Ahora ya nos conocemos súper bien. Ahora era culiar y culiar.
Relato
Hola amigos
no tengo palabras para explicarles como ha cambiado mi vida sexual con mi tía Faby.
Lo último que les conté fue que yo hacía todo, ella se dejaba y aguantaba casi todo. Y ya habíamos estado 4 veces juntos, en distintos días.
Ahora la cosa cambió. En realidad ella fue la que cambió.
Después que entré la última (la 4°), han pasado 2 semanas sin visitar a mi tía. Me tomé unas pequeñas vacaciones con mis compañeros. Entremedio de esos días, mi tía me había enviado un mensaje preguntándome si estaba bien. Todo porque no me he pasado a su casa.
Me vuelve a enviar un mensaje y me cuenta que ahora iba a salir de vacaciones a su casa de campo. Y que le cuidara la casa.
La casa de campo está a 1 hora del condominio, completamente inmersos es un bosque nativo, con una tremenda vista a un valle desde lo alto, con regia piscina y sala de entretenciones.
Envío rápidamente una respuesta diciéndole que aún estaba en Quillón, pueblo cerca de su campo, como a 15 min de ahí. Y derechamente le pregunto por el tío Andrés, y me dice que no sabía cuando la iba a acompañarla, pero que podía llegar cualquier día.
Al segundo día de esos mensajes, me dejé caer a su campo, sin aviso, pero me acompañó el amigo que sabía que me estaba culiando a la tía. Cuando llegamos lo hicimos en silencio. Dejamos el auto de mi amigo a una cuadra y la fuimos a espiar. Eran cerca de las 10 de la noche, y estuvimos escondidos más de una hora, para poder verle algo. Pero la paciencia trajo sus frutos. Pudimos verles sus ricas tetas al aire y su culo bajo sus pantymedias, sin calzón.
Se paseó un buen rato por la casa. Mi amigo quería puro entrar y culiarla entre nosotros, hacer un trío. Que yo entrara primero, y cuando me la esté culiando, entraba él a escondida.
Era excitante, pero muy arriesgado, no sabía como podría responder. O nos mandaba a la chucha o nos aceptaba a los 2. Muy hot la idea. Pero lo que sí ameritó fueron sus buenas pajas con mi amigo.
Luego se apagaron las luces y salimos de ahí.
Amenacé a mi amigo si divulgaba algo.
Al otro día, fingí que mi madre me necesitaba y dejé a mis amigos. Y yo me fui a la casa de mi tía. Cuando llegué no estaba el auto, por lo tanto ella tampoco.
Entré y me tiré a la piscina mientras llegaba. Pero después de más de una hora no llegaba. Entonces entré, estaba todo abierto porque se estaba ventilando, habían hecho aseo. Y sin pensarlo, me fui a su habitación y le trajiné sus cajones en busca de prendas con su aroma. En una silla estaban sus prendas usadas, aún con su olor exquisito.
Y decido esperarla adentro escondido, esperando que llegara sola.
Se escucha un auto y me fondeo. Pero luego entra otro auto. Se bajan los 2 y era un maestro que le mostró una parte de la bomba de agua. Seguro era para arreglo. Lo bueno que el maestro estuvo no mas de 10 minutos y se retiró.
Mi tía Faby entró a la casa, se preparó un trago y se metió a su pieza, donde estaba yo escondido. Y la vi cambiarse enterita. Se sacó el vestido, zapatos y su sostén, y se paseó en calzones por la casa con sus ricas tetas al aire.
Estuve a punto de hacerme visible, pero la pensé y me quedé calladito.
En su conchita, se hizo un nuevo peinado, cortitos y con estilo de mohicano, algo muy nuevo para ella, porque no es de cortes o estilos vanguardistas, siempre ha sido conservadora y clásica. Parecía una chica de 25 años. Me calentó mucho, estuve a punto de correrme una paja, pero me aguanté.
Cuando salió se fue a la piscina y yo me quedé a oler sus prendas, que aún estaban calientes.
Decidí salir por atrás y volver a entrar por el portón, simulando que venía llegando.
