvió a tonificar. Y más rapido que inmediatamente, volvimos a cambiar de lugar. Para si en ese momento penetrala divinamente. Ya les comenté que en mi vida había tenido sexo con otro hombre, pero la verdad es que tampoco con mujeres, debido a mi forma o manera de ser. Yo esa noche en las ofocinas de la legisladora, disfruté como nunca antes había disfrutado algo mi vida. Así que a medida que yo penetraba sus paradas nalgas, y ella movía sus caderas, mis manos se fueron deslizando lentamente hacía el frente de su cuerpo, y de momento que me encuentro que al tiempo que lo estoy enculando, tambien lo estoy masturbando. Pero era tanto el placer que sentía, que poco me importó lo que yo apretaba entre mis manos. Así seguimos, yo metiendoselo y sacandolo, y ella moviendo su apretado culo, al tiempo que yo le masturbaba, hasta que terminamos viniendinos casi al mismo tiempo. Por un largo rato ambos permanecimos quietos, unidos, disfrutando del placer de su cuerpo, y ella del mío. Cuando al rato, mi jefa se levantó y moviendo sus caderas de manera llamativa fue al baño, se lavó, y cuando regresó trajo una pequeña toalla con la que limpió mi verga, para casi de inmediato ponerse a mamarmela. En cosa de poco rato, ya mi verga estaba bien parada, pero de momento ella se fue moviendo hasta que la suya quedó frente a mi boca, y sin más ni más tambien me puse a mamar su miembro. Ya estaba tan parado como el mío, cuando dejamos de mamarnois mutuamente, y fue cuando no se de donde me salió eso de pedirle que que fuera ella la que me penetrase a mi. Llena de alegría, no tuve que decirselo dos veces, ya que de inmediato separó mis nalgas, y de manera suave comenzó a introducirme primero sus dedos, y luego su parado miembro. Mientras que yo al igual que ella había hecho, comencé a mover mis caderas. Sintiendo como su miembro entraba y salía completamente de mi cuerpo.
Hoy por hoy sigo siendo el asesor, además de pareja formal de la legisladora, con la que definitivamente apenas podamos nos casaremos.....
Yadira y yo que me llamo Luis, llevamos varios años de casados, pero no nos consideramos una pareja común y corriente, ya que desde que éramos novios nos dimos cuenta que tanto ella como yo somos personas de mente abierta, ella no se considera dueña de mi cuerpo, ni yo tampoco me considero dueño del suyo, por lo que si nos place en algún momento llegar a tener relaciones con otra persona, las disfrutamos abiertamente, sin que por ello el amor que nos sentimos mutuamente se vea lesionado o disminuido. En ocasiones tanto ella como yo también le damos rienda suelta a nuestras fantasías, con la completa colaboración tanto mía como de parte de ella.
Relato erótico enviado por narrador el 13 de March de 2011 a las 21:45:11 - Relato porno leído 121178 veces