Parte I
Hace un mes, mis padres me dijeron que saldrían de paseo por el fin de semana y que si quería acompañarlos, me negué diciendo que los compañeros de la escuela habían organizado una fiesta y que prefería asistir a ella, aunque me quedaba sola en casa, no insistieron y se fueron a su viaje. A mis 19 años, sin ser virgen y con varios días de calentura, pensé que era una buena oportunidad para que mi novio, después de la reunión me diera la verga que estaba necesitando. Estando en la fiesta, sin que hubiera nada de alcohol, entre el cotorreo y los bailes, mi novio me había arrimado ya varias veces su bulto, provocando mi excitación y el deseo, esperando que un poco más tarde me llevara a casa y me desahogara, con la expectativa y la imaginación de ese instante, me encontraba sumamente húmeda y ganosa. En un momento dado, noté que mi novio coqueteaba con otra chica y que le agarraba descaradamente las nalgas, cosa que me molestó mucho, tomé mis cosas y al salir de la casa donde era la reunión, me alcanzó Joaquín, otro compañero de clases, diciendo: ¿A dónde va esta ricura?
Enfadada, contesté. ¡A casa, Luís está de resbaloso con otra! ¡Que se quede con ella!
¡No te enojes! ¿Quieres que te lleve?
Contrariada y pensando que mis planes no se cumplían, dije: ¡Si quieres!
El trayecto de tres o cuatro calles, que hicimos caminando, fue en silencio, aunque enojada, seguía bien caliente y excitada, al estar frente a la puerta, con lágrimas en los ojos, vacilante le pregunté: ¿Pasas?
Con sus manos, retiró algunas gotas de mis mejillas y contestó: ¿Quieres que te consuele un rato?
Me agradó su tierno y dulce ademán, pensando en la estupidez de Luís, sin recapacitar la forma en que contesté, dije: ¡Quería que me consolaran de otra forma!
Me abrazó con una mano de la cintura y con la otra tomó mi cabeza, juntando nuestros cuerpos, inmediatamente, el mío se estremeció, cuando dijo: ¿Qué quieres?
Sin contestar, levanté la cara y le planté un beso en la boca, que aceptó entrecruzando nuestras lenguas, después le tomé una mano y nos metimos, cerrando tras de nosotros la puerta sin prender ningún foco y con la poca luz que cruzaba por los ventanales, volví a buscar su boca. Puso sus manos sobre mi cadera y comenzó a besar mi cuello, susurrando -cuando te enojas, te ves más buena-, sonreí, sin que él lo notara, un leve cosquilleo recorrió mi cuerpo. Seguía besando mi cuello y lóbulos, lo abracé y sentí su mano levantar la pequeña falda que traía y sobar mi muslo y parte de mi nalga delicadamente, mi coñito, se contrajo y se humedeció. La otra mano, también pasó por debajo de la falda, pero fue directo sobre mi abultada panocha, percatándose que mi diminuta tanga se encontraba bien empapada y musitó: -buena y caliente, ¿Verdad?
Sintiendo delicioso que su mano agarrara mi inflamado coño, cerré los ojos y trémulamente respondí: ¡Siiiiiiiiiiiiiiiii!
En la penumbra, llegamos a la sala, antes de sentarme en la orilla del sillón, me bajó las pequeñas bragas y me levantó la parte trasera de la falda, mis nalgas, sintieron la mullida tela, en el momento en que se hincaba y me habría las piernas. La tela de mi falda cubría su nuca, ya que tenía enterrada su cara entre mis muslos, dando exquisitas mamadas a mi ganosa rajita. Con el placer que me estaba otorgando abajo, me desabroché la blusa y el sostén, me deshice de ellos y en el momento en que sus labios jaloneaban todo mi rígido clítoris, con un largo -Oooooooooooooooooooooooogggggggggggggggg- tuve un profundo y placentero orgasmo, con lo que al sacar su cara de entre mis piernas, su boca y barbilla estaban empapadas de mi jugos.