Cuando volví a entrar, ella estaba nadando sin la parte de arriba de su traje. Y cuando me vio, claro q se asustó, pensó que era otra persona.
Se tapó sus ricas tetonas y se acercó a la orilla para ponerse la prenda.
Yo le dije que no era necesario, que ya conozco muy bien esas redondas y exquisitas tetas. pero igual se puso la prenda.
Nos saludamos normal (beso en la cara), conversamos y me interrogó de las vacaciones que me había tomado.
La conversa estuvo todo el rato tensa, fría, y cuando me preguntó que qué andaba haciendo, me calló mal, y le respondí que solo estaba de pasada, y que tenía que almorzar con mis compañeros.
Ahí cambió la actitud y fue más amable, y me invitó a que me quedara a almorzar. El tío Andrés no vendría en este viaje.
Yo de pesado, le dije que era imposible, que tenía que juntarme con Max, y le tiré una chiva para jugar un poco, para ver que me decía. Y le dije que a menos que también invite a Max. La molesté harto con eso, pero no me dijo que sí ni que no, que a lo mejor otro día.
Fingiendo que tenía que irme, me ice el rogado, y me insistió. Y me quedé. Hice como si llamara a Max para excusarme.
Al ver que ya me quedaba, me invitó que la acompañara en la piscina. Pero antes, me dio la orden de cerrar el portón, "no vaya a entrar otro intruso", riéndose.
En la misma piscina me saqué la ropa y quedé desnudo, con mi verga casi al máximo. Y ella me llama la atención y me pide que vaya a ponerme algo, un traje del tío, o por último en calzoncillos. Pero en realidad mi traje estaba mojado y escondido en la puerta trasera. Y le dije "Pero si usted ya me conoce perfectamente y enterito".
No le hice caso y me tiré desnudo. Nadé un poco y me fui acercando, esperando que tuviera buena llegada. Traté de acercarme y rosarla, a ratos la agarraba de las piernas y de la cintura. Pero cuando quise agarrarle una teta, me volvió a parar los carros. Se molestó y se salió, y me dijo que mejor iría a preparar la comida.
Yo me quedé un rato más, bañándome en pelotas. Pero luego salí y fui a ayudarla. Cuando entré se había puesto un pareo y se había sacado la parte de arriba del traje. Sus tetas se traslucían un poco con el agua en la tela. Eso me volvió a calentar. Pero me controlé, hasta el momento no había señal de buena disposición para culiar.
Me dediqué a ayudarla y darle menos importancia a mi visita, que yo creía que llegaría y me culiaría al tiro.
Como siempre, la comida estuvo demasiado exquisita. Y el postre nos los servimos afuera, en la terraza. Reposamos y yo me quedé dormido. Cuando desperté ya habían pasado 2 horas, y ella tomando sol de espalda sin su parte de arriba. Desperté otra vez caliente, y no dije ni hice nada, indiferencia total de mi parte, pero caliente.
Me invitó a dar una vuelta en bici. Y nos fuimos rumbo a un seudo mirador, con bella vista.
Ya eran cerca de las 6 de la tarde, y le comento que luego tenía que irme. Era mentira, solo quería saber si ella tenía interés que yo me quedara.
Luego fuimos a un estero escondido bajo un bosque de sauces que está a unos cien metros de la propiedad.
Yo me estaba pasando un montón de rollos en ese lugar. Yo quería puro culiármela, pero no me daba señales. Ya llevábamos como 20 minutos sentados en un tronco hablando de trivialidades, era ahora o nunca.
Me paré y hablando trivialidades caminé y me situé por atrás de ella y le agarro las tetas firmemente y me quedo ahí. Hizo un gesto de cerrar sus brazos, pero enseguida se soltó, y me dejó que se las recorriera todas. En un, dos por tres, se soltó y dejó de forcejear. Yo me apegué bien a ella por atrás, y luego de amasarle sus tetas, que estaban sin sostén, me lancé a sus piernas y le subo el pareo hasta la cintura. Se había puesto un calzoncito beige bien transparente, y desde atrás le empiezo a sobar su conchita. Caliente a más no poder, le bajo de una su calzón y la dejo solo con el pareo, tetas, concha y culo al aire libre. Yo le pesco su mano y se la pongo en mi paquete. Pero solo lo sobaba. Me tuve que bajar yo mis pantalones cortos y tirarlos lejos. Ahí empezó a jugar con él. Le faltaban manos para agarrármelo por lo duro y grande que lo tenía.
