¡Por fin!... Despues de que mi hermana y mi amiga Dora no quisieron saber nada mas de nuestros juegos conoci a Lucila.
Relato
Por fin...por fin...por fin...por fin...
Al fin dejo de llover y sali corriendo a la farmacia a comprar algo para cenar. Tome lo que llevaria e hice fila en la caja para pagar. Estando ahi parada senti que alguien mas se paro detras de mi y voltee a mirar, era una mujer como de unos 45-47 años que me sonrio; "cuanta lluvia", me dijo sonriendo.
Sali de la farmacia y ella venia detras de mi; "¿eres de por aqui, verdad?, ya te habia visto antes", me dijo.
Antes que le contestara saco un cigarro y lo encendio ofreciendome uno; "¿fumas?", me pregunto.
Le conteste que no y me dijo que la acompañara a fumarselo. Nos sentamos en el borde de una jardinera y empezamos a hablar de cualquier cosa.
Al soltar el humo levantaba la cara y su cuello se estiraba un poco, que lindo cuello tenia. Llevaba puesta una falda suelta y larga casi hasta el tobillo, una blusa un poco escotada y una chamarra con sandalias de piso. Tenia los ojos color miel un poco verdes y una boca grande de labios gruesos. Me dijo que tenia tres hijos pero que solo su hija vivia con ella, que era divorciada y que tenia 47 años. Es delgada y como de mi estatura.
Le dije que yo tenia poco viviendo en esa colonia y que vivia sola. "¿No tienes amigas por aqui?", me pregunto.
No, casi no salgo por aqui.
El dia que quieras te invito un cafecito a la casa, me dijo.
"A veces nos juntamos una amiga y yo a platicar de todo y de nada, ya sabes", concluyo.
Le digo que me gustaria ir un dia a platicar con ellas y nos damos los telefonos.
"Me parece bien", dijo, "me llamo Lucila", termino.
Yo me llamo Marcela, le dije.
Bueno, entonces nos hablamos, nos dijimos y nos levantamos para irnos.
Me fui caminando pensando en ella: 47 años, divorciada, delgada, guapa, sexy.
¡Claro que iria al cafecito!
Pasan unos dias y timbra el telefono y alcontestar oigo la voz de mi nueva amiga.
Hola, me dice, te acuerdas de mi, soy Lucila, platicamos el otro dia afuera de la farmacia.
- si, si, hola ¿como estas?
Bien, oye te llamo para decirte que mañana vamos a visitarte, ¿te parece bien?
- Si claro, le contesto.
Entonces ahi estamos despuecito de las seis, nos vemos.
Basto eso para sentir como mi pantaleta se mojaba.
¿Seria mi imaginacion?
¿Como sera la amiga?
¿Como me visto?
¿Como vendran ellas vestidas?
El Viernes por la mañana me fui a comprar un pequeño atuendo por si se daba algo interesante, ¡interesante y caliente!
Me compre un micro-bikini blanco en una likra blanca transparente diminuto. El bra apenas me pasaba por la orillita de mis pezones y la tanguita era en forma oval con una argolla arriba de donde salia el hilo para sostenerse en mi cintura. La forma de la telita era la misma de mi panochita, es un tejido tipo red. Me rasure y me depile para estar lisita.
Me perfume y me puse unos zapatos de tacon no muy alto, como de seis cms de un color rosa nacarado, me puse mi mini-tanguita y el micro-bra, me mire en el espejo y me encanto lo que vi. Me puse una falda muy parecida a la que llevaba puesta Lucila el dia que nos encontramos en la noche. Blanca a media pantorrilla, es de esas faldas que se bajan si no tienes buena nalga, con resorte en la cintura y ya sabia yo que se me estaria bajando por mis nalguitas de adolescente, la idea me gusto; enseñar mi vientre plano y el resorte de mi tanguita. Una blusita del color de los zapatos y de tirantitos completo mi atuendo, sombra en los ojos y labial ultra-rojo. Pense en ponerme mi dijecito, mi mini-penecito en mi tobillo o en la muñeca pero no me anime, lo dejaria para otro dia, lo vi y me lo meti en mi boca para darle una mini-mamada y despues lo guarde.
