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Por estar haciendo política barata, después de tanto sacrificio, me ha despedido

Relato enviado por : narrador el 19/01/2018. Lecturas: 4792

etiquetas relato Por estar haciendo política barata, después de tanto sacrificio, me ha despedido   Jefes .
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Resumen

Como coordinadora de relaciones públicas, del Senador. Aparte de organizar su agenda de presentaciones, y preparar lo que sea necesario, también era su amante. Así que estando en la cama, después de darle una tremenda mamada, le recomendé que hiciera acto de presencia, en algunas de las comunidades, en las que había recibido menos respaldo de los votantes. El Senador, como de costumbre, me encargó que hiciera los arreglos necesarios. Para luego seguir dándome por el culo, como a él y a mí nos gustaba. Por lo que al siguiente día, en la misma oficina del Senado, preparamos unas cuantas bolsitas, con agua, y alguna que otra chuchería, como galletas, y dulces. Para que los repartiera, en las comunidades afectadas por el paso del huracán María, mientras su fotógrafo, tomaba varias fotos, para hacérselas llegar a los medios, con una nota de prensa, que yo misma redacté.



Relato

Todo iba bien, se repartían las bolsas, y al Senador se le tomaban las fotos, acompañado de su gorda esposa. Pero para que la señora del Senador, no se pusiera con celos estúpidos, ya que ignorando que ella vendría, me vestí de la manera más coqueta que pude, con una mini, bien corta, y una ajustada blusa, semitransparente que dejaba ver mis senos. Por lo decidí irme en mi propio auto, así que cuando la comitiva del Senador partió, yo me quedé con la excusa de entrevistar a varias personas de la comunidad, para ver cuál era su sentir, con respecto al Senador, y la actividad de llevada a cabo. Así que me acerqué a una pequeña tienda de alimentos, que más bien parecía el bar de chinchorreo, porque estaban unos seis o siete tipos bebiendo cerveza fría, lo que en parte me extraño, ya que no había corriente eléctrica en todo ese municipio, y no escuchaba el estridente ruido que producen las plantas eléctricas. Apenas entré, noté que le había llamado la atención a todos los presentes, por mi manera de vestir, pero haciéndome la desentendida, comencé a entrevistar a varios de ellos, y a la mayoría le pareció, que simplemente el Senador, estaba politiqueando, pero que aún y así, le agradecían que trajera algo. Seguí con las entrevistas, cuando uno de ellos me invitó una cerveza, que acepté a pesar de tener el estómago completamente vacío, más que todo me la tomé, por el calor reinante. Lo más que me agradó, fue que estaba bien fría, y llena de curiosidad le pregunté al dueño de la tienda, como hacía para mantener las cervezas tan frías, y el simplemente me respondió, mis neveras son de gas. Al principio pensé, que me estaba vacilando, pero uno de los presentes al ver mi cara de incredulidad, me dijo. De gas propano, no de gasolina. Al tiempo que me mostraba el tanque de gas propano, y la conexión a las neveras. Algo sorprendida, ya que ignoraba la existencia de ese tipo de neveras, acepté una segunda cerveza, mientras seguía con las entrevistas. Y a medida que seguía entrevistando a los presentes, poco a poco, y sin darme cuenta, me bebí muchas más cervezas, de las que estoy acostumbrada a beber. Por lo que cuando comenzó a caer la noche, no me encontraba en mis mejore condiciones, ya que en lugar de marcharme, o seguir entrevistando a los presentes, tontamente me puse a decirles, lo mucho que yo influía en las decisiones del Senador. Me llené la boca diciendo, que él salió electo gracias a mi asesoría. Y a los muchos votos, que personalmente le conseguí. De seguro todos los presentes, se dieron cuenta de que estaba borracha, y se aprovecharon de la situación. Ya que de momento, uno de ellos, me dijo. Bueno aquí tienes varios votos seguros para tú Senador, en las próximas elecciones, pero eso si te vamos a pedir algo a cambio. A lo que yo sin pensar, de inmediato les dije. Lo que ustedes quieran, siempre y cuando me prometan que van a votar por el Senador. Todos riéndose, me dijeron que sí, que me prometían que votarían por el Senador. Mientras que yo muy contenta, de momento se me ocurrió preguntarles ¿y qué quieren a cambio? ¡Que les asfalten la carretera!, ¡un nuevo centro comunal!, díganme que quieren, que me comprometo personalmente a cumplir lo que deseen. Fue cuando uno de ellos, sonriendo me dijo. Todos queremos clavarte la verga. Cuando escuché al tipo ese decirme eso, por lo borracha que estaba, sus palabras me causaron mucha risa, y en