Ella se para sin soltarme el garrote y nos hace girar, y me sienta en el tronco y ella empieza a mover su culo encima de mi garrote. Cuando pasan unos 5 minutos así, me dice que me ponga un condón. Y ahí me acuerdo que estaban todos en la mochila, en la casa. Y yo le digo que sigamos así. Se da vuelta, se arrodilla y me lo empieza a chupar. También fueron unos 5 minutos cuando se para y me dice que tenemos que irnos.
Agarró su bici y partió. Yo hice lo mismo, pedaleando bien incómodo, con mi verga golpeándome con el asiento.
Llegamos juntos sin mencionar una palabra. Dejamos las bicis en la bodega y ella desapareció.
Yo empiezo a recoger mis cosas y preparando la mochila. Eran los últimos rayos de sol que tocaban los ventanales de la casa.
Yo quedé anonadado, todo era incomprensible, más bien intrigante, la verdad que no sabía que hacer.
En mi disyuntiva, se escucha una música suave y aparece ella, magistralmente vestida sexy, como me gusta a mi. Un moño casual, blusa blanca, falda negra, medias negras, esas con portaligas y zapatos de tacos negros, Su sostén era blanco con mucho encaje. Y traía 2 copas de vino.
Se sentó al lado mío en las reposeras y me llamó la atención por los condones, "que eso no te pase nunca, con ninguna mujer, a menos que quieras embarazarla".
Calladamente me tomé medio vaso de una y me recuesto. Ella hace lo mismo, pero recoge sus piernas, y su falda se le empieza a recoger, dejando ver sus muslo, envueltos en esas deliciosas medias. Se saca los zapatos y empieza a sobarme el paquete con sus pies. Me tomo el otro resto de vino y me bajo de nuevo mis pantalones, y mi tía, empieza a correrme una paja con sus pies. Cuando ya estaba a todo dar, se para descalza, se pone de espalda a mi y se me empieza a sentar en el pico, y me pregunta de nuevo por los condones. Otra vez no los tenía a la mano, pero era cosa de estirar unos 3 metros mi mano. Se paró ella y me tiró la mochila. A penas termino de ponérmelo y ella se sienta, me aplasta el pico con toda su canoa y comienza a deslizarse. Yo echado para atrás en la reposera y ella sentada sobre mi. Que bella imagen esa. Que vieja más caliente y rica.
Casi sin levantarse, hace un movimiento peristáltico y se mete la mitad del pico, y le empiezan a salir unos suaves mugidos. Afirmada con sus manos en mis muslos, separándose de mi hacía sus movimientos ondulantes. Yo trataba de empujarla hacia abajo, pero ella firme.
Me siento y quedo apegada a ella, le desabrocho la blusa y el sostén y le agarro sus tetas. Sus pezones estaban que reventaban, se las masajeo ambas al mismo tiempo y los suspiros llenan la terraza con eco. Y de una, se deja caer y se clava toda mi verga, le llegué a tocar sus entrañas. Me empujó hacia atrás y siguió sola moviéndose, hasta hacerme acabar.
Yo preocupado porque ella no acabó conmigo después de todo el trabajo que hizo. Pero me dijo que no me preocupara, ya le iba a pagar.
Ella llenó las copas y trajo un picadillo, mientras yo me limpiaba. Cuando volvió, no dejaba de jugar con mi verga. No me dejó que me pusiera el pantalón.
Ella se había arreglado un poco, pero solo la blusa, el sostén se lo había sacado. Y además, cuando apareció vestida así, ya estaba sin calzón, vestida para matar.
