Nunca llegué pensar que algo así, me podía pasar a mí. Todo comenzó como una pequeña e inocente travesura, y es que debido a estar dejando que mis compañeritos de clase me vieran las pantis, poco a poco y con el pasar del tiempo se fue convirtiendo en una especie de adicción.
Relato
De algo que me di cuenta desde muy jovencita, es que a los chicos, les encanta mirar entre las piernas de las chicas. Estando en la escuela, me di cuenta de eso, y me divertía un montón, viendo las caras de tontos, que todos ellos ponían, únicamente por medio verme las pantis. Aunque mi mamá y una que otra maestra, siempre me regañaron cuando me veían con las piernas abiertas, y un sinfín de veces, me repitieron, que las niñas deben sentarse siempre, con las piernas bien cerradas.
Al salir de la escuela, ya era toda una experta, en provocar situaciones. En una ocasión al parecer la novia de un chico, tras darle a él una buena cachetada, y decirle que era un depravado, por tener sus ojos clavados entre mis piernas. Se me acercó, como en plan de buscar pelea. Pero al pararse frente a mí, de inmediato cambió de postura, y muy discretamente acercó su cara a uno de mis oídos, y en un tono apenas audible me dijo. Disculpa, pero quería decirte que de la manera en que estas sentada, le estas permitiendo a esos vagos que te vean las pantis. De inmediato yo reaccione, como si ni idea tenía de lo que sucedía a mí alrededor, haciéndome la avergonzada, cerré mis piernas, recogí mis libros, me puse de pie, y me marché, riéndome por dentro.
En la universidad, fue cuando un buen día, y de manera accidental dejé de usar las pantis, y en ocasiones hasta los sostenes a diario. Había estado practicando vóleibol, y al terminar, tras salir de la ducha, al momento de irme a vestir, me di cuenta que no había traído, como de costumbre, un par de pantis y sostenes extra, así que tuve que decidir, entre ponerme los mismos, que había estado usando en la práctica, que de paso estaban bien sudados, y no usar nada bajo mi ropa. Bueno tomar esa decisión en ese instante fue bien simple, únicamente me puse mi falda y mi blusa sin más nada abajo, y seguí caminando como si nada.
Pero ese día, al terminar las clases, de inmediato me fui al Centro Comercial, y haciéndome la tonta, tomé en innumerables ocasiones las escaleras eléctricas, con el solo propósito de que los hombres que estuvieran tras de mi me vieran las nalgas y quizás algo más. Cuando no era que dejaba caer mis llaves y me inclinaba a recogerlas, era que colocaba un pie en el siguiente escalón mientras dejaba el otro en el peldaño de abajo.
Para esa época aun no acostumbraba a depilar mi coño, hasta que un día en una de las clases que asistía, un Profesor al que al parecer para nada le impresionaba los abiertos cruces de pierna que yo daba frente a él, queriéndose hacer el gracioso, echó un chiste. Sobre una niña que estaba trepada en un árbol de mangó, cogiendo algunos mangos, y justo en ese instante pasa un sacerdote, y al verla se da cuenta de que la chiquilla no tenía pantis. Le pide que se baje del árbol, y sacando de uno de los bolsillos de su sotana un billete, le dice. Mira niña, toma esto, y dile a tu madre que te compre una pantaletas. La niña sale corriendo muy contenta, con el dinero en la mano y sus mangos, y al llegar donde su madre, le dice lo que el cura le había indicado. De inmediato la madre lleva a la niña y le compra las pantis, pero se queda con la idea, de que si a su hija le dio esa cantidad de dinero, a ella por ser mayor le debería dar más. Así que al día siguiente, la señora esperó que el cura pasara frente al árbol de mango, y antes de que él llegase, ella se quitó sus pantaletas, y escondiéndola dentro de su sostén, se trepó al árbol. Cuando el cura pasó, y al darse cuenta de que había alguien trepado en el árbol, miró hacia arriba. Al ver a la señora con sus piernas bien abiertas, mostrando su peludo coño, le pidió que se bajara, y cuando ella estuvo frente al cura, él sacó unas cuantas monedas de su sotana, diciéndole. Mire doña, esto es para que se compre unas navajitas, y se afeite ese peludo y feo coño suyo.