Llegaron poco antes de las siete.
Me presento a su amiga, una trigueña clara de unos treinta años, un poco mas bajita que nosotras, muy bonita de cara.
"¡Hola, me llamo Beatriz!"
¿Como estas Beatriz?, le dije.
Tenia puesto unos zapatos verdes perico con una correa en los dedos y una cogiendole el tobillo con una talonera detras. Un pantalon muy ajustado a la rodilla de mezclilla, una chamarrita de mezclilla muy cortita y una blusa blanca.
Sus pantorrillas eran gruesas y muy bien torneadas, y asi se veia toda ella, de muslo grueso cadera ancha y cintura delgada, tetas grandes y pesadas, de cabello alborotado degrafilado, de ojos grandes marrones y boca chica pero de labios gruesos.
Lucila tenia un vestido largo ceñido al cuerpo que sin ser ajustado le delineaba su esbelta figura de una forma que la hacia verse muy rica. Era a media pantorrilla de tela con likra en color salmon bajito con zapatos negros de tacon mediano y un como rebozo que la envolvia hasta la cintura.
Las invite a entrar y Lucila se quito el rebozo y pude ver sus brazos delgados pero marcados y vi que no tenia brasier y sus pezones se le notaban, eran obscuros y grandes. Tenia una tanga en rojo o violeta.
¡Venian bien dispuestas!
Y yo las estaba esperando.
Les pregunte si querian tomar algo y Beatriz me pregunto lo que tenia.
Vino tinto, cerveza, tequila.
"Yo un tequilita", dijo Lucila.
"Yo mejor vino tinto", dijo Beatriz
Traje las copas y las botellas y yo destape una cerveza.
Me preguntaron que si la casa era mia o la rentaba y de si tenia hijos o si era divorciada, que a que me dedicaba. Al servirnos la tercera ronda las invite a ver mi rinconcito en el patio de atras y al verlo se les abrieron los ojos.
Habia bajado las cortinas de un lado y con la velas encendidas se veia muy lindo y seductor. ¡Uy que lindo y coqueto esta esto!, dijo Lucila.
¿Asi estaba cuando te cambiaste o tu lo arreglaste?, me pregunto ella misma.
Yo lo arregle, era un asador con barra.
Oye, ¿y no se asoman a fisgonear los vecinos?, me pregunto Beatriz.
No creo, las bardas son muy altas y por la tela de invernadero no se ve nada para aca abajo, ademas esta doble.
Lucila me dice que porque no nos traemos las bebidas para aca y nos sentamos en el borde o dentro de la tina.
"Si bajamos las cortinas con las velas prendidas esta muy rico".
Traemos las botellas y las cervezas y nos metemos a la tina quedando sentadas en el borde con los pies metidos en la tina vacia.
Esta un poco nublado y la noche esta oscura y ahi dentro con las velas encendidas se respira un aire de complicidad excitante.
Lucila me dice que si no tengo algo para taparnos lo sojos; ¿taparnos los ojos?, le pregunto.
"¿Si, tienes algo para taparnos los ojos?", insiste.
Voy a la casa y traigo unas mascadas y pañuelos y dos corbatas.
Se las doy al tiempo que le pregunto que cual es su idea.
Las toma y me dice que nos fijemos donde estan las bebidas, Beatriz se ha quitado la chamarrita y su blusa es escotada y le deja ver buena parte de su brasier verde perico igual que sus zapatos, son de esas blusas que se usan para dejar ver el brasier. Tiene tetas grandes, se le ven pesadas y duras con los pezones notorios.
Estan las cortinas de bambu bajadas y las velas iluminan el espacio reflejandose en los espejos haciendo que nosotras nos veamos en los espejos como en un juego erotico.
Lucila tiene una pierna doblada y el vestido se le ha subido un poco y por la posicion tiene las piernas un poco separadas lo que deja ver un hueco oscuro entre sus piernas delgadas y blancas.
Beatriz ae ha sentado dentro de la tina y se ha quitado sus zapatos. Lucila se acerca a ella y le hace el pelo para atras para poder ponerle la corbata, lo hace como en un rito y Beatriz lo permite docilmente.