20 minutos así comiendo, bebiendo y jugando, mi verga vuelve a estar operativa. Entonces, me agarra de la mano y me dice que me vista, y ambos a pie pelado, ella aún con sus medias, salimos al portón y me lleva al bosque de sauces, de la mano. Llegamos al mismo tronco, donde aún estaba tirado el calzón beige. Me tira al tronco y se arrodilla y vuelve a chupármelo, esta vez fue con dedicación y pasión. Cuando ella se detiene y se para, yo me pongo otro condón, listo para. Ella se da vuelta, me agarra mis manos y se las lleva a su falda, que era para que yo se la subiera. Falda remangada y blusa desabrochada, tetas al aire y me la tira encima, esta vez clavándomela yo, con todas mis fuerzas que me quedaban.
En pleno bosque, a media oscuridad, mi tía se transformó en un verdadero animal mugiente.
Entre quejidos, suspiros y mugidos llenaban el estero. Todo muy despacio pero agresivo. Se cargaba contra mi con tanta fuerza, que poco le faltaba para que entrara en mi cuerpo.
Yo no le soltaba sus pezones, se los apretaba con cierta fuerza, que ella misma se encargaba de darme clases.
En un momento, le empezó a dar unos tiritones arrítmicos, me aprieta los muslos pellizcándome, y con un gran movimiento de piernas, se gira hacia mi y veo volar una pierna sobre mi cabeza, y queda sentada de frente a mi acholloncada, afirmada en el tronco, me empieza a besar mi boca y sigue con sus movimientos, y que le apriete sus pezones. La penetración fue total, tanto así, que en menos de 2 minutos acabamos juntos. Nos quedamos unos 10 minutos moviéndonos en cámara lenta y a ratos.
Cuando nos separamos, sin decirnos nada, ella me saca el condón y me chupa toda mi verga, dejándomela limpiecita. Eso me calentó a mil. Por primera vez prueba mi semen y se lo traga, no era mucho, pero algo es algo.
La tiro al suelo, al pasto, y me tiro de cabeza a lamerle su conchita, que estaba a 100 grados. No me aguantó mucho, pero se dio vuelta y se puso en 4, volví a lamerle todas sus ranuras, a ver si soltaba el más pequeño. Intenté meterlo pero me sacaban de ahí. Así es que usé su conchita, nuevo condón y nuevo orgasmo, solo yo, ella descansó, sus piernas aún tiritaban.
Dejamos todo tirado, no teníamos ganas, ni siquiera de pararnos, nos hubiese gustado quedarnos ahí hasta el otro día. Pero no se podía.
Ya eran cerca de las 11 de la noche cuando volvimos a la cabaña. Nos terminamos la botella y los picadillos, y nos fuimos a la cama.
Jugamos un poco con los pies, nos calentamos un poco, hicimos cucharita y nos quedamos dormidos así mismo.
Al día siguiente, el primero en despertar fui yo, estiro mi mano y me encuentro con una tremenda mujer. Era cierto, no lo había soñado.
Esa mañana volvimos a culiar, lentamente y sin apuros. Fue un gran concierto de exquisitos besos y muchos cariños sanos y mágicos.
Nos fuimos juntos a la ducha y solo fueron lindos masajes y caricias. Nos corrimos manos sin vergüenza y sin mala intención, solo sinceras caricias.
Tomamos desayuno y luego fuimos al pueblo a comprar, como todo un matrimonio, supermercado, tienda de ropa y carnicería. Yo no la había visto tan contenta y feliz.
Al llegar a la cabaña, nos pusimos traje de baño y a disfrutar de la piscina. Al rato nos fuimos a preparar el almuerzo. Mucha risa y conversación sana y algo de suspicacia.
En la tarde volvimos a sacar las bicis y recorrer la otra parte del cerro.
Ella se puso un vestido blanco ultradelgado zapatillas y solo pantymedias.
La vista del cerro era realmente fabulosa, un gran árbol nos protegía del candente sol y la brisa nos peinaba el cabello.
Sacamos una manta y del bolso las cosas para comer y tomar; frutas y nueces, y un buen vino chileno.