El con algo de trabajo, se quitaba los pantalones y calzoncillos con una mano, pero con la otra me apretujaba un seno y el otro los lamía y mordisqueaba suavemente. Yo con la cabeza hacia atrás y disfrutando el placido momento, dejaba que hiciera con mi cuerpo lo que quisiera. Se levantó, me enderezó y dejó mi cara frente a una majestuosa verga, que aún con la escasa luz, distinguía lo descomunalmente larga, gruesa y bien parada que la tenía, entre admiración y susto por el gran tamaño de ese pito y por no haber visto nunca uno así, pronuncié: ¡Mi madre, pero que enorme lo tienes!
-Es para ti solita-
Aferré su dura tranca entre ambas manos y ni así la cubría totalmente, mi lengua con lambidas y mis labios a besos se agasajaron saboreando ese buen pedazo de carne, cuando lo quise meter a mi boca, no cabía, pero con un pequeño empujón a mi cabeza, hizo que se doblaran mis labios y me pudiera entrar solo la cabeza.
Después de varios minutos de mamarla, entre sus –que rico mamas-, -así, así chiquita-, -sigue, sigue-, me tuve que tragar una numerosa y nutrida cantidad de cálido semen, ya que no había forma de que salieran de mi boca.
Me levantó, me giró hacia el sillón y parada, me hizo poner los brazos extendidos sobre el asiento, separó mis pies y dejó mi trasero y coño a su entera disposición. Gemí de placer un largo ¡Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuch-, cuando dio varias pasadas de lengua sobre mi ano picoteándolo delicadamente, sus dedos hurgaron en mi coño, comprobando que estuviera bien mojado y dilatado, no hacía falta, pero sentí maravilloso, con lo caliente que me tenía, solamente esperando su ataque, pedí: -despacio nunca me ha entrado una tan grande-.
Puso su glande en la entrada de mi hoyito delantero, aún ya abierto y dilatado, no cabía, por lo que con algunos leves movimientos circulares, lo fue abocardando hasta que cupo la hinchada cabeza. Sentía que me iba a romper, a desgarrar, pero con lo ardiente de su verga, mis ganas y contracciones y el riquísimo roce, forzando mis labios vaginales, comenzó a pasar junto con uno que otro de mis vellos púbicos, con algunos -Ah- -Ah- -Ah-.
Ya tenía ensartada casi la mitad y empezó a sacarla lentamente, me producía un placer inimaginable y rogando:
¡No! ¡No! ¡Métela! ¡Dámela toda! ¡Por favor! ¡Toda!, me volví a correr copiosamente.
El ya no esperó más, mi cuerpo se arqueó, con mi cabeza hacia atrás, la boca totalmente abierta, apretando mis ojos y un fuerte –Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh-, acepté el duro empujón, sintiendo como me atravesaba hasta el fondo y topando con mis entrañas, la suculenta y titánica verga, los pelos de la base del rico pito, enredarse con los míos y los de abajo de su ombligo pegarse sobre mi culo. Con los tallones, enloquecidamente de gusto y satisfacción, moviendo la cabeza de un lado a otro y sin poder aguantarme, gritaba: ¡Así! ¡Así papa! ¡Toda, toda! ¡Más! ¡Quiero más! ¡La quiero toda! ¡Así! ¡Así!
Mis alaridos se acallaron y mi orgasmo se detuvo, su mano tapaba mi boca y dijo: -Ssssssshhhhhhhhh- y sin que se zafara y estando bien ensartada, percibimos el ruido de la puerta de un auto cerrarse, sonó el timbre de la casa varias ocasiones, la silueta de Luís se dibujó en un ventanal, intentado mirar adentro, no se veía nada y ningún movimiento, en su celular marcó un teléfono, pero el mío estaba apagado, gesticuló con los brazos y se marchó.
Unos segundos, después de que el coche arrancaba, Joaquín, me siguió cogiendo, se volvieron a escuchar mis bramidos, ahora sí, me llegó el profundo orgasmo, minutos después recibía en mi interior un manantial de dulce, candente y deliciosa leche que me anegaba todo el coño, con fuertes sacudidas del varonil cuerpo que tenía pegado atrás.