Tiene su copa en la mano y le dice a Lucila que me tape los ojos a mi. Me hace un ademan con la mano y yo me acerco a ella como hipnotizada. Me siento delante de ella sintiendo su rodilla en mi cabeza, me amarra la mascada y me da en la mano mi cerveza fria. Al darmela me pasa sus manos por las mias mas de lo necesario.
Me siento frente a Beatriz y me quito mis zapatos.
Nos dice Lucila que ya se esta poniendo la otra mascada y se baja tambien ella dentro de la tina diciendo que se va a aquitar sus zapatos para poder estar mas comoda. La tina no es muy grande, es una tina normal de jacuzzi.
Ya estamos ahi las tres, con los ojos vendados dentro de la tina.
Junto mis rodillas hacia mi pecho y siento como la falda se queda en el piso, recuerdo la tanguita que traigo puesta y deseo que Lucila no se haya puesto la mascada, asi podria verme mi cosita tapada por esa telita transparente.
"¿No se les hace rico estar asi?", nos pregunta Lucila.
"¡Uy si!", le contesta Beatriz.
Beatriz dice que ya se le termino su vino y que se va a servir otro, al moverse siento como su pantorrilla queda sobre mi pie, la siento tibia, pesada, dura.
"¿Es tu pie Marce?", me pregunta
al decirle que si me dice que los tengo bonitos, delgados y largos.
Se sirve y al volverse a acomodar su pantorrilla roza la mia.
Al terminarme mi cerveza me pongo de rodillas para servirme otra y quedo sintiendo un hombro de Lucila un poco abajo de mi cintura, en la ingle. Al sentarme quedo muy cerca de Beatriz, oprimiendonos un poco las caderas.
Lucila nos dice que se servira el ultimo y se pone de rodillas para alcanzar la botella y al quedar asi con su pie me toca la parte externa de mi nalga.
Se sienta de nuevo frente a nosotras quedando cada uno de sus pies entre nuestros pies, siento esa cercania, su pie tan cerca de los mios, su rodilla entre mis rodillas y nuestros dedos apuntando hacia nuestas rajaditas.
¿Cada cuando usas la tina Marce?, me pregunta Betina.
Una tres o cuatro veces por semana, le contesto.
Confiando en que no nos vemos me bajo un poco para acercar mi humeda rajita al pie de Lucila, haciendo sentir a Bety el roce de mi cuerpo. Muevo un poco mi pie buscando tocar el tobillo de Lucila y lo encuentro. Ella no lo quita, al sentir la cercania lo deja ahi,y yo deseando que el contacto abarque hasta la pantorrilla.
Betina pone una de sus manos sobre mi rodilla diciendome que que me veo muy bien asi de delgada.
Ya siento el tobillo y la pantorrilla de Lucila totalmente pegados a mi pierna y ella ejerce una leve presion y ambas empezamos a hacer un movimiento muy sutil, casi imperceptible. Con el movimiento su pie se desliza un poco hasta casi tocarme; ¡cuanto lo deseo!
¡Cuento quiero que me cojan entre las dos!
Una alta delgada, estilizada, muy blanca de 47 años. la otra mas bajita de cuerpo super-cachondo de piernas gruesas y caderas anchas, de 30 añitos, trigueña.
Pensando que eso no puede ser casualidad ni un simple juego, cojo del tobillo a Lucila y ella de inmediato me toma de mi muñeca.
Rapidamente nos tomamos de la mano y le llevo su mano hacia la parte interna de mi muslo haciendo que recorra parte de el sin llegar a mi amiguita que ya me deja oler sus vapores. Ella continua acariciandome mi muslo pero ahora lo hace con sus dos manos mientras con su pie me toca mi rajita.
Betina se me acerca y me dice: ¿Te gusta?
Yo le contesto que si y me pasa su lengua por detras de mi oreja y luego me pregunta; ¿quieres seguir?
Yo contesto que si.
¿Segura?, me dice.
Si..si...sigue,..que rica lengua!!!
Lucila me jala hacia ella y quedamos entre-piernadas apretando nuestras puchitas.