Yo estaba más feliz que perro con pulgas, lo único que quería en todo el día era culiar, culiar y volver a culiar. Y cada vez que estiraba las manos, me las recibían y empezaba todo otra vez.
Las variaciones las daba los lugares donde lo hacíamos. Pero aquí en el cerro, la cosa tomaba mayor protagonismo. La sensación de estar al aire libre, a vista del tremendo valle y cielo, le dio un tremendo toque de erotismo. Los condones se me habían quedado abajo. Pero mi tía Faby traía los suyos.
Al bajar el sol, volvimos a la cabaña y me puse hacer el asado. Un asado solo para 2 personas y con un buen vino.
Ella tomó el celular y llamó al tío Andrés.
El asado fue solo 30 minutos, más 20 para comérnoslo.
Llené su vaso varias veces. Ella, como si no hubiese comido nada, se me tira encima y empieza a devorarme sin parar y, como si fuésemos uno solo, partimos a la cama sin decirnos nada.
Mi tía Faby estaba muy prendida, no dejaba de besarme, estaba casi desbocada de pasión.
La conversa con mi tío Andrés la tuvo que dejar así.
Esa llamada era para saber si llegaba o no, y así estar tranquilos.
Esa noche descubrí 2 cosas:
1- a mi tía Faby le encanta usar pantymedias, tener sexo con ellas puestas y que le hagan masajes, manosearla y ojalá no sacárselas mientras se la culean.
2- le encontré su mayor punto G, y eso es ORO en estos tiempos.
En un momento que se detuvo de besarme, me dijo que iba a buscar las copas de vino. Y cuando volvió, venía vestida, mejor dicho semi vestida con medias, ligas y un babydolls, todo en un delicado color gris oscuro y beige. Realmente se veía como una diosa. Para mi lo era.
Al dejar las copas en el mueble, le dio un último sorbo y se me tiró encima.
Ya no era necesario que ella me dijera qué tenía que hacer, solita se ponía en las distintas poses y yo atacaba.
Pero todo era para ella, en las poses que asumía, era para que le hiciera todo. Me hizo que la besara por todos lados. Cuando llegué a su conchita, se me puso como gata regalona, tirada de espalda, y me abrió las piernas, invitando a entrar. Con el punto G y mi lengua, la hice gemir y vociferar.
Yo no aguanté más y me puse el primer condón y me tiré encima en pelotas. La pude clavar varias veces, pero no me dejaba acabar.
Al rato, después de ponerse y quitarse mi verga varias veces, se me pone como perrita en celos, y yo la agarro de las caderas y me la vuelvo a clavar. Yo no tenía para que moverme, la diosa sabía lo que hacía.
Se sale de ahí y da media vuelta, me vuelve a besar la boca sin parar de pajearme.
Baja y me saca el condón y me besa apasionadamente la verga, dejándola empapada. Se da otra media vuelta y queda con todo su culo levantado y hacia mi, y me tira la frase más emocionante y caliente que nunca más olvidaré "Déjame sentirte adentro y entero, y no te preocupes".
Yo titubeando y sin entender o comprender mucho, con harta inseguridad, y por si acaso, tomé otro condón, y me lo tiraron lejos. Y me vuelve a dar otra frase para el bronce "Déjalo, quiero sentirte adentro. Quiero que disfrutes y me disfrutes plenamente, hasta la última gota."
Qué le dijeron al felino frente al gallinero. Mi sangre corrió tan rápido por mi cuerpo que llegó a quemarme.
Le quedé mirando hipnotizado todo su gran culo y me quedé pegado pensando qué hacía primero. Creo que quedé IMPACTADO con la tremenda invitación.
Mientras, ella esperaba a que yo reaccionara.
Lo primero que se me ocurrió, fue besarle todos sus hoyitos, suaves y rosados, a lo más películas pornos. Me colgué de sus nalgas, las abría y cerraba en toda mi cara. Mi lengua y nariz estaban sumergidas en esa exquisita conchita.
Ella no disimulaba nada con sus sentimientos, estaba toda desinhibida y entregada, toda una diosa, la Diosa Venus.