lugar de indignarme, y mandarlos a todo al carajo. Como una verdadera tonta, me seguí riendo. Mientras que los que estaban a mí alrededor, también se reían. Y más se reían, cuando yo ingenuamente les pregunté ¿Pero en serio, van a votar por el Senador? A lo que todos ellos, me volvieron a responder que sí. No sé cómo se me ocurrió decirles. Bueno si es así, vamos hacerlo ya mismo. Y sin demora, y frente a todos ellos, me comencé a quitar toda la ropa, incluso hasta mi ropa íntima, hasta quedar del todo desnuda, entre todos ellos. De inmediato, mientras el dueño del bar cerraba las puertas, se formó un alboroto, para ver quién era el primero en metérmela, a tal grado, que casi se van a las manos. En ese momento, les dije. Con calma que hay para todos, es más si quieren, hasta por el culo me pueden dar, que aparte de mamar, es una de las cosas que más me gusta, que me hagan. Ellos no dejaban de reír, y beber cerveza, cuando uno de ellos, en lugar de darme otra cerveza, me dio un chichaito, es un trago, que según creo es ron, con anís. Cosa que me bebí eso de un solo trago. Y apenas lo hice, varios de ellos me saltaron encima, penetrándome por el coño, el culo, y hasta por mi boca. Así que aunque algunos, apenas me lo metían se venían, otros me hicieron gozar como una verdadera perra, y mientras alguno me chupaba las tetas, yo movía mis caderas, viendo, y sintiendo como me penetraban, una y otra vez. En varias ocasiones fui al baño, y aunque no había agua corriente, me podía lavar el coño, y las nalgas, usando una lata llena de agua, que agarraba de un cubo, que había en el baño, mientras que varios de ellos, usaban mi propia ropa, para limpiar o secar sus vergas. Esa noche, en varias ocasiones, disfruté de varios orgasmos, a pesar de lo ebria que me encontraba. En cierto momento, mientras uno de ellos, estando de pie, en medio de aquel bar de mala muerte, me daba sabrosamente por el culo, quizás por lo mucho que había bebido, me puse a vomitar. Lo que no impidió, que él siguiera metiéndome toda su parada verga, una y otra vez, hasta que después de un rato, que yo dejé de vomitar, fue que ese tipo, sacó su verga de mi culo, y se vino sobre mis nalgas. Fueron tantas, y tantas veces, las que me penetraron, por el coño, la boca, y el culo, que perdí la cuenta. Cuando desperté a la mañana siguiente, con un tremendo dolor de cabeza, me encontraba dentro de mi auto, y recordé ligeramente que alguien me metido, completamente desnuda, con toda mi ropa, además de sucia, y apestosa, hecha un lio. Pero lo que me dio un susto de muerte, fue. Que varios niños, y adolescentes, tenían pegadas sus caras, a los cristales de mi auto. Seguramente viéndome desnuda. Como pude, y sin importarme que me estuvieran viendo así, sin salir del auto, me puse algo de ropa, para luego milagrosamente encontrar mi cartera, y las llaves tiradas a mis pies. Arranqué y me dirigí a mi casa, en el camino, me recriminaba a mí misma, como pude haber sido tan tonta, y bruta, por creer, que ellos cumplirían con su palabra. Y tan puta, como para disfrutar como lo hice, mientras me daba uno sabrosamente por el coño, y como algunos no se conformaron con eso, sino que hasta me dieron por el culo, y en un sinfín de ocasiones a todos, que yo recuerde les mamé sus vergas. Al llegar a mi casa donde tras darme un refrescante baño, y asearme como era debido. Ya que en mi casa, si tenía agua, y luz eléctrica, gracias a los contactos del Senador. Decidí llamar a la oficina, y decirles que me encontraba indispuesta. Pero mi asistente, de inmediato me dijo llorando, que me habían despedido, sin darme más explicaciones. A pesar de lo mal que me sentía, me vestí, y me dirigí a las oficinas del Senador. Por suerte lo encontré, y fue cundo él me dijo, con rostro compungido, que lamentaba mucho el tener que despedirme, pero que alguien le fue a su mujer con el chisme, de que me estaba acostado con él. Así que no le quedó más remedio que firmar la carta de despido, pero que no me preocupase, que me daría una buena compensación económica, ya que de la otra, como ahora su mujer anda para arriba y para bajo con él, iba a ser imposible. Por suerte varios de sus colegas del Senado, y del mismo partido, me habían dicho en infinidad de ocasiones, que me fuera a trabajar con ellos. Claro que una vez que se lo dije al primero que vi, de inmediato me dijo que sí, siempre y cuando, estuviera dispuesta, a trabajar horas extras, en la cama. Razón por la que actualmente no estoy desempleada…

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:29) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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