Me pasa sus labios por los mios apenas rozandome: ¡Como me gusta ese olor a tabaco y tequila!
Siento su aliento sobre mi cara, recorre toda mi cara oliendome y haciendome que huela ese olor, su aliento tan caliente, con olor a tabaco tequila y mujer caliente.
La oigo resoplarme y echarme aire en mis ojos, en mi boca.
Me lamme mis labios haciendome sentir su lengua humeda, grande y dura. Le ofrezco mi lengua y me la empuja con la suya haciendo que yo haga lo mismo. Es como si nuestras lenguas se pusieran erectas.
Betina se pone detras de mi y me abraza con sus piernas mientras mete sus manos por debajo de mi blusita. Me masajea mis tetas haciendo que mis pezones se pongan grandes y duros. Mete sus manos entre nosotras y a las dos nos separa la telita de las tanguitas, despues nos acerca para permitir que sean nuestra amiguitas mojadas y resbalosas sigan jugando, sigan re-conociendose.
Me pasa sus labios por mi nuca diciendome que le gusta que sea caliente; como nosotras, me dice.
¡¡¡Si..si..soy bien caliente...soy bien puta...cojanme!!!
Lucila me esta chupando mi lengua y las dos no dejamos de movernos apretando nuestras putitas rajaditas.
Betina me saca la blusita y me hace a un lado el bra diciendole a Lucila que me chupe mis tetas. Lucila me hace para atras y me empieza a pasar su lengua por un pezon mientras Betina me pasa sus manos por todo mi cuerpo. Me da pequeñas mordiditas en mis hombros, me levanta un brazo y me huele mi axila y luego me pasa su lengua y Lucila sigue chupandome mis tetas.
¡¡¡Que maravilla hacer esto con los ojos vendados!!!
Con una mano intento desabotonar el pantalon de Betina y ella me ayuda y puedo oir como truena al safarse el boton, le bajo el cierre un poco y ella termina de hacerlo.
¡Quitatelo!...
¡Quitate el pantalon!, le ordeno!.
¡¡¡Quiero sentir tus piernotas encueradas!!!
¡¡¡Pinches piernotas tienes!!!
Ella se sienta en le borde de la tina para quitarse el pantalon y cuando oigo que se lo saca me volteo para meter mi cabeza entre sus piernas y oler esa cosita que tanto me enloquece.
Ella separa sus piernas y empiezo a olisquearle sobre su tanga y a pasarle mi lengua.
Al hacerlo quedo de espaldas a Lucila que me empieza a acariciar mis nalgas con sus dos manos haciendome a un lado el hilito de mi tanguita.
Mientra yo le quito su tanga a Betina, Lucila me mete su lengua en mi culito y me hace pedirle mas y mas.
Betina nos dice que se va a quitar el bra y Lucila me quita a mi el mio. Cuando nos detenemos un poco para hacerlo yo me levanto y ya sin bra Lucila me pasa sus manos por todo mi cuerpecito que esta que arde. Me soba por todas partes, arriba, abajo, nuevamente arriba, entre mis piernas. Mi puchita ya devoro la tanguita y solo tengo un hilo que me rodea mi cintura y que me pasa por entre mis nalgas y mis labios hinchados mojados y ardientes.
Lucila me dice que me quitara ese hilo tan estorboso y yo encantada hago mi cadera hacia ella. Levanto una rodilla y despues la otra para que me saque el hilito y nos dice que se quitara su vestido. Al ponerse de pie para quitarselo yo me volteo hacia ella y la abrazo de su cintura pegando mi cara a su vientre, le busco el pubis con mi boca y entierro mi cabeza en ese lugarcito tan oloroso y calientito. Le tomo los tobillos y le recorro sus pantorrillas una y otra vez hasta empezar a subir mis manos por sus piernas.
Betina nos dice que no la dejemos sola, que a donde nos fuimos.
Yo sigo acariciando las piernas de Lucila. Cuando llego a sus caderas le paso mis manos hacia sus nalgas y las siento desnudas, se las acaricio hasta sentir el hilito de su tanga. La volteo para besarle sus nalgas y ella me las ofrece. Yo le bajo su tanga y le paso mi lengua hundiendo mi cara entre sus nalgas buscando su culito, su sabor. Le doy unos toquecitos y me paro para sacarle su vestido.