Yo estaba ensimismado comiendo conchita, hasta que una mano me sacó de ahí y escuché entre susurros y gemidos "por favor, por favor, ahora". Me erguí de rodillas y me puse justo detrás. Apunté mi verga justo en su concha, y le pregunto por última vez "sin condón??". Y antes que terminara mi frase, ella sola se pega la clavada. No se quién de los 2 gimió más. Pero mi verga entró casi toda de una.
La agarré de las caderas y la empujo con toda mi fuerza. Pero ella se quejó y quiso salirse. Pero sin soltarme, empieza de a poco a metérselo.
Me tomó una mano y me hizo que le rodeara la cintura para tocarle su clítoris. Botón perfecto para activar modo Venus.
Mi tía pierde la sincronización de sus movimientos y empieza a gemir y resoplar, y me dice "Ya, por favor, ahora". Y sin que me soltara mi mano, empiezo a envestirla. No fueron más de 3 minutos y empiezo con mis quejidos. Y mi tía, a penas me siente, me agarra de las nalgas y me empuja hacia ella, para no moverme. Solo sentía que adentro, algo me succionaba mi verga.
Cada evacuada mía, mi tía lo sentía y gozaba cada chorro, cada gota. Y yo sin moverme, inmovilizado.
Nunca había acabado sin moverme, todo mi cuerpo se sincronizó para darle este gran momento a mi verga, quien era el actor principal.
Luego nos quedamos un rato así, esperando estrujar hasta la última gota.
Y antes de pararse, se da media vuelta y me la chupa entera, ya a media erección, haciendo un movimiento desde debajo de mis bolas hasta la punta. Y de arriba miraba como salían las últimas gotas de todo mi sistema reproductor.
Se dio una pequeña vuelta al baño y luego se acuesta al lado mío. Y me dice que estuve genial!!!.
Yo como un buen macho recién alagado, la abrazo y nos quedamos dormidos.
No se cuánto tiempo habría pasado, pero estaba teniendo sueños muy eróticos. Y cuando despierto, mi tía estaba abajo chupándomela de nuevo. Y yo, ni tonto ni perezoso, seguí el juego, me hice el dormido.
Pero en realidad no duré mucho, mi tía era irreconocible e insaciable.
Levanté la ropa de cama y ahí estaba, a 2 manos. Imposible hacerse el dormido.
Cuando ya desperté bien y me integré, agarro a mi tía y la pongo boca abajo y me la culeo desde atrás, intentando entrar por su ano. Pero fui rotundamente rechazado, en todos los intentos.
Yo ya todo un macho, le digo al oído: y qué era eso de "Quiero que disfrutes y me disfrutes plenamente...??".
Y yo le digo que, para estar "plenamente", me faltaría solo eso.
Traté y traté pero realmente no me dejaron, y se me anduvieron enojando. Me dieron varias razones, pero hay una que era razón suficiente: Nunca la han penetrado por ahí. Y yo podría confirmar que eso podría ser verdad. Porque cada vez que trataba de meterle un dedo reaccionaba mal.
No seguí insistiendo y terminamos culiando normal, pero rico cada vez más.
No voy a alargar más con tanto detalles. Pero al otro día, salimos temprano a comprar al pueblo. Mientras ella estaba en una tienda, yo aprovechaba otra. Y entre eso, pasé a una farmacia y compré un gel íntimo, y con efecto calor.
Llegamos a casa, nos bañamos, cocinamos y almorzamos.
Y en esas, llama el tío Andrés, y avisa que llagará a almorzar al día siguiente. Se le adelantó 3 días.
Luego de reposar un rato, pescamos las bicis y nos fuimos al mirador. Con la mochila llena de picadillos y un vinito.
Estuvimos hasta las 6 de la tarde. Pasó de todo, pero menos eso. Insistí en todo momento, pero nada.
Al bajar, mi tía se tiró a la piscina, mientras yo preparaba los tragos. Esta vez hice un clavo oxidado para empezar, bien cargado (whisky, drambuie, clavo de olor y naranja), luego unos mojitos. Y me incorporo a la piscina.