Yo la verdad que el chiste no me gustó, aunque al resto de mis compañeros de clase, al parecer les hizo mucha gracia. Pero al terminar la clase, el Profesor se me acercó, y discretamente, me dijo. Parece que fuiste la única, en no entender el chiste, Y eso que pensé que lo agarrarías en el aire. Fue cuando caí en cuenta, de que de manera indirecta, me estaba diciendo que me depilase el coño. Claro que me depilé el coño, totalmente, y desde ese día para mí era resultaba ser muy graciosa la cara que ponía el Profe, cuando clavaba sus ojos en mi depilado coño, es más había ocasiones en que tartamudeaba, cuando no era que en infinidad de veces, soltaba la palabra coño, como parte de cualquier frase que estuviera diciendo, y el resto de la clase se moría de risa.
Pero no todas las veces, yo me divertía, en ocasiones una que otra mujer me llamaba desvergonzada, al tiempo que le daba con la cartera su compañero, o estando en el Metro, cuando se forman esos tumultos al momento de abordar, no faltaba quien me pellizcase una nalga, o descaradamente me agarrase, ya fuera una nalga o mi propio coño sin que yo pudiera evitarlo, ni darme cuenta de quién era.
Pero mi gusto por exhibirme siguió en aumento, y así fue como comencé a dejar mis ventanas abiertas, al momento de cambiarme de ropa, o de vestirme tras una buena ducha. Luego en los chat de internet, comencé a tener contactos con chicos, que haciéndome la distraída, dejaba que vieran mis tetas, o mi coño. En fin eso se fue transformando en una especie de adicción, hasta el punto de llegar a estar mostrándome completamente desnuda, y descaradamente, introducir mis dedos o algún juguete dentro de mi coño, al tiempo que los escuchaba decirme lo mucho que les gustaba verme hacer esas cosas.
Pero un día uno de las personas que me observaban, me dijo, que para él sería el colmo de la felicidad el llegar a verme en persona. No sé cómo se me ocurrió preguntarle, si él se masturbaba observándome, y como la respuesta fue afirmativa. No me costó mucho trabajo en aceptar en vernos personalmente, pero por aquello de prevenir, quedamos en vernos en un café del Centro Comercial. Cuando nos encontramos, era tal y como se había descrito en el chat, de unos cincuenta y tantos años, de contextura media, y algo canoso. Nos fuimos a sentar a uno de los café, y seguramente él no se esperó eso, pero las mesas el tope es de vidrio, y apenas tomé asiento frente a él, separé mis piernas, y recogí ligeramente mi falda, de manera tal que él pudiera ver claramente todo mi depilado coño. Desde luego que se impresionó, y por un largo rato estuvimos charlando, él diciéndome el hermoso y juvenil cuerpo que yo tenía, mientras que yo no dejaba de sentirme súper alagada por sus cumplidos hacia mi persona, aparte de que me enteré que uno de sus hobbies era el de pintar. Por lo que cuando me invitó a que lo acompañase a su estudio de arte, para pintarme un cuadro. Gustosamente acepté.
Ya como a la semana asistí a su estudio de arte, y tras sin mucho protocolo, quitarme toda mi ropa, él me fue colocando en la pose que él deseaba. En cosa de pocos minutos ya había realizado el boceto, que de no habérmelo dicho él, yo hubiera pensado que me mostraba la obra ya terminada. Fue cuando se me acercó, y con la idea de ir cambiando de pose, me pidió permiso para colocar sus manos sobre mí, y así fue que comencé a sentir sus hábiles dedos, acariciando mi piel.
Entre una pose y otra, sus caricias fueron tornándose mucho más intimas, hasta que prácticamente me tenía sobre el gran sofá en el que yo estaba sentada posando para él, con mis piernas bien abiertas, y su cara bien cerca de mi vulva, diciéndome que el aroma de mi cuerpo lo enervaba, y así sin previo aviso, fue que sentí el contacto de su lengua sobre mi expuesto clítoris. Quizás uno de mis primeros impulsos fue el separarlo de mi cuerpo, pero era tal la excitación que sus caricias en mi habían provocado, que dejé que continuase haciéndome eso con su boca.