Extenuado y jadeando, se sentó en el sillón aparatosamente, con sus piernas totalmente abiertas, me hinqué entre ellas y con mi boca, limpié de su decadente verga, la confusa pero deliciosa mezcla de nuestros líquidos que tenía en ella embarrados y pregunte: -Corazón, ¿Ya te cansaste?
Contestó. ¿Quieres más?
¡Siiiiiiiiiiiiiiiii!, ¡Pero ahora por el culo!
Inclinó mi cabeza, luego………………………………………………..
Esto comenzó desde hace 3 años. Yo salgo con una chica que se llama Susan. Ella es bastante bonita (lo digo yo, y lo dicen todos), y valió la pena todo el esfuerzo que hice para conquistarla. Siempre había tenido cierta debilidad por las chicas de colegio privado, por el uniforme, me vuelve loco verlas con pollerita, camisa y corbata. Y cuando comencé a noviar con Susan, ella ya estaba ya en el último año de la secundaria. Ella es rubia, de ojos verdes y alta, un metro setenta. Lo mejor de Susan, y es lo que me enamoro, es la cara de gatita viciosa, con unos labios que ya han hecho un buen labor con su novio. Además, tiene unos pechos que entran perfectamente en mis manos, una cinturita finita y piernas bien torneadas, largas. Y su atributo más deseado por mí, su cola redondita, la cual que todavía no pude hacer que me la entregue, se niega rotundamente al sexo anal.Pasado un año ya de salir con ella, y tener sexo en todas sus variantes menos el sexo anal ya mencionado, Susan salió del colegio y ya no tuve más a mi colegiala en uniforme. Igual, ella se coloca a veces su uniforme que ya le queda chico cuando estamos solos para darme el gusto... un jueguito de novios. Pero después de un año de noviar, comencé a ir a su casa cada vez más seguido, sobretodo estos últimos meses. Sus padres me tienen ya confianza y saben que lo mío con su hija es una relación seria, Pero en estas visitas, cuando cumplía mi rol de novio visitando a su novia, había veces que Susan no estaba, y me quedaba en su casa esperándola. A veces estaba la hermana mayor de Susan, Otilia, una nena de 19 años que está muy buena... o más que buena Es algo hermosa, tiene un cuerpo infernal, con dos tetasas que son enormes)dos sandias
Relato erótico enviado por dj liriko el 21 de April de 2011 a las 01:04:22 - Relato porno leído 371617 veces
soy profesor de educacion primaria en peru, esto que les cuento es real y me paso en iquitos, donde viaje por motivos de trabajo, y conoci lindas y hermosas niñas
Relato erótico enviado por juliovega el 09 de June de 2008 a las 18:22:27 - Relato porno leído 243481 veces
Mi más hermosa y caliente sorpresa fue cuando al entrar al salón el me recibió con una hermosa rosa roja en su mano, yo la olí, su olor lindo aumento mis ganas sexuales hacia él, luego con su tierna voz me dijo que si en verdad lo deseaba entregarle mi virginidad a él y no a mi novio pues sabía de él, yo le conteste con una voz sexy y tierna totalmente convencida ¡Si profe deseo que usted me desflore!, ¡Deseo que me haga gozar como a una puta que es lo que soy, soy su puta! Dicho esto tomo mi falda colegial subiéndola hasta mi cintura, luego me sentó en su escritorio con mis piernas totalmente abiertas, poco a poco retiro mi calzón iniciando a comerme el coño ¡umm, umm! Inicie a gemir como loca.
Relato erótico enviado por Colegiala romántica el 04 de December de 2009 a las 23:15:15 - Relato porno leído 197848 veces
Si te ha gustado Por enojarme con mi novio, aflojé con su amigo vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Por enojarme con mi novio, aflojé con su amigo.
bareta
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
Survaibor
(26 de February de 2015 a las 07:56) dice:
Creo que está muy bueno y cachondo . Survaibor
(26 de February de 2015 a las 07:56) dice:
Creo que está muy bueno y cachondo . katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:11) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:43) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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