Estando en el agua, le comenté de la llegada del tío, y que yo tenía que irme hoy, para no encontrarme con él. Pero ella dijo lo contrario. El tío llegaba a almorzar, por lo tanto, podía irme en la mañana.
El más afligido de los 2 era ella, la noté preocupada.
Pero nada mejor que unos jueguitos en el agua para quitar esas penas.
Yo me lancé por ella a toda costa, no quería desperdiciar ni un momento. Ella me acompañó a todas mis tonteras. Tratamos de culiar en el agua, pero la sensación es un poco incómoda. Jugamos un rato más en el agua, totalmente en pelotas los 2.
Yo ya había hecho 3 mojitos más, los de ella los había hecho más fuertes.
Recorrimos toda la propiedad culiando, como si el mundo fuese a acabar.
Ya las 10 de la noche, después de 2 mojitos más, nos fuimos a la cama bien valentonados, más ella que yo. La hice vestirse y ponerse esas pantymedias abiertas al medio, le dije que jugaríamos a conquistarnos, seducirnos.
Pero el juego fue cambiando de categoría. De una simple seducción, a una violación.
La tiré a la cama y fingía que la estaba forzando. Hasta la amarré de sus 4 extremidades, boca abajo, como una estrella de mar.
La recorrí entera con mi miembro y mi lengua.
Yo no se si estaba siguiendo el juego o de verdad se estaba volviendo loca.
Cuando me concentré en su centro, apagué la luz y quedamos casi a oscuras, solo luz de las estrellas.
Besé todas sus ranuras, deteniéndome más en su ano. Mi lengua trató muchas veces de entrar lo más que pudo, y no fue rechazada, es más, mi tía gemía y levantaba su culo.
Cuando noté que no había rechazo, recogí el gel y lubriqué uno de mis dedos, y me puse a jugar, rosando cerca y encima, y seguían más los gemidos.
Con mi otra mano, empecé a rosar su clítoris. Yo ya lo estaba disfrutando al máximo, y ella más aún.
Volví a lubricar mi dedo y además, su rosado y esquivo anito.
Muy despacio me aguantó todo el dedo. Y al cabo de unos pocos segundos, empieza a sentir el calor del gel. Me decía que estaba "caliente" y que estaba en llamas. Y me empezó a pedir media enojada que la soltara. Yo le agarro un brazo para empezar a soltarle, pero ella lo alejaba. todo eso sin dejar de gemir y sacudirse y levantar su culo. Intenté desatarla 2 veces más, pero ella volvía a alejarlos. Entonces, me acordé de mi padre, que más de alguna vez me dijo que" las mujeres son difíciles de entender; cuando dicen SÍ significa NO, y vise versa.
Entonces seguí con mis dedos. Pero ella estaba cada vez más loca, gimiendo y meneándose.
Cuando cambié de dedo al más ancho y largo, mi tía cambió, dejó de moverse, de gemir, y solo pegó un suspiro hacia adentro.
Mi dedo sentía unos latidos interiores. Entonces, hice el cambio, el dedo por mi pene. Lubrico bien ambos y me tiro encima. Muy despacio fui probando puntería. Estando en esas, mi tía pregunta si me puse condón, sino no.
Yo caliente le dije que sí. Y seguimos jugando, pero no me iba bien, ella se corría y se quejaba. Alcancé a meter solo la mitad de mi cabeza. Y mi tía se encogió como almeja con limón.
Yo le tenía muchas ganas a ese hoyito, pero ella siempre me lo dejaba claro que no era negociable, hasta ahora.
Todos sus síntomas y señales que emitía eran que ella quería probarlo por ahí.
Volví aplicar doble ración de gel, pero esta vez probé usar dos dedos. Me costó pero fui aceptado.
Entonces, también me apliqué doble porción de gel a mi pico y me fui en picada.
Otra vez fueron varios intentos pero no me aguantaban. NO era por que ella no quería, sino que le dolía o molestaba. Ella misma se lo ponía, pero solo la mitad de la punta.