Ya paradas las dos nos abrazamos dandonos las lenguas y sintiendonos todas.
Betina se me acerca por detras y me lamme diciendome; "¡que ricas nalguitas tienes Marce!
Ya estamos las tres encueradas pero no nos podemos ver, eso me gusta, es como estar haciendolo a escondidas de nosotras mismas.
Le digo a Lucila que se acueste en el piso de la rina porque le quiero chupar su rajita y ella de inmediato lo hace. Me guio con mis manos para llegar a su cosita y le paso mis labios por toda su cosa abierta y mojada, ella entre susurros me dice que si; "asi...asi...si...comeme...comeme...asi...asi".
Le paso la puntita de mi lengua por el centro de su pucjita y empieza a gemir de una manera muy lenta y en susurro.
Le digo a Betina que mientras estoy a gatas mamandole a Lucila ella me meta uno de sus zapatos en mi rajada.
Me pregunta que si el tacon o la punta y le digo que la punta, que me meta la punta de su zapato.
Desde que la vi llegar me excite de verla subida en esos zapatos altos, verdes, que le dejaban ver sus pies desnudos y le continuaban sus piernzas gruesas y bien formadas.
Mientras le mamaba la pucha a Lucila Betina me empezo a meter la punta de su zapato.
¡Como se resbalaba!
Lo sentia lisito y duro. ¡Me estaba cogiendo con uno de sus zapatos!
La solo idea me calentaba mas y mas. Junto con los gemidos de Lucila empece a sentir que me iba al cielo y comence a decirle a Betina que lo hiciera mas rapido y mas fuerte; ¡mar,...mas,...mas,...mas!.
¡Voy,...voy,...voy!,
¡¡¡voy...voy...voy!!!
¡¡¡Ya...ya...ya...yAAAAAAAAAA!!!
Grito Lucila mientras me levantaba mi cabeza una y otra vez; ¡¡¡asi...asi...asi...asi!!!, me decia.
Que rico, que buenisima idea eso de cogernos sin vernos.
Que suerte de haberlas conocido.
No sabia como me podia gustar el aliento de una mujer caliente. Me calento muchisimo que Lucila me echara su aliento en mi cara, sentirlo, olerlo. Ese vaporcito tibio con olor a alcohol y tabaco,.........¡a SEXO!
Ese viernes fue el mejor de todos, porque desde entonces nunca me separo de mi amiga Lorena Con la que mas de una vez, y desde entonces nos hemos enloquecido de placer juntas!!!!
Relato erótico enviado por Anonymous el 07 de February de 2009 a las 22:46:05 - Relato porno leído 304524 veces
Mi nombre es Antonia, pero mis amigas me llaman tan solo Ant, cuando llegué a casa de Valeria mi amiga, me encontraba llorosa, triste y bien deprimida ya que me novio, momentos antes, sin más ni más, me dijo que terminaba conmigo, y que no lo buscase más. No me dio razones, y simplemente se montó en su motora y se marchó. Dejándome toda confundida y sin saber qué hacer, fue que me di cuenta que me encontraba cerca de la casa de Valeria, y me llegué hasta su casa, buscando consuelo, pero al tocar la puerta, salió su madre la señora Estela, únicamente cubierta con una pequeña toalla de baño alrededor de su cuerpo, pero nada más al verme, sonriendo me dijo, que Valeria había salido con su padre y regresaba a la noche. Fue cuando sintiéndome más sola y abandonada, estallé en llanto, Estela al verme en esas condiciones, de inmediato me hizo entrar a su casa.
Relato erótico enviado por Narrador el 24 de October de 2009 a las 11:09:24 - Relato porno leído 127158 veces
Acariciándonos nuestras piernas hasta que ya estábamos lo suficiente calientes nos quitamos nuestros calzones y comenzamos a mamarnos nuestras vaginas y a besarnos.
Relato erótico enviado por Anonymous el 22 de July de 2009 a las 23:49:21 - Relato porno leído 110299 veces