El placer que comencé a sentir era único, sus fuertes manos, las retiró de mi coño, y a medida que su lengua la pasaba una y otra vez sobre mi inflamado clítoris, chupándolo y mordisqueándolo deliciosamente. Sus manos fueron subiendo hasta mis parados pezones, provocando en mi una especie de sabrosa corriente eléctrica que recorría todo mi cuerpo. Desde luego que es no era la primera vez que llegaba a tener sexo, ya que tengo uno que otro amigo, y una que otra amiga con derechos. Con los que indistintamente he disfrutado, pero lo que él me estaba haciendo era algo único.
A medida que su boca, lengua y hasta sus dientes me hicieron sentir tan feliz. Yo no puse ningún tipo de restricción a sus avances. Así que cuando luego de hacerme disfrutar de un delicioso y salvaje orgasmo con su boca. Hizo que me recostase boca abajo y continuó pasando su lengua por entre mis nalgas, yo me quedé de lo más tranquila disfrutando de lo que entiendo llaman el beso negro. Su lengua y algunos de sus dedos exploraron hasta la saciedad mi culo, y a medida que fue dilatando mi esfínter anal, me di cuenta de que él, poco a poco se fue quitando su ropa.
Yo me sentía en el último cielo del placer, cuando de momento, dejó de mamar mi culo, y comencé a sentir esa cosa dura y caliente presionando mi apretado culito. Sin misericordia alguna me ha empujado toda su gruesa verga dentro de mí, yo pequé un fuerte grito, al tiempo que una de sus manos, con igual o mayor fuerza, agarraba mí depilado coño. por un rato él no se movió, mientras que yo no dejaba de llorar, por el fuerte dolor sentido, lo cierto es que hasta esos momentos nunca antes nadie me había llegado a penetrar por el culo.
Yo inútilmente mientras lloraba de dolor, le pedía una y otra vez que me lo sacase, mientras que él, comenzó una y otra vez a enterrarlo más y más dentro de mí, para luego sacarlo casi del todo, y nuevamente me lo volvía a enterrar salvajemente. Por un buen rato yo me quedé casi sin fuerzas, tendida sobre el sofá, sintiendo como él metía y sacaba su verga de mi cuerpo, cuando poco a poco, y no se no como, ni de donde saqué las fuerzas necesarias, para comenzar a mover mis caderas, buscando sentir más y más dentro de mí, su verga. Al tiempo que esa fuerte mano no dejaba de apretar deliciosamente todo mi coño.
Quizás en el fondo además de ser exhibicionista, también debo tener algo de masoquista, ya que al poco rato ya disfrutaba plenamente de todo lo que él me estaba haciendo. Tras venirse dentro de mí, quedé tumbada sobre el sofá, casi desfallecida, y algo adolorida. Pero sumamente satisfecha, cuando después de que regresó del baño, me tomó por mi cabello, y levantando mi rostro, colocó su mustia verga frente a mi boca. Pero a pesar de lo desfallecida que yo me encontraba, me dediqué a chupársela, poco a poco fui sintiendo como su verga se fue hinchado dentro de mi boca y llegó hasta mi garganta, lo cierto es que hasta me provocó algo de nauseas, pero aun y así el continuo, obligándome a seguir mamando. Hasta que su verga volvió a tonificarse del todo.
De momento y sin previo aviso, sacó su caliente verga de mi boca, y en un dos por tres me la enterró dentro de mi adolorido y sensible coño. No dejó de continuar clavándome toda su verga, hasta que yo comencé nuevamente a mover mis caderas, disfrutando de los malos tratos, con que me obligaba hacer todo lo que él quisiera, mientras que yo le pedía que me diera más y más duro.
Aun sigo siendo exhibicionista, y gracias él he ido un poco más allá.
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 786351 veces
Si te ha gustado Por estar exhibiéndome, me han roto el... vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Por estar exhibiéndome, me han roto el....
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:59) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:33) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF gatofeo
(12 de November de 2013 a las 06:03) dice:
hola chiquita muy caliente tu relato corazon me gustaria contactarte yo tambien quiero masturvarme mientras te miro mi correo elperico325 del caliente espero tu respuesta beb cuidate bye besitos
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