Yo estaba que acababa encima. Estábamos los 2 bien mareados y calientes.
Me separé un poco de ella, le eché un buen chorro de gel a todas sus ranuras. Le metí varios dedos en la más grande, y me pongo justo a la entrada del chico, meto mis manos por debajo de ella y le sobo sus pezones. Cuando empieza a gozar mis toques, le mando media clavá y entra toda la cabeza, y mi tía se comprime entera, grita y queda inmóvil. Pero con toda mi cabeza adentro. Y pone una de sus manos entre nosotros.
Yo ya no aguantaba más. Le retiro la mano y se la sigo metiendo, despacio pero firme, sin dejar de sobarle sus pezones. Solo llegué meterle la mitad. Pero con eso fue suficiente para evacuarle toda mi leche que me quedaba.
Me quedé así hasta vaciar mi última gota.
Cuando ella sintió mis chorros calientes, me preguntó enojada; "lo metiste sin condón!!??". Yo sin miedo y también enojado le respondo: "Hace rato que quería hacerlo y usted también. Y ahora solo tiene que aguantarlo todo, que aún llevo la mitad.".
Como ella estaba contra la cama y yo, seguí metiéndolo, y ella aceptó, pero que ella lo controlaría. Solo logré meter el 75%, ella se quejó mucho. pero me dejó que lo disfrutara, sin regañarme más.
Quise sacarlo, pero ella seguía incómoda. Me dijo que esperara un poco a que todo disminuyera.
A penas lo saqué, me mandaron a lavarme.
Al volver, nos quedamos dormidos, pero no por mucho.
Aún no cantaban las aves, y mi tía se despierta y empieza a jugar con mi pico. Al ver que no reaccionaba, bajó a despertarlo. Luego se pone de cucharita y solita y jugando se lo metió. Yo me quedé entre dormido y disfrutando, estaba muerto, pero el de abajo ya sabe que debe hacerla feliz sí o sí. Al cabo de unos buenos minutos, siento a mi tía gemir y moverse a estertores. Hasta que dejó de moverse. Y así mismo nos quedamos.
Al otro día fui el primero en despertar, y bien recuperado. Me sentía como niño al otro día de navidad, con ganas de volver a jugar con mi nuevo juguete.
Sabía que ya estaba en mis últimas horas.
Aprovechando que aún estábamos de cucharita, quise culiármela de nuevo por el chico, pero no me aguantaron.
Nos levantamos, desayunamos y culiamos por última vez ese día.
Fue lento, sensible, suave, pero lleno de pasión y cariño.
Fuimos a comprar al pueblo, más bien a reponer la mercadería, el tío llegaba a almorzar y aprovechó de dejarme en el paradero.
Yo me fui a Conce, a mi casa, 1 hora de viaje en bus. Me vine pensando todo lo vivido, y que las hice todas. Y con una diosa.
Como Reflexión, les digo que atrévanse, los jóvenes, a tener una experiencia sexual con una madura, 20 años mínimo de diferencia. Ellas saben como hacerlo, o hacernos sentir. Y hay muchas maduras que quieren tener una experiencia así, pero no se atreven a dar el primer paso, por 2 motivos: la pueden tildar de puta (buena para la cama), y 2, porque no se atreven. Por eso nosotros tenemos que dar ese paso. Y tenemos 2 opciones: que seamos rechazados o, aceptados.
Toda esta historia las fui escribiendo a penas me pasó. No quiero olvidar ningún detalle.
Ya sabrán de mi si tengo más encuentros con esta diosa, mi tía Faby.
Y el no perdió ni un segundo de el momento, me dijo con mucha morbosidad ¡Ahora puta súbete la falda y retráncate en la pared! Yo con rabia fui subiendo lentamente la falda de mi vestido hasta mi cintura, el se alejo unos metros deleitándose con mis piernas, yo vi clarito como su verga creció dentro su pantalón, tomo una cama fotográfica sacándome varias fotos en esa pose tan humillante para mí.
Relato erótico enviado por Anonymous el 11 de September de 2009 a las 23:52:41 - Relato porno leído 161881